vampark ⠀ 你♡ ⠀oh, boy !

one shot⠀!⠀" JungKook es un joven llorón que quiere toda la completa atención de su novio Park JiMin. " ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⛉⠀𝘂𝗻𝗶𝘃𝗲𝗿𝘀𝗲⠀;⠀jikook⠀'⠀!! ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀ original by vampark ⠀⠀⠀⠀⠀ ⋆ ﹙𝗼𝗻𝗲﹚ contenido smut, fluff ⠀⠀⠀⠀⋆ ﹙𝘁𝘄𝗼﹚ esto es irreal, pura ficción ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⋆ ﹙𝘁𝗵𝗿𝗲𝗲﹚ prohibido adaptar ⠀


Fanfiction Erotic For over 18 only.

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llorón

El de cabellos rubios se movió rápido por los pasillos del edificio, buscando entre lágrimas a su mayor, deseaba contarle acerca de cómo su hermano le había hablado de mala forma por tirar el libro de álgebra mientras jugaba con sus compañeros —lo cual había sido un accidente por querer seguir lo que ellos hacían, de tirar sus libros al lago gritando: ¡Que se vayan a la mierda las matemáticas!—.


Jeon era como un pequeño niño, sensible a cualquier estímulo que no le gustará.


—¿Qué sucede, Koo? —preguntó con suavidad y cariño el castaño, inclinándose un poco para besar la coronilla del niño llorón que llegó a sus brazos, interrumpiendo la charla que tenía con su mejor amigo.


—Seok me regañó por tirar mi libro, ¡Pero no lo hice con intención! —despegó su rostro del pecho del mayor, para observarlo con sus ojitos bambi rojos ante el llanto, las lágrimas resbalando por sus rosadas mejillas.


JiMin sabiendo como era su chico sensible supuso que exageró ante la explicación que dio, y si su hermano lo reprendió fue de manera justa. HoSeok era como el padre de JungKook, él era quien mantenía a ambos con un trabajo de medio tiempo y se esforzaba demasiado para que tuvieran lo necesario, así que el de cabello castaño solo lleno de besos el rostro del rubio y le habló con suavidad: —Cariño, él no quiso hablarte así, sabes que él se esfuerza y pues no es ideal perder las cosas. —acaricio su mejilla para luego acunarlas en sus manos—. Hablaremos con él cuando lo veamos, ¿está bien?


—Si, Mimi. —dijo bajito, acercando su mano hecha puño a sus ojos y para limpiar las lágrimas con el suéter rojo que tenía.


—Dios, que cursi es esto. —comentó la tercera persona que estaba allí, la cual habían olvidado por estar en su pequeño mundo, como siempre.


—Oh, Tae-ssi, hola. —el menor agitó su mano libre, aún limpiando el rastro de lágrimas.


—Hola, Koo. —le regalo una linda sonrisa cuadrada antes de girar su rostro hacia JiMin—. ¿Si me acompañaras al picnic? —dejó que sus manos descansarán en los bolsillos del pantalón de chándal que portaba.


JungKook escuchó aquellas palabras del moreno, sintiendo ganas de llorar nuevamente, con ojitos suplicantes miró a su pareja y tomó con sus largos dedos el fornido brazo del chico. Y aquí iban de nuevo.


—¡No quiero que me dejes solito, Mimi! —lloriqueo, zambullendo suave el brazo del chico, caprichoso de que su novio se fuera y lo dejara solo.


—Koo, siempre está contigo, deja que vaya conmigo, es un picnic con la line 95 de nuestra clase, por favor. —Tae junto sus manos mientras abulta sus labios en un puchero, sus ojos observando en súplica al rubio ya que de él era el de la decisión final.


—Pero quiero que Mimi se quede conmigo. —hablo caprichoso, dejando que las lágrimas siguieran resbalando por sus mejillas —también era un buen actor y manipulador—.


—JiMin. —miró al castaño en súplica—. Es la última salida del año, después pierdo contacto contigo, ¡Por favor! —Lo tomó por los hombros, haciendo ojos de cachorrito. TaeHyung no se iba a rendir fácil.


