FILOFOBIA
— Acepta salir conmigo ¿si? - habla Erick, siguiéndome hasta mi locker.
Erick DeLuca, es uno de los chicos más populares de todo el instituto, y uno de los más insoportables.
Mi grupo de amigas siempre me consideran "la chica con suerte" por el simple hecho de que desde 3er año está invitándome a salir.
— Ya te dije que no DeLuca. - repeti guardando mi campera y sacando el libro de biología.
— Pero ¿por que no? te la pasarás genial conmigo. - aseguró.
— Erick, te voy a decir una cosa con todo el respeto, que te puedo llegar a tener, el cual no es mucho, pero es algo.
— te escucho.
— Eres como una película popular, por mas interesante que sea, ya todos sabemos de que trata. - cerré el locker rápidamente y me dispuse a ir a mi clase.
En la entrada de mi salón me encontré con mi mejor amiga, quien al mirarme se sorprendió bastante, no entendía por que, cuando tomé asiento a su lado ella quizo contener una pequeña risa de burla.
— ¿que te enteraste o que? - pregunte con una sonrisa mientras entrecerraba los ojos.
Ella solo hizo una mueca de "no se de que me hablas"
— ¡Vamos, Sabrina! - insistí.
— Rechazaste a Erick DeLuca. - habló. Dios mío, ya se enteró todo el maldito colegio.
— si. ¿y? - pregunte.
— Avery Grey, te amo y todo pero tenes que superar tu maldita Filofobia. O vas a terminar vieja, soltera, con 9 gatos, y comiendo helado de chocolate mientras ves "crepúsculo" - me regañó.
no pude evitar soltar una pequeña risa mientras ella parecía tomárselo muy a pecho.
— pues no tendría 9 gatos, quizás 5 perros, y ponerme a hacer un maratón de crepúsculo con helado de chocolate no es mal plan. Gracias por la idea. - bromeé. Cómo era de esperarse, a ella no le gustó para nada, pero no habló más, se limitó a poner los ojos en blanco y centrar su mirada en la profesora que acababa de llegar.
La mujer nos inspecciona a todos con una cara que parece que iba a matarnos en cualquier momento. Si, daba miedo.
— Saquen sus libros y ábranlos en la página 235. - habló, en cuando ya estaba escribiendo en la pizarra, vimos cómo Erick entraba apurado.
El me miro y me guiño un ojo, pero al ver en el estado que venía, solo pude poner los míos en blanco y hacer una mueca de asco.
Venía con la camiseta del uniforme desabrochada y la corbata mal acomodada, en su cuello tenía marcas rojas de pinta labios.
Este chico es un caso perdido.
Todo el curso hizo un gesto mirándome a mi como si fuese a afectarme verlo como estaba, cuando noté esa acción de mis compañeros solo me encogí de hombros y seguí leyendo la página que nos había indicado la profesora.
Había escuchado que ella le dijo algo a Erick pero no preste atención y solo me concentre en mi tarea.
Para final de la hora había sido casi la única en terminar todo lo que había dejado la mujer.
— ¿viste cómo llegó DeLuca a la clase? Parecía que lo atacó un vampiro. - se burló sabrina mientras buscábamos una mesa donde sentarnos.
— me alegro por el, espero que ese vampiro me lo quite un poco de encima. - admiti, estaba realmente feliz de que se haya encontrado otra "distracción" que ser un insistente y pesado.
— volvemos con la Filofobica. - dijo Caro, una de nuestras amigas llegando hacia Sab y yo.
— Dejen de molestar con eso, ni se lo que significa. - jugaba con mi tenedor mientras miraba hacia mi bandeja de comida, estaba mintiendo, si, sabía que significaba la Filofobia, lo había buscado en internet cuando ellas lo nombraron una vez hace bastante tiempo.
— Filofobia. Miedo a enamorarse. ¿Hace cuanto no te fijas en algún chico? - pregunto Sabrina riéndose de mi junto con Carolina.
— Si, es verdad, hace mucho no me fijo en un chico en el sentido amoroso. Pero no es por que tenga miedo a eso. Dejen de inventar. - me defendí.
Al ver que seguían riéndose de mi supuesta "Fobia" al amor solamente empuje la bandeja con asco, ya no tenía ganas de comer.
— grandioso chicas. Gracias. - ironicé.
