pendergast Pendergast Maxthon

La madre de Andrea se decide y se presenta en casa por sorpresa, pero yo lo sabía por su hija. Mis chicas me dejan bien “contentas” y aviso a Julia de la osadéz de Andrea madre.


Erotica For over 21 (adults) only.

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La mama de Andrea bien aconsejada.


La joven Hija gótica de mi vecina 4


La madre de Andrea se decide y se presenta en casa por sorpresa, pero yo lo sabía por su hija. Mis chicas me dejan bien “contentas” y aviso a Julia de la osadez de Andrea madre.


Andrea madre se pensó unos instantes picar a mi puerta, o irse. Pero su coñito le obligó a picar, y dejarse llevar por sus vecinos amantes.


-¡Hola guapa! ¡Que sorpresa! Pasa, pasa- le salude mintiéndole.


Venía con una minifalda negra a medio muslo, unas medias con encaje hasta un poco más de las rodillas, un top negro sin tirantes, y se apreciaba los tirantes de su sujetador de encaje.


Me dio dos besos y pasó sonriente.

-Estas preciosa Andrea, que sorpresa- le volví a mentir mirándola con descaro.

-Si, mira me aburría en casa, y como me dijiste que no te gusta salir, pues te traigo la fiesta yo -me dijo riendo los dos.

-Muchas gracias mujer, se agradece. A veces paso el día aquí trabajando, y de no ser por las chicas, ya estaría medio loco con 7 gatos- le dije volviendo a reír los dos.

Apareció Julia, con otra bata también de seda y una copa de vino en la mano. La llevaba cerrada, con medio escote asomando.

-¡Guau que elegante! – le dijo Andrea admirándola.

-¡Gracias guapísima!, tú también vas preciosa -le dijo después de darle dos besos casi en la boca, y girándola para que se mostrará.

Se dejó hacer, y se dio la vuelta entera dejándonos verla. Mi polla saltó al ver su culo y sus ojos azules. Y Julia la miraba golosa a los ojos.

-Dame, que lo meto en la nevera, y te sirvo del nuestro- le dijo Julia cogiendo su botella.

-Siéntate, ¿has cenado? Vamos a pedir algo- le dije.

-Iba a traer yo, pero me pareció de película americana- me dijo riéndonos.

-Tranquila, ¿pedimos sushi? -le pregunté.

-Si, vale -me contesto fijándose en mi polla acostada bajo mi pantalón.

-¡Julia gana dos a uno el sushi! -le grité.

-No le gusta mucho, a veces lo pasa por la plancha- le explique.

-Osti pues igual es buena idea- me dijo.

-Bueno, no cuesta nada, y asi lo pruebas- le dije

-¿Y tú chico? ¿vendrá más tarde?- le preguntó Julia con dos copas y dándole la suya.

-¿Vas por la tuya cariño? No podía con las tres- me pidió Julia.

-Claro corazón- le dije levantándome, y estirando mi camiseta, para mostrarle mi polla bamboleante bajo el pantalón.

La pobre Andrea abrió la boca al verla y se giró diciéndole a Julia:

-No se. Llevamos poco, pero no le veo futuro. Nos vemos poco y hay veces que ni me besa. -le confesó.

-Puto moñas- me oyó decir camino a la cocina, y rieron las dos.

-¡Ala tú! Igual es que quiere ir lento- me dijo Julia.

Andrea reía y le dije a Julia:

-Puede ser, igual es de tu parroquia ¿cómo se llama? El mundo es un pañuelo- le dije burlón.

Y reían las dos como gallinas.

-¡Osti que tío! ¿siempre es así? -le preguntó a Julia, que se había sentado bastante cerca de ella.

-La naturaleza hizo una obra de arte, pero la mala vida, y luego el ejército lo dejo asi de loco- le contestó Julia.

-Ya veo, ya. Pobrecito- le contestó acariciando mi rodilla.


Charlemos, Andrea se soltó y se relajó viendo que éramos muy normales, y bastante de la coña. Creía que seríamos más sofisticados, y temía no saber del tema del que hablaríamos. Se había puesto al día de la política y las noticias actuales. Pero no le hizo falta.


Me llegaba ya el aroma de sus coñitos húmedos, y decidí dejar jugar a Julia. Lo único que le ordene fue que esperara a después de la cena, porque últimamente tenía más hambre con tanta hembra, y tanto sexo. Y que le dejaría someterla, si ella se decantaba por Julia, pero si no, no la sometería, porque ya no daba abasto, follaríamos y hasta otro rato.

Pero lo demás pasaría sin planear.

-Bueno chicas, terminó una cosa del curro, y pido la cena- les dije poniéndome otra vez de pie y estirando mi camiseta.

Andrea me miró esta vez más fugazmente y Julia me dijo:

-Ve que hablaremos de cosas de chicas, y te puedes escandalizar.

-¡Buff! Miedo me dais – le dije poniendo voz de niño pequeño.

