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Una historia con tintes humorísticos donde un grupo de amigos planea un increíble viaje a través de la galaxia a velocidades muy cercanas a las de la luz.


Humor Not for children under 13. © non-commercial

#viaje #velocidad de la luz #comedia #asilenbept
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¡Vamos! (El gran viaje interestelar)

-¡Vamos, hombre! ¡Será un viaje fascinante! Además, ¿cada cuando alguien tiene la oportunidad de cruzar la galaxia? ¡Seremos héroes! ¡Pasaremos a la historia!
-No sé, hermano.

El parque aún está desierto a estas horas. Generalmente no me levanto tan temprano los domingos, pero Aron insistía en que esta noticia no tenía precedentes, ni en nuestra historia como amigos, ni en todo el conjunto de la historia humana.

Y de hecho tenía razón, ¿a quién alguna vez le han ofrecido la oportunidad de estar en la tripulación que recorrerá un gran tramo de la galaxia a la velocidad de la luz?

Atravesamos el parque y cruzamos la calle. La panadería está enfrente. Aron se ofrece para comprar el pan. Como si eso fuera gran cosa, o yo pudiera agradecérselo sinceramente.

-Va a estar bueno, ya casi todos confirman. Prácticamente sólo faltas tú, Jenna, Erica y el pendejo de Federico (Aron le llamaba así a las personas no porque pensara que fueran idiotas sino porque creía que así no nos daríamos cuenta de cuánto las admiraba en realidad).
-¿Y nadie ha dicho que no?
-Solamente… No, nadie.
-Creí que Aldus no iría.
-Ya sabes que él va siempre que va Noah.
-¿Y Noah ya te confirmó?
-No, pero yo creó sí se avienta.

Me quedo afuera esperando a que Aron salga mientras fumo un cigarro. Al soltar la bocanada hacia el cielo, me quedo pasmado mirando las nubes recién formadas. Tienen un tono ceniciento que me recuerdan a algo que nunca he visto, pero que me deja esa extraña sensación de reminiscencia.

Luego miro hacia abajo; en los árboles del parque hay una jacaranda que destaca sobre el resto. Está floreciendo apenas, pero la lluvia de anoche arrancó la mayoría de sus flores que ahora alfombran sus raíces. Es una jacaranda presuntuosa que se jacta de la belleza que ahora simplemente descansa a sus pies.

Aron sale cargando todo. Apenas si puede ver, casi se tropieza al salir de la tienda. Le arrebato la bolsa del pan y él se queda con lo demás.

-¿Y cuánto tiempo estaríamos fuera? –le pregunto.

Me voltea a ver consternado y dice.

-Es un viaje sin retorno.
-Bastian me dijo que no.
-Bueno, técnicamente no… O sea sí regresamos, pero miles de años después. Es decir, a nosotros “nos protege” eso de estar viajando a la velocidad de la luz: no envejeceremos tanto, ¿me entiendes? Pero aquí ya no existirá nada como lo conocemos.
-¡Ya!
-Por eso digo que es como no volver… Iremos, pero no regresamos a ningún lugar conoci…
-Sí, ya entendí –dije bruscamente.

Llegamos a mi piso, es un lugar pequeño y del que en realidad soy arrendatario, pero es un lugar acogedor… No, la verdad no lo es. Es terrible.

Aron se sienta en el pequeño sillón que tengo y yo en la única silla que hay.

Abrimos los sobres de café instantáneo instantáneo, el tipo que inventó esto ahora es profusamente rico. Café en sobre. Únicamente hace falta tu tasa con agua, no es necesario calentarla, al verter el sobre la reacción exotérmica de sus ingredientes al contacto con el agua lo calienta al instante y ya viene endulzado.

El café es un asco pero te ahorra tiempo y el gasto de alguna otra forma de energía para calentarlo. Por eso se hizo tan popular.

Es increíble que conseguir energía por los medios que antes eran tradicionales, ahora resulte tan costoso, pero por otro lado para el viaje que me sugería Aron, la profusa cantidad de antimateria que habían creado, les había resultado relativamente económico, según decían los portavoces de los institutos.

