ampt Kaella Igua

La historia no es como la cuentan, Bienvenidos a la verdad de Lucifer.


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#301 #angel #lucifer #lilith
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Lilith y Lucifer

Dios creó a Lilith al tiempo que creo a Adán, seres perfectos, a su imagen y semejanza. Hizo entonces a la mujer tan divina que nadie podía resistírsele y desde los seres más puros hasta los más oscuros querían poseerla. He aquí que su creación haya sido planeada con el un único objetivo de complacer los deseos -en su mayoría sexuales- de Adán.

Lilith no vivía para otros, conocía que pese al propósito de su creación fue formada igual a Adán y hasta con mayoría de dones, por ello se negaba a permanecer en la sombra del hombre, sumisa a sus deseos. Conoció así a Luzbel, ángel divino y perfecto que no buscó minimizarla, disfrutaba de la ferocidad de Lilith, se enamoró de su fuerza e inteligencia, pero el Todopoderoso como gran escritor del destino, disgustado se dispuso a separar esta profana unión, denigró la capacidad de ambos seres y los castigó por sus “pecados”, desterrando a Luzbel de su rango de clerical mayor y sacando del Edén a Lilith.

No olvidemos que, la más alta creación de Dios fue pues Luzbel, querubín con hermosura e inteligencia sin comparación a otra, poseedor del par de alas más fuertes y brillantes, domador de naciones y guardián tanto de las estrellas como de la luz. El Altísimo se negó a darle lo único que le pidió, el amor puro de la mujer más perfecta que él creó, fue ese el hincapié en la malicia surgente del ángel, la preciosa criatura impregnó su espíritu con vasta soberbia y orgullo, formó un ejército de ángeles que creyentes de sus proverbios o hipnotizados por su elocuencia lo siguieron hasta el final

Inició entonces la pugna por el poder, estando El portador de Luz, Lucifer, en el frente. Estuvo junto a él Hésperos, estrella vespertina o estrella de la mañana, su gemelo, y todo un puñado de ángeles de diferentes rangos que convencidos por la sabiduría de Luzbel estuvieron dispuestos a luchar por un nuevo mandato.

El querubín, habiendo formado su batallón se preparó para enfrentar la furia de Dios dispuesto a pasar la eternidad en conflicto, no consideró la rendición. Exclamó a sus seguidores “Elevaré mi trono por encima de las estrellas de Dios; me sentaré en el monte de la Divina Asamblea. Seré el Altísimo”

La rebelión tenía como propósito la restitución de un nuevo y único señor del Universo, se buscaba la expulsión de Dios de su trono. Sin embargo, en la guerra Dios llevo consigo a Miguel, arcángel poderoso que junto con los otros ángeles guerreros lucharon codo a codo por la permanencia de Dios en el sumo poder. Ellos ganaron.

El castigo máximo de Dios fue desterrarlo del cielo. Desecharlo como un mundano y nombrarlo Lucifer, señor de todo mal, exiliarlo a la vida eterna entre la tierra y el infierno. Así se dictaminó en el juicio angelical, se aprobó con el voto favorable de todos en la Asamblea Divina.

A pesar de ello, el todopoderoso le impuso un castigo mas personal. Dios se sintió traicionado a tal punto que quiso infringirle mayor sufrimiento.

Mucho se menciona acerca de la misericordia de Dios, se dice que no es rencoroso, pero Lucifer sabe que no es así.

El Altísimo encontró a Lilith y la mandó a los calabozos putrefactos recónditos del infierno, rodeada de los demonios lujuriosos indomables que la tomarían por la fuerza perpetuamente. Encolerizado Lucifer bramó en el rostro de Dios que la encontraría y tomaría su mano como reyes de las tinieblas por siempre hasta que un día ellos volverían para tomar definitivamente su lugar. No obstante, Dios rio y le dijo que en su condena estaba no poder estar junto a ella nunca más, debido a que de su lujuria nacieron sentimientos malignos que lo llevaron a darle la espalda a su creador y ahora viviría sin poder encontrarla, porque aun habiendo sido desterrado al infierno, no podría entrar al lugar donde Lilith sufriría día a día, ni aunque logrará escuchar sus lamentos y sollozos, esa puerta permanecería cerrada para él.

May 24, 2021, 3:46 a.m. 0 Report Embed Follow story
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To be continued...

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Kaella Igua Mis lágrimas son las palabras que dejo en cada relato. Me gusta creer que seré libre. Kaella.

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