-Sí, sé que dije que jamás me enamoraría, pero tú prometiste que me querrías. Entonces nuestra historia se resume a eso, promesas rotas y vacías.
Recordé.
Sigo intentando encontrar una razón lógica para lo que me hizo, pero es que...no sé como él me pudo llegar a lastimar a mí. ¿Desde cuándo soy tan vulnerable? ¿No se suponía que debió haber sido al revés?- Pensé
Ya era tarde, debería estar en casa y pronto comenzaría a llover, me gusta la lluvia, pero odio mojarme y no quiero ensuciar mi ropa, tengo que apresurarme o si no todo estará peor.
Tome mi celular y emprendí mi camino a casa, caminaba sobre la acera, seguía pensando en lo que acababa de suceder, no podía sacar de mi cabeza a Hades y eso me mataba -¿Cómo diablos sucedió? ¿Por qué carajos no puedo dejar de pensar en él?-
Cuando llegué a casa, mire el reloj, tardé 10 minutos en llegar a casa aunque a decir verdad lo sentí como un minuto. Casi resbaló con uno de los escalones de la entrada principal, mientras me repetía a mi misma, -No pienses en el Nessa, no pienses en el carajo...no creo que sea buena idea seguir viviendo aquí, y lo peor es que sigo sin creérmelo, me siento inútil, usada, mal-.
-Lo consiguió ahora las lágrimas que se deslizaban por mis mejillas no eran más que la venganza del tiempo-.
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