karumen Karumen Shiro

Universo World Lost Shifters. 01 Saga. Los cambiaformas perdidos. 01 Jacyn siempre se había considerado a sí mismo un tipo bastante normal. Poco sabía que no podía estar más equivocado. Atacado por un grupo de hombres armados, luego de un tiroteo es secuestrado. Repentinamente despierta encadenado a una pared. No es exactamente el tipo de día que un chico normal tendría. Todo lo que sabe es que todo esto está de alguna manera conectado con su familia biológica. Rescatado por un desconocido hombre alto de aspecto peligroso que afirma haber sido enviado por su familia perdida hace mucho tiempo, Jacyn no sabe si correr con él o fuera de él. Especialmente cuando el desconocido afirma ser capaz de cambiar a un jaguar. La última cosa que Logan quiere es estar rodeado de un jaguar cambia formas, pero nunca se ha negado a una orden. A pesar de que él mismo no está conforme con la misión, se encuentra poniendo en marcha un equipo de rescate cuando el mismo Jacyn es capturado por sus enemigos. Mientras los dos hombres corren por sus vidas, se encuentran con que no sólo están teniendo una batalla contra su enemigo, sino que ellos también están luchando contra una creciente atracción el uno al otro. La pasión es lo último en lo que deben pensar, sin embargo. Porque si no centran su atención en el enemigo, muy bien podrían pagar el máximo precio.


Erotica For over 18 only.

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Capitulo 1

Habría derramamiento de sangre esa noche, de eso Logan MacDurin estaba seguro. Tenía la esperanza que no fueran él. Dando una profunda calada a su cigarrillo, no le gustaba pero tenía que cubrir su olor. Miró con cautela el camino abajo de la tienda de licores. En el frente, su objetivo, una ambulancia con forma de caja blanca. Y un individuo dentro del vehículo de emergencia. Un paramédico de 25 años, que estaba a punto de tener toda su realidad alrededor de su culo. Lo sentía por ese pobre bobo.


Logan tomó refugio al lado de un laboratorio de metanfetamina. El piso estaba cubierto con botellas vacías, condones usados y jeringas. En otras palabras, distaba mucho de ser el Ritz. Por qué se había ofrecido voluntario para esa salvaje persecución de esa misión, no lo sabía.


Tenía que tener una vena masoquista sin descubrir. Mirando arriba, hacia el cielo, sus labios formaron una silenciosa plegaria, no podía ver las líneas obscuras de Los Cuervos. Teniendo en cuenta lo mierda que era este trabajo que iba a hacer, solo podía mostrarles cómo era la perfecta manera de acabarlo. Incluso a través del cielo completamente negro era capaz de detectarlos, gracias a su intenso sentido de cambia formas. Nada todavía. No sabía dónde se habían metido los hijos de puta, que no aparecían todavía. Él no tenía duda de que Los Cuervos estaban en camino. La única pregunta era cuándo ellos aparecerían. El sonido de la puerta del pasajero sonó y un hombre alto saltó afuera. Dijo alguna cosa al conductor que Logan no trató de molestarse en oír, el hombre cerró la puerta y se dirigió a la tienda.


Lucía pantalones de cargo azul oscuro y una cazadora a juego con las palabras en relieve de la compañía de su ambulancia, inscritas en amarillo brillante en su espalda. Y un pequeño parche bordado en el relieve en su pecho que Logan no podía ver, pero sabía lo que decía.


Jacyn.


El paramédico tenía una forma de caminar que parecía un depredador. Suave y medido como un felino. No había ninguna duda en la mente de Logan que si acorralaban a Jacyn, este sería más que capaz de pelear para escaparse.


Tenía el cabello marrón, Logan sabía que podía ser una mezcla de tonos oscuros y claros. El hombre lo llevaba en un estilo corto lo suficiente para que cuando una ligera brisa pasó por él, ni tan siquiera se lo despeinó un poco.


El mismo pequeño viento que voló hacia Logan, levantó su cara y respiró. Era la mejor manera para seguir a Jacyn si él tenía su esencia. Instantáneamente recibió una pizca de algo que estaba mal. Agrio. Fétido. Todo además muy familiar. «Joder» Logan gruñó en voz alta, aunque esperaba que nadie alrededor lo hubiera oído. El muy familiar hedor de Los Cuervos estaba ahora impregnado en el aire. Frenético, con su corazón acelerado y la adrenalina de gato a través de su cuerpo, recorrió con la mirada todo el lugar. Su estómago se revolvió cuando vio la fuente.


Sentado en el asiento del conductor de la ambulancia vistiendo el mismo uniforme de Jacyn estaba un Cuervo. En su forma humana, tenía el cabello negro como la tinta peinado hacia un lado. Desde la distancia Logan vio los muy familiares ojos marrón oscuros casi negros y la pálida piel que cada Cuervo tenía. Mierda, esa era la respuesta a su pregunta acerca de dónde se podría mostrar el enemigo. Estaba realmente aquí.


