karumen Karumen Shiro

Saga. Perros del Infierno. 01 Autor. Joyeen Flynn y Flynn Eire Stryker Magnus nació en una vida que nadie elegiría. Pero trabajar para el infierno tiene sus ventajas, como la inmortalidad. Stryker realmente no es malvado, él solamente hace las entregas. Rafe Damas vive una vida solitaria, ignorado por su padre que es el último familiar que le queda. Cuando Stryker y sus hermanos entran en su vida se sorprende al descubrir que los perros del infierno son reales... y están ahí por él. Pero cuando Stryker intenta salvar su alma del infierno y protegerlo, Rafe empieza a enamorarse de él. ¿Podrá Stryker salvar el alma de Rafe y encontrar el momento adecuado para decirle al hombre asustado que son compañeros?


Erotica For over 18 only.

#Drama #Romance #Homoerotico #homosexual #LGBT #Perrosdelinfierno #Angeles
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Capitulo 1

—Muy bien chicos, todos sabemos la rutina —Stryker Magnus dijo a su equipo de cuatro personas—. Entramos, agarramos el alma que vinimos a recoger, y salimos antes de que nadie nos vea. —Miró como su equipo asintió antes de que todos comenzaran a desnudarse. Cuando todos estuvieron desnudos, el aire alrededor de ellos vibró mientras cambiaron.


—Vamos a apurarnos con esto, tengo una cita esta noche —dijo Jared a través de la conexión mental del equipo. Si hubiera podido Stryker hubiera rodado los ojos, pero nunca había logrado hacer eso en forma de perro. Stryker miró a sus compañeros de equipo. La mayoría de los hombres en su situación siempre estaban juntos, dependían unos de los otros y se consideraban como hermanos. En el caso de Stryker todos sus compañeros realmente lo eran. Todos ellos nacieron en la misma camada. Los cinco nacieron de la misma perra del infierno, y crecieron siendo inseparables. Todos tenían el mismo cabello oscuro y ojos azules brillantes, y todos estaban construidos como Linebacker. En forma de perro, parecían unos muy grandes pastores alemanes negros.


Cuando empezaron a correr hacia la casa, Stryker trató de tragar la culpa que siempre sentía. Quiénes eran realmente no era su culpa. Los perros del infierno no eligieron esta vida; nacieron en ella. Y, además, no era su culpa que las personas vendieran su alma. Los perros no eran malos; sólo trabajaban para el diablo.


—Estamos a una cuadra, jefe —Tristán afirmó—. Sugiero encubrirnos.


—Bien dicho, Tristán. Háganlo, muchachos —Stryker respondió—. Cuando estaban encubiertos, no sólo eran invisibles, cambiaban a algo cercano a los espíritus. Podían caminar a través de las paredes, no podían verlos pero si escucharlos. Nadie sabía por qué tenían esos poderes y dado que para saberlo deberían preguntarle al diablo, nadie lo hizo. Con sus 120 años aún debía seguir trabajando para el diablo, y quería desesperadamente que todo se mantenga igual. Cuando llegaron a la casa de Rafe Damas, literalmente caminaron a través de la puerta principal. Stryker llevó a su grupo dentro de la habitación con la intención de terminar este trabajo, pero luego se detuvo en seco. En el momento en que puso sus ojos en Rafe, se dio cuenta de que había habido un error. El alma de Rafe Damas estaba limpia. Su aura brillaba, pura y blanca.


—¿Jefe, estás viendo eso? —preguntó Jared, con evidente confusión en su voz—. Este es el tipo del archivo, pero no estoy viendo ninguna mancha en su alma. Lo digo en serio, el hombre no podría estar más limpio.


—Sí, lo veo —Stryker respondió antes de pensar para sus adentros... y estamos muy jodidos. Algo, un ruido, tal vez, debió haber delatado su presencia a Rafe. Porque levantó la cabeza, y su mirada buscó frenéticamente alrededor de la habitación.