-¿Bueno y por qué todavía no te decides, mamón? –dijo Aron apenas asomando un cuarto de su cara tras la enorme taza que le di. Era la única que no estaba sucia y no tenía ganas de lavar trastes. Yo tomé una que aún tenía restos de Bourbon.
-Pues… Ya sabes.

Aron bajó la mirada e hizo una mueca de comprensión, como si entendiera que mis motivos eran dignos.

-Bueno, hermano, pues te dejo. Necesito hacer muchas cosas con respecto a los preparativos. ¡Ojalá te animes! –dijo Aron mientras se levantaba y buscaba la superficie de una mesa o algo para poner su taza vacía.

Le dije que la dejara en el suelo. Lo pocos lugares que había estaban ocupados por algo.

Se despidió torpemente y bajó de prisa las escaleras.

Cuando cerré la puerta y volteé, vi la bolsa de pan; ambos habíamos olvidado acompañar el café con el pan que Aron compró.

O tal vez él no lo olvidó, pero imaginó que yo lo necesitaba y lo quería todo para mí. Hubiera sido verdad si no fuera porque en realidad odio el pan.

Me volví a sentar en la silla y me quedé absorto mirando a través de la ventana con la taza de café casi llena.

«Viajar por el espacio exterior»

Sonaba casi romántico.

*

El viaje estaba programado para dentro de 8 meses desde que Aron me visitó. Lo mencionó en una reunión sólo unas semanas antes, al principio creí que era uno de sus peculiares traspiés, como cuando aseguraba había una impresora 3D que se creó absolutamente desde cero. Le dijimos varias veces que eso era imposible, que al menos debía haber algo externo, que el hecho de que existiera algo antes que ella ya hacía imposible que pudiera decir que se creó completamente sola; pero el insistió… Luego se dio cuenta que teníamos razón.

O cuando dijo que algún día recorrería el planeta Kiloctl992 (el más pequeño conocido) completamente desnudo con plaxty para protegerse de la lluvia radiactiva.

Lo cual resulta muy paradójico… O mejor dicho, ¡muy estúpido!; considerando que el plaxty es un traje espacial. Es como decir que yo voy completamente desnudo a mi trabajo usando pantalón y camisa.

Parecen aseveraciones provenientes de un tarado, más aún porque no bromeaba ni lo hacía para ganarse la simpatía de alguien, sino porque en realidad lo pensaba.

Con esto, cualquiera pensaría que en verdad Aron es un completo imbécil. ¿Pero díganme si alguien así puede lograr trabajar en una agencia espacial y aparte tener un respetable puesto y tanta experiencia ganada? Como de hecho la tiene.

Bueno, quizás sí, pero…

Digo, no es un puesto burocrático el que ocupa, en verdad es un investigador e inventor de renombre.

Personalmente siempre he pensado que aquellos episodios de estupidez provienen de su complejo de inferioridad propiciado por su hermano.

Aunque más pequeño que él, cuando Aron estaba entrando en la universidad, su hermano ya tenía 2 hiperdoctorados, había recorrido todo el sistema solar y hablaba 36 lenguas con la ayuda del speechteching; hoy creo que ya habla más 62. Además de las muchas otras cosas que puede hacer.

Dicen que un niño super dotado de esas características es parido una sola vez de cada diez millones de veces.

Eso es justamente lo que le cuesta trabajo entender. Solamente tuvo la mala suerte de ser el hermano mayor de un maldito genio. En tales condiciones, yo pienso que su trauma es más que justificable.

Como sea, de todas maneras no le creí sobre esta oportunidad hasta que Bastian me lo confirmó.

Voy pensando todo eso cuando entra un mensaje.

-¿Ya viste esto? –era Federico.

Me manda un video de astronautas ebrios vomitando a bordo de una nave y que no paran de reír viendo como flota.

No puedo negar que el video es muy gracioso, pero simplemente cierro la transmisión. Desde que se enteró del viaje, Federico fue el primero en apuntarse y organizarse con Joao para encontrar una forma para contrabandear un montón de alcohol en todas las presentaciones que pudieran.

Aunque luego Federico dijo que no podría ir, que se quedaría con su papá porque éste necesitaba de él. Pero creo que otra vez está pensando ir.