Y rieron como gallinas otra vez.

-Va cuéntame, ¿Qué le pasa a tu chico? -le preguntó Julia, que el único chico en su vida había sido yo. Casi se me escapa una carcajada.

Andrea bajó la voz y se pegó más a Julia, que le puso la mano en el muslo con todo descaro.

-Eso, que follemos, bueno echemos un polvo “Raro” y luego nos hemos visto dos veces, y la primera me beso, pero la última nada.

-Madre mía mujer, primero explícame lo del polvo “raro”- le dijo acariciando su muslo entre la minifalda y la media.

-No sé, follábamos, no se corría, y me pidió que le pellizcara el culo, luego que más fuerte y consiguió correrse. Pero nunca me lo había pedido- le explico.

Julia ya colaba su mano bajo su minifalda, la acariciaba mirándola y escuchándola. Andrea notaba su mano suave y la dejaba hacer, notando que cada vez subía más.

-Bueno, estará probando cosas nuevas. ¿tú te corriste no?- le pregunto.

-No, que va. Se tumbó dándome las gracias, pero luego ya nos fuimos cada uno a su casa.

Julia abrió los ojos, le apretó el muslo y le preguntó:

-Cariño, ¿te has corrido follando alguna vez con él? Antes o después, pero haciéndolo, ya me entiendes.

Andrea hizo memoria y dijo:

-Creo que no, pero él sí, y es lo importante- le dijo la pobre Andrea.

-Cariño, ¿Qué es lo más importante cuando te follas a una tía? -me pregunto Julia.

-Que te corras, y si puede ser varias veces- le conteste mientras trabajaba.

Andrea me miró, miró a Julia y dijo:

-¿Pero tú te corres también no? ¿o te da igual luego acabar a solas?- me preguntó intrigada.

-No, no, yo sigo hasta que me corra, de la manera que busque o le apetezca a la chica. Si me deja sin correrme y ella sí, se lo pido y si pasa de mí, hasta luego y a por otra. -le conteste.

-Joder, ¿a ver si es que soy tonta?- dijo triste Andrea, con la mano de julia sobando su muslo ahora por la zona interior.

-No mujer, eres muy entregada, pero no miras por ti. Les pasa a muchas, no te preocupes- le explicó Julia.

-Por lo menos conoces el orgasmo, y te lo dabas tú. Hay viejas que no saben qué es eso- le dije de coña para animarla.

Y rieron otra vez.

-Pues al próximo, hasta que no me lo de, ¡no sale de la cama!- dijo aun riendo.

Julia quería subir más su mano, pero Andrea apretó las piernas y no le dejó acercarse más a su coñito. Si lo tocaba me daría cuenta por su cara. Y Julia, decepcionada, le clavó las uñas y bajo un poco la mano, pero no dejo de acariciarla.

-Me alegro de que Julia te ayude, ella tiene mucha experiencia. Pero no me refiero a que haya estado con muchos chicos, pero la enseñaron bien, ya te digo yo que si- le aclare con Julia sonriendo, sabiendo que me metía con ella.

-Ya se le nota, sabe de qué habla- dijo Andrea cerrando las piernas y volviendo a abrirlas, dejándola por la zona que se había quedado acariciándola.

Se estaba calentando, pero le encantaba mirar a Julia y sus pechos turgentes bajo la bata de seda. La atraía, y le costaba resistir su magnetismo. Le había pasado con una amiga, en la adolescencia, pero no llegó a pasar nada.

Picaron al timbre, y era la cena. Y sabía, por la cara de “Acalorada” de Andrea, que Julia ya estaba haciéndole algo. Y le dije:

-Cariño, ve tú que ya estoy casi.

-¡¿Yo?! Si le abro asi, me salta encima.- contestó riendo todos.

-Ya voy yo, no hay problema- se levantó Andrea, notando las uñas de Julia recorrerle el muslo, hasta el principio del culo.

Pego un saltito al notar las uñas descaradas, se bajó la minifalda y fue a abrir.


Miré a Julia, y le pegue la bronca con solo mirarla. Me sonrió picara, y me saco la lengua burlona. Le lance un mordisco y se tapó los pechos, sabiendo lo que le esperaba, riendo en silencio.


El repartidor ya pensaba que era un piso de putas, le encantaba ver cada vez a una chica diferente, muchas veces a mi trabajando, y varias veces con alguna chica en mi pierna sentada.


Cenemos y charlemos. Andrea no esperaba el descaro de Julia, pero cuando se imaginó en medio, y ya con mucho vino bebido. Se decidió a atacar a Julia.

Julia me explicaba el problema con su madre, que no salía. Y pensábamos actividades que podía hacer, y así conocer a hombres.

Cuando noto la pierna de Andrea pegándose a la suya con descaro. Se alegró y siguió hablando conmigo.