—¿Hola? ¿Hay alguien ahí? —Stryker cerró los ojos y tragó audiblemente. Esto era sólo la guinda del pastel. No sólo el alma que les enviaron a recoger no estaba manchada, el hombre era su compañero. A diferencia de otros cambia formas, los perros no podía descubrir a sus compañeros por la vista o el olfato. No, los perros reconocían a su verdadero amor por el sonido de su voz. Cuando Stryker oyó hablar a Rafe, cada nervio de su cuerpo se puso en alerta máxima.


—¿Jefe, estás bien? —Tristán le preguntó con preocupación en su voz—. ¿Tenemos un plan?


—Sí, sacar más rápido que la mierda a mi compañero de aquí antes de que otro equipo venga a recogerlo cuando nosotros no lo llevemos a las puertas —Stryker respondió. Pudo oír los jadeos y gemidos mentales que su equipo dio por la profundidad de la mierda en la que se encontraban. Stryker estaba demasiado distraído por el ángel delante de él para prestarles atención. Rafe no podría medir más de un metro setenta y pesar sesenta y tres kilos. Tenía una corona de rizado pelo rubio despeinado como si recién se levantara y hermosos ojos verde mar.


—Sé que hay alguien ahí —dijo Rafe un poco más fuerte mientras se levantaba de su silla. Con unos pasos lentos, se trasladó frente a la chimenea y cogió uno de los atizadores de hierro—.Déjate ver y puedes irte. Yo no voy a hacerte daño si no me lo haces a mi.


—Rafe, ¿qué está pasando aquí? —Un hombre mayor entró en la habitación. Stryker de inmediato lo reconoció como como el padre de Rafe, el niño podría haber sido su clon. La segunda cosa que Stryker se dio cuenta fue que el anciano era el mal en su esencia misma. Las personas con el alma limpia y pura estaban rodeadas por un resplandor blanco. Cuanto más empañada estuviera el alma, más oscuro sería el resplandor que los rodeaba. Los seres humanos podrían llamar a este fenómeno aura, pero Stryker sabía que era su alma real.


—Sigan encubiertos, voy a cambiar a mi forma humana y averiguar qué coño está pasando —instruyó a su equipo. Cambió rápidamente antes de tener que escuchar a sus hermanos diciéndole que era una mala idea, se aseguró de estar detrás de una silla para ocultar la mayor parte de su desnudez. Por el rabillo del ojo, vio a los otros cuatro miembros de su equipo seguir sus órdenes. Su aceptación incondicional casi le hizo sonreír. Allí estaban, con el culo profundamente en la mierda, y él nunca tuvo dudas de la lealtad de su equipo.


—Mierda, eres real —el padre de Rafe, el Sr. Damas afirmó—. Sabía que este día llegaría, el demonio dijo que los Perros del Infierno eran reales.


—¿Sabes lo que somos? —Preguntó Stryker, tratando de ocultar su sorpresa—. Pero ¿cómo puedes saberlo? Sólo el que hizo el acuerdo puede reconocernos.


—Yo hice el acuerdo —respondió el Sr. Damas, mirando a sus pies—Simplemente no fue por mi propia alma.


—No puede prometer el alma de otra persona —dijo Jared por su enlace al grupo. Stryker asintió levemente, sabiendo que los miembros de su equipo lo verían.


—No puedes hacer un acuerdo con un demonio por el alma de nadie, solamente la tuya.


—¿De verdad hiciste un trato con un demonio? —Rafe preguntó en voz baja. Stryker se dio cuenta de su aspecto ojeroso y pálido. Él parecía a punto de desmayarse. Cuando todo el mundo se volvió para mirar al chico, Rafe empezó a temblar—. Papá, ¿cómo pudiste hacer eso?


—No era mi alma la que vendí—su padre respondió con una ceja levantada. En ese momento, las piezas cayeron en su lugar para Stryker. Sin pensarlo, se trasladó desde detrás de la silla y fue hacia el señor Damas.


—¿Vendiste el alma de tu propio hijo? ¿Qué te pudo haber ofrecido para que valga la pena vender el alma de tu propio hijo al diablo y que pase toda la eternidad en el infierno?


