jngkwrath Krimson

El padre de Taehyung siempre le dijo que ser fanático de grupos musicales nunca lo llevaría a nada, pero no pudo estar más equivocado, ya que eso lo llevó a conocer a una de las personas más importantes de su vida; su mejor amigo, Jeon Jungkook. O Donde Taehyung y Jungkook prometen ir juntos al concierto de su grupo favorito cuando crezcan. •Taekook •Ambientada en la década de los 2000 •friends to lovers


Fanfiction Bands/Singers Not for children under 13.

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Prólogo

El padre de Taehyung siempre le dijo que ser fanático de grupos musicales nunca lo llevaría a nada, pero no pudo estar más equivocado, ya que eso lo llevó a conocer a una de las personas más importantes de su vida; su mejor amigo, Jeon Jungkook.

Fue en un regreso a clases de 1997. Esa mañana de septiembre, las calles —que normalmente estaban vacías— eran repletas por vehículos de padres y madres que llevaban a sus hijos a las escuelas. El inicio de un nuevo ciclo escolar era un momento de emoción para unos y de miedo para otros; nuevos alumnos, nuevas materias, hacer tareas, reencontrarse con gente inepta y muchas cosas más que ponían a los estudiantes con los vellos de punta.

A Taehyung no podía importarle menos regresar a un lugar donde era molestado por sus gustos de música. Por eso mismo, entró al aula de manera rápida, ignorando a la gente que conversaba entre sí de lo que hicieron en sus vacaciones.

Su lugar favorito era en el último pupitre de la izquierda, justo a un lado de la puerta trasera para poder salir lo más rápido del salón en cuanto sonara la campana, sin embargo, éste ya era ocupado por un chico que jamás había visto. Resopló frustrado al mirarlo, pensando en que tendría que llegar más temprano al día siguiente para que no le ganaran su asiento. A regañadientes, se sentó a un lado del muchacho, analizándolo por el rabillo del ojo, todo su enojo se comenzó a disipar al momento de notar las pulseras de tela que tenía amarradas en sus muñecas.

—¿Esa es una pulsera de 3nity? —Taehyung preguntó con un atisbo de emoción en su voz. El desconocido lo volteó a ver al escucharlo, sintiéndose nervioso ante su presencia.

—Sí... son mi grupo favorito —habló casi en un susurro, mas fue suficiente para que Taehyung lo escuchara y ensanchara su sonrisa. En un veloz movimiento, el moreno colocó su mochila en su regazo, mostrándole al castaño los pines y llaveros que la adornaban.

—¡El mío también! —Taehyung chilló, era la primera vez que conocía a alguien con sus mismos gustos musicales— ¿Cómo te llamas?

—Jeon Jungkook —musitó, compartiendo la misma felicidad que Taehyung aunque no lo demostrara. Una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro, sus dientes frontales destacando, dándole un aspecto más tierno—, ¿y tú?

—Kim Taehyung —se presentó de manera amistosa a la vez que arrastró el pupitre más cerca del castaño— Jungkook, esta es una pregunta muy importante —lo miró serio—, ¿Quién es tu favorito? El mío es Yoongi —se adelantó a decir.

Jungkook dejó salir una risa antes de contestar:— Namjoon.

Taehyung asintió, satisfecho con la respuesta del castaño. Buscó en su mochila un pequeño pin que tenía la cara del rapero mencionado, al momento de encontrarlo, lo desprendió y se lo entregó a Jungkook, quien lo observó con ojos muy abiertos e intentó negarse a recibirlo, pero Taehyung fue muy insistente y terminó regalándole el objeto.

Fue un pequeño gesto que dio inicio a su amistad, desde ese instante ambos chicos fueron inseparables. Los maestros los castigaban cada vez que los pillaban platicando en clase, en los recesos almorzaban juntos, siempre estaban en el mismo equipo en los trabajos escolares, peleaban, se reconciliaban, salían al parque a pasar el tiempo y escuchaban música en el discman de Jungkook.

Poco tiempo pasó para que Taehyung invitara a Jungkook a su casa, presentándoselo a sus padres como su mejor amigo. De igual manera, el castaño llevó al moreno a su hogar, donde solían hacer pijamadas bajo la supervisión de su madre. Los desvelos viendo películas eran obligatorios.

