"Numero, solo somos cantidad para esta sociedad. ¿Alguien muere?, ¿importa? No, los familiares lloraron porque extrañaron, sin embargo el mundo sigue, se sigue moviendo, todo es reemplazable, nadie es esencial. El tiempo curó las herías de una perdida. Las personas suelen reparar los corazones rotos por otras personas, todo un ciclo de vida."
Números, somos números... creía en mi negatividad aquello.
Cálido era aquel día, mi hermana acariciaba el gato, mientras desayunaba; los pelos volaron por todos lados, no paré de reírme al ver su blusa negra llena de pelos blancos. El té que bebí acompañando mis huevos era delicioso, parecía que sería un buen día.
Con prisas me fui a la escuela; pero antes tomé mis cuadernos, pedí dinero a mi madre para el trasponerte y salí corriendo de la casa. Estaba ansiosa de que terminaran pronto las clases ese día, para regresar y terminar con la pintura que hacía en secreto.
No regresé a casa, aquel día fue el último para ver a mi pequeña familia, no recuerdo porque lo hice, solo salté.
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