De cualquier manera, Joao dijo que invertiría hasta un cuarto de su fortuna en el viaje; que principalmente gastaría en alcohol y muñecas inflables hiperrealistas con inteligencia artificial.

Lo que no entiendo es que si es un viaje de miles de millones de años para los que se quedan, yo no sé por qué piensa que en que cuando regrese todavía será rico, o que el dinero que deje tendrá aún algo de valor. Pero ya saben lo muy difícil que es querer ponerse de acuerdo o darse a entender con un hombre de negocios.

-¿Qué haces? –Me vuelve a contactar Federico que nunca se toma a mal mi falta de respuestas.
-Voy en camino para visitar a Jenna.
-Mmmmh
-¿Qué?
-Mejor vamos a ponernos ‘hasta la madre’.
Sólo río y no sé qué más contestarle.
Después de un rato le pregunto:
-¿Quieres que le mande saludos de tu parte?
-¡No, me vale madres esa vieja!
-…
-No, sí mándale saludos de mi parte –regresa para recomponer, y luego me vuelve a transferir a otro video de bloopers en el espacio.

*

Llego al apartamento de Jenna. ¿Alguna vez han ido a algún lugar donde las calles están sucias, solitarias, huele mal, todas las paredes se encuentran pintarrajeadas; la unidad es igualmente horripilante, tanto en diseño como en espacio, y cada vecino parece que tiene antecedentes penales?

Pero justo cuando entran al departamento de su anfitrión, les sorprende lo bien que luce todo: ordenado, limpio, un aroma exquisito; ¡es más!, hasta él o ella parecen más decentes y elegantes de lo que en realidad son.

Bueno, pues ahora imaginen eso exactamente pero invertido.

El lugar donde vive Jenna es suntuoso, hay elevadores magnéticos con cristales que propician una espectacular vista de la zona; las luces del atardecer le dan atisbo de ciudad de primer mundo.

Alfombras exquisitas que hasta te provocan un placer al andar, fuentes en los muros que crean un insólito placer de sosiego. ¡Ésta es por mucho una de las mejores unidades departamentales en esta ciudad!

Pero al entrar a su departamento, cualquiera se decepcionaría un poco…

La verdad se decepcionaría mucho.

Muros sin pintar y todo hecho un lío, solamente no huele mal ni está sucio pero cualquier preferiría tomar un té en el lobby del edificio.

Sin duda lo mejor es que Jenna es guapísima y bastante divertida. Y sí, con ese nombre, esa belleza, esa fortuna y esos hábitos desaliñados tal vez ustedes piensen que Jenna es una estrella porno; o de menos se dedica a ello o alguna vez lo ha hecho. Pero la verdad es que no. En lugar de eso es una discreta secretaria en un colegio.

Quien era rica era su mamá. Cuando falleció, Jenna malgastó la mayoría de la fortuna que le dejó y tuvo que comprar los muebles y decorar los interiores con su salario.

No es que tenga mal gusto, es que de inmediato uno se da cuenta de que algo no encaja. La opulencia y la carencia no se llevan.

-Bueno, perdón tengo un alboroto aquí –dice Jenna cuándo me recibe.
-¡No te preocupes! –he ahí mi lado lisonjero.
-Es que no he tenido tiempo ni de acabar de pintar ni arreglar todo lo que hay que arreglar.

Volteo a ver para encontrar algo que halagar. El piso parece de alguien que recién se mudó, lo cual no necesariamente es malo; pero sí lo es cuando la mudanza fue hace ocho años.

-¿Dónde está tu hijo? –no, no pude encontrar algo que alabar.
-¿Mi hijo? Por ahí anda, es un latoso. ¡Balar! ¡Balar!… ¿Balar? ¿Balar, dónde estás?

De pronto algo se mueve bajo un largo pliego de lo que parece papel tapiz sobre una pequeña montaña bajo éste.

-Creo que está jugando y está ahí escondido –mencionó con tonta algarabía.

Luego veo que Jenna se precipita y empieza a quitar con desesperación las cosas.

Al parecer no estaba jugando, el perro realmente se estaba sofocando porque se quedó atorado.