El castaño estaba entre la espada y la pared, por un lado su mejor amigo de infancia y al otro su novio de hace dos años, ¿Cuál era la mejor opción?


—¿Puedo llevar a Koo, Tete? —era lo más adecuado que podía hacer —aparte de que fue lo primero coherente que llegó a su cabeza—, así ambos estarían felices y él no ganaría el odio de personas importantes para sí.


TaeHyung suspiró resignado, si era la mejor opción no se podía negar: —Esta bien, puede ir con nosotros.


—¡Si! —dijo eufórico el menor, alzando sus brazos en victoria mientras las lágrimas dejaban de resbalar de sus ojos bambi—. ¡Iré con Mimi a un picnic!


—Irás colado a nuestro picnic. —corrigió el moreno mientras suspira pesado, sus largos dedos tomando el puente de su nariz—. Tendré que avisarle a los demás.


—Pídeles disculpas de mi parte, Tete. —le dijo antes de tomar la mano de su menor.


—¡¿Cómo que yo? Debes ir tú! —exaltado y enojado golpeó la frente del mayor con su dedo índice.


—¡No, Mimi va conmigo donde Seok! —los brazos del menor rápidamente se movieron a la cintura del mayor para aferrarse allí.


El moreno suspiro frustrado antes de dar media vuelta, soltó un 'nos vemos' al aire y partió hacia el salón, no tenía caso discutir algo más sobre el tema ya que JungKook seguiría su berrinche de tener al castaño consigo. JiMin no podía pensar por sí mismo cuando el menor estaba a su alrededor, porque algo que no fuera de su agrado le hacía un berrinche.



( 1995 ☆ 1997 )



La pareja ya estaba en la casa del mayor, viendo una película de Marvel, porque el rubio llorón lo pidió junto a palomitas de caramelo y como tenía un novio muy consentidor, cumplió su capricho. Se encontraban cansados del largo día que tuvieron, aquel picnic donde se dieron cuenta de que JiMin es muy dócil con el bebé llorón: Koo.


Los siete jóvenes adultos descansaban sobre la manta de cuadros rojos y blancos, mientras charlaban acerca de los últimos, agotadores, exámenes y bebían latas de cerveza. Pero el castaño se la pasaba girando su cabeza para vigilar a Jeon, quien jugaba con las flores y algunas mariposas que llegaban allí.


—Parece un niño. —dijo NaYeon observando al rubio, sosteniendo la lata que acercó a sus labios.


—Lo es, y uno demasiado llorón, también caprichoso. —le agrego el moreno, bebiendo un largo sorbo.


—JiMin es su papi. —bromeó MinKi, sonriendo mientras dejaba la lata apoyada en sus labios. Ganó una clara mirada de molestia por parte del castaño.


—No es-


—¡Mimi! —lloriqueo el rubio, caminando a pasos rápidos hacia el castaño, sus ojitos bambi llenos de lágrimas y las mejillas teñidas en color carmín—. ¡Me duele!


—¿Qué pasó, Koo? —le preguntó con cariño, poniéndose de rodillas para tomar la mano del menor y ayudarlo a sentarse—. ¿Qué duele?


—Aquí. —con una voz suave e infantil mostró su dedo índice a JiMin, donde tenía una espina de rosa—. Duele mucho, Mimi. —abultó sus labios en un puchero, las lágrimas llegando a sus labios, probando el salado sabor.


El castaño frunció sus gruesos labios tomando la mano con cuidado, para observar la espina que sobresalía de la blanca piel del dedo de Jeon, la observó con detenimiento para ver si era grave y si había posibilidad de sacarla sin necesidad de algún instrumento. Los demás presentes lo observaron tratando de no reírse por la inmadurez del menor, pero también les conmovía como JiMin cuidaba del dongseang, ¿De dónde sacaba tanta paciencia para aguantar todos los berrinches?


—Creo que puedo sacarla, ¿NaYeon, tienes unas pinzas con las que te arreglas las cejas? —le preguntó, observando cómo la chica asentía para proceder a buscarlas.


