Derek Hale es un joven de 27 años que trabaja como profesor de literatura en la preparatoria de Beacon Hills, donde se ha hecho famoso por su gran desempeño como docente y por ser el profesor más atractivo del lugar, pues con un par de hermosos ojos verdes que resaltan través de sus anteojos de marco grueso, una prolija cabellera negra y un masculino rostro bien afeitado, se ha convertido en el sueño húmedo recurrente de alumnos(as) y profesores(as) por igual, entre las cuales se encuentra la profesora de matemáticas Jennifer Blake.
De hecho, la profesora Blake es la más descarada admiradora del profesor Hale, ya que siempre pasaba a verlo a su salón al finalizar las clases para insinuársele de una forma nada discreta, comenzando por subirse a su escritorio con una entallada minifalda que deja poco a la imaginación y luego cruzar las piernas de manera indecorosa frente a él.
Desafortunadamente para la profesora Blake, el profesor Hale siempre la rechaza de forma cortes a pesar de lo desagradable que le resulta ver a aquella mujer comportarse de esa forma tan “atrevida”, ya que esta parecía olvidar que es una profesora y que su conducta es un pésimo ejemplo para sus alumnas.
Sin embargo, el profesor Hale debe lidiar con otros asuntos más importantes que una calenturienta profesora, pues, aunque Blake sea bastante fastidiosa, el mayor inconveniente con el que Hale debe tratar es con un joven estudiante de 17 años, ojos color avellana y cabello castaño, a quien le encanta molestarlo con comentaros sarcásticos y bromas de mal gusto que lo llevan al límite de su paciencia.
(***)
Cierto día, el profesor Hale caminaba por los pasillos de la escuela rumbo a su salón para impartir la última clase del día a los alumnos de último año, quienes de inmediato dejan de hacer lo que hacían y se ordenan en sus asientos cuando lo ven llegar al salón.
-buenos días, alumnos- el profesor saluda a todos los presentes con su encantadora sonrisa mientras avanza hasta su escritorio.
-buenos días, profesor- los estudiantes contestan entre risitas y suspiros de colegiala enamorada.
-hoy revisaremos si han avanzado con el libro que les deje la semana pasada- avisa Hale, dejando su maletín sobre su escritorio para después pasar al pizarrón, - ¿alguien tiene alguna duda que quisiera compartir antes de comenzar? - inquiere mientras escribe el título de "Moby Dick".
Varios jóvenes levantan la mano buscando ganarse unos segundos de atención del profesor, así que este va uno por uno concediéndoles la palabra para responder sus preguntas y así ayudarlos a comprender mejor el libro, y, por ende, tener buen rendimiento en su materia, aunque algunos ni siquiera habían pasado del título y por lo tanto no tenían la menor idea de que decir.
Ante esto, el profesor fuerza una sonrisa y de manera amable los incentiva a esforzarse para que no reprobaran la materia, sin embargo, dentro del grupo de estudiantes había alguien que no comparte los métodos utilizados por el profesor, ya que este no dudaba en burlarse y poner en evidencia a aquellos que fallaban en sus respuestas.
- ¿hay algo que le moleste, joven Stilinski? - inquiere Hale, dirigiéndose al esbelto y pecoso adolescente vestido con camiseta blanca, pantalón azul de mezclilla y zapatos converse que se encuentra sentado al fondo del salón.
-ya que lo pregunta, sí, me gustaría decir algo- contesta el menor, recargándose sobre su asiento para verse relajado.
-de acuerdo, con gusto escucharé lo que tenga que decir- concede el profesor, cruzándose de brazos mientras espera la respuesta de su alumno.
-entonces déjeme decirle que este libro me pareció más aburrido que Crepúsculo- declara Stiles, ya que todos saben que el profesor es fanático de esas novelas, y por lo tanto sólo intentaba fastidiarlo.
-está en su derecho de expresar su opinión, pero imagino que pudo rescatar algo más significativo- el profesor contesta indiferente ante la innecesaria comparación que hizo su alumno.