Aquel momento incómodo pronto quedó en el pasado una vez que Jenna tenía a salvo a “su hijo” y se disculpó con una visiblemente ruborizada sonrisa. El resto de la noche la pasé muy bien con ella. Bebimos algo y reímos bastante; al final el objetivo no estuvo del todo completado, pero fue lo de menos.

Hubo un momento cuando charlábamos alegremente en donde pude observar muy bien sus labios mientras sonreían con deliciosa libertad.

Siempre he tenido curiosidad por saber qué hace que nos enamoremos o que exista una implacable atracción hacía ciertas personas.

Lo digo porque así debería ser con Jenna; ese contundente magnetismo debió haber golpeado con esa devastadora potestad para que me enamorara de ella. ¡Pero no la siento! Por más bella que sea y por tan gratas situaciones que pasamos, simplemente no hay una disposición romántica.

No se me malinterprete, hay coqueteo mutuo (porque a mí me gusta ella y a ella le gusta eso) y claro que me encantaría que un día dijera así sin más: “vamos a coger”.

Pero lamentablemente hablo de algo más.

Y en realidad no lo entiendo. No es solamente el físico, pero es obvio que sí es más que fundamental; no son solamente los momentos agradables, sin embargo son imprescindibles. Por supuesto que por estupidez, enajenación, cobardía, manipulación, conveniencia, comodidad o desgaire terminamos con alguien que se vuelve el amargo e insípido amor de nuestra vida. Pero a nadie de mis amigos ni a mí nos ha pasado que podamos ancorar el romance con esa persona que nos hechiza. Siempre que pasa, ocurre que a la otra persona no le pasa lo mismo con nosotros; de igual manera que cuando alguien está perdidamente enamorado de alguno de nosotros, nosotros sólo la usamos para sustituir la soledad de los orgasmos masturbatorios o el de la fastidiosa rutina, así como el vacío de la subsistencia.

Aunque pensándolo bien, es mejor que no pase. Alguna vez conocí a una pareja que estaban irremediablemente enamorados el uno del otro; nadie les negó estar juntos, por lo que no fueron ni un Romeo ni una Julieta.

Dos días después de que se confesaron su amor, ya nadie los soportaba. Era lo más repulsivo que se ha visto.

Creo que el hombre nació para vivir idealizando un amor imposible y rechazando cualquier otro amor posible.

Para cuando pensaba eso, ya me encontraba en mi cuarto masturbándome, en más de una ocasión apareció algún recuerdo de Jenna cuando ligeramente nuestros brazos rozaban o cuando se agachaba y la blusa dejaba ver sus lindos y tiernos pechos.

Me sentí muy mal por eso… Aunque la verdad estuvo bien.

*

-¿Qué te dijo Jenna? –pregunta Federico que de nuevo se conecta en la mañana.
Esta vez aparece su rostro. Evidentemente también puede verme.
-¿Todavía estás dormido? ¿Ya viste esto?
-¡Espera! Antes de que me enseñes uno de esos videos…
-¿Pues qué crees que te voy a mostar?
-¡Ja, como si no te conociera! Posiblemente algo escatológico o perverso.

Justo cuando termino mi frase me muestra lo que supuestamente quería que viera. No es nada repugnante, ¡por el contrario!, es la foto de una hermosa chica que parecía estar saliendo de la adolescencia, pero que seguramente tendría cerca de cincuenta. En esta época las mujeres ya nunca dicen su edad real, no tiene sentido cuando la mayor parte de su vida lucen como adolescentes.

-Hubiera preferido ver esa foto anoche –digo burlonamente.
-Seguro que es mejor que pensar en Jenna.
-…
-¡¿Qué?! ¡¿No me digas que sí hiciste eso?!
-¡No! No, no, no.

Federico hace una extraña mueca de repulsión.

-Prefiero los videos escatológicos. ¡Nos vemos!
-Espera, ya no te dije. Dice que tiene cosas que arreglar aquí, así que no creo que vaya -le menciono rápidamente antes de que desaparezca.
-Bueno, ni modo. Hoy voy a ir con Lui por una cerveza, ¿quieres venir?
-Sí ¿A qué hora se van a ver?

*

Cuando llego, Federico no ha llegado, Lui me hace pasar. Vive con su esposa pero parece como si fuera soltero.