—Ella tiene de todo en ese bolso, ¿De casualidad no tienes un encendedor? —bromeó SangHyuk llevando la lata a su boca, pero quedó a mitad de camino cuando vio frente a sus ojos un encendedor eléctrico.


—También tengo. —burló mientras lo volvía a guardar para pasarle al castaño las pinzas.


—¡No, me dolerá, Mimi! —se quejó rápido, tratando de alejarse de su mayor—. ¡No quiero!


—Deja tu berrinche, ¿Quieres que te siga doliendo? —bufo bajo el castaño, poniendo sus facciones rígidas en molestia. JungKook se quedó quieto.


—JiMin da miedo enojado, ¿No creen? —Hye-Jin susurró hacia los demás, mirando de reojo a la pareja.


—Eso no es nada, no saben como es cuando pierde en un videojuego. —dijo con simpleza el moreno, dejando caer su cuerpo por completo sobre la manta.


Mientras los demás charlaban, JiMin sostuvo la mano de Jeon, para poder sacar la espina, centrando su vista en el filoso objeto y con las pinzas siendo certero, pronto la tomó y sacó con cuidado, asegurándose de que saliera toda, sería peligroso si quedaba algún trozo. Dejó la espina en su mano y luego la enrollo en un trozo de servilleta.


—Listo. —sus gruesos labios se curvaron en una cálida sonrisa para dedicársela a su menor, quien tenía las mejillas teñidas de rosa y cubiertas de lágrimas—. Puedes seguir jugando. —dio una caricia a los suaves cabellos rubios y se giró hacia sus amigos, tomando la lata para beber—. Juguemos verdad o reto ¿o les da miedo?


JungKook se aseguró que su dedo no doliera más para así ponerse de pie y caminar hacia el montículo de flores, estaba haciendo una corona de estas, pero cuando trató de agarrar una linda rosa blanca se pinchó y quedó destruido el avance que llevaba con la corona, así que inició de nuevo. El rubio prefería estar en su mundo y dejar a su novio con sus amigos apesar de las ganas de llorar por querer estar con él, porque Koo quería toda la atención de su Mimi.


Entre risas y bromas de la line 95, se dieron cuenta de cómo les había hecho falta una salida así, dejar los problemas y ser ellos como debía ser, mostrar el lado alocado de su ser, la diversión y adrenalina que les faltaba en el sistema, que la vergüenza recorriera sus rostros y las risas fueran la mejor melodía en sus oídos. Nunca sabrás cuándo volverás a disfrutar de los pequeños momentos.


—¡Mimi, Mimi! —los bellos ojos bambi trataron de conectarse con los almendrados del mayor, para que le pusiera atención a la bella corona de flores que se había hecho. Pero JiMin parecía estar más ocupado riéndose a carcajadas por las ocurrencias de sus compañeros.


Los finos labios del rubio se abultaron en un puchero por la nula atención que recibió, así que decidido y con las lágrimas acumulándose en sus ojos se dio media vuelta y empezó a caminar hacia su casa, para ir a llorar a los brazos de su grande peluche de conejo blanco que le dio su novio y luego ser mimado como se debía por su hermano.


—JiMin, tu chico se está retirando. —dijo con pereza el de cabellos naranjas, llevando a su boca una cereza embarnizada de crema batida.


El castaño giró su rostro viendo a su menor ya bastante lejos, sus piernas largas le ayudaban bastante al andar.


—Creo que ya debo irme, no me gusta cuando llora. —dedicó una perezosa sonrisa a sus compañeros y se puso de pie.


—Caes fácil en sus berrinches.


Y así habían llegado a esta situación. Los largos dedos se deslizaron por el torso desnudo del castaño, quien ante la sensación salió de su pequeño trance llevando los ojos almendrados hacia la cabellera rubia que descansaba en su pectoral, pensó que solo malinterpretaba las cosas así que siguió prestando atención a la pantalla del televisor.


—Mimi, dame atención. —chilló, levantando su cabeza para ver al confundido castaño—. Quiero tu polla. —demando con sus cejas fruncidas al igual que los labios.


—¿Qué? Pero si me pediste ver la película, deberíamos acabar de verla, ¿No? —estiró sus labios hacia un lado en una mueca.