Había visto esta escena muchas veces, y todas cerca de Jacyn que no tenía ninguna idea del peligro que corría.


Dando un paso atrás hacia las sombras de la casa, Logan sacó su móvil e hizo una llamada. La casa base necesitaba conocer cómo de malas eran las cosas para cuando

estuviera dentro.



* * * * *



Jacyn Adams estaba solo, caminando bajo la débil luz del poste en el centro del estacionamiento, cuando sintió un sentimiento de felicidad, alguien lo estaba observando. Rápidamente se dio la vuelta, su cuerpo se tensó y sus dedos fueron hacia la radio portátil, todo lo que veía era la calle desierta.


Todavía era extraño, una espinosa sensación detrás de su cuello persistía. Sacudiendo su cabeza decidió que debía ser el stress de su trabajo persiguiéndolo. Ahí no había nadie en ese vago vecindario de Texas. Seguro que Tex era apestoso, fuerte y borracho, pero al menos que tratara de ser vivaracho de nuevo no representaba ningún peligro para Jacyn. Dándose la vuelta Jacyn continuó hacia la tienda.


—Hola Buzzy. —Jacyn llamó sobre el sonido de la campanilla de la puerta. El lugar estaba raido, viejo y sin garantía de algún timbre moderno.


—Jacyn. —Una señora de mediana edad le sonrió enseñando los huecos de los dos dientes delanteros perdidos —. Estaba empezando a pensar que no trabajabas hoy.


—¿Dónde más podría ir? Tú haces el mejor café de L.A. —Yendo sobre la antigua máquina de café. Puso una taza y sin añadirle nada más tomó un sorbo. Un gemido de satisfacción se deslizó pasando por sus labios. No mentía cuando dijo que ella hacia el mejor brebaje de la ciudad. Infiernos, ella era probablemente la mejor elaboradora de todo California.


—Solo dices eso porque no te cobro. —Se rió entre dientes con un sonido que parecía un sonajero debido a una enfermedad pulmonar. Aunque no le había contado la historia de su vida a Jacyn, él podía saber que había sido dura. A sus cuarenta años, su cara surcada de arrugas la hacían verse más vieja. Su cabello era rizado y más gris que marrón y lucía como si nunca hubiera ido a una peluquería. Las uñas de las manos eran gruesas, rotas y amarillas y tenía permanentes marcas de quemaduras en sus dedos de la pipa de crack. Jacyn no necesitaba ver más todos esos defectos. Buzzy era su amiga y no tenía muchos.


—Yo realmente estaba empezado a preocuparme. — Criticó—. Han sido dos días desde que te vi y sé que tú nunca te tomas tanto tiempo libre.


—Me he estado sintiendo muy caliente —se inclinó sobre la barra mientras hablaba con ella—, y tengo sensaciones incómodas. —Ellos podían pasar muchas horas de esa manera. Ella trabajaba en el registro y mataba el tiempo entre llamadas. A él no le importaba eso. Buzzy era graciosa para hablar con ella. Aunque la presencia de su ambulancia disuadía para que nadie les robara. A pesar de que la tienda no estaba en el peor sitio de L.A tampoco estaba en el mejor de cualquier manera y se sentía algo protector sobre ella.


—¿Has ido a los doctores? —Preguntó ella abriendo sus ojos inyectados de sangre y con preocupación.


—Nah, solo son algunos achaques y dolor. —Jacyn se encogió de hombros quitándole importancia a su preocupación. No sentía la necesidad de decirle que había visto a muchos doctores y ninguno podía decirle qué causaba sus extraños síntomas de jaqueca, dolores musculares y extrañas pesadillas.


—Oh bebé, ¿estás seguro? —Persistía.


—Pensé que solo era cansancio y necesitaba un día libre para recuperar mi sueño. —No podía usar sus otras preocupaciones acerca de su beneficencia social y el sentimiento de inconformidad con ello ahora.


—¿Estás seguro que estás bien?


—Sep, no es una gran cosa. Nunca he estado enfermo. —Hasta ahora, había sido cierto. Aunque había sido un niño que había estado alrededor de los hogares de acogida sin nadie que realmente mirara por él, nunca logró pasar más allá de una congestión nasal. Y esto que le estaba pasando ahora, lo tenía asustando y desconcertado.


—Veo que te asignaron un nuevo compañero. —Sacudió su cabeza en dirección a la ambulancia.


—Sep, su nombre es Patrick. Y nadie quería trabajar con él. Y me tocó la paja más corta. Suerte la mía que tengo que sufrir su culo agrio durante doce horas. —Jacyn señaló.


