Ven A Conocerme Follow story

Desde hacía mucho tiempo que había deseado suicidarme, ya que las cosas en mi vida habían ido de mal en peor. Me habían despedido de mi trabajo, por capricho del jefe más que por una razón válida, y mi novia, la única persona capaz de entenderme en este mundo desde que quebré todo contacto con mis amigos luego de graduarme del colegio, y de que me pelee con mis padres, me dejo al decir que era un cobarde por no confrontar a mi jefe cuando este no quiso darme una explicación clara de porque me había despedido. Luego de tantos años con ella, me destrozo que me dejara por algo tan… ahh.

Pero bueno, lo hecho, hecho esta; por lo que decidí acabar con mi vida, con este desperdicio de espacio para el mundo, ya que no había nada más por delante para mí. Así que ahí estaba, caminando al puente más solitario que conozco con la intención de que nadie me interrumpa mientras acababa con mi vida. Para ser sincero, creo que tirarme de un puente es la mejor forma de suicidarse. No tengo una particular atracción por colgarme, soy demasiado cobarde como para cortarme las venas, y una sobredosis me parece algo bastante asqueroso y sobrevalorado.

Camine por la ciudad hacia el puente, pasando por muchas calles tanto conocidas, como nuevas para mí, pero ninguna tenía algo, una persona, una señal, una circunstancia o un detalle que me hiciera retractarme. Así pues, llegue al puente a ese de las 3 de la tarde, y como esperaba, no había ni una sola persona en ese lugar.

Di un último vistazo al cielo azul sobre mí, despejado e inmenso, y me pare sobre un tubo de la baranda del puente. Extendí mis brazos hacia los lados, de tal forma que mi cuerpo quedara en forma de cruz, y antes de lanzarme a la fría corriente del rio debajo de mí, eché un vistazo a este. Se podría decir que, de haber pasado una persona en ese momento, hubiera creído que yo era una estatua bastante realista. Calculo que ahí debí de haber estado parado por varios minutos, antes de bajarme de la baranda, y alejarme silenciosamente del puente, con la idea de suicidarme ya bastante lejos de mi cabeza.

Te estarás preguntando que me hizo retractarme, no?

Pues bien, te lo diré.

Debajo del puente, entre la corriente del rio, había alguien, o tal vez algo. Me estarás diciendo que era mi imaginación, o si eres algo sádico, que había un cadáver atrapado en el rio, pero no. Podría jurar, que esa cosa no era un cadáver, y que con sus ojos, totalmente oscuros y vacíos, me observaba. Y más que eso, desde las profundidades, trataba de decirme:

“Ven, no puedo esperar a conocerte”