lilium_98 Lili Vasquez

-Lo siento -Seokjin dijo mientras se acercaba al cuello de Namjoon para poder oler de su aroma a alfa, luego, este sintió un suave beso de aquellos gruesos y lindos labios en la zona -. Pero de eso se trata todo esto. De sentir placer en el dolor de no poder correrte.


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#bts #fanfic #258 #erotico
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El placer de tocarte

Kim Namjoon, un alfa en el máximo esplendor de su juventud, explorando a sus 21 años lo que es el sexo, yendo a un centro que encontró en una página de internet, según le ayudarían a experimentar la mayor concentración de placer a manos de un experto. Esperaba no estarse equivocando en su decisión, y pegarse alguna enfermedad por andar de curioso, pero su mejor amigo Hoseok, le habia dicho que el servicio era muy bueno y los omegas unos expertos en la materia, en pocas palabras: "nada de que preocuparse".

Se encontró entonces, asi mismo frente a un local que no salía para nada de lo común a un centro de masajes en lo que sería un pequeño centro comercial diseñado para alfas.

—Buenas tardes —dijo abriendo la puerta de vidrio claro, haciendose paso hacia el pulcro lugar en donde una secretaria estaba sentada en un gran escritorio.

—Buenas tardes —dijo la chica, devolviendo el saludo —. ¿Tiene una cita o desea una?

—Tengo una cita a nombre de Jung Hoseok — la chica se sonrojo al escuchar aquel nombre y es que ¿Como no hacerlo si el hombre era un magnifico alfa capaz de brindar mucho placer con solo una mirada?

—Entiendo, todo esta preparado para su visita, señor Kim. —Seguido de sus palabras, la chica procedio a ponerse de pie y a tomar la mano de Namjoon —. Sigame, por favor. —Entonces caminaron por el largo de un pasillo hasta llegar a donde se encontraban las habitaciones, según lo que le habia dicho su amigo, insonorisadas para mayor disfrute del cliente y de aquel que brindara de sus servicios —. Pronto estará aquí su compañero.

La chica salió de aquella habitación y se aventuró a observar lo que había en el interior mientras su "compañero" llegaba. El cuarto era pequeño, en el habían: una pequeña cama que se veía cómoda, un sillón giratorio de color negro, una mesita en donde habían diferentes frascos que llamaron su atención, un estante con unos pocos juguetes y un hermoso maniquí de pie junto a la puerta de la entrada.

—¿Eres Kim Namjoon? — al escuchar la aterciopelada voz de aquel Omega que desprendía un dulce aroma a duraznos, se asustó un poco, pues pensó que era un bello maniquí, pero rápidamente se recompuso para contestar.

—Sí.

El chico tenía cabello castaño muy lindo, unos ojos sensuales de color miel y unos labios que a la distancia en la que estaban podía asegurar eran besables.

—Puedes escoger el lugar más cómodo según tu criterio— dijo el chico señalando el sillón giratorio y la cómoda cama —. Mi nombre es Kim Seokjin y esta tarde soy el encargado de hacerte gritar de placer.

Aquellas ultimas palabras, terminaron por encender la llama que estaba naciendo en su interior y su rinoceronte interior gruño de gusto, si el chico lo ponía de aquella manera, esa tarde sería maravillosa y experimentaría un placer nunca antes sentido en las manos de ese Omega experto; así que ya perdidos los nervios del inicio, se dirigió al sillón giratorio, donde se sentó y espero que la acción iniciara.

—¿Es tu primera vez haciendo esto? —escucho que decía el hermoso hombre frente a él.

—Sí, quería experimentar algo fuera de lo convencional—respondió, tratando de no escucharse tan virgen como lo era a su edad, ya que en realidad, era un románticon que esperaba a la persona correcta para entregar su virnidad y aunque sonase fantasioso, pasar el resto de la vida juntos y felices.

—Es bueno ser curioso y experimentar —el lindo Omega de dulce aroma a durazno dijo, mientras comenzaba a hacer un poco de masaje en los hombros del alfa, que en ese momento gruñia de placer al sentir sus hombros destensarse después de un largo periodo de estrés —. Me encargaré de que tengas la mejor experiencia de tu vida.

—ah - gimió al sentir al Omega hablar en su oído derecho, su punto sensible —. Hazlo, cariño.