Me levante a la cocina a por más servilletas y Julia atrapó la pierna de Andrea, subió su mano hasta casi su coñito y le dijo:

-Quítate el sujetador, ¡los odia! -le aconsejo en voz baja.

Y Andrea se miró el pecho, sonrió y asintió cómplice. Se levantó, y se fue al baño.


Volví y dándole un largo beso, le dije:

-Se buena, o atente a las consecuencias.

Me lamio la cara, cogiendo mi polla sobre el pantalón con fuerza.

-¡mmmmh! ya verás tú. Le dije amenazante, sentándome en mi sitio, con mi polla llamándola.


Andrea en el baño, se miraba en el espejo sin sujetador, y se felicitaba por las buenas tetas que tenía, grandes duras y con los pezones aun hacia arriba. Se guardó el sujetador en el bolso y salió esperando vernos follando ya en la mesa.


Pero nada más lejos, nos tirábamos trozos de servilleta hechos bolitas y reíamos.

-Joder, que envidia de pareja, ¡Ups! Bueno de amantes- rectifico.

-Tranquila que te hemos entendido- le dije sonriéndole.

Cuando se sentó, me di cuenta de porqué había ido al baño. Le botaron libres las tetas, y eran igual que las de su hija, pero más desarrolladas. Julia vio que me di cuenta, y me arañó con las uñas de su píe , anotándose un punto.


Después de cenar, ya se habían metido mano conmigo haciéndome el tonto. Pero sus brazos bajo la mesa eran descarados.

Julia compadeciéndome, solo me podía acariciar la espinilla con su pie, sabía que me estaban calentando, y al final saldría mi “Amo dominante”, pero eso la ponía más cachonda, y ya sobaba a Andrea su entrepierna, pero sin llegar a tocarle el coñito. La quería para ella, y ganaba puntos.


Yo le había puesto condiciones, pero por no regalársela sin más. No podía con otra sumisa en mi vida, por mucho que fuera la madre, de mi querida y deseada Andrea hija. Ya la tenía a ella. Y decidí que Julia tuviera a la madre, deseando que fuera igual de caliente y sensual que la hija.


Bajé mi muñeca, puse una alarma en veinte minutos en el reloj, y seguí con su conversación, intrascendente, de ir con medias de invierno, en invierno. Yo no aceptaba que no tuvieran frío, y Andrea me decía que iba bien con esas medias, y no pasaba mucho frío, pero yo no me lo creía.


Sonó la alarma del reloj, lo mire, y me levante alterado. Me fui a mi mesa y encendí mi portátil, que es personal, no es del ejército.

-¿Qué pasa cariño? -me pregunto Julia.

-No sé, una alarma del trabajo- le conteste.

Se encendió y empecé a escribir un correo:

-Venga, has ganado, ya hace rato que la llevas loca. Pero me retiro, porque con vosotras tres, ya no doy abasto, bueno por tu culpa. Dale caña, pero trátala bien, que te estas desatando cada día un poco más.- y se lo envié, levantándome y cerrando la tapa del portátil.

-Lo siento chicas, me tengo que ir. No sé qué pasa en el cuartel de una alerta. Serán maniobras por sorpresa. -les explique, con julia sonriéndome cómplice.

-Joder, espero que no pase nada- me dijo Andrea consolándome.

-No. Si solo estaremos toda la noche de aquí para allá entre gritos. Es lo que hay- le dije dándole dos besos, y uno a Julia.

Cogí mi mochila y me fui resoplando.


-Joder ¿qué mierda no? Le llaman, y tiene que ir sí o sí. - le dijo Andrea.

-Ahora no, pero hace unos años, le llamaban, y no lo volvías a ver hasta después de 7 meses. Me lo ha contado Noemí, su pareja. -le explico Julia levantándose.

-¡Ostia que palo tía! – le dijo asombrada, levantándose y siguiéndola.

-Y se ve, que parecía otro al volver, y la tenía hasta 3 días en la cama, follándola y pidiendo comida por internet.- le dijo. Yendo a la cocina con Andrea detrás.

-¡Madre mía 3 días!- le preguntaba asombrada.

-Si, si, la dejaba con “todos” los agujeros doloridos. -le siguió explicando Julia sacando helado de la nevera.

-¡Aiiins pobrecilla! ¿Qué dolor no? -le pregunto viéndola cortar el helado.

-Qué va, ¿ tú te crees que después de 7 meses sin follar, te vas a molestar por estar irritada o muy dilatada?- le preguntó Julia riendo las dos como gallinas.

- No, no, peor si fuera un año, o dos- le contestó volviendo a reír.

Estaban sentadas en los taburetes y las dos se veían las entrepiernas, comían golosas y Julia empezó a jugar.

Se bajó del taburete y se metió entre las piernas de Andrea, que al abrirlas más, subió su minifalda hasta arriba, dejando su coñito bajo las braguitas al aire. Andrea la miraba expectante, y Julia dejó su plato en la mesa, se dejó la cucharilla en la boca, y le subió el top, liberando sus pechos.