—¿Tan malo? —Buzzy se reía agudamente.


—Es malhumorado, no habla mucho aparte de que huele gracioso.


—Ewe, —ella arrugó su nariz—. ¿Cómo que huele gracioso?


—No sé. Es duro describirlo de alguna forma. —Tomó un sorbo de café y fuera de su hábito escaneó mucho el estacionamiento. Lo que vio allí fuera hizo que su corazón golpeara de miedo. Un trio de pelo negro. Vestidos de cuero y pasos gigantes caminaban hacia la tienda. Ellos se movían con una determinación letal y eso le decía a Jacyn que no iban a por café. Eso y las armas que todos cargaban de sus largos abrigos de cuero.


—Corre. —Le gritó a Buzzy y elevó su mano hacia su radio. Apretando el botón casi se desmaya cuando escuchó la fuerte estática que le dijo que no vendría ayuda de camino. Miró sobre la ambulancia esperanzado de que su compañero pudiera captar todo eso. Desde allí podía llamar desde la radio principal de la ambulancia. Patrick podía ser gruñón, una polla egocéntrica, pero sabía que podía manejar algunas cosas como la radio en un robo en progreso «¿Ya?» Seguramente, Jacyn podía contar con él en eso. Jacyn vio cómo los chacales salían y sacando su propia arma esperaba la aproximación de los matones.


«¿Qué jodidos?» No esperaba tener una buena evaluación después de eso. Jacyn resopló y bajó su respiración. Siempre usaba el humor para ayudarlo cuando tenía miedo y ahora mismo podía ser de alguna ayuda pues estaba cagado de miedo.


Llegando sobre la barra agarró el teléfono fijo y discutió cuando el sonido muerto le llegó. Grandioso. Ahora, pensó, empiezo un fuego y mandó señales de humo. No había forma de recibir ayuda. Notó que Buzzy todavía estaba ahí, congelada en el lugar, como un ciervo cuando los faros te alumbran, le dio un empujón.—Muévete, corre.


El aire se movió con los disparos. El largo panel frontal de la ventana destrozado, los vidrios y los productos de las estanterías volaban. Jacyn se agachó para protegerse debajo de la estación de café y rezaba para que Buzzy se hubiera refugiado también.


Nada de eso tenía sentido. Si fuera un robo, ¿por qué habrían llamado la atención con disparos en primer lugar? Sumado a ello, ¿cómo podía estar el otro paramédico metido en esto? Seguro él pagaría para que lo jodieran, pero no era la garantía suficiente para cometer un delito.


Desde la inicial ráfaga de disparos, no se oía nada más que un pesado silencio que colgaba en el aire.


Jacyn estaba en la tensa espera de oír algo más que pudiera decirle que Buzzy estaba todavía con vida. Su corazón martilleaba cuando el sonido de unas botas aplastando el vidrio llegó a su lugar.


—Aquí, gatito, gatito, gatito —uno de los atacantes cantaba.


Jacyn presionó su espalda contra la barra y metió sus rodillas apretadas contra su pecho tratando de hacerse más pequeño para un posible objetivo. Mientas estaba frenético por ir hasta Buzzy para estar seguro de que ella estaba bien. Sabía que si se movía podía ser hombre muerto.


—Tú no puedes esconderte de nosotros, gatito. —Otra voz aceitosa intervino—. Puedo olerte, saboreamos tu miedo.


Un solitario disparo sonó, la bala impactó en la barra a unas pulgadas cerca de su cabeza. Jacyn observaba la taza de café tirada en el piso, rodaba por el borde antes de llegar a descansar a su lado. Esto era surrealista, percibía cada segundo con intricado detalle. Quizás porque sentía en una parte que eso podía ser la última cosa que pudiera alguna vez ver.


Más silencio, el único ruido era su respiración y el sonido de los vidrios aplastados bajo las botas. Más disparos. Jacyn agachó su cabeza todavía más. Pero ninguna bala voló en su camino esta vez. Cuando oyó un grito agudo de dolor de uno de los pistoleros, Jacyn supo que había otro jugador en el juego y este aparentemente estaba de su lado.


Agachando su cabeza alrededor de la isla del café esperaba ver un uniforme de la policía pero lo que encontró no era nada de eso. Vestido con un largo abrigo de cuero como los otros tipos, este lucía tal vez más peligroso si era posible. Y al mismo tiempo tenía un sexy atractivo incluso bajo la amenaza de muerte, Jacyn no podía ayudar pero lo notaba. Con un corto cabello negro y sobre unos seis pies de sólidos músculos, el hombre lucía como si caminara como en una película de acción de clase B. Jacyn jadeó cuando vio todas las armas del recién llegado atadas a su pecho. Estaba cubierto de pistolas, cuchillos y posiblemente granadas. ¿De dónde infiernos había venido? No era policía, Jacyn se habría dado cuenta de ello si lo hubiera sido.