Eso había sido inesperado y Seokjin no supo que más hacer que sonrojarse mientras movía sus dedos agilmente en los hombros, espalda y cuello del alfa. La curiosidad era mucha y atreviendose a mirar, observó como Namjoon tenía sus ojos cerrados, notandose así las pestañas espesas oscuras, aquellos labios un poco gruesos de color rosado pálido entreabiertos por los suspiros y sus puños cerrados; entonces supo que no se había equivocado en cambiar de turno con la señorita a la que le tocaba atender a ese alfa en especial.

—¿Te gusta? —susurró su pregunta, deleitandose al ver como los vellos en los brazos y cuello del chico se crispaban.

—Me hacía falta un buen masaje —dijo y reflexionó un poco para finalmente decir —: Me gusta.

Eso fue lo último que necesitó para hacer de su aroma el único respirable de aquella habitación, no hubo necesidad de nada más que eso, para saber que estaba a punto de tocar a alguien especial y que probablemente ya no haría ese trabajo nunca más y aunque sonara como un sueño descabellado, estarían juntos para el resto de sus vidas.

Pasó sus manos lentamente por el pecho del alfa, por sobre la camisa y fue descubriendo lentamente las posibles maravillas que está ocultaba, dándose cuenta de que en efecto el alfa era una bomba tal y como lo había imaginado.

—Eres tan hermoso —dijo cuando ya le había sacado todos los botones por los ojales y había dejado expuesto el moreno pecho y abdomen del alfa, quien seguía con sus ojos cerrados y disfrutando de aquellas suaves e intensas emociones —. Realmente hermoso, alfa.

Seokjin pasó sus manos por el pecho suavemente y bajó hasta la "V" que formaba el vientre del moreno, haciéndole suspirar cada vez más fuerte.

—Es tan relajante — comentó Namjoon con su pecho subiendo y bajando a una velocidad moderada aún.

—Te quiero... comer —Seokjin se sonrojo por sus propias palabras, tanto que lo último lo dijo en un susurro necesitado.

Por su parte, Namjoon, disfrutaba de las dulces y delicadas caricias en su pecho y abdomen. Seokjin pasaba tentativamente su dedo índice en su abdomen marcado, trazando líneas imaginarias, susurrando palabras que acababan lentamente con su cordura y pellizcando de vez en cuando sus pezones.

¡Se sentía tan bien!

Cuando se masturbaba nunca se apretaba sus pezones, pero ahora que ese castaño hermoso lo hacía, se sentía perdido nadando en un mar de emociones placenteras que tenía curiosidad por saber en donde terminarían. Se sobresalto un poco al sentir el movimiento de Seokjin en su zona baja y abrió sus ojos un poco, sólo para darse cuenta de que el hermoso Omega estaba por desabrochar su pantalón.

—Vamos a quitar este molesto pantalón —Namjoon juraba que podría correrse en ese momento, Seokjin se mordia los labios de una forma muy sensual y podía notar como sus manos temblaban en anticipación a lo que estaría detrás de esos pantalones y ropa interior, esperaba no decepcionar al Omega, pues consideraba a su pene de tamaño normal, nada especial en realidad, aunque nunca había visto otro pene en su vida que no fuera el suyo ni por accidente.

—Esta bien —levantó sus caderas y el Omega le ayudó a deslizar el pantalón, que raspó un poco en su piel haciéndole sentir un picor extraño que le hizo excitar un poco y luego el suave tacto de las manos contrarias se posaron sobre sus piernas, acariciando y pellizcando un poco de vez en cuando.

—Tienes una piel muy hermosa.

Las palabras de Seokjin lo hacían sentir muy bien consigo mismo, nunca antes un Omega tan hermoso le había dicho cosas que lo hicieran sentir especial e incluso amado. Sabía que bien podía estarlo diciendo para entrar en calor, su rinoceronte interior no podía evitar pedir por más de ese toque, palabras y aroma mágicos, lo hacían sentir en paz y amado por más extraño que el Omega fuera.

Los toques se hacían cada vez más abajo de su vientre y su respiración trastabillaba en suspiros fuertes, mientras veía al chico bajar sus boxers y alcanzar uno de los frascos que se encontraban en el estante que antes había llamado su atención.

—¿Qué es eso? —preguntó con mucha curiosidad.

—Lubricante, lo necesitaremos — la suave voz de Seokjin le hizo entrar en trance nuevamente y la curiosidad paso a segundo plano, cuando sintió el frio líquido deslizarse por su sensible piel cálida —. ¿Qué sientes? Dime cada una de las sensaciones que experimentes.

