No puedo respirar, por más que trato de inhalar aire parece que mi cuerpo se niega a cooperar.
Pongo una mano en el muro a mi lado, la otra abraza mi estómago el cual está a punto de devolver lo poco que ha ingerido.
Un nudo en la garganta me impide gritar, gemir, cualquier cosa que me ayude a soltar un poco de lo que cargo por dentro.
Voces, cientos que parecen gritar mi nombre, órdenes, preguntas... Todas me taladran los oídos quiero gritar que se callen.
«Basta» mi mente dice una y otra vez mientras empuño la mano en el muro. «Ya no más» imploro en silencio mientras mi cuerpo tiembla y se estremece ante el dolor físico y psicológico.
Mi corazón late dolorosamente fuerte, resuena en mis oídos recordándome que sigo viva que el vacío que amenaza con comerme solo está en mi mente.
Y enredo las manos en mi cabello con desesperación, me dejo caer en el suelo y ansío que este se abra bajo mis pies y me lleve a otro lado.
Manos que me intentan levantar, voces que tratan de traspasar las millones de preguntas rondando en mi cabeza.
¿En qué fallé? ¿Es mi culpa?
Bajo los brazos y presiono mi estómago con fuerza, un grito desgarrador finalmente escapa de mi boca silenciándo a todos alrededor.
Solo queda mi respiración resonando en la sala y una pregunta atormentando mi alma.
¿Porqué no llegó Matías a nuestra boda?
Thank you for reading!
We can keep Inkspired for free by displaying Ads to our visitors. Please, support us by whitelisting or deactivating the AdBlocker.
After doing it, please reload the website to continue using Inkspired normally.