Cogió helado del plato de Andrea y lo esparció por un pezón de esta. Andrea sonreía y se dejaba hacer. Pero cuando lo repitió con el segundo, se lanzó y le abrió la bata a Julia, haciéndole lo mismo.

-Joder tía, qué preciosidad de tetas. Parecen talladas en mármol.- le dijo Andrea cachonda, esparciendo helado por su pezón.

Julia le sonrió, y se lanzó chupándole el pezón y algo más. Jugando con su lengua. Le acariciaba los muslos, y se separó diciéndole:

-Mucho más rico así. – Y le ofreció su pecho a Andrea que lo estaba deseando.

Pero Julia no se conformó con una chupada un momento y volver a cambiar. Le agarro la cabeza, la mantuvo chupándole el pezón, y la cambió al otro pecho.

-¡Mmmh! muy bien, ¿seguro que no has estado con más chicas?- le pregunto soltándole y yendo a por el pecho que aún tenía helado de Andrea.

-¡Mmmh! bueno, algún beso, y algún magreo de pechos, ya sabes.-le confeso ahora agarrándole ella la cabeza.

Julia chupaba su pezón y le sobaba el otro pecho.

-Ven, vamos a perfumar la cama de mi amo. -le dijo cogiéndola de la mano.

-Pobrecillo, tendrá sueños eróticos si se la dejamos bien perfumada.- le dijo Andrea riendo las dos.

Julia se dejó caer la bata de seda, se deshizo de sus braguitas con Andrea besándole el cuello y pegando sus pechos a la espalda. Se sentó en la cama y la atrajo empezando a comerle las tetas mientras la ayudaba a bajarse las braguitas. Se separo respirando agitada muy cachonda, y se sacó el vestido.

-Tranquila, no hay prisa. -le dijo Julia, subiéndose en la cama, yendo para atrás y mirándola picara.

-No sé qué me pasa contigo, pero me pones muy cachonda tía. – le confesó andando a cuatro patas por la cama, en su busca.

Julia sonrió, se daba cuenta del poder que tiene, no me creía cuando se lo decía. Pensaba que era un alagó, o lo que yo sentía, pero lo veía en la gente cuando estaban cerca de ella.

Andrea se tumbó encima y se besaron con pasión, se frotaban los coñitos en sus muslos y Julia vio que estaba demasiado cachonda. La tiró para un lado y le dijo:

-Mejor que descargues, y así luego jugamos más tranquilas.-Y bajo a sus tetas, las mordisqueó y lamió sus pezones, mientras le sobaba el coñito, y le abría los labios preparándolo.

-¡Aaaaah! Madre mía ¡Aaaaah! Joder Julia ¡Mmmmh! ¡Buuff! Sigue, sigue ¡Aaaaah! ¡Aaaaah! Pues sí, descargo, si ¡Aaaaaj! Me corro ¡Mmmmh! ¡Mmmmh! ¡Aaaaah! .- se corría la pobre Andrea agarrando la cabeza de Julia y gozando.

Julia jugó un rato más, y la hacía reír y retorcerse. Y Andrea la dejaba, apretando las manos de Julia en sus pechos y riendo.

Subió, se tumbó a su lado relamiéndose y Andrea le dijo:

-Mejor que cualquier tío, joder tía qué control.

-Dale las gracias a Noemí cuando la conozcas. -le dijo llevando una mano de Andrea a su coñito.

-Pues enséñame, que así se las daré bien dadas. -le dijo Andrea besando, su pecho y bajando al coñito de Julia.

Julia le dio un curso intensivo, la tubo comiéndole el coño hasta que por fin se corrió, follándole el coñito a Andrea con tres dedos y mojándole el ojete.

Andrea saco la boca del coñito ya bien limpio de Julia, y gozaba con la follaba que le daba Julia, y esta le pregunto:

-¿Y este culito qué tal? ¿ya te lo han follado?- Y le empujó el dedo gordo.

-¡Mmmh! ¡Aaaaah! Un par de veces ¡Aaaaajj! ¡Buuuf! ¡Mmmh! pero ya hace mucho, empuja, un poco más ¡Aaaaah! ¡Mmmmh! Así, follámelo así ¡Aaaaah! ¡mmmmh!- Y eso hizo Julia, mirándola, comiéndole las tetas y follándole los dos agujeros.

Se corrió esta vez más intensamente, se imaginó que yo la follaba por detrás y Julia le comía las tetas y le metía los dedos. Se estuvo retorciendo un rato y Julia no le sacaba los dedos. Ella gozaba y le busco su coñito y su culito, para hacerle lo mismo.

Se quedaron de lado, una frente a la otra mirándose a los ojos y repitiendo lo que le hacía Julia en sus dos agujeros, con suavidad, ya dilatadas. Al final se pegaron más, besándose y Julia le dio caña, y Andrea le copio.