Abrimos unas cervezas y comenzamos a platicar.

Es curioso porque nunca tengo la menor idea de qué platicar con él. El tipo es completamente distinto a mí. Para empezar es casi un psicópata que a mi parecer no tiene la menor idea de los escrúpulos; es pedante, posiblemente no haya siquiera al menos una sola vez en su vida experimentado algo espiritual o romántico; y para acabarla de amolar, lo más seguro es que ya es alcohólico.

Pero después de tres cervezas la charla se vuelve amena en demasía y ya hasta creo que me cae bien.

Lo más curioso es que siempre pasa lo mismo.

Incluso pierde importancia el mensaje de Federico de que no podrá acompañarnos porque tuvo que ir a ver a su papá.

Es el único que conserva a alguno de sus progenitores entre todos nosotros.

Después de un rato aparece la esposa de Lui. Me parece tan extraño verlo casado con alguien.

-¡Vaya, qué genial que están juntos ustedes! Después de todo parece que se llevan muy bien. Van a ir juntos supongo.

Lui hace un súbito aspaviento de que me calle.

-Ella no lo sabe –me dice en voz muy baja y cuidándose que ella no lo escuche.
-¡Ah! Es una sorpresa.
-¡No! –revisa con la mirada que ella siga en la cocina-. Ella no irá.

Inocentemente aun no comprendo lo que dice. Así que me trata de quitar esa expresión estúpida de mi cara.

-No quiero que vaya, me voy solo con ustedes.
-P, pe… ¿Por qué?

Él sólo encoge los hombros con una mordaz sonrisa y levanta la cerveza para brindar.

Me contagia de ese ánimo rebelde. Igual sonrío para mí y choco el tarro para luego tomarlo todo hasta el fondo.

*

De regreso prefiero ir caminando. Bueno, sinceramente no es lo que hubiera preferido, pero el nivel de ebriedad que llevo es más que suficiente para que ningún transporte me deje ir a bordo. Esa maldita inteligencia artificial al final resultó mucho más eficiente que cualquier humano. No puedes pasar desapercibido ante el sistema de navegación de ningún transporte.

Ebrio y caminando un largo camino a casa me doy cuenta de esta caricatura miserable que llaman vida.

Lui que tiene a alguien en su vida. Alguien que lo acepta pese a cómo es, simplemente va a dejarlo. No cabe duda que no se parece nada a mí. ¡Con razón me cae mal!

Lo que yo daría por no ir. Es decir, me emociona el viaje; además vamos a ser famosos, pero al mismo tiempo voy porque en mi vida no existe alternativa alguna. A menos que alguien piense que quedarse solo, en ese paupérrimo lugar en el que vivo y con mis costumbres inapetentes, pueda considerarse una opción.

Si tuviera la oportunidad de ir o quedarme con ella… La elegiría a ella.

*

-Que no va a poder venir ese perro.
-Ni modo –le dice Joao a Federico mientras recarga su brazo en el toldo de su automóvil y fuma un cigarro electrónico, que prácticamente es un cigarro que nunca se consume y del mismo tamaño como si fuera de tabaco.

Noah llega con treinta latas grandes de cerveza y Rysio con cuarenta botellas más.

Lo único que nadie lleva a tu hogar es alcohol, para cualquier otro producto existen entregas a domicilio o a cualquier otro lugar; no porque esté mal, sino porque los repartidores siempre se tomaban algo, y decidieron evitar más robos hormiga… Aparte de los muchos accidentes que provocaba.

¡Así es! No existen repartidores por inteligencia artificial, siguen siendo humanos. Sale más barato que mantener esas costosas máquinas.

Aquella noche se reunieron Erica, Lui, Aron, Bastian, Amadeus, Bela, Alazne y los otros cuatro: Joao, Noah, Rysio y Federico.

Casi todos involucrados en la misión.

Yo puse como pretexto que tenía mucho trabajo y que no podría asistir.

¡¿Pero cuál trabajo?! Estoy tendido en cama preocupado y pensando en marcarle a ella.

Como a las 3 de la madrugada, ya habiendo hecho muchos estragos todas las bebidas, las drogas y los cigarros electrónicos con su humo invisible, salgo a colación por un tonto comentario de Noah.