—Pero quiero otra cosa ahora, tu polla. —dijo berrinchudo, dando una palmada sobre el muslo del mayor, provocando un quejido/gemido en él—. Dámela.


—No, vamos a terminar de ver la película. —hablo firme, cruzando sus brazos detrás de la cabeza, para observar la pantalla de nuevo, observando a Spiderman volar entre los edificios con ayuda de su telaraña.


JungKook como todo un chico llorón, empezó a pucherear y gimotear por no recibir lo que quería, las gruesas lágrimas resbalando por sus pálidas mejillas. Se había sentado sobre sus talones al lado de JiMin, desviando sus ojos bambi a la pelvis del mayor y al rostro de este, así en viceversa.


—Dios, odio verte llorar, ¿Por qué eres un bebé llorón siempre? Sabes como manipularme con eso. —frustrado por no poder ser firme con el menor, peinó sus largos cabellos hacia atrás, deslizando sus manos a la hebilla del pantalón para soltarla y dejar en libertad su miembro—. Bien, aquí la tienes, bebé.



( 1995 ☆ 1997 )



Los cabellos rubios rebotaban con cada salto, sus piernas y brazos temblando sin un claro control de este, las lágrimas resbalaban por sus mejillas al igual que la saliva en su mentón, para este tipo de ocasiones JiMin se sentía feliz de tener un espejo frente a su cama, porque podía observar los redondos glúteos desaparecer su miembro y ver el rostro de él en sincronía. Que espectacular vista, mejor que la que tenía el hombre araña de la ciudad en el televisor.


—¡Ah, papi! Tan rico~ —gimoteo, sus manos tomando con fuerza las mantas que estaban revueltas en medio de sus piernas—. Es gran-mhg-de —tiró la cabeza hacia atrás, sumido en el placer—, quiero más de ti.


—¿Qué? ¿No te basta con mi polla? —llevó su mano al glúteo del menor para apretarlo, y mientras lo hacía poder ver su miembro entrar y salir—. Eres un chico goloso, deberías aprender a satisfacerte con lo que tú mismo te das.


—No quiero hacerlo yo. —dejó caer su cuerpo sobre JiMin, para girar su rostro y mirarle con determinación—. Quiero lo que tu me das; tus manos sujetando mi cadera hasta que duela y tus dedos queden grabados, cubrir con tu cuerpo el mío y hacerme sentir tan pequeño… mi golosina favorita metiéndose tan profundo en mí hasta que me vuelve un caos de lágrimas y gemidos. Eso no lo consigo por mi mismo, así que dámelo, papi Park.


—No. —se cruzó de brazos, observando con una sonrisa ladina, de superioridad, como sus ojos se volvían cristalinos y dejaban resbalar gruesas lágrimas, que lo nombraban claramente como un bebé llorón—. Sigue llorando, porque en estas circunstancias no tienes poder sobre mí, verte así solo me hace querer tenerte más tiempo de esta forma, crybaby.


—¡Eres un estúpido! —chillo, levantando sus caderas para sacar el miembro de su culo, bajarse de la cama y así caminar hasta los cajones inferiores del armario, tratando de no caer por sus gelatinosas piernas—. Si no me lo vas a dar, mejor uso uno de mis juguetes, me dará lo mismo. —inclinó su cuerpo y tomó entre sus manos algún vibrador, el primero que agarrara sería su diversión.


—¿Seguro que es mejor el plástico rozando tu piel a otra piel rozando? —llegando detrás del cuerpo más pequeño, ajustó sus manos en las caderas, haciendo jadear al chico llorón.


—C-claro que no, pero tampoco quieres complacerme. —se echó para atrás, empujando a su pareja pero solo consiguió que el miembro del mayor se colara en medio de sus piernas—. Así que es igual a uno de estos. —alzó el vibrador morado en sus manos, tratando de alejarse pero la presión aumentaba en su piel.


—Creo que no lo es, porque puedes saber que bien complaces a tu pareja con los movimientos de culo que haces. —sonriendo divertido palmeo el glúteo derecho del rubio, haciéndole jadear y temblar, como podía estar de jodido el chico.


