Para Julisa Carmona, huir de México no fue una opción, tiene una deuda que pagar y una promesa por cumplir.
Una deuda que sin ella saberlo ni deberlo se ve obligada a pagar.
Su padre... "Edmundo Carmona, uno de los narcotraficantes más influyentes en el comercio ilegal de venta de narcoticos en México fue traicionado por su mano derecha, identificado como, Luis Herrera. El cual filtró información sobre cada una de sus ubicaciones de mercadeo, provocando que en un aparatoso tiroteo, Carmona, muriera a sus 49 años de edad junto con docenas de personas y niños inocentes, una catástrofe...- decía aquella voz en la televisión.
A Julisa no le pareció extraño todo lo que narraba aquella reportera, conocía al monstruo de su padre, pues era el único familiar que conocía con vida, hasta hace algunos días.
Solo rezaba, ahora que estaba sola, que nadie diera con ella así tuviera que enterrarse en un calabozo. Por que si lograban encontrarla, sabía que terminaría incluso peor que su ya difunto padre.
Lejos, lejos es donde tenía que estar.
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