—E-es frío —tartamudeo un poco y el frío se fue al olvido cuando con movimientos suaves, el Omega tomó entre sus suaves manos su pene y comenzó a masajearlo lentamente —. ¡Ah! Se siente... tan bi-bien.

Seokjin se deleitaba con los graves gemidos del alfa, y siguió con su trabajo manual, tocando suavemente los testículos con su mano izquierda, mientras la derecha la movía de arriba hacia abajo lentamente y de vez en cuando con su dedo anular tocaba la punta haciendo círculos que volvían loco de placer a Namjoon.

—¿Te gusta? —pregunto deseando escuchar que el alfa dijera que amaba sus toques en su piel morena —. Habla conmigo, alfa.

Namjoon no tenía palabras que describieran lo excitado que se encontraba y el calor interno que rogaba por salir quemando cada vena a su paso, los gemidos entrecortados saliendo por su garganta, eran una prueba de que lo disfrutaba, que deseaba más de ese majestuoso toque en su cuerpo y que nada ni nadie en el mundo podría reemplazar ese sentimiento de sentirse completo con un extraño.

—Qui-quiero más —suplico, con voz entre cortada —. Voy a correrme —-aseguró con su voz más ronca de lo usual —. Haz que me corra, Omega.

Seokjin también se sintió en el limbo, cuando el alfa comenzó a gemir en voz alta, con su pene moviéndose en estocadas entre sus manos, pero su trabajo le decía que no debía darse prisa, que el cliente debía disfrutar y que aún era demasiado luego como para que la acción terminará. Con el dolor de su corazón, paró sus movimientos en el pene contrario y tomó un frasco, viendo por el rabillo de sus ojos, la expresión adolorida de Namjoon.

—No te toques —dijo viendo como el alfa llevaba una de sus manos a su propia erección, que temblorosa rogaba por liberación.

—Quiero correrme, duele —admitió en voz alta un poco avergonzado, pues su rinoceronte interior le exigía llegar al punto culmine de placer.

—Sí lo haces, no conocerás las experiencias que querías —sonrió guiñándole un ojo mientras aplicaba gota por gota de uno de los tantos frascos que habían en aquel estante —. Este es un aceite corporal —Dijo frotando con sus manos el pecho acanelado del alfa —. Te hará sentir muy bien.

En efecto, su cuerpo se relajaba mientras las deliciosas caricias por parte de Seokjin seguían en su vientre y bajaban a sus tonificadas piernas morenas, las cuales temblabanen anticipación de algo que anhelaba desde hace mucho: estallar en corridas de placer.

—Mmm —las caricias relajantes y el aceite corporal lo hacían sentir tranquilo y excitado por partes iguales. Nunca había sentido ese placer tranquilo que en las manos de Seokjin experimentaba y eso lo hacía pensar en que hizo bien en ir a ese lugar que tan potente experiencia le estaba brindando —. Me vuelves loco, Seokjin.

Las manos del Omega se paseaban por su cuerpo entero, tocando suavemente todo a su paso y suspirando en sus oídos, mandandole un millar de choques eléctricos, que su animal interior correspondía con potentes gruñidos de satisfacción.

Nuevamente un frío líquido caía sobre su adolorida polla, que temblaba en búsqueda de culminar un orgasmo retenido, siendo apresado entre las manos de Seokjin que formaban una suave cueva que le envolvía muy caliente.

—Estas tan duro —Escucho murmurar al castaño, mientras le veía morderse el labio inferior con tanta fuerza que juraba, en cualquier momento saldría un poco de sangre —. Quisiera tenerlo dentro de mi.

—¡AH! —gritó, y los movimientos en su pene pararon —. No pares.

—Lo siento —Seokjin dijo mientras se acercaba a su cuello para poder oler de su aroma a alfa, luego sintió un suave beso de aquellos gruesos y lindos labios —. Pero de eso se trata todo esto. De sentir placer en el dolor de no poder correrte.

Namjoon juraba que los antes achocolatados ojos de Seokjin ahora estaban totalmente oscuros, pero no era una oscuridad mala de la que todo humano huye, al contrario, él quería consumirse en un nuevo gusto de quedar encerrado en la oscuridad del placer que los ojos contrarios albergaban.