Se corrieron casi a la vez, lamiéndose las caras y las tetas y sudando con los pelos revueltos. Se sacaron las manos y se abrazaron, respirándose agitadas en la cara y besándose. Entrelazaron sus piernas, y dejaron sus coñitos en el muslo de la otra. Y Andrea le dijo:

-Encantada de conocerte Julia, vamos a ser muy buenas vecinas.-Y le mordió el labio, riendo sin fuerzas las dos.


Yo me fui a lavar bien el coche, tenía que hacer bastante tiempo y aproveché. Chatee con las chicas, que me agradecían los polvos, y me calentaron con promesas sexuales, mandándome fotos y pidiéndome que fuera, que su abuela no se enteraría. Las mandé a dormir, y seguí limpiando medio cachondo.

Al final lo dejé como nuevo y me di una vuelta por Collserola. Me encanta conducir de noche, y prefiero la moto, pero el coche también está bien. Con calma, pero ligero, conducía escuchando música y me llego un mensaje de Julia, que me daba vía libre para volver. Llegué a Molins de reí, y en vez de coger la autopista, para llegar antes a Barcelona, me di la vuelta y volví por Collserola. Julia no tendría polla esta noche, era el pago por intentar quitarme a una sumisa. Y aun lo pagaría mejor.

Llegue a casa y Julia dormía como un bebé, pero cruzada en la cama, para que tuviera que moverla y se despertara. Había leído el correo y sabía que se la había regalado, pero lo de que estaba cada vez más desbocada, sabía que lo pagaría con carne.

Aguante las ganas de castigarla ahora mismo, me fui al sofá, y me tumbe con un documental, puse el temporizador, para que se apagara la tele, y cerré los ojos escuchando al locutor.


Pero me sonó un mensaje.

Me extrañe, ya tan tarde, y lo mire. Era Olivia diciendome que abriera, que estaba en la puerta.

-¡Joder con la peque! -exclame en voz baja, levantándome a abrirle.

Estaba a oscuras en la escalera, y me saltó encima riendo en voz baja.

-Estas muy loca tía. -le dije dejando que me besara el cuello riendo.

-He hecho una misión nocturna, no tenía sueño y me iba a pajear. Y como estabas en línea hacía poco tiempo. Pues aquí estoy.- me explico ya sentado en el sofá, con ella frotándose mi polla y besándome.

-Muy bien, muy audaz. Me encanta. Pero Julia duerme en la cama, así que no hagas mucho ruido.- le dije mordiéndole un pecho.

-¡Mmmh! Osti tú, que morbo. -me dijo levantándose y quitándose el pantalón del pijama y las braguitas.

Me quite el pantalón, con ella mirándome ansiosa, y se bajó a metérsela, pero la pare y la deje de pie, llevándome su coñito a la boca.

-¡Aaaaah! ¡Mmmmh! si, joder que ganas tenía ¡Aaaah! ¡Aaaah! ¡Mmmmh!.- me dijo en voz baja, hasta que le tape la boca y chupe más fuerte. Lo tenía salado de haberse calentado un par de veces en casa.

Ella, como buena gimnasta, se arqueo, y viendo lo que quería, me tire de lado en el sofá y empezamos un 69 más cómodos.

La tuve chupando hasta que me corrí, y ella con la mandíbula dormida se corría por tercera vez y me mordía la polla de lado con suavidad, mientras se corría, no podía escapar de mi boca y mis dedos follándole los dos agujeros. Y cuando recobró un poco el aliento me dijo:

-¡Buuff! Que malo, ¡Mmmmh! no vuelvo a hacer un 69 contigo ¡Aaaaaah! hasta que aguante más ¡Mmmmh! madre mía ¡Buuff!

Y la solté, viniendo a mí, besándome y mordiéndome los labios.

-Joder tío, que no siento la mandíbula capullo. -me dijo tocándosela.

-Perdona, pero aflojabas al correrte, y me pasaba el orgasmo.- le dije ciertamente.

-La próxima vez te pellizco el culo, y asi ya sabes que casi estoy. -le expliqué pellizcándoselo.

Se apartó un poco, y agarró mi polla, pajéandome poco a poco y me dijo:

- No me fio, esta te obedece, y tu gozabas pero de mi coñito. -me dijo riendo picara.

-¡Mmmh! ñam, ñam, está muy rico. -le dije riéndonos en voz baja.

Ella me pajeaba y me dejaba sus tetitas en la boca, y notaba como crecía otra vez. Me miro y me dijo:

-¿Probamos por detrás? Me lo has dejado irritado. -me pregunto cómo una niña buena.

-No tía, no es tan fácil, y te va a oir hasta tu abuela. -le dije riendo otra vez los dos.

-Solo esto, y otro día un poco más.- me digo apretando el capullo con cara de vicio.

