Cuando el cachorro abrió por primera vez sus ojos, en la mirada de sus padres no vio felicidad ni amor sino el temor ante algo nuevo que nunca habían conocido. Los ojos de la criatura no eran oscuros como los de su padre ni verdes como los de su madre sino una mezcla de ambos destacando por poseer un ojo negro como el carbón y otro azul como el mar casi inexistente en aquella tierra. La nombraron Cinabita, al igual que la piedra rojiza que tanto empleaba su pueblo por su rojizo cabello similar al de su madre y sus amplias pecas que desde pequeña decoraban su rostro bajo aquella piel anaranjada que caracterizaba a la tribu del fuego.
Había nacido en Teine, el tercer territorio del mundo y el más amplio conocido por la humanidad, cuna de sus padres y de los distintos clanes que lo habitaban. Era un lugar ario donde la naturaleza luchaba sin descanso por sobrevivir y alternaba zonas secas con montañas, pequeños claros rodeados por arboles y ríos frondosos con multitud de peces. Las especies que lo habitaban eran resistentes al calor, corpulentas y sabían como defenderse de los humanos aunque se les consideraban simples subrazas de lo que anteriormente habían podido ser. En el además se albergaba uno de los más grandes sedimentos de minerales y se practicaba la pesca, caza y doma de animales. Era casi imposible cultivar en aquel lugar pero la agricultura comenzaba a hacerse presente en algunas zonas apoyada por la mano de obra femenina y la especialización de cada uno de los distintos clanes. Los más al Este cercanos a las montañas se especializaban en la recolecta de piedras preciosas y el comercio; al Norte vivían los clanes mas fuerte que se alimentaban de la guerra contra tribus enemigas y la caza de las mayores bestias que existían. Y al Sur donde comenzaban a aflorar los ríos residían los clanes que disfrutaban de la pesca, la cría de pequeños mamíferos y el cultivo de alimentos.
Cina en cambio no había nacido en ningún de esos lugares sino al Oeste, casi al fin del territorio donde el sol azotaba casi todo el día y no había mas oficios que tomar que el de la caza, la doma de animales y la costura o creación de nuevos utensilios. Su clan era conocido como “Suzan” que en “Tain” el idioma que ellos mismos habían nombrado significaba “Los Áridos” tal vez debido a su conducta calmada, seria y que seguía constantemente las costumbres de su pueblo. Aunque ella no era como el resto, no era una “Suzan” sino una mestiza una “Damn - Maldita” igual que su propia madre al poseer aquel cabello rojizos y esos ojos que la delataban ante todos. Eso la hacía especial pero a la vez odiaba su propia existencia, aquí comienza su historia.
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