El Sr. Damas rodó los ojos. —No seas una reina del drama. ¿Por que la mayoría de las personas venden sus almas?


—Recibimos variadas razones—respondió Stryker, cruzando los brazos sobre el pecho.


El Sr. Damas evitó la mirada de Stryker y se acercó más a su hijo. —No te escondas detrás de él —Stryker gruñó al hombre mayor.


—¡Tu debes llevártelo a él!


Rafe se volvió hacia su padre.—¿Tu vendiste mi alma? ¿Cómo pudiste hacer eso? —El corazón de Stryker casi se rompió cuando Rafe finalmente pareció entender todo. La mirada en el rostro del niño era de dolor.


—Ni siquiera habías nacido —Damas espetó. Aunque Rafe tenía que tener por lo menos veinte años, él todavía se apartó de su padre, dando a Stryker toda la confirmación que necesitaba para saber que el señor Damas era más que un bastardo; él era un monstruo abusivo.


—El demonio fue el que me dijo que tu madre estaba embarazada. Él me explicó que hasta que nacieras y recibieras tu propia alma eras todavía una parte de mí y podía venderle tu alma a él.


Stryker sintió una sonrisa malévola aparecer en su rostro mientras se abría camino entre padre e hijo. —Eso no va a salvar a tu alma cuando mueras. Es tan negra como mi pelo. Tu todavía vas a pasar toda la eternidad en las llamas del infierno por tus crímenes.


—Eso no es lo que dijo el demonio —gritó el señor Damas. Se acercó a Stryker, pero dio marcha atrás rápidamente cuando los otros cuatro aparecieron en su forma de perro.


—Él pudo haberte dicho que el trato era por el alma de tu hijo —respondió Stryker—. Pero eso no salva tu alma del infierno a causa de la vida que has vivido.


—Tengo un plan para eso. —el Sr. Damas resopló—. Voy a buscar la absolución de un sacerdote antes de morir y todo el dinero que recibí en el trato por el alma de Rafe será donado a los pobres. No es como si de todos modos vaya a tener un heredero vivo.


—De todos los hijos de puta que hemos visto en los últimos años, este chico se lleva la palma —dijo Jared en la mente de Stryker— ¿Podemos asustarlo hasta la muerte y tomar su alma ahora en lugar de la de su hijo?


—Creo que es un gran plan —Stryker respondió con una sonrisa.


El Sr. Damas sonrió pensado que Stryker estaba hablando de su plan para la absolución. Él se llevaría una gran sorpresa—. Muchachos, tomen el Sr. Damas y llévenselo. Rafe no tiene que ver esto —Stryker ordenó. Los perros comenzaron a moverse, pero Rafe se puso frente a su padre.


—No, pueden tomar a mi padre. —El Sr. Damas le sonrió a Stryker por encima del hombro de su hijo.


—Rafe, tu padre vendió tu alma y, sin embargo estás tratando de protegerlo.


—Él es mi papá —Rafe respondió, encogiéndose de hombros, como si eso lo explicara todo.


—Tu estás protegido ahora, pequeño —dijo Stryker suavemente mientras se acercaba a su magnífico compañero. Extendió la mano para tocar al hombre, pero se congeló cuando Rafe retrocedió—.No tengas miedo de mí, no voy a hacerte daño.


—Tu eres malvado —susurró—. Está en el nombre, ¿no? Eres un siervo del infierno.


—No somos malos —Stryker respondió, sintiendo su corazón hundirse. Estaba acostumbrado a esta reacción, pero nunca pensó que tendría que explicárselo a su compañero—. Puedo explicarte todo más tarde, pero en este momento tenemos en una fecha límite.


—¿Una fecha límite? —preguntó Rafe, obviamente confundido—. Sí, cuando nos mandan a recoger un alma, sólo tenemos unas pocas horas antes de que envíen a otro equipo.


—¿Hay más de ustedes?