Su pene saltó en su sitio, tan erguido que parecía el mástil de un enorme barco, tan duro como la piedra más grande que pueda existir y tan adolorido que al sentir el suave soplido que Seokjin le dio, se puso a temblar como loco en expectación por lo que venía.

"Dolor" era lo que cualquier persona normal no querría sentir ni en la más horrible pesadilla, pero, Namjoon ahora era diferente y la sensación de dolor en su zona baja le decía que era bueno esperar un poco más.

Omega —dijo con su ronca voz, sacando de lo más profundo del cuerpo contrario, un dulce gemido —. Has lo que tengas que hacer.

Seokjin vio el drástico cambio en el alfa, y lo supo y lo confirmo por milésima vez en la hora que llevaban con la sesión, ese alfa era suyo y tomaría todo de él sin quejarse de nada.

—Es hora de avanzar —dijo sin poder creer lo que haría, pues el aroma del alfa había adelantado su celo por mucho tiempo y este ahora se encontraba en la misma situación que él, pues su olor a dulces duraznos estaba encerrado y cubriendo la habitación en la que estaban —. Voy a hacerte mío.

¡Una verga virgen!

Lo había visto desde que el alfa llegó, lo podía oler y sentir en sus manos, con desesperación quito su ropa rápidamente y miro a Namjoon directamente a los ojos, mientras se acercaba lento hacía él que aún estaba sentado en el sillón.

—E-esto es...

Seokjin puso su dedo índice en los labios contrarios, impidiendole hablar y seguir el que reconoció sería un gran debate del porque no debían tener sexo en esa pequeña habitación del centro de masajes.

—Estas tan listo —hablo Seokjin con tono desesperado de voz, pasando su dedo índice por el gran pene del alfa que se erguia muchísimo más grande de lo que estaba en un principio —, y yo también —alejándose un paso, se agachó abriendo sus ta lubricadas nalgas frente a Namjoon, quien trago grueso al ver aquel anillo muscular tan íntimo que posiblemente lo aceptaría y lo volvería loco de placer —. Por eso, te montaré salvajemente.

Dicho y hecho, Seokjin se acercó a Namjoon de nuevo, se sentó en su regazo y tomó ambos penes en una de sus manos, para comenzar a bombear las dos extensiones de carne dura en busca de liberación.

—¡Sí! —decía Namjoon perdido al sentir la cálida piel contraria cerca de la suya —. Sigue así.

Pero tan pronto dijo esas palabras, Seokjin paró los movimientos en suss partes íntimas, haciendo gruñir al Namjoon de frustración.

—Más, aguanta un poco más.

Seokjin le hacía pasar por un martirio constante, eso paso unas 4 veces más, en la última vez este se puso de pie y camino rápidamente hacía un lugar en la esquina de la habitación en donde había un espejo de cuerpo completo y lo puso frente a ellos, volvió a tomar su pene entre sus manos y a bombear de arriba hacia abajo, tomando un poco del lubricante natural con olor y sabor a duraznos que salia de entre sus piernas, cuando su vientre y pecho comenzaron a convulsionar, el omega paro sus movimientos nuevamente, desesperado iba a reclamar hasta que sintió como una carne blanda y caliente le envolvía:

"Seokjin se había penetrado"

Nunca había sentido nada igual, sus manos no eran nada comparadas con aquella estrechez que le estaba volviendo loco, ellas no eran suaves como en interior de Seokjin, no eran resbaladizas ni mucho menos contaban con un aroma enloquecedor como el del Omega, que ahora saltaba desesperadamente sobre su polla en búsqueda de liberación, mientras observaba su propio rostro ensombrecido con una hermosa nueva de placer que a él y a su alfa interno encantó.

—¡Seokjin! —gritó el nombre del Omega que le estaba haciendo hacer lo que dijo cuando lo vio por primera vez hace una hora:

"Gritar de placer"

—Correte —decía mientras movía sus trasero rítmicamente de lado a lado, dándole una gran vista al alfa —, y hazme venir con tu gran pene.

Namjoon entonces lo detuvo, sonriendo cuando Seokjin sacó a relucir un gruñido y sólo entonces se permitió pensar que la venganza realmente era muy dulce y mucho más cuando sorprendió al castaño, levantandolo por las piernas, quedando ambos frente al espejo.

—Eres un pervertido —susurro en el oído contrario, mientras dejaba la pierna derecha de Seokjin y tomaba su rojo pene para ir metiéndolo poco a poco, muy lento —. Nos llevaremos muy bien.