-claro que lo hice, también rescaté que el autor debe tener una especie de complejo fálico, es decir, ¿ya notó que la palabra "Dick" está en el título? - destaca el menor, logrando que varios de sus compañeros empiecen a reír al entender la referencia.
-bueno, esa es una observación... interesante- Hale vacila al responder, pues nunca se le paso por la cabeza hacer aquella asociación, -aunque, está totalmente fuera de lugar- añade para restarle mérito.
- ¿Por qué? ¿acaso le incomoda hablar de penes? - Stilinski cuestiona con una sonrisa maliciosa.
-joven Stilinski, le recuerdo que estamos en clase de literatura, si quiere hablar de penes hágalo en biología- el profesor le reprocha mientras que sus mejillas se tiñen de rojo.
-en esta clase también deberíamos poder hablar de penes- rebate el menor, sonriendo triunfante al ver lo rojo que estaba el rostro del mayor, -apuesto a que todos aquí les gustan los cuentos eróticos- agrega pícaramente mientras le guiña un ojo al profesor.
-sabe que, mejor olvidemos este asunto y continuemos con la clase- demanda Hale, desviando su atención hacia los otros alumnos para seguir interrogándolos.
Ante esto, Stilinski niega con la cabeza mientras sonríe descaradamente, ya que le resultaba evidente que el profesor sólo deseaba evadir el tema y por lo mismo evitaba volver a cruzar miradas con él, pero el menor también conoce los motivos por los que se da esto y por eso decide dejarlo en paz por ahora.
Por su parte, Hale trata de no pensar más en el tema y concentrarse únicamente en llevar a cabo su labor sin que haya más interrupciones, sin embargo, esto se le dificulta un poco al sentir la incómoda mirada del castaño cada vez que se voltea a escribir algo en el pizarrón.
Afortunadamente, el tiempo se pasa volando hasta que finalmente suena la campana que marca el final de las clases, por lo que en cuestión de segundos los pasillos se llenan de adolescentes que salen de sus salones para irse a sus casas, entre los cuales se pueden contar a los alumnos de Hale, quienes se despiden alegremente del profesor antes de marcharse.
- ¡Stilinski! ¿le importaría quedarse unos minutos? - el profesor llama la atención del castaño cuando ve que este estaba a punto de salir sin despedirse.
- ¿de qué se trata? - inquiere el menor, caminando de regreso hacia el escritorio donde se encontraba sentado el profesor.
-debemos hablar sobre su conducta, necesito saber si no le gusta mi clase o derechamente tiene algo en contra mía- aclara Hale, levantándose de su asiento para encarar al menor frente a frente.
Sorprendido por la inesperada respuesta del profesor, Stiles voltea a ver en todas las direcciones para asegurarse de que ambos se encontraban solos en el salón, así que tras comprobar esto, sus ojos regresan hacia el mayor que permanece de brazos cruzados con una mirada expectante.
- ¿y bien? - Hale pregunta un tanto impaciente.
-no profesor, no es nada de eso- contesta el menor, atrapado en aquellos orbes verdes que el profesor oculta tras sus anteojos.
- ¿entonces que es? - el profesor pregunta de forma severa, -me gustaría saber que es para poder mejorar nuestra relación- aclara casi con tono de súplica.
-bueno, yo…- titubea el menor, ya que no podía decirle que le gustaba fastidiarlo para que notara su presencia mientras que el resto besaba el suelo por donde pisa, ni tampoco podría decirle que siempre que se para a hablar en frente del salón se pierde en sus hermosos ojos o en su bella sonrisa de conejo, o que cada vez que se voltea a escribir algo en el pizarrón se queda viendo hipnotizado la forma perfecta que tiene su trasero.
De pronto, la puerta del salón se abre sorpresivamente y por ella ingresa la femenina figura de la profesora Blake, a quien Stiles maldice dentro de sus pensamientos por arruinar la única posible oportunidad que tiene para confesar sus secretos sentimientos hacia el pelinegro de anteojos.
- ¡hola, Derek! - la profesora saluda confianzudamente, - ¿quieres ir a beber café conmigo? - pregunta mientras se interpone descortésmente entre el profesor y su alumno.