—Te lo prometo, Rafe, te lo explicaré todo más tarde —dijo Stryker suavemente mientras se acercó y empujó un rizo rubio de la frente de Rafe—. Tenemos que llevarte a un lugar seguro hasta que todo esto se resuelva. Rafe no se encogió lejos esta vez. El rubor que cubría su cara cuando le tocó puso dura la polla de Stryker. Como si Rafe sintiera la reacción de Stryker, su mirada se desplazó hacia su ingle y el rubor del hombre se profundizó. Stryker trató de no sonreír ante la idea de que su compañero se sentía atraído por él.


—El acuerdo era por su alma, no la mía. —el Sr. Damas resopló—. No lo puedes proteger.


—Puedo, y lo haré —dijo Stryker, gruñendo al hombre cuando se volvió y empujó Rafe detrás de él al mismo tiempo—. No podemos llevar un alma limpia al infierno, no importa el trato que hayas realizado. Ni siquiera estoy seguro como pero voy a hacer lo que no pudiste hacer como padre... Mantener a tu hijo sano. Pero tú, hijo de puta, vas con mi equipo al infierno.


—Yo no era parte del trato, y no estoy muerto.


—Eso se puede arreglar con bastante facilidad. —Stryker rió entre dientes, pero se detuvo cuando escuchó Rafe jadear detrás de él. Se giró solamente para que Rafe pudiera verlo y le guiñó un ojo a su pequeño compañero. Rafe levantó una ceja, su preocupación por la situación era evidente en su expresión. Stryker se dirigió a sus compañeros de equipo—. Jackson y Braedan, llévense a el Sr. Damas. Jared y Tristán, quédense con nosotros hasta que podamos hablar con Dante y le expliquemos lo que está pasando.


—Lo haremos, Stryker —Jackson dijo a medida que avanzaban hacia el señor Damas.


—No, no puedes hacer esto —gritó el señor Damas, mirando alrededor de la habitación frenéticamente para encontrar algún medio de escape—. ¡Este no fue el trato! No me lleven a mi, llévense a mi hijo.


—¿Y tu quería salvar a ese hijo de puta? —Stryker preguntó suavemente mientras se giraba y se inclinaba para mirar el rostro de Rafe mientras sus hermanos llevaban a rastras al todavía gritando Sr. Damas—. No me puedo imaginar cómo eres tan puro después de crecer con ese loco.


—No fue tan malo —Rafe respondió, estirando el cuello para ver alrededor de Stryker —. Él prácticamente me ignoró. Siempre me pregunté por qué no parecía quererme. Así que en realidad esto explica muchas cosas.


—¿Por qué todavía estabas dispuesto a ir en su lugar después de enterarte de lo que te había hecho?


—Es la única familia que me queda —Rafe susurró mientras las lágrimas se formaron en sus ojos—. ¿Si ni siquiera tengo una familia o alguien que me quiera para que voy a vivir?


—Te quiero —Stryker respondió moviéndose para quedar a la altura de sus ojos. Miró a los ojos de su pareja, incluso cuando Rafe bajó la cabeza—. En todos los sentidos en que un hombre puede querer a otro.


—¿Tú eres gay también? —Rafe preguntó con una risita mientras se limpiaba las lágrimas en sus ojos—. No entiendo nada de esto. Bueno, supongo que entiendo parte, pero estoy muy, muy confundido.


—Lo sé, pequeño, y me comprometo a explicarte todo. Pero por ahora, necesito que confíes en mí. Tenemos que salir de aquí. — Rafe miró su cara durante unos momentos antes de asentir.


—Está bien. Nada de lo que me puedas hacer o hayas planeado para mí puede ser peor que pasar la eternidad en el infierno.


—Wow, ese es el razonamiento más complicado para confiar en alguien que escuché —Stryker respondió con sarcasmo—. No es porque te salvé del infierno, o estoy tratando de corregir este error. O mierda, que me quieres tanto como yo te quiero No, es porque no hay nada peor que el infierno.


—Lo siento, pero ¿qué esperas de mí? —preguntó Rafe, mientras las lágrimas desbordaban sus ojos y corrían por sus mejillas.


Stryker extendió la mano para secarlas, sin detenerse en esta ocasión cuando Rafe se apartó de él—. Tienes razón, lo siento, Rafe.