Está tan ebrio que ya ni recuerda que yo no fui con ellos.

Se ríen de él y sentados casi todos los hombres en círculo, Lui dice.

-¿Y ese wey, sí va a ir o qué? (Refiriéndose a mí). Lo vi hace poco, el cabrón parece desesperado por algo. Como si estuviera esperando algo… El pobre cabrón ha de estar esperando… ¡Yo que sé! ¡Pues ya nos vamos! Por fin nadie notará que es un jodido fracasado –y ríe animadamente, contagiando de auténtica risa a Aron.

Amadeus ríe por ver a Aron reír y Noah toma otra cerveza para terminársela de un trago.

Bastian se queda callado, espera que alguien más diga algo. Con inquietud ve que nadie comenta nada y sentado con una pierna sobre la otra y un cigarro normal que a todos molesta por el humo real, dice.

-Yo hace poco hablé con él y me dijo que sí iría. Que no había ningún problema.
-Está como ‘bajoneado’, ¿no? –menciona Rysio que por ahora está muy calmado, pero en cualquier momento va a comenzar a discutir por cualquier tontería con Joao.
-Pues por la vieja esa –dice Federico que por alguna razón siempre conoce más que nadie, y mucho antes que ninguno, la vida de cualquiera de nosotros.
-¡Ah! ¿Estaba saliendo con alguien? –pregunta Lui.
-¡No! Ya lleva como 3 años que terminaron, pero el cabrón sigue ahí teniendo esperanzas.
-¡¿Neta?! –pregunta intrigado Amadeus. –¡Quién lo viera!
-Ya se le va a pasar. Así pasa –menciona, Rysio.

Aron voltea con la boca abierta y con expresión de asombro a ver alternativamente a cada uno de los que toma la palabra.

-¿Y tú conociste a esa vieja? –dice Alazne quien había permanecido casi en un rincón si participar desde hace un buen rato.
-No, ¡pero que chingue a su puta madre! Eso amerita un fondo. –le responde Federico.

Todos ríen y se termina el momento en el que fui tema de la conversación.

Después de eso Joao termina acostándose con dos prostitutas, Noah con alguien a quien recién conoció en ese lugar, Federico bien dormido después de las 35 botellas que tomó, Bela en su casa, Erica en un rincón, Lui preparando más bebidas y los demás amanecerán con una merecida resaca.

Una gran noche que de verdad lamento haberme perdido.

*

Unos meses después volvemos a reunirnos. Muchos de los que estuvieron juntos esa última noche de juerga están ahí, con la excepción de Erica que al final dijo que no podría viajar, Bastian que sigue haciendo preparativos para el despegue fuera de estas instalaciones y Amadeus quien ya nunca respondió al llamado.

Pero ahora también estamos Jenna y yo, y además de nosotros se encuentran cinco personas más: Los dos pilotos principales, la piloto de emergencia y quien se encargará principalmente de la revisión de los motores. A todos nos dan el recorrido y las instrucciones para el viaje. Aron también estará a cargo de la combustión y los datos de navegación y dirección. Los demás controles deben ser responsabilidad de todos nosotros en conjunto. A los que no tenemos la menor idea de lo que representa, nos estuvieron dando cursos intensivos por tres meses con la sonda para mejorar el aprendizaje, pero aun así siento que no estamos lo suficientemente preparados.

En realidad no es el primer viaje a la velocidad de la luz; bueno, nos acercaremos al 99.00023% de la velocidad de la luz. Tampoco es el récord de velocidad, y lo cierto es que muchas investigaciones ya han abortado o desechado más estudios al respecto. Se volvió algo aburrido.

Lo importante es que nos alejaremos más que cualquier otro. Nosotros experimentaremos un viaje de 25 años. Lo más probable es que podamos regresar y si todo sale bien seguir vivos y relativamente sanos, pero en la tierra habrán pasado varios miles de años.

Durante el recorrido, la mayoría de las cosas que nos mostraron de las instalaciones fueron cosas muy aburridas. Hasta que llegamos a la nave.

