Taehyung miraba a Yoongi mover el sartén con agilidad. De grande quería ser como él.
— ¿Te gustan los Hot cakes?— El alfa preguntó al ver al niño sentado en la isla.
— Sí, Tío Jin cocina muy rico.
— ¿En serio?— Al pálido no le molestaba la presencia del pequeño.
Después de aquel accidente, Taehyung tuvo un fuerte apego a él. No sabía si aquello era bueno o malo, pero lo importante era, que Jimin no se encontraba molesto.
No le decía nada al menor cuando corría a él para que lo tomara en brazos, tampoco cuando le pedía permiso para quedarse a comer en la casa del alfa.
Por otro lado, Jimin mantenía su distancia. Le agradaba y agradecía lo que el mayor hacia. Tener paciencia a su hijo era mucho pedir.
Taehyung hablaba demasiado. Tanto que por las noches hablaba solo.
— ¡Sí!— Movió sus piecitos por la orilla y alzó sus manitas.— ¡Namjoon hyung se queja por lo dulce que son pero son deliciosos!— Gritó de felicidad.
— ¿Hay algo que quieras ponerle encima?— Le preguntó montando el alimento en dos platos distintos. El de Yoongi era de vidrio y el del pequeño, era uno de plástico con dibujitos de Kumamon.
Por fin, Yoongi había tenido la oportunidad de comprar algo de su personaje favorito. Algo que podía usar las veces que él quiera, solo cuando estuviera solo.
— ¿Miel?— Preguntó con sus ojitos grandes, curioso de lo que el alfa le estaba diciendo.
— Ayer por la tarde fui al supermercado.— Le dijo. Estiró su brazo para tomar la silla alta que Jimin le había dejado en la puerta la tarde anterior.
— ¡¿Y que compró?!— Preguntó emocionado.
— Papel higiénico.— La seriedad con la que le dijo esas palabras al menor, lo hizo sentir triste.
El tierno puchero que hizo el cachorro, le destrozó el corazón a Yoongi.
»— Compré frutas rojas.
Los gritos eufóricos del niño hicieron reír al mayor.
— ¡FRUTA!
Sí, sus mañanas eran muy divertidas.
Yoongi acomodó la silla del niño a su lado y le sirvió en su vaso entrenador leche achocolatada tibia. Cortó las fresas, frambuesas y cerezas, para ponerlas encima de los Hot cakes con miel.
Jimin le había dicho que podía darle dulce por la tarde, no antes de las doce y no después de las cinco. En dado caso de que se quedara con él el resto del día.
Justo ése día era descansos para Yoongi, y le agradaba la presencia en su casa. El suave y dulce aroma a cachorro le gustaba.
.
Jimin suspiró al ver que eran las once de la noche. Tener dos empleos lo desgastaba mucho. Se lamentaba cada día que pasaba, no le llegaba la notificación a favor de la demanda hacia el padre de su cachorro.
A Jimin no le pesaba mantener a su criatura, le molestaba que su padre alfa se lavara las manos al no ayudarle.
La puerta fue tocada de manera suave. Ya era muy tarde, su cachorro seguía en casa de su vecino.
Caminó calmado hacía el pasillo hasta llegar y abrir, el chico alto, de piel pálida, con una sonrisa de lado. Su cachorro dormía en sus brazos, con su cabeza pegada al cuello, respirando el rico aroma a chocolate.
— Deberías descansar.— El alfa entró cerrando la puerta.
Jimin solo lo miró con reproche.
— Mi bebé no come aire.— Respondió. El alto miró al omega y luego al cachorro.
— Te dije que puedes dejar de trabajar, pueden quedarse con nosotros.— Le recordó la propuesta de dos semanas atrás.
Y sí. Jimin lo recordaba cada día y cada noche.
La noche después de su primer día de celo, Jin había ido a ayudarlo.
Efectivamente, Taehyung se había ido con sus tíos a pasar unos agradables días jugando con el Xbox de su tío Nam.
Yoongi había hecho a Jimin suyo. En cada ataque de calor que le daba, todos fueron complacidos. Claro, todo con protección, con nudo pero no marca. Excepto las de sus manos en sus caderas, pero no más allá de eso.
— No podemos depender de tí, es mi deber cuidar y mantener a mi cachorro.
— Jimin, no serían una carga.
— Para tu hermano puede que sí.
Yoongi permaneció en silencio un momento. Caminó por la casa hasta llegar a la pequeña habitación que Jimin le había decorado a su cachorro. Lo cubrió con la manta para dejarlo descansar el resto de la noche. Besó su frente y acomodó la colcha sobre su pecho.
Regresó a la sala, Jimin estaba revisando los mensajes de Jin sentado.
— Jamás en mi vida me he sentido seguro de tener algo estable, algo con lo que pueda asegurar y decir que son por lo que trabajo.— Dijo sentándose a su lado.
— Y es por eso mismo hyung.— Jimin suspiró dejando el celular sobre el respaldo del sofá.— No quiero que alguien presuma mi imagen y la de mi cachorro como algo por lo que te sacrificas.
— No lo hagas sonar así.— Le sacudió el cabello.— Eres mi omega.
Y eso hizo a Jimin llorar.
¿Por qué mierda no conoció a Yoongi primero? ¿Dónde estaba el alfa cinco años atrás? No lo culpaba pero por las pocas cosas de las que se habían hablado en ese tiempo, no estaban muy alejados que digamos.
¡Eran solo tres calles!
¡Tres malditas calles que lo alejaban!
.
Taehyung despertó temprano. Muy temprano porque el sol apenas estaba saliendo. Puchereó por el frío que sentía, su colcha estaba en el suelo. Por esa razón le gustaba dormir con su padre.
Saltó de la cama para arrastrar su colcha e intentar subirla, y no pudo. Mejor la fue arrastrando hasta salir de su habitación.
Caminó a paso lento hasta llegar a la puerta de la había de su padre. La abrió y se alzó de puntitas para ver encima de la cama. No había nadie.
Su corazoncito latió con mucha fuerza, su labio tembló y sus ojitos se llenaron de lágrimas. ¿Lo había dejado solito?
Se soltó en un llanto suave, que fue aumentando al sentir su colcha atorada a la orilla de la puerta. El jaloneo no ayudaba, solo aumentaba el llanto y desesperación de querer salir de ahí para buscar a alguien.
Taehyung no escuchaba nada. No escuchó los rápidos pasos que resonaron por el pasillo.
Los brazos de alguien lo sujetaron con fuerza y lo abrazaron.
— ¡Papi!— Lloró pegando su mejilla al pecho que lo protegía.
— ¿Qué estabas haciendo Tae?— La grave voz no lo hizo alejarse, sus brazos apretaron más su agarre. No quería soltarlo o también se iría.
— ¡Papi, papi, tenía mucho miedo!— El llanto del cachorro atrajo al otro adulto.
Jimin se tallaba el ojo mientras entraba. Él había sacado la colcha de su agarre a la puerta.
— ¿Estás bien, bebé?— Jimin se acercó para revisarlo pero su hijo no se alejaba del pecho de Yoongi.
— Tiene miedo, déjalo.— Yoongi le dijo, acariciando su cabello mientras dejaba suave besos en su mollera.
Taehyung se aferraba al hombre que lo hacía sentir protegido, su madre omega le daba seguridad y amor, pero los brazos de su papi Yoongi le daban confianza y le hacían sentir protegido.
Lloró en su pecho por mucho tiempo. No sabe cuánto pero lo único que sabe es que no quiere alejarse de su padre alfa.
Por qué sí.
Yoongi era su padre alfa.
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