—¡Mierda, no lo digas así! —su cabeza se giró para ver al de cabello oscuro, frunciendo sus cejas en reproche—. Que me calienta...


—¿Más? Con solo tomar el control ya te hubieras corrido, mira nada más como estas de jodido y sin yo hacer algo con tu cuerpo. —se estaba burlando de su chico queriendo que este no pudiera aguantar más y se tirara sobre él para saltar sobre su miembro con rapidez, comiéndolo gloriosamente.


Y claro que lo consiguió.


JungKook cansado de esas palabras tan a la ligera que su novio tiraba, no le gustaban porque lo ponían nervioso, decidió que debía callarlo. Se giró con rapidez antes de tomar los hombros del mayor y empujarlo con fuerza hacia la cama, haciéndolo caer sentado con los codos apoyados en la superficie mullida, observando esos labios gruesos curvados con una sonrisa ganadora y lujuriosa.


No hubo tiempo de palabras, sus labios hambrientos juntándose en un profundo beso que desataba las emociones a flor de piel, solo deseaban continuar para hacerse uno, fundirse en el contrario como era costumbre para ellos.


Las manos del menor tomaron con fuerza la nuca de su pareja y ladeaba la cabeza para profundizar el tacto de sus labios, con la otra mano solo tomo la cabeza de seta de su pareja, que estaba húmeda por el lubricante sabor a uva, moviendo su palma sobre esta en un brusco movimiento que provocaba pesados gruñidos en JiMin, los cuales se ahogaban en esos finos labios.


—Siempre eres tan desvergonzado. —sus labios estaban unidos por un fino hilo de saliva mientras las miradas brillantes y deseosas se conectaban.


—Y tú siempre eres un jodido llorón. —sus labios se curvaron en una mueva sonrisa, ganándose un apretón en su miembro que le hizo tirar la cabeza hacia atrás.


—Deja de llamarme llorón, ¡Solo soy muy sensible!


—Un sensible llorón. —y antes de que el menor reprochara lo atrajo a su boca, mordiendo sin piedad esos labios cereza que su chico tenía, largos suspiros escapando del menor.


Ambos sabían cómo callar al contrario, como hacer olvidar las emociones y solo centrarse en el tacto de sus labios.


Las manos tomaron nuevo rumbo en sus cuerpos tendidos ahora sobre la cama, unas sobre esos redondos —pero suaves y perfectos— glúteos y las otras apoyándose sobre el colchón para no aplastar al contrario. Sus cuerpos tocándose y deseando más de los cortos tactos. Era hora de la acción.


Entre nuevos besos el cuerpo del rubio quedó abajo, siendo cubierto por el mayor, disfrutando de sentirse tan pequeño debajo de él, observando esa hambrienta mirada recorrer su desnudo cuerpo sin descaro. JiMin era una obra de arte caliente cuando estaba encima de ti: sus cabellos cubriéndole el rostro, los ojos brillando en placer, los labios gruesos entreabiertos dispuestos a tomar tu aire sin dudar, y como se veían tornados sus brazos.


Simplemente; el dios griego de Jeon.


—¡Papi! —chilló al momento de sentir su cuello ser maltratado por dientes que buscaban perforar su piel, tampoco ayudaba el sentir uno de sus dedos deslizándose en medio de los montículos—. Se siente tan bien~. —siseó, llevando sus largos dedos hacia los cortos cabellos de atrás, dejando que de sus hinchados labios salieran cantos sucios, acompañando aquellas lágrimas que se acumulaban en sus ojos bambi—. Vamos, sigue así.


Park soltó la piel tratando de no reír por el desespero de su voz, alzó la cabeza y observó gustoso su obra de arte en el cuello de su chico para luego mirar el rostro húmedo de este. JungKook empezaba a ser un desastre de lágrimas sin siquiera recibir aquel caramelo de su novio.


—Que lástima que no puedas complacerte por ti mismo, pero te recordaré lo bien que se siente que yo tenga el control. —dejó una sola de sus manos apoyada en la cama y deslizó la otra a donde colgaba su erecto miembro—. Es por lo que llegamos a esto, ¿Verdad?


