mar-of-mermaids Mar Le Franco

[+18] Tras un extraño accidente el fotógrafo Robin Alvarado descubre que tiene amnesia y al fantasma de su cantante favorito, Sid Psycho, atado a él. Sólo queda esperar que la diaria convivencia comience a revelar los secretos entre ambos y quizás, algo más.... (Historia Boys Love)


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#romance #boylove #homoerotica #sobrenatural #gay #bl #original
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Prólogo

Los últimos años de tu educación universitaria, cuando estás al borde de tus primeras dos décadas de vida, deberían estar llenos de fiestas, sueños exámenes y con suerte un poquito de magia. Para mí, estaba probando ser todo menos fácil y mágico.

La condición de mi padre (una afección cardíaca que nadie vio venir) nos tomó por sorpresa y sin ahorros; Helena mi hermana mayor había regresado a la casa familiar, huyendo con un bebé en brazos de un marido golpeador. Ni el modesto sueldo de mi mamá, ni mi empleo de medio tiempo parecían suficientes ante lo que se avecinaba; Jessica, mi hermana menor no podía hacer mucho pues apenas iba en secundaria.

Un amigo de la familia nos propuso una solución desesperada pero acorde: enviarme a Canadá a trabajar. Él tenía algunos contactos en Vancouver y podía ayudarme a encontrar alojamiento con otros como yo... Cuestión que mi madre no tomó muy bien, pero dadas las circunstancias no pudo objetar. No tuve que pensarlo mucho (no hubo tiempo), apenas pasé mi cumpleaños en el hospital cuidando a nuestro enfermo, me resigné a dejar la escuela un año antes, me despedí de los escasos amigos que tenía y con maleta en mano y boleto de avión me embarqué a la aventura.

Encontrar un trabajo no fue tan difícil como había pensado, ayudó bastante el que hablase inglés, de modo que en unos días estaba cubriendo turnos como mesero en un café. El dinero no era mucho (aunque era mayor a lo que ganaba en México), pero ayudaba a que mi mamá pagase las interminables cuentas del hospital. Mi papá fue intervenido quirúrgicamente, pero se mantenía delicado, y necesitaría otra serie de estudios y cirugías que no cubría nuestro seguro.

Desde mi apresurada y necesaria llegada a Vancouver, mi madre me enviaba mensajes todos los días, reportándome sobre la delicada salud de mi padre. A veces el mensaje llegaba durante mi turno en el café, algunas, cuando estaba en el turno nocturno del bar, y otras pocas los fines de semana cuando ayudaba a mis roomates a pintar casas.

Yo me sobrecargué de trabajo, un poco por la cuestión financiera y un mucho para no pensar en lo solo que me sentía, lejos de mi familia en una situación tan precaria...

Mis roomies eran agradables, pero estaban tan ajetreados como yo, y a menos que fuera para ayudarlos de vez en cuando en sus trabajos, difícilmente coincidíamos.

Así pasaron unos meses, con una rutina establecida entre trabajos y llegar a casa a dormir. Las pocas distracciones que me permitía, consistían en salir con los roomies a un bar cuando era posible, así como tomar fotos de la ciudad, mi hobby desde hacía años, que acompañaba con una cámara réflex, y que a tantos kilómetros lejos de mi hogar, sentía que a veces era lo único que me levantaba el ánimo.

Entonces llegó la noche de Halloween. Uno de los roomies me estuvo insistiendo para que saliera de la casa y fuera al concierto de una banda local "famosa". La verdad no tenía muchas ganas de ir, pero con tal de no seguirlo oyendo, accedí. Me llevé la cámara y un disfraz que improvisé con unas tijeras y una sábana vieja.

Llegué al parque donde sería el evento, la mitad de la gente estaba disfrazada, la otra mitad ebria, y la música todavía ni empezaba. Según oí, los músicos venían atrasados, y la multitud comenzaba a impacientarse. De pronto algunas personas subieron al escenario, hubo unos incómodos minutos de apresurado soundcheck, las luces del escenario se prendieron y la gente pareció animarse, pero el mood se fue al garete cuando se dieron cuenta que eran los teloneros que habían salido a tratar de ganar tiempo.