Un año transcurrió y el apego entre los dos creció tanto como lo hizo su fanatismo por el grupo que acababa de anunciar un concierto en la provincia que vivían. Taehyung gritó, lloró, saltó y les hizo saber a todos en su casa que 3nity iría a la ciudad. Se sentía la persona más feliz del mundo, no podía esperar a ir a la escuela al día siguiente para hablar con Jungkook y planear su viaje al evento.

Pero esa felicidad le duró un par de horas.

—Ya te dije que no irás —el hombre repitió, ignorando las súplicas que daba su hijo. Taehyung sintió sus ojos escocer, las lágrimas comenzaron a acumularse. Su papá acababa de romper todas sus ilusiones.

—Por favor... mi mayor sueño es verlos en vivo —volvió a intentar, mientras sorbía su nariz. Miró a su madre con ojos de cachorrito, esperando a que ella lo ayudara a convencer a su padre, mas no lo hizo.

—No, ese no es un lugar para niños —habló el mayor, cambiando de página al periódico que sostenía en sus manos.

—¡No soy un niño! —Taehyung se alteró, arrepintiéndose al darse cuenta que le había gritado a su papá. Agachó la cabeza y se disculpó.

—Tienes 13 años, Taehyung. No vas a ir y es lo último que digo. Deberías dedicar tu tiempo en otras cosas y no en una estupida moda. Ser fanático de grupitos no te llevará a nada.

Taehyung supo que no lograría hacer cambiar de opinión a su padre, por lo que se dirigió a su habitación con pasos pesados y se encerró todo el día ahí, no bajó a comer e ignoró los llamados de su madre. Estaba más que molesto, sus padres eran conscientes de la admiración que sentía por el grupo y lo mucho que le ilusionaba verlos en concierto. Ahora que tenía la oportunidad de ir a uno, ellos se la negaban. Era absurdo.

Se quedó dormido entre sollozos y lamentos, deseando que al despertar se encontrara en la primera fila del evento junto a su mejor amigo, cantando las canciones a todo pulmón, saltando de la emoción y disfrutando del show que dieran sus ídolos.

Lo primero que vio al entrar en su salón de clases fue a un Jungkook con el semblante decaído. A pesar de que su amigo no fuera alguien muy expresivo, Taehyung podía notar cuando algo iba mal. Caminó hasta llegar junto a él, sentándose en su pupitre y moviendo su mano para captar su atención.

—¿Supiste lo del concierto de 3nity? —fue lo primero que Taehyung dijo, observando el puchero que se formó en los labios de Jungkook cuando terminó de hablar.

—Sí... no podré ir. Mi mamá no puede pagarlo —confesó el castaño con un hilo de voz. Taehyung lo miró afligido, al parecer ninguno de los dos había tenido suerte.

—Yo tampoco iré —mencionó, ganándose una mirada sorprendida por parte de Jungkook. Le explicó lo ocurrido con su padre y los motivos por los que no le permitió ir.

Suspiró.

Su vista se desvió al ligero toque en el dorso de su mano. Había aprendido que esa era una manera silenciosa de Jungkook de pedir que tomen su mano, ¿y quién era él para negar ese contacto físico? Entrelazó sus dedos con los de su mejor amigo y ambos se sumergieron en un mar de tristeza, imaginando lo genial que hubiera sido si los dos fueran juntos al concierto y compartieran esa experiencia.

Crearon escenarios en los que se encontraban con los integrantes del grupo por suerte del destino y charlaban con los tres, confesándoles lo mucho que los admiraban y lo que sus canciones significaban para ellos, pues no solo los seguían por moda, ambos chicos de verdad apreciaban su trabajo y el impacto que sus letras traían a sus vidas.

—Hay que hacer una promesa —Taehyung habló después de un rato—. La próxima vez que vengan, nosotros iremos a verlos sin importar qué. Encontraremos los medios para que ambos vayamos juntos al concierto, ¿de acuerdo? —estiró su dedo meñique, esperando a que Jungkook lo entrelazara.

—De acuerdo —Jungkook sonrió e imitó la acción de Taehyung, sellando su promesa que duraría varios años.

Nov. 20, 2021, 12:44 a.m. 0 Report Embed Follow story
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