—Está bien —respondió Rafe. Extendió una mano vacilante hacia la cara de Stryker. Él se congeló y contuvo la respiración. Sigue a delante, pensó. Tócame. Sí, eso es, sientes la conexión también, ¿no?


—Tío, esta es un mierda romántica maravillosa, pero tenemos que irnos —dijo Jared en la cabeza de Stryker—. ¡Sé que estoy siendo un idiota, pero en serio, esta situación va a empeorar cien veces si el otro equipo aparece!


—Bien, buen punto —Stryker respondió, luego sonrió al ver la expresión de confusión en el rostro de Rafe. Sin duda, su compañero pensó que Stryker estaba hablando consigo mismo—. Te lo explicaré más tarde, Rafe. ¿Qué tan rápido puedes guardar tus cosas en un par de bolsas?


—Cinco minutos —Rafe respondió, pero luego hizo una pausa antes de continuar—. Nunca voy a volver aquí ¿verdad?


—No estoy seguro, por lo que es mejor pensar que no.


—Muy bien. —Rafe asintió rápidamente antes de salir corriendo de la habitación.


Stryker se volvió hacia sus dos hermanos—. Vayan a buscar el coche y la ropa. Voy a ayudar a Rafe y nos reuniremos en el frente en cinco minutos.


—Cuida tu espalda, jefe, sentimos una especie de cariño por ti —dijo Tristán en su vínculo común. A pesar de la nota de sarcasmo en la voz de su hermano, Stryker podía decir que Tristán estaba preocupado.


—Cuiden sus propios culos, chicos —respondió, mirando a cada uno, antes de dirigirse en la dirección por la que Rafe se había ido hacía unos momentos. Siguiendo el olor de su compañero, se detuvo en la puerta de la habitación de Rafe, se quedó allí, apoyado contra el marco de la puerta, y vio a su pequeño compañero caliente moverse alrededor. Rafe subió la cremallera de una bolsa de lona y luego levantó la vista, obviamente, detectando la presencia de Stryker.


—¿Por qué me miras así? —preguntó Rafe, con la voz quebrada de una manera que tuvo a Stryker tragando un gemido.


—¿Cuántos años tienes, Rafe?


—Veinte —Rafe respondió, luego frunció el ceño y miró el reloj—. No, ya es después de la medianoche, tengo veintiún años.


—Es tu cumpleaños, eso tiene sentido. —Stryker se frotó la barbilla. Mientras que la edad legal para ser considerado adulto es dieciocho años, de acuerdo con el infierno, no eres un adulto cuya alma puede terminar allí hasta cumplir veintiuno.


—¿Nunca tuviste a nadie mirándote así antes? —preguntó, refiriéndose a la pregunta inicial de Rafe, tratando de controlar su impulso inmediato y abrumador de tocar a su compañero y frotar su olor para marcarlo.


—No lo creo —dijo Rafe en voz baja, obviamente confundido—. Nunca nadie me miró como si me quisiera comer. —Stryker sintió una sonrisa maliciosa cruzar sus labios.


—Yo quiero consumirte. Pero no de la manera que creo que quieres decir, Rafe. Te quiero.


—¿Qué quieres que haga?


—No bebé. —Stryker rió entre dientes mientras se movía hacia su compañero—. Te quiero. Quiero tocarte. Me muero por besarte.


—Entonces, no. Nunca nadie me miró así antes —Rafe susurró mientras Stryker tiró de su compañero a sus brazos—. Mi padre nunca me dejó salir de la casa, tuve tutores y fui educado en casa. Soy virgen.


—Oh Dios, me estás matando —Stryker gimió cuando se inclinó para reclamar la boca de Rafe.


—Por favor, no lo hagas —Rafe gimió antes de que Stryker pudiera besarlo. Stryker se apartó y miró a los grandes ojos de su pareja—. Yo ni siquiera sé tu nombre.


—Stryker. Stryker Magnus —respondió en voz baja—¿Importa?