—Así es, ahora, déjame necesitado, papi. —dijo en un tono chillón, abultó sus labios y alzó sus piernas para acomodarlas alrededor de la cadera del mayor—. Tu sabes como hacerlo muy bien.


Le regaló una leve sonrisa a su chico antes de desviar la mirada hacia abajo para alinear su miembro, iniciando a empujar la cabeza en los arrugados pliegues. Cuando dejó solo la punta de su miembro adentro alzó la cabeza para mirar a su chico, sonriéndole con cariño, y así, con ayuda de los pies de Jeon se fue empujando hacia dentro, hasta que toda su longitud desapareció en el interior de su lindo bebé.


—Tan grande~. —sus manos viajaron por todo el abdomen de JiMin hacia su cuello donde lo rodeó para atraerlo—. Me llenas tan bien, JiMin.


—Lo sé, siempre lo hago. —dejó sus labios rozarse mientras llevo sus manos a la parte posterior de las rodillas de Jeon y las empujó hacia delante para abrirlas, como abrir las puertas de un Lamborghini—. Siempre me has dicho lo bien que mi polla estira tu culo, como tus paredes se ajustan a mi longitud. Sé que todo te encanta.


JungKook amaba ese fetiche del dirty talk en JiMin, lo hacía sentir tan sucio de una manera tan caliente y obscena pero eso era lo que le encendía sin control.


Los movimientos de cadera de JiMin iniciaron, siendo profundos como lentos para hacer perder la paciencia a su bebé llorón, las lágrimas y el color carmín barnizando por completo el rostro de Jeon, este simplemente perdiéndose en todo lo que su pareja le brindaba, ambos disfrutando todo lo que el otro podría darles. Park disfrutaba de arremeter en su chico mientras este empezaba a derramar las lágrimas que eran costumbre en él, las manos rodeando el cuello de su castaño y así hacerlo bajar para besarlo, el beso siendo salado por las lágrimas.


En un largo chillido JungKook se retorció debajo del cuerpo del mayor sus ojos tirándose hacia atrás mientras negaba con la cabeza soltando sin aviso esos rellenos labios, la cabeza de seta del castaño había empujado su ya estimulada próstata y eso fue el motivo para el mayor, dejando de lado lo profundo y lento inicio un movimiento de cadera más rápido —casi frenético— mientras trataba de hundirse bien en cada movimiento, empezando a golpear un sin fin de veces aquel punto tan sensible. Aquel rubio tan cerca de su orgasmo, siendo estimulado como merecía, ser tomado por JiMin no se comparaba a nada de lo que él mismo se hiciera.


—Oh, mierda, n-no aguanto. —siseó, sus húmedos ojos bambi viajando al oscuro rostro del mayor, quien tenía sus cabellos castaños colgando haciéndole ver tan sexy.


—Solo debes venirte cuando yo te lo ordene. —dijo juguetón mientras su mano se deslizaba por el pecho hacia aquella erección desatendida e hinchada, enrollando sus gruesos y firmes dedos allí, cubriendo con el dedo pulgar la hendidura—. Ya deberías saberlo, pequeño.


—Ji-JiMin en verdad, ¡N-no aguantaré! —con más persistencia las gruesas lágrimas cayeron, dejando que parecieran una larga cascada—. M-mierda~. —su voz se tropezaba con la excesiva cantidad de saliva que producía.


—Eso, sigue llorando, baby. —con más entusiasmo JiMin se empujó dentro del chico, aplastando tanto en el interior del rubio hasta que se deslizó en su orgasmo gruñendo mientras apretaba en su mano el miembro viril del menor, se inclinó para juntar las frentes con su chico antes de liberar su agarre—. Vente para mí, JungKook.


Así el bebé llorón se liberó, mordiendo aquel grueso labio de JiMin, perdiéndose en la bruma de placer antes de tomar con sus brazos los hombros de JiMin y lloriquear algo antes de perderse en brazos de Morfeo:


—Cuida a tu llorón.



୨୧


♡ : VAMPARK!?

Aug. 23, 2022, 9:20 p.m. 0 Report Embed Follow story
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The End

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