-¡Buuff! Que peligro tienes. Si más ganas que yo, no tendrás tu capulla.- le dije agarrándola y poniéndola en posición.

Me escupí en los dedos y le mojé la entrada, con ella mordiéndome los pezones otra vez cachonda. Me volví a escupir, me mojé el capullo, y le dije:

-Toma, muerde. A ver si te ves capaz.- y mordió el cojín, le agarre los pechitos y me miro sonriente, empujando hasta que dejó de sonreír.

Gritaba y lo intentaba, pero era mucho pedir, para ese culito redondo.

-Deja, ya lo haremos bien otro día.- le dije sacándome un pecho de la boca.

Pero la dejo en la entrada y bajo resoplando a besarme. Estuvimos así un buen rato, y yo ya empezaba a notar más calorcito en la punta. Me miró sonriendo y dijo:

-Poco a poco, todo se consigue.- Y empujó otro poco soltando un gemido de dolor en mi pecho.

Bajo la mano a mi polla, y la empezó a mover haciéndose sitio en su culito y resoplando. Yo la vi tan dispuesta, que le solté las tetitas y le agarré los cachetes abriéndolos.

-¡Aaaah! Ya, ya está ¡Aaaah! No me puedo mover ¡Mmmmh! ¡Mmmm!.- me decía tensa y dolorida.

-Espera un poco.- le dije empujando y aflojando lentamente.

-¡Mmmh! ¡Mmmh! asi, asi ¡Aaaaah! Me partes ¡mmmmh! ¡Aaaaajj! Sigue, sigue ¡Aaaaajj! .-me pedía la pequeña y audaz Olivia, ya con mi capullo dentro y follándole lo más suavemente que pude resistir, porque ya tendría media polla, si no fuera por los gritos que daría.

Pero la ayude un poco más y colé mi mano para frotarle el coñito sin abrirle los labios, pero apretando su clítoris.

-¡Aaaah! Mejor asi ¡Aaaah! ¡mmmmh! la noto, sigue asi ¡Aaaaah! ¡Aaaah! -me pedía.

-Oli sigue tú, porque yo no respondo si me dejas. Sigue como lo hago yo.- le confesé, notando mi capullo ardiendo dentro de su precioso culo.

Y eso hizo, se acomodó y empezó a follarse ella con poco más del capullo, y mi mano frotando su coñito.

-¡Aah! ¡Aah! ¡Aah! ¡Aah! ¡Mmmmh! ¡Mmmmh! si, mejor yo ¡Mmmh! ¡Aah! ¡Aah! ¡Aah! ¡Aah! ¡joder, joder! Suéltame el coño ¡Mmmmh! joder me corro ¡Mmmmh! ¡Aaaajj! ¡Aaaajj! ¡Aaaajj! -se corría metiéndose más polla, intentando no correrse, pero era tarde.

Se corrió, arqueando su espalda, con mi boca lamiendo sus pezones con fuerza, y expulso mi polla sonriendo, y diciéndome:

-La próxima, la próxima la buena ¡Mmmmh! joder que experiencia ¡Buuff! .- me dijo tumbada encima y resoplando.

-Se agradece el regalo, pero estas muy loca. -le dije en voz baja al oído.

Soltó una risita y me la agarró diciendo:

-Hay pobrecita, que va a tener que esperar. -y reímos los dos.

Cogió su móvil, puso una alarma, y se acomodó encima besándome y cerrando los ojos.


Pero no la despertó la alarma, la despertó un sueño erótico muy real:


Estaba en la playa, y notaba el calor de la arena y sudaba un poco. Miraba el mar, y se sorprendió del silencio, y sobre todo de que no había nadie. Apretaba la arena bajo la toalla, y miraba las olas venir.

Y empezó a sentir que jugaban con su coñito, sonrió sabiendo que era yo, volvió a mirar alrededor, y estábamos solos. Notaba como le frotaba la punta de la polla por el coñito, se sorprendió de estar haciendo nudismo, pero si iba conmigo, ella lo hacía encantada.

-Malo. -me dijo notando mi punta juguetona.

Yo no le decía nada, solo soltaba una risita muda.

Notaba como empujaba poco a poco, y ella se movía acomodándola y dejándola entrar muy poco a poco.

-¡Mmmmh! - gimió dulcemente, dejándose hacer.

-¡Mmmh. - gemía yo al notar su calor recibirme.

Olivia miraba el mar, y notaba el calor, pero el sol no le quemaba. Pensó que habría una sombrilla, pero no le importaba. Ella ya notaba más del capullo dentro y se calentaba. No había prisa, y se dejaba hacer.

-¡Buuuf! Me estás poniendo mala ¡Mmmmh! -me decía moviendo sus caderas y notando mi polla entrar poco a poco.

-¡Mmmh! yo no hago nada, no haberte puesto aquí.- me oyó decirle.

Y noto mis manos en su espalda, acariciándola y bajando hasta su culo, para sobárselo. Noto entrar ahora más polla, y como le dejaba de sobar el culo y subía por su espalda.