—Creo que debo saber tu nombre antes de que me beses— Rafe declaró mientras su cuerpecito se sacudió en los brazos de Stryker.


—Bueno, ahora lo sabes ¿Puedo besarte?


—Oh, sí, por favor —respondió Rafe, levantando la barbilla.


Stryker bajó la cabeza y suavemente rozó sus labios contra los de su pequeño compañero. Cuando Rafe se quedó sin aliento, Stryker aprovechó el momento para deslizar la lengua en la boca de Rafe. Stryker gimió cuando profundizó el beso. El sabor de su compañero era tan bueno como siempre imaginó. Stryker casi perdió la cordura cuando Rafe se acercó y envolvió sus brazos alrededor de su cuello. Lo agarró del culo y levantó a su pequeño compañero que inmediatamente envolvió sus piernas alrededor de su cintura. En ese momento, Stryker sintió una felicidad como nunca había sentido en sus 120 años.


—Oh, dios, no sé lo que me pasa...— Dijo Rafe entre dientes, follando sus caderas contra Stryker cuando rompieron el beso. Stryker abrió los ojos para mirar a los grandes ojos verdes de Rafe. Sabía que su aroma volvía a Rafe medio loco, incluso si Rafe no sabía por qué. Con todo lo que Rafe había pasado esto debería ser la última cosa en su mente. Pero no podía controlar las hormonas en ebullición que corrían a través de él cuando olió a su compañero. Le tomó un momento para darse cuenta de que su compañero estaba a un paso de su primer orgasmo.


—Hazlo, bebé —Stryker arrulló, alcanzando entre ellos para frotar la polla dura de Rafe través de sus pantalones—. Ríndete a las sensaciones. Te tengo bebé, no te voy a dejar caer.


—Me siento como si estuviera a punto de estallar —Rafe gimió, empujando su polla dura en la mano de Stryker. Stryker trató de centrarse únicamente en el placer de su pequeño compañero, pero empezó a temblar por el deseo de reclamarlo. En más de un siglo de vida, nunca había visto nada más exquisito que al hombre en su brazos en la agonía de la pasión.


—Vente para mí, mi pequeño compañero —Stryker dijo mientras se inclinó y comenzó a lamer y chupar el lado del cuello de Rafe. Eso fue todo lo que necesitó. Rafe gritó su liberación, empujando sus caderas hacia delante un par de veces más antes de caer en los brazos de Stryker.


—Te tengo, bebé. Está bien, te lo prometo. —Repitió las palabras una y otra vez, acariciando la espalda de Rafe hasta que sintió que se calmó, luego se dio cuenta que su compañero se había desmayado en sus brazos. Afortunadamente, pesaba casi tanto como una barra de pan, y Stryker era más que suficientemente fuerte como para llevarlo. Rafe se acostumbraría a la intensidad de los orgasmos entre compañeros; que superaban con creces todo lo que cualquier humano podía experimentar con otro ser humano.


Riéndose de sí mismo, envolvió un brazo alrededor de Rafe y agarró las dos bolsas. Cuando se dirigía a la puerta de la habitación, se detuvo y retrocedió unos pasos.


Había una imagen de una mujer apoyada en la mesa junto a la cama de Rafe. ¿Sería la madre? Stryker se acercó y la cogió. Era la única foto en la habitación y tenía que ser importante para él. Sonriendo ante la sensación de Rafe en sus brazos, Stryker se dirigió fuera para reunirse con sus hermanos. Ahora que había encontrado a Rafe, él nunca voluntariamente dejaría al hombre, y haría cualquier cosa para mantenerlo a salvo.

Feb. 1, 2021, 3:52 a.m. 0 Report Embed Follow story
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Meet the author

Karumen Shiro ¡Hola! Quiero aclarar que ninguna de las historias que están aquí me pertenece, tampoco son adaptaciones, simplemente quiero compartir las historias que tanto amo. Las que me hicieron enojar y reír así como también llorar, no digo que no pueda escribir, tendré mini relatos, pero principalmente solo quiero compartir los libros que tengo. De antemano gracias por leer <3

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