Justo en ese momento los altavoces del instituto empezaron a sonar, dejándonos escuchar al director Stones quien carraspeaba la garganta antes de emitir su comunicado.
— Buenos días alumnos, quería pedirle a la Señorita Avery Grey que se aproxime a mi oficina. Repito. Señorita Avery Grey, aproximarse a mi oficina en la brevedad. - ordenó.
Yo no sabia si sentirme aliviada por salir de esa conversación, o frustrada, por la que viene.
— Adios miedosa. - rieron mis amigas.
Me dispuse a sacarles el dedo de en medio y caminar hacia la oficina del director.
Habían varias escaleras hasta llegar hasta allí, pero nada que alguien que hiciera ejercicio no pudiera hacer, obvio yo no hago ejercicio.
Así que si me canse.
Al entrar me sorprendió encontrarme a Erick sentado seriamente mientras miraba su teléfono con aburrimiento.
No notó mi presencia.
Al menos, no la había notado hasta que el señor Stones habló.
— Señorita Grey. - saludó llamando la atención de Erick quien levantó su mirada hacia mi.
Una sonrisa se le formó en el rostro y guardó su teléfono en el bolsillo de su pantalón.
— ¿Me llamó, señor? - pregunte. Tome asiento en la silla a lado de mi compañero y espere a que el director me dijera para que me había pedido que venga.
— Bueno, ustedes dos van al mismo curso. El ante-último, y cómo creo que sabemos, las notas del señor DeLuca no son las más adecuadas a estas alturas para pasar de año.
Asentí, todos ya sabíamos que Erick no se molestaba en lo más mínimo en estudiar o aprobar algo.
Lamentablemente, entendía lo que me estaba diciendo el director.
— Y tu, Señorita Grey, tienes las mejores notas de tu salón, por no decir todo el instituto. - añadió. Yo volví a asentir con la cabeza mientras Erick me miraba con curiosidad.
— Quiere que lo ayude a ponerse al día... - concluí, el señor Stones me miro con una mueca, pero no tardo en mover su cabeza indicando que sí.
— Efecticamente. Eso es lo que le estoy pidiendo. - afirmó. - Si usted quiere, pero teniendo tantos puntos en compañerismo no creo que deje que el señor DeLuca pierda el año ¿verdad?
<< si, por supuesto que lo permitiría. >>
— No. En absoluto. - conteste.
— Perfecto. me gustaría que se ocupen de esto en un horario extra curricular, no vaya a ser que descuides tus estudios por ocuparte de los de tu compañero. - habló.
— Descuide, veremos a la marcha. - mire s Erick quien había cambiado su expresión de aburrimiento completamente.
— Bueno. - por fin se dignó a hablar. - Tendremos que pasar mucho tiempo juntos. ¿No es genial? - preguntó.
— Por supuesto. - le dedique una falsa sonrisa. No me iba a quejar estando el director ahí en frente.
— Me alegra que aún existan compañeros tan buenos en las instituciones. - me felicitó.
— Todo un placer. - Asegure.
— Bien, eso es todo muchachos, pueden regresar a sus respectivas aulas. - ordenó.
Me levante con una sonrisa y salí de su oficina, seguida de Erick quien se veía satisfecho con lo ocurrido.
No tardo en hablar.
— Bueno, evitando tu hipocresía dentro de esa oficina, admite que estás emocionada por nuestro tiempo compartido. - me tomo del brazo para mantenerme en ese lugar.
— ¿Qué tiempo compartido Erick? no somos
pareja. - proteste.
— Podríamos serlo, pero te haces la difícil. - dijo alzando las manos.
— No me hago la difícil, vos sos insistente. - me solté de su agarre bajando los demás escalones.
Claro, el me siguió.
— Esta tarde en mi casa. - habló antes de pasarme y terminar el recorrido de mil escaleras.
Esto se transformó en una entrada al infierno.
•••
Mi papá no se encontraba en casa, seguro se encontraba en la editorial llevando una de sus novelas basadas en la vida de su hija. — ósea, yo — así que me dirigí a la cocina para encontrarme con una nota.
Hija, me llamaron de la editorial para hablar sobre el libro "constelaciones contigo" hay comida en el microondas, caliéntala si se enfrió.
Besos y abrazos. Papá.
Lo sabia.
Abrí el microondas y la comida aún estaba caliente. Se debió haber ido hace poco.