-¡Aaaaah! Mejor, otro poco porfa .-me dijo notando otro empujón.

-¡Aaaah! ¡Mmmmh! gracias.- me dijo sonriendo agradecida.

Y Olivia seguía mirando el mar, mientras notaba como la empezaba a follar lentamente, cogido a su culo y paseando los dedos por su espalda.

-¡Mmmmh! ¡Mmmmh! No sé qué hora será. -me oyó decirle.

-¿Qué más da? ¡Aaaaah! Aquí se está muy bien ¡Mmmmh! sigue asi, me gusta.- me respondió.

-¡Aaaah! ¡aaaaah! Lo malo es el calor ¡Mmmmh! estoy sudando. -me dijo gozando y viendo las olas que no paraban de venir.

-Es que eres muy caliente ¡Mmmmh! y por dentro ni te cuento ¡Mmmmh!.- me oyó decirle, y soltó una risita, que le hizo notar más mi polla.

Puso cara de niña mala, y empezó a hacer fuerza con su coñito cuando entraba, soltando risitas y gozando.

-¡Buuuf! Que fuerza ¡Mmmmmh! Pero ya no puedes escapar ¡Aaaaah! -me oyó decirle ,agarrándole el culo fuertemente, y aumentando la follada.

Y cuando se empezó a mover, noto nuestros cuerpos mojados frotarse, y despertó.


-¡Aaaah! Otras estaba soñando ¡mmmmh! ya decía yo ¡Mmmmh! ¡mmmmh! -despertó Olivia sin poder reírse de tener un sueño, y despertar viendo que era medio real, del placer que sentía.

Se separó un poco, apoyándose en los codos, y se lo agradecí sintiendo aire fresco en mi pecho y mi barriga empapados. Empecé a soplar entre nosotros, y Olivia sonreía, por el frescor y las cosquillas de mis soplidos.

-¡Aaah! ¡Aaah! ¡Aaah! gracias, cariño ¡Mmmmh! estaba asada de calor ¡Mmmmh! sigue, ya casi estoy ¡Mmmmh!.- me decía notando el frescor y sus pezones despertar.

-¡Mmmh! ¿me lo dices? ¡Mmmmh! ¿ o me lo cuentas? ¡Buuuufff! ¡Aaaaaj! Sigue tú, que me corro capulla ¡Aaaaajj! ¡Mmmh!.-le dije, soltándole mi lefa, y viendo cómo aumentaba la follada gozando, y haciendo danzar sus tetitas.

-¡Aah! ¡Aah! ¡Aah! ¡Aah! ¡Aah! ¡Mmmmmh! ¡Siiii! ¡Mmmmh! ¡Aah! ¡Aah! ¡Aah! ¡Aaaaah! .- se corría Olivia lamiéndome los pezones por turnos y resoplando.

Se dejó caer de lado, y levantó la cabeza buscando mi boca, y me beso acalorada.

-Joder qué sueño más real, hay que hacerlo realidad. -me dijo, jugando con el sudor en mi cuerpo, resbalando los dedos como si llevarán patines.

-¿Salía yo? .-le pregunté, sobando sus cachetes del culo, y viendo su móvil parpadear, antes de empezar a sonar la alarma.

Solté su culo, y la apagué antes de que empezara a sonar, y volví a cogérselo.

-Si, estábamos en la playa, y hacíamos nudismo.- me dijo recordándolo.

-Vaya, con lo mal que doy yo en cámara.- le dije.

-Anda ya, tu sales genial, más viejo pero guapísimo.- me dijo picara.

-Lo que no se yo, es si tendría follón, con alguna en una nudista, con esta serpiente a la vista de las pájaras de playa.- me dijo agarrándola y riendo los dos.

Se sentó y buscó su ropa resoplando.

-Verás tú, como me vea un vecino. -me dijo, pensando que tenía que volver a casa.

-Escribe a Andrea y le dices que te baje ropa, y no tienes que subir. Que le diga a su abuela que has ido a tu casa a por ropa, o a afilar tus cuchillos, no sé.-le dije riendo los dos.

-Si, algo asi ¡Jejeje!

-Buena idea, voy al baño y le digo mientras.- me dijo aliviada.

Yo fui al otro y se nos oía a los dos en el silencio orinar, y reímos juntos en voz baja.

Me lavé las manos, la cara y me fui por café. Quería despertar a Julia, ya hacía tiempo que no la despertaba yo. Pero no iba a dejar a Olivia sola.


Llegó a la cocina, peinada, con su pijama “manga”, con sus tetitas danzando libres y contentas.

-Madre mía, no veas si hay cosas en el baño de mujer. Me voy a venir cada mañana que son de las caras.- me dijo riendo asombrada.

-Aún no te hacen falta mujer, eres muy joven para esos potingues.- le dije admirándola desde el taburete.