La tuvimos que ver desde un mirador, ya que para verla completa era necesario alejarse mucho, eso es por el tamaño del blindaje necesario para viajar a esas velocidades. La nave era enorme, medía varios kilómetros de longitud de largo, la mayoría del espacio era, como ya dije, solamente el blindaje. La cápsula que nos contendría apenas medía más que mi departamento, y aparte estaba la cabina. Las estancias de los motores y otras cosas técnicas sí eran enormes también, pero eran áreas donde no podíamos estar por lo peligroso que era meterse ahí mientras estuviera en movimiento la nave. Me preguntaba si iba a ser posible que 14 personas convivieran más de 20 años continuos en un lugar tan pequeño.

Esa misma noche nos vamos todos a celebrar el despegue que será en tres semanas.

Todos parecen extraordinariamente animados. Al principio me encuentro platicando con ellos como de costumbre, pero después de un rato, una vez que las botellas los encandilan más, empiezan a platicar y reír con mayor intensidad y no se percatan más de que estoy ahí.

De pronto mi imaginación da rienda suelta y comienzo a verlos como si ya estuviéramos dentro de la nave…

Imagino una estancia muy amplia, de alguna manera encontramos una forma de expandir nuestro espacio dentro de la cápsula. Hay hasta una mesa de billar y todos tenemos a nuestra disposición un trago, seguro que Joao y Federico se las ingeniaron para contrabandear muchas y variadas bebidas.

Rysio, Joao, Alazne y Federico juegan billar mientras Jenna los molesta sentada con una copa en mano.

Noah encontró una forma de instalar un software en la pantalla principal para jugar videojuegos y compite contra Aron.

Lui y las demás mujeres platican entre ellos amenamente.

Yo voy asomado en las escotillas que dejan ver parte del universo. Parece que nada se mueve; estamos viajando a la velocidad de la luz, pero el universo sigue estático en su inmensidad.

En el tenue reflejo de la ventanilla puedo ver que una serena sonrisa se dibuja en mi cara. Debo estar feliz después de haberme cogido a cada una de las muñecas inflables tan realistas y con I.A. que llevó Noah.

Debe ser eso o las galaxias que titilan a lo lejos. Tienen colores que nunca antes había percibido. Hay un par de ellas que parecen estar chocando. Aunque todo parece una fotografía, peculiarmente la imagen de esas galaxias tiene mucho movimiento. Parece que los brazos de una toman a la otra para bailar en ese exorbitante pedazo del cosmos.

De pronto Jenna me toca del hombro.

-¿Qué haces? –me dice ella, mientras sostiene con la otra mano su copa llena; posiblemente porque la rellenó.
-Sólo observo las estrellas lejanas.
-Sí, es de las cosas que más me gustan de aquí… como a ti –cuando dice las últimas palabras sus ojos se alinean con los míos.

Es razonable suponer que todos nosotros ya llevamos algo de tiempo juntos y ya nos conocemos mucho más.

-¿Ya viste esas dos galaxias de allá? -le comento.
-¡Oh sí, se ven muy hermosas!
-¿Me pregunto si habrán muerto por amor?
-¿A qué te refieres? -me pregunta.
-¿A cuántos años luz crees que estén? Seguramente después de ese baile tan intenso terminaron acostándose una con la otra, lo que significa que una estuvo muy cerca de la otra. Sus estrellas se encontraron y colisionaron, explotando; llegando al clímax con luces multicolores de aquí a allá. Explosiones que se extendieron por todos los brazos nebulosos y sus cuerpos celestes. Al final ese amor se consumió de tanta vivacidad y culminó en la muerte de ambas.
Seguramente ya todo ha acabado en el presente, y en realidad ahí donde se ve tanta luz, color y belleza, ya no quedan más que restos moribundos de planetas decapitados y fríos restos de lo que alguna vez fueron magnánimas estrellas.
Esa sólo es una fotografía; un recuerdo de algo que fue, pero que sólo duró un instante insignificante.

Es obvio que estoy imaginándolo porque yo nunca me atrevería a decirle abiertamente eso a alguien. Bueno, era eso o que ya me había pegado todo lo que había consumido, aunándolo a la rareza de estar en medio de la nada viajando a velocidades antinaturales.

