Mi nombre es el suyo y les contaré una pequeña anécdota que escuché por allí:
Al abrir los ojos pensé que era de noche, la oscuridad me envolvía y no se escuchaba ni el sonido de un grillo, parecía lógico pues tuve un día agotador en el trabajo y al llegar a mi casa me desplomé sobre el sofá. Tranquilamente me levanté de donde estaba y sin mirar a mi alrededor me dirigí a mi habitación, o eso creí.
No tardé ni dos pasos en darme cuenta que no estaba en casa, es más... no estaba en ningún lugar, no había nada allí, hasta el lugar donde estaba parado carecía de existencia misma. ¿Cómo es eso posible te preguntarás?, pues ni yo mismo lo entiendo hasta el día de hoy, solo lo sé; entonces me volví para todos lados y al ver al cielo me di cuenta de una verdad aterradora, vi mi cuerpo inerte sobre la cama de un hospital, esto no tenía sentido alguno pues yo seguía vivo o al menos el monitor cardíaco eso mostraba. Entonces ¿por qué mi conciencia estaba separada de mi cuerpo?.
Pasaron dos segundos y una voz me contestó: "los humanos son malos por naturaleza y son buenos también, ¿qué tipo de persona has sido?". Al escuchar esas palabras pensé en como he llevado mi vida y que aún tenía muchas cosas que hacer, para bien o para mal quería continuar viviendo y dejar ese extraño lugar. Lo desee tanto y con tanta intensidad que cuando abrí los ojos desperté en el sofá, no en ese lugar, ni tampoco en la cama de un hospital, pero estaba seguro de algo... eso no fue un sueño.
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