Me serví en un plato y empecé a comer mientras me deslizaba por las redes sociales viendo las publicaciones de mis amigos y famosos.
A la brevedad terminé aburriéndome.
No tenía tareas, mis libros me los había terminado y justo anoche me cortaron la cuenta de Netflix.
Entre a mis mensajes y decidí mandarle un texto a Sabrina y Caro.
AVERY: Buenassss. Oigan. ¿Alguna tiene el número de Erick DeLuca?
SAB 💍: NO. LO. CREO. Al fin aceptaste salir con el !
CARO: Todos sabíamos que esto pasaría.
AVERY: !Que no! es un trabajo con el y el director, no puedo explicárselos por mensaje.
SAB 💍: Caemos a tu casa y nos cuentas. ¿Se encuentra tu papá?
AVERY: No, mañana les explico. ¿Lo tienen o no?
CARO: Tranquila, fiera. Ya te lo paso.
- CARO envió un contacto -
Deje en visto.
Agende el teléfono y empecé a escribir.
AVERY: Voy para tu casa.
EL IDIOTA: ¿Quien eres?
AVERY: La chica que salvara tu maldito año escolar.
EL IDIOTA: Te espero.
Tome mi mochila y salí de la casa, no sin antes respóndele la nota a mi papá para avisarle donde iba a estar y por que.
El siempre me dejo libertad en hacer lo que quiera, siempre y cuando, le avise, ya sea por un mensaje, llamándolo o respondiéndole una de sus notas.
Gracias a eso, nuestra confianza es muy fuerte.
Diría que casi indestructible.
Sabia donde quedaba la casa de Erick, era vecino de Sab, solo que el no lo sabia.
Toque la puerta pero no me abrió Erick, si no un chico Rubio, de ojos marrones y de una altura bastante baja.
— ¿A quien buscas? - su tono fue gentil.
— Hola, Buscó a Erick. ¿Vive aquí no? - pregunte. Ya me estaba asustando de haberme confundido de casa y pasar un papelon.
— Salió. Pero pasa, no debe de tardar. - El niño — por que si, era un niño — sonrió amablemente y abrió la cerca que nos dividía.
Le agradecí cordialmente y entre.
— Puedes sentarte en el sofá, mi hermano no tardará en venir. - me sugirió.
<< espera, ¿Hermano? >>
Wow, no se por que me sorprendió que Erick tuviera hermanos, es demasiado... egoísta, como si no le hubieran enseñado a compartir.
Me senté en el sofá esperando mientras el pequeño se acercó con una taza de café.
— Oye, muchas gracias. ¿Cómo es tu nombre? - pregunte sonriendo.
— Me llamó Asher. - respondió.
— ¿Y cuantos años tienes, Asher?
— 13
Pude ver que entreabrió los labios para decir algo más, pero de limito a mirar hacia una de las habitaciones, donde alguien estaba saliendo. El niño parecía intimidado ante aquella persona, pero se mantuvo serio y se fue de la sala.
Me detuve a ver quien salía del cuarto, era un chico alto, de cabello negro, sus ojos eran azules, con un aire a misterio.
Sus ojos se posaron en mi durante un instante, registrando quien era.
Se sentó en frente de mi sin decir nada y miro su teléfono.
— ¿Eres la nueva novia de Erick? - preguntó sin despegar su mirada de su teléfono.
— Gracias al cielo no lo soy. - Dije directa, el me miro y asintió con una sonrisa sarcástica.
Sus ojos se centraron en los míos un momento, siendo una mirada fija, la cual se la devolví.
Si vista se despegó de mis ojos para repasarme de arriba a bajo.
Mi respiración empezó a acelerar sin darme cuenta, ¿Cómo una simple mirada podría afectarme tanto?
Para mi suerte o para colmo, Erick pasó por la puerta de entrada a los segundos, quedándose perplejo al verme, como si no supiera que iba a venir más temprano.
— Ah, me había olvidado cosita, lo siento, ven, vamos a estudiar a mi cuarto. - rio mientras tomaba un libro cualquiera de su estante y me dirigía.
— ¡Oye! Chica x. - escuché a el hermano de Erick llamándome a mis espaldas.
Me volteé con curiosidad, cuando mis ojos se clavaron en el, me encontré con su mirada burlesca y una ceja levantada, diciéndome "te lo dije"
Suspire y entre con Erick a su habitación.