-Bueno, alguna cremita va bien, ya te pondré y veras que cambio.- me dijo sirviéndose café y buscando un bol para los cereales.

-A mí la única crema que me gusta en la cara es la de mujer.- le dije riendo los dos.

-¡jajaja! Que burro .-me dijo tirándome un cereal que casi cazo con la boca.

Cogió el vaso y el cuenco, sabiendo que no le quitaba ojo, se fue por detrás de la mesa y se sentó fuera de mi alcance, sonriéndome picarona.

-¿A mi edad las debías espantar no? ¿o directamente buscabas ninfómanas?- añadió riendo.

-Bueno, mi solución fue tener varias novietas, en varios pueblos. Como los marineros. Pero si, me solían dejar a veces.- le dije, recordando mil caras de mil mujeres.

-Entonces siempre as recargado rápido, y siempre has tenido ganas a todas horas.- me interrogo Olivia pensando en volver a follarme después de desayunar.

-Si, básicamente. Pero de más joven que tú, lo veía normal. Todos íbamos muy salidos, ya sabes. Y luego me di cuenta de que no era normal, pero la solución que me dieron no me gusto, y aquí me tienes, pensando en saltar la mesa, o esperar a que pases.

Me miró pensando lo mismo, y me pregunto:

-¿Qué solución te dieron?

-Patillas y terapia. Pero pase de pastillas, y con la terapia ya lo llevo mejor, siempre que no tenga una hembra en pijama delante. -le respondí mirando sus pezones de punta y sus ojos de vicio.

-Déjame desayunar capullo, que me pones mala mirándome así.- me dijo tirándome cereales.


Andrea era más mujer, con más cuerpo, ya se entiende. Y se le podía dar más caña, sin temer hacerle algún desgarro o algo peor, pero Olivia era puro fuego, y le encantaba el sexo. Ya fuera por su edad, o porque era otra potencial ninfómana. Pero eso lo sabría con los años. Ahora sabía que quería acabarse los cereales y el café, para provocarme y dejarse coger, al pasar cerca.


-Buenos días madrugadores, se os oía a las 6 de la mañana.- dijo Julia acercándose a besarme.

-Buenos días, Julia. Ha sido culpa mía, estaba soñando y lo he despertado.- se excusó algo avergonzada.

Me beso y se acercó a ella dándole dos besos y mirando el dibujo de su pijama.

-¿Te gusta lo japones? Están estancados en el pasado, los pobres. Esos sí que son sumisos -le dijo sonriendo.

-Si, bueno ahora no lo leo tanto, pero son una cultura muy diferente.- le respondió.

-SI, una cultura que tiene el índice de suicidio más alto del mundo, y vosotras los idolatráis, cuando ellos desearían ser occidentales y no tener tantas parafernalias para todo. -le explico sirviéndose café y viniendo entre mis piernas.

-Bueno, pero si me gustan sus comics, y algunas prendas de ropa gótica, no me importa que el que los haga se suicide. -le dijo Olivia sin amilanarse, mirando su tazón.

-A vale, bien dicho, creía que eras una loca de esas que le chifla lo japonés.- le dijo riendo las dos y notando como le había cogido un pezón, por si seguía atacándola con la pequeña discusión tonta.

-Ahora vendrá Andrea y desayuna aquí, así se ha escaqueado de la madre y la abuela.- dijo Olivia mirando el mensaje.

-Oye a ver si un día me lleváis a comprar ropa gótica, he visto cosas en la web que me han gustado.- le dijo Julia, mirándome sonriente, sabiendo que les haría sombra a las pobres jovencitas.

-Pues ya tenéis plan de sábado de compras, yo tengo trabajo atrasado por vuestra culpa, que me acaban de reclamar. -les dije mirando un correo del trabajo, con Julia leyéndolo y confirmando que era verdad.

-Ósea que haces que las chicas estudien más y se apliquen, y tu cada dos por tres, estas retrasado en el trabajo.- me dijo Julia riendo las dos.

Le agarré los pechos con cariño, se los apreté y le dije:

-Es que debería montar el despacho en la habitación de invitados, y ponerle cerradura.


Y las dos se negaron diciendo que tampoco me pasaba tantos días, que las chicas no podrían repasar sus trabajos si no estudiaban a mi lado, y un par de argumentos más. Y yo sonreía besando el cuello de Julia y gozando de sus tetas de vicio.


Continuará.

Nov. 2, 2022, 5:21 p.m. 0 Report Embed Follow story
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The End

Meet the author

Pendergast Maxthon Escribo una saga sobre un personaje central, en varias épocas de su vida, Son relatos eroticos, heterosexuales y lesbicos. Todos están entrelazados, con varios personajes que salen entre todas las historias. ¿Es una biografía? ¿es pura imaginación del autor? leelos y llegarás a una conclusión. A día de hoy, noviembre del 22. aún queda mucho que aportar.

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