El planeta Eon-453 había enviado alertas para informar a la organización de seguridad galáctica sobre las constantes amenazas que estaban recibiendo. Naves surcaban su atmósfera y, a pesar de las advertencias, parecían no tomarlas en cuenta. Aquellas naves habían sido detectadas en diferentes lugares del planeta, en un principio permaneciendo estáticas, pero con el paso de los días, a pesar de haberles informado ser parte de la OSG, dichas naves comenzaron maniobras cada vez más próximas a los diferentes pueblos por donde rondaban.
La raza del planeta Eon-453 era conocida por su bajo nivel de armamento, sobre todo cuando se hizo parte de la OSG, ya que ésta les decomisaba tres cuartas partes de su tecnología balística, indicando que así todos los participantes tuvieran el mismo poder armamentístico. Así, muchos de los miembros de la OSG estaban en contra de que civilizaciones más débiles pasaran a formar parte de la organización, puesto que significaría quitarle un poco más de sus armas para poder nivelar hacia abajo, pero en el caso de Eon-453 fue diferente, ya que a pesar de no contar con una elevada tecnología a nivel de armas, el planeta era exquisitamente rico en eritronio. Aquel mineral, a pesar de poder encontrarse en varios lugares del espacio, en Eon-453 era de una pureza única. Teniendo eso en cuenta, la mayoría de los votos fue a favor para que el planeta se uniera a la OSG, considerando que podrían realizar intercambios que favorecieran a cada uno de los miembros.
Cuando Eon-453 envió las primeras alertas a la OSG indicando naves no autorizadas en su espacio aéreo, las respuestas fueron mensajes directos a las naves desconocidas sin obtener respuesta. Dieron por entendido el mensaje cuando aquellas naves desaparecieron de golpe, como si jamás hubiesen estado ahí. Nadie las volvió a detectar.
Días pasaron cuando las naves aparecieron nuevamente. Esta vez, el planeta lanzó un mensaje a la OSG, que no tuvo tiempo de responder. Las naves comenzaron a descender y comenzaron a lanzar misiles sobre los pueblos de Eon-453.
Con la destrucción de aquellos pueblos, las bajas civiles fueron impactantes. El planeta intentaba contactar a la OSG para pedir ayuda. Si no hubiera sido por el hecho de que el planeta era parte de la organización, el planeta habría sido un blanco fácil para su total destrucción.
Cuando la OSG envió naves de emergencia, el daño ya estaba hecho. Así mismo como aquellas naves hostiles llegaron, habían abandonado el lugar. Simplemente atacaron y se fueron.
Con las investigaciones, lo que comenzó a preocupar a los líderes de OSG eran los misiles que se usaron en el ataque. Las armas con fibracristal estaban restringidas por la organización y eran muy escasos. Su uso se acordó solamente para la agencia militar de la OSG y así asegurar la seguridad de las galaxias.
El daño ya estaba realizado. La OSG convocó a una asamblea de emergencia por los hechos recientes. Si naves de procedencia desconocida habían atacado un planeta miembro, significaba una amenaza de nivel mayor. Jamás en la historia de la OSG había sucedido algo similar, pero estaban preparados incluso para una guerra. La asamblea comenzó y se dieron los detalles de lo ocurrido. Todas las federaciones de las diferentes galaxias que formaban parte de la OSG estaban sorprendidos por el nivel del ataque sin haber mediado un conflicto previo. El presidente de la federación de la galaxia Kaatanzha, donde se encontraba Eon-453, también se hizo presente en la asamblea. Tuvo la palabra y corroboró los detalles sobre el uso de armamento de fibracristal contra la población civil, extinguiendo los pueblos en su totalidad.
Lo que preocupó a todos por igual fue el hecho de desconocer el origen de las naves que realizaron el ataque, pero el presidente de la galaxia Kaatanzha también recalcó el hecho de no haber recibido apoyo apenas Eon-453 informó sobre las naves. El secretario de la OSG respondió que el planeta era parte de la organización y que estaba protegido, pero a pesar de eso, el hecho de que el planeta hubiera sido atacado era preocupante.
El presidente de la galaxia Kaatanzha exigía saber sobre el origen de esas naves. Tenía la palabra y no la soltaría hasta obtener respuestas. Lo molestaba aún más el saber que no obtendría las respuestas que buscaba mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.
Todos en la asamblea, tanto los presentes como los que hacían acto de presencia de manera holográfica, estaban discutiendo con sus pares y culpando a otros, pero el silencio se hizo cuando todos vieron a través del vidrio como se comenzaba a materializar una nave gigante, de color oscuro con sus armas apuntando directamente hacia el interior. Las alarmas se activaron mientras el personal militar se ponía en marcha. Todos los líderes permanecieron perplejos, congelados, con el terror en sus rostros. A pesar de la seguridad que mantenían las instalaciones de la OSG, allí estaba aquella nave. Apuntando directamente donde las razas más importantes e influyentes estaban reunidas. Por muy blindada que estuviera la instalación, con el uso de armas de fibracristal por parte de los seres que atacaron a Eon-453, era cosa de presionar un botón y acabar con todos ellos.
La nave comenzó a rodear la instalación. Subía y bajaba suavemente con las armas apuntando. La fuerza militar llegó rápidamente y se encargaron de acorralar la nave para que no escapara. Enviaron mensajes por intercomunicador indicando un ataque inminente si no guardaban sus armas, pero no hubo respuesta. Tal cual pasó en Eon-453 previo al ataque.
De un momento a otro, la nave desapareció. Los radares dejaron de detectarla y, así como llegó, ya no estaba. No disparó, no hubo contacto directo. Simplemente fue como si quisieran indicar que estaban ahí, preparando un ataque; Informando que podían ir y venir a voluntad, ingresando incluso a las instalaciones de la OSG, donde nadie nunca había podido ingresar de aquella manera.
Los líderes comenzaron rápidamente una encendida discusión. Aquello fue claramente una declaración de guerra al haber apuntado sus armas contra la OSG, cuyo rol era representar a todas las galaxias existentes. Ahora solo querían dar con los responsables y acabar con ellos rápidamente antes de que las amenazas escalaran y se liquidaran más pueblos en algún otro planeta.
Todos discutían con todos en la asamblea, hasta que sintieron una explosión en las afueras de la OSG. De las naves militares que ahora se encontraban patrullando, una había sido víctima de un ataque. Luego otra y otra más. Diez naves fueron destruidas al instante. Nuevamente se hizo el silencio en la asamblea. Ya no podía ser más clara la declaración de guerra de una amenaza que seguía siendo desconocida.
El silencio en la sala se rompió cuando el presidente de la galaxia Kaatanzha habló. A pesar de su color azul, típico de su raza Nethraxiana, se notaba la palidez que tomaba:
— “Me acaban de informar que el planeta Eon-453, de la galaxia Kaaranzha, ha sido destruido por completo. Las muestras de uso de fibracristal son claras. Eon-453 ya no existe”
Ahora sí, la declaración de guerra estaba hecha.
Xander Veerd