"Llevaremos"

Esa palabra le dio una gran esperanza a Seokjin, porque significaba futuro y eso era lo que ahora, precisamente quería con ese alfa.

—Vamos —agitado dijo sintiendo como iba llenando aquel espacio tan vacío en su cuerpo y su corazón, porque aunque no lo dijera en voz alta, era la primera vez que sentía aquel cosquilleo en su estómago avisandoleque probablemente ese alfa era su primer amor —. Penetrame— suplicó —. Déjame lleno con tu semen.

Cariño —no pudiendo soportar el nivel de excitación en su cuerpo, se introdujo sin calma, muy rudo, temiendo luego haber lastimado al Omega entre sus brazos.

—¡SÍ! —gritaba el omega, la quemazon y ardor al ser penetrado fuertemente, era algo de lo que disfrutaba y obviamente, estaba encantado con el alfa por su preocupación y por ser un perfecto compañero sexual —. ¡Dame más duro, alfa!

Al escuchar la exclamación del Omega, Namjoon comenzó a moverse brutalmente, saliendo y entrando de Seokjin con mucha rapidez.

—Voy a correrme —susurro en el oído de Seokjin, quien gimió encantado y esperando ansiosamente la caliente leche del alfa en su interior —. Te llenare profundamente —decía mientras seguía el ritmo de penetración bestial del comienzo —. Di mi nombre, mierda, grita mi nombre.

—¡Sí, sí, sí! ¡Namjoon! ¡Namjoon — Jadeaba exclamaciones, apretando con toda la fuerza de su ser, el caliente falo del alfa en su interior, ordeñando desesperadamente, obteniendo lo que tanto deseaba.

¡Maldición! ¡Ah! —el gutural gemido de placer que salió de la garganta del alfa le hizo correr y un minuto después de haberlo hecho, por su propio pene salió el incoloro líquido que era la prueba de que Namjoon había hecho un excelente trabajo cuidando de un Omega en celo, su semen mancho parte del espejo frente a él, una de sus piernas y el piso. No se arrepentía de nada de lo que había hecho con ese magnífico alfa, al contrario estaba muy feliz por sentirse tan lleno de la esencia de la vida dentro de su cuerpo, con el nudo formándose en su interior para no dejar escapar nada —. Gracias.

Eso le descoloco un poco, Namjoon no tenía que decir gracias, después de todo su trabajo era sólo hacer masajes, no tener sexo con sus clientes. Este alfa era especial, lo sabía.

—Lo disfrute mucho, alfa, no tienes que darme las gracias —dijo —. En lugar de eso, dame mimos.

Namjoon se sonrojo, tomando con cierto cariño el cuerpo del Omega, caminando cuidadosamente hacia la cama, teniendo en cuenta el nudo que se había formado dentro de este, el alfa buscó una forma en la que Seokjin no fuera a sentir dolor alguno y teniendo la en mente, los recostoa ambos y abrazo por la cintura al chico, mientras ocultaba su rostro en el cuello y olía los dulces duraznos directamente de su fuente.

Media hora más tarde, ambos se encontraban vestidos y salieron de la habitación encontrando que fuera de esta, estaba la dueña de todo aquel lugar con el ceño fruncido y cruzada de brazos.

—Esta prohibido tener sexo en este lugar —dijo la mujer con firme voz —. Este no es un prostíbulo —señaló, tapándose la nariz al sentir el fuerte aroma del alfa y del Omega frente a ella —. Estas despedido.

Seokjin se sintió desfallecer al escuchar aquellas palabras, su rostro se fue poniendo pálido y sintió sus rodillas flaquear. Para su sorpresa, la voz de Namjoon se escucho fuerte y clara, mientras tomaba una de sus temblorosas y ahora frías manos, calentandolas en y reconfortandolo en un suave apretón, que juró haber sentido en todo el cuerpo.

—No hay problema, desde ahora estaremos juntos y eso es lo que importa.

Namjoon sonrió mostrando un par de dulces hoyuelos en su moreno y bello rostro, sorprendiendose muchísimo más al sentir un suave beso sobre sus labios.

Y después de tanto tiempo, sintió que realmente había sentido placer al tocar el tonificado y sexy cuerpo del alfa, y eso no se acaba allí, pues la vida seguía y el seguiría perdido:

"EN EL PLACER DE TOCARLO"

FIN.

June 6, 2022, 5:31 p.m. 0 Report Embed Follow story
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The End

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