Esta tarde estoy nervioso sí. Porque es probable que me leas ¿O será que solo estoy emocionado? Porque al final de este relato te darás cuenta.
Me preguntaste una noche que motivos pienso yo que me diste, y sin necesidad de decírtelo mencionaste “Para que deje de hacerlo”
Hoy por hoy hago lo que quiero, escribo lo que quiero, duermo y me levanto cuando quiero, es por la misma razón que te confieso hoy (porque lo quiero) porque es que te quiero.
Tu tan cálida y con una mirada sonriente, atenta y aunque a veces algo ausente, siempre presente en este mundo cambiante.
Ni las rimas ni las poesías alcanzarían a describirte, así que no me esforcé en acomodarte alguna, me fue difícil aceptar, que te quise como no quise en mucho tiempo, con esos nervios, con ese palpitar, con ese recelo, con esas ansias, seguidas de arrepentimiento.
Fue para mí un golpe duro saber que tu odiabas esta vida, que la odias con todas tus fuerzas, con todo tu ser, con toda tu alma, pero… ¿quién eres tú? Cuando te volví a ver después de estos largos años, me sentí bien, demasiado bien debería añadir, tanto que se me fue de las manos y llegamos a este punto.
Tu no me quieres y eso lo sé, no lo haces y no tengo dudas, ya me lo dijiste yo, no tengo esperanza, ni redención, y tú aún debes de esperar saber la razón.
Leia unos tratados de lógica, leía los libros de paradoja, leí algunos cuantos libros de física, y me parece acertado pensar que somos todos una paradoja, lo que hacemos y lo que decimos se contradicen, y se contradecirán hasta el fín de nuestros días, Eres algo que no amas. Amo a alguien que no me ama, quizás me lea alguien que no debería hacerlo.
Nunca sabré cual fue el primer momento que sembraste en mí, pues seria razonable pensar que tu nacimiento es causa de estos sentimientos, pero si te diré que el “único motivo” que me diste para continuar eres tú. Nada más y nada menos, odias esta vida y sé que saldrás a buscarte una nueva lejos, que no me quieres, nunca lo harás y dices que no lo haras por nadie.
Es cierto no nos vemos como yo quisiera, dos o una vez al mes quizás no sean suficientes, pero eso a mí me basta, me basta para apaciguar las ganas de verte, pues… La soledad no se disfruta si se quieres o esperas a alguien, ya que me consume la impaciencia. No me importo tus errores ni tu vida pasada ni que antes ya hayas amado a otro, y que a pesar de que ya no lo quieras, es obvio que no lo olvidas. Y aunque te vayas y ya no nos veremos, quisiera que sepas que. Ni tu ni yo ni el verano ni el invierno nunca lograrán juntarse, más algunas cuantas veces lograrán verse, y se que esas ocasiones no sucederan para siempre.
Aunque yo sé que un día alguien te tomara de la mano y tu mirada reflejara todo lo que no quiero escuchar, se también que, de ser tan inteligente, serás solo superficial, que cambiaras. Que poco a poco ese corazón morirá perdiendo la fe, y es probable quizá…. Que aun a pesar de eso te quiera.
Cuando la fría noche cubrió por fin los pocos vestigios del sol, antes de despedirse, no dejo ni un segundo mi terco y penoso pensamiento consumirme para solo decirme que la razón es Dione, mi motivo es Dione, así es, mi motivo eres toda tú
Thank you for reading!
We can keep Inkspired for free by displaying Ads to our visitors. Please, support us by whitelisting or deactivating the AdBlocker.
After doing it, please reload the website to continue using Inkspired normally.