La guitarra y la batería comenzaron a marcar el ritmo, pronto se unió una bajista. Honestamente sonaban tímidos, y no ayudaba que el audio pareciera defectuoso y el volumen muy bajo; en sí no eran malos, pero no parecían nada especial, hasta que un chico con saco de presentador de circo y cabello a los hombros tomó el micrófono. Al verlo pensé que era sólo una cara bonita con un look interesante, y ya. Entonces abrió la boca.

Fue como si algo se colara a mi cerebro y silenciara todo excepto a él. Su voz reverberó hasta tocar mi sangre y me atrajo como luz de faro a la primera fila, yerma, ocupada sólo por mí. No podía entender la falta de reacción de la gente, yo estaba hipnotizado por el chico en el escenario, que parecía no importarle si alguien lo oía. Se movía y cantaba como si actuara para un estadio repleto y no un parque con 50 ebrios. Lo que salía de su garganta me hacía sentir como un marinero a merced de las sirenas, pero sólo yo lo escuchaba...El resto probablemente oían las fallas en el audio, la mala sincronización de los músicos...el vocalista era una flama en la tempestad negada a extinguirse.

En determinado momento volví en mí, como si hubiera recuperado el aliento...me di cuenta que podría haber escuchado esa canción amateur de principio a fin sólo por su voz, un arrullo que dejaba una sensación tibia en el pecho. Comencé a tomar fotos, me subí a una banca incluso para una toma en particular, pero el gusto me duró sólo un par de canciones. La banda abandonó el escenario entre abucheos y los escasos aplausos de un público francamente mamón. Una persona anunció que la banda estrella ya estaba allí y la gente se agolpó contra el escenario. Opté por moverme de ahí por la integridad de mi pobre cámara, entonces noté a los teloneros a un lado de la armazón.

Lucían de malas por decir lo menos, la bajista y el baterista discutían con uno del staff; el vocalista se había alejado, con una cara que parecía pedir por una botella de whisky. En eso se percató que lo estaba viendo, y fue muy tarde para huir.

—¿Sí? — Su mirada inquisitiva escaneó mi ridículo disfraz con recelo. No quedó remedio que acercarme todavía más para demostrarle que iba en son de paz.

—Ah, sí...Hola, yo sólo quería decirte que estuvieron geniales—.

—Gracias...al menos a alguien le gustó— Sonaba genuinamente desilusionado.

—¡Vamos! No puedo haber sido el único...—

—Amigo, eres el único aquí: tienes pésimo gusto—

—Quizás, pero...Ok, sí hubo problemas con el audio y eso, pero no con tu voz. Hombre, voy a tener tu voz en mi cabeza, persiguiéndome por el resto de mi vida—. Puedo jurar que después de semejante cursilada el bochorno fue mutuo y casi inmediato. Excelente momento para que la cerveza hiciera efecto.

—Lo que quiero decir es que no te desanimes. Cantas increíble. Insiste hasta que todos te oigan, todos deberían hacerlo—

—¿En serio lo crees? — Algo en su tono cambió, sus ojos se iluminaron por un momento. Y ese brillo me puso nervioso.

—Me casaría con tu voz si eso fuera legal aquí— Dios, la frase salió de mi bocota antes de que pudiera procesarlo. Silencio. Y su risa grave, de agua bajando escaleras, lo rompió...Uff...al menos le había animado. Caí en cuenta que su performance debió impactarme mucho como para atreverme a decirle semejante babosada. Sentí la cabeza pesada de vergüenza, pero me animé a mirarlo a los ojos, a esos chispeantes ojos claros, una vez más y le dije antes de salir corriendo como idiota:

—Por favor, considérame desde este momento tu fan nº1—.


Jamás pensé que los simples eventos ocurridos esa noche, se transformarían en algo tan poderoso que modificaría mi vida para siempre, y la ataría sin saberlo a ese chico, que pronto se comería al mundo convertido en una marea neón conocida como Sid Psycho.

Nov. 12, 2022, 5:12 a.m. 0 Report Embed Follow story
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