Ella dice:

-Eso no pasa. Cuando las galaxias se encuentran se forma una nueva con nuevas estrellas. Es como cuando dos personas se juntan y tienen hijos y su familia se hace más grande.
Además ¿Estás pensando de verdad en las galaxias o estás pensando en ella?

Ahora fui yo quien la volteó a ver; mis ojos dibujaron una “U” y la miraron desde abajo. No quería aceptarlo.

-¿Acaso no te has divertido con nosotros? – me pregunta con ternura.
-¡Claro que sí!- dije- Es sólo que… Sigo esperando encontrarla.
-¿¡Cómo!? ¿A miles de trillones de kilómetros? ¿En un lugar inhóspito? Con suerte lo único que podrías encontrar es unas cuántas moléculas más de etanol. A menos que quieras encontrar su cadáver- se levantó y se fue.
-¿Es muy tonto tener esperanzas incluso así? –dije fuerte mientras se alejaba.

Pero fue de esas cosas que dices en voz alta sin darte cuenta. Y Todos voltearon a verme.

La Jenna real (no la de mi imaginación) se acercó y me dijo:

-¿Qué pedo contigo? ¿Ya te pego la chela? -y se comenzó a reír.

Prefiero a la Jenna de mi imaginación que se hubiera preocupado y me hubiera tranquilizado de forma maternal. Aparte era más lista.

-No, estoy bien.

Me levanté para ir al baño, pero en cuanto me sequé las manos iba en dirección a la salida, pero no vi que afuera estaba esperando entrar Federico y me interceptó.

-Ya sé por qué dijiste eso. Sigues esperando que te diga que no te vayas. Sigues esperando que de alguna manera aparezca y te detenga.
-¿Y qué? –dije en un tono iracundo que hasta a mí me sorprendió.
-Deja de hacerte eso. Ella no está interesada. ¡A ella no le interesas! Si las cosas fueran al revés, ella se hubiera ido sin importarle lo más mínimo. Piensa en eso.

No respondí y me fui.

Esas últimas semanas previas al viaje fueron un martirio. Los días pasaban y no había rastro de ella. Federico tenía razón: a ella no le importaba yo en absoluto.

Desde otra perspectiva, qué patética debía parecer mi situación. Tenía una gran oportunidad de zafarme de la desgracia de este planeta, estar con las únicas personas con quienes sé convivir y de paso hacer algo que por lo menos merece algo de reconocimiento. Es una oportunidad inmejorable y yo dudo de aprovecharla por pensar en alguien que no tiene la menor idea de quién soy y mucho menos le interesa saberlo.

A las 7 de la mañana, a cinco días del despegue, sonó mi alarma que había programado con la canción de Iggy Pop: The passenger.

Ese día mi mente por fin se esclareció. El día despuntaba más brillante que nunca. Ahora sabía bien qué es lo que debía hacer. ¡Debía ser uno de los pasajeros de esa nave!

Salí a conseguir todas las provisiones necesarias para el viaje. Cuando llegué a casa empecé a empacar. En cinco días tendría el tiempo necesario para estar preparado definitivamente.

En la tarde noche salí a comer solo. Las pinceladas del atardecer le daba a todo una atmosfera de magnificencia sideral.

Las mujeres parecían más guapas y los demás más amables; todo tenía más gracia y hasta la comida un sabor especial.

De pronto se me ocurrió mandarle un mensaje a Federico para confirmarle mi asistencia.

-¡Ah, hola, Dillion! No… creí que ya te habían avisado.
-¿Qué, de qué? -pregunto sorprendido.
-El viaje se canceló, al parecer el gobierno encontró muchas irregularidades en el proyecto. Dijeron que la nave no iba a resistir ni el despegue. Sólo querían hacer negocio con esto. De cualquier manera los directores ya están en otro planeta, fuera de la jurisdicción de cualquier país en este planeta. No atraparon a nadie.
-Entonces… No hay viaje –digo en una queda voz teatral.
-Sí, no hay tal. Mañana voy a salir con Aldous a tomar, ¿vienes?
-Pues…
-¿Oye, ya viste que sí hay una impresora 3D que se creó completamente sola?

FIN

July 26, 2017, 3:28 p.m. 0 Report Embed Follow story
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To be continued...

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