-señorita Blake, ¿no ve que estoy ocupado? - contesta Hale, señalando al castaño a quien la mujer acaba de hacer a un lado.
-pero Derek, tú siempre tienes una excusa para no acompañarme a beber un café- la profesora rebate mientras hace un fingido puchero.
-en primer lugar, no le he dado la confianza para que me llame por mi primer nombre, así que hágame el favor de dirigirse a mí por mi apellido, en segundo lugar, vivo rechazándola desde que la conozco, ¿Cómo no se da cuenta de que no me interesa tener nada que ver con usted? - espeta Hale, sorprendiendo a los presentes por su reacción.
Como era de esperarse, la profesora Blake se queda boquiabierta durante algunos segundos hasta que finalmente reacciona y da un giro sobre sus afilados tacones para caminar indignada hacia la puerta, donde voltea por un instante para dedicarle al pelinegro una última mirada llena de resentimiento antes de anunciar su salida con un estruendoso portazo.
-lamento que tuviera que ver eso- se disculpa el profesor, apoyando su trasero contra el borde de su escritorio mientras se lleva una mano a la cara para masajearse el puente de la nariz.
- ¡¿acaso bromea?! - inquiere el menor, -yo hubiera lamentado perdérmelo- declara con entusiasmo.
- ¿no cree que fui demasiado rudo con la señorita Blake? - cuestiona Hale, extrañado por la reacción del menor.
-para nada, ya era hora de que alguien pusiera en su lugar a la profeZorra Blake- Stilinski responde lleno de confianza.
El profesor Hale asiente de acuerdo con la opinión de su estudiante hasta que cae en cuenta del error gramatical que cometió al decir “profeZorra” en vez de profesora, aunque no estaba del todo seguro si de verdad fue un error, pero lo mejor para ambos era creer que sí y ni siquiera mencionarlo.
-lo más probable es que Blake se haya ido a buscar consuelo en los brazos de algún otro sujeto- menciona el menor, colocando una mano sobre el hombro del profesor como acto de consuelo.
-joven Stilinski, la señorita Blake puede ser algo “desinhibida” pero no por eso está bien andar divulgando ese tipo de rumores- reprocha Hale, endulzando sus palabras para evitar sonar grosero.
- ¿desinhibida? Pero si toda la escuela sabe que la profesora Blake es una mujerzuela vulgar y desvergonzada- rebate Stilinski, demostrando que no tiene pelos en la lengua a la hora de decir lo que piensa.
-supongo que tiene razón, pero… aun así, no es correcto decir esas cosas- el profesor insiste a pesar de estar de acuerdo con su alumno.
-como usted diga, al fin y al cabo, ya me dio la razón- espeta el menor, mostrando una traviesa sonrisa al mencionar esto último.
Al oír esto, los ojos del profesor se abren llenos de sorpresa mientras que sus mejillas se tiñen de rosa, por lo que en el acto se lleva una mano a la boca y se clara la garganta para disimular, aunque aquella acción no tuvo el efecto esperado, ya que lo único que consigue es que la sonrisa del menor se expanda todavía más hasta el punto de enseñar sus bellos dientes.
-de acuerdo, la actitud de la profesora es inapropiada e incómoda…- concede Hale, empleando palabras más suaves que las que utilizo su alumno, -pero insisto en que usted no debe decir esas cosas a diestra y siniestra- agrega con cierto sesgo de preocupación.
- ¿porque le preocupa tanto lo que yo diga sobre la zorra Blake? - Stilinski cuestiona con el ceño fruncido.
-no me importa lo que diga sobre ella, el que me preocupa es usted, no quiero que se meta en problemas o que lo expulsen por culpa de ella- rebate el profesor, posando sus manos sobre los hombros de su alumno mientras se le queda viendo fijamente.
-no sabía que se preocupaba así por mi- el menor responde sorprendido.
-claro que lo hago- afirma Hale, -de hecho, me preocupo más por usted que por los demás…- intenta proseguir, pero su discurso se ve interrumpido cuando su alumno lo sujeta por el cuello de la camisa y atrapa sus labios con los propios para robarle un ansiado beso.
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