—Debería haber sabido que te enviarían a ti. —Patrick gruñó al recién llegado.


Jacyn empezaba a sentir el aturdimiento. Era bastante obvio que su compañero conocía al de negro, guapo y armado. Ellos no eran amigos cariñosos tampoco, porque los labios de Patrick se curvaron antes de arremeter lejos al recién llegado. El hombre extraño vestido de negro se movió tan rápido que se volvió un borrón y se refugió en el corto pasillo que conducía al baño.


—¿Pensé que habías dicho que los otros no lo habían encontrado todavía? —Gritó uno de los matones a Patrick.


—Ellos no lo tienen. —Patrick gruñó—. Es solamente Logan. Habrá rastreado la misma esencia que nosotros. Es un patrullero aquí, no hay más. Si tú no eres capaz de acabar con un felino, lo mataré yo mismo.


Usando la distracción, Jacyn se preparaba para dejar su escondite para ver si Buzzy necesitaba ayuda. Sin atreverse a levantarse del todo, se deslizó a través del suelo en sus manos y rodillas. Le pareció una eternidad deslizarse tan lejos pero finalmente estaba ahí. Una cintura como una larga pared rodeando los cuatro costados de la registradora, interrumpiendo a través de la puerta giratoria.


En el momento que entró sabía que era muy tarde, la capa gruesa de sangre cubría las baldosas sucias y rotas. Rápidamente levantó sus manos pero todavía estaba todo cubierto de sangre, desearía poder tener tiempo para ponerse sus guantes de látex. Jacyn miró hacia sus ensangrentadas manos con horror durante un segundo antes de que su formación lo pateara y se encaramara el resto del camino.


Los ojos de Buzzy estaban abiertos, sus pupilas fijas y dilatadas, su cuerpo doblado a un lado, podía ver la parte de atrás de su cráneo, se lo habían volado, estaba abierto.


Si pudiera de alguna manera llegar a la ambulancia y a su equipo, todavía no sabía lo que podía hacer por ella. Su corazón cerrado en un pesar. Si sólo se las hubiera podido arreglar para ponerla a cubierto antes, quizás ella todavía estaría aún con vida. Saltó cuando alguien más entró, se protegió en el área de la registradora. Jacyn giró sobre sus pies preparándose para defenderse a sí mismo. Desde que se había agachado su movimiento era torpe, terminaría cayendo sobre su trasero. Gimió en disgusto cuando sintió el caliente y pegajoso líquido empapar su ropa.


Era solo un solitario hombre que estaba peleando fuera con los matones, Jacyn se relajó algo. Cuando vio una larga espada en la mano del hombre su miedo retornó rápido y duro. La hoja era aguda y el metal brillaba. Un nudo de terror se formó en la garganta de Jacyn cuando notó la sangre fresca recubriendo la hoja. Mirándolo se preguntó si quizás redujo a uno de los matones; bueno, dos si contaba al chacal de su formal compañero. Quizás Jacyn tuviera suerte y la sangre que goteaba de la hoja era de Patrick. Ellos se lo merecían por ir todos con una Glock a la tienda. El nuevo hombre se giró y Jacyn se encontró a sí mismo mirando a unos ojos verdes fijamente. Ni siquiera llevaba más armas que un mafioso, pero todavía tenía un aspecto amenazante. La dura línea de su mandíbula estaba ajustada y era implacable, sus labios presionados juntos, apretados como si nunca sonriera. A pesar del aspecto duro del tipo, este estaba agachado también. Jacyn todavía podía ver los duros músculos modelados por sus pantalones de cuero y su ajustada camisa. Una extraña emoción fue a travésdel cuerpo de Jacyn que nada tenía que ver con el miedo o la adrenalina. Grandioso, dejar que se excitara por un cuerpo caliente mientras estaban en mitad de un tiroteo. Debía estar perdiéndose, mientras el hombre era sexy como el infierno, había probablemente matado a dos personas.


Se veía peligroso y tenía en su mano una maldita arma ensangrentada. Jacyn se dio cuenta que su salvador era un poco amenazante para los pistoleros. Y contestando a su reflexión, ahí había otra ronda de disparos. El mostrador de la lotería recibió un tiro y explotó. Jacyn se agachó y se cubrió con sus manos.


—Nosotros necesitamos salir de aquí. —Susurró el gigante poniéndose a cubierto con él—. Tenemos que largarnos de aquí. —Parte de Jacyn estaba a favor, fue el ‘nosotros’ por lo que no estaba seguro. Asintió y actuó con un pensamiento ‘todos para uno’. Podía usar toda la ayuda que pudiera conseguir. Una vez llegaran a la puerta, solo tenía una oportunidad para tratar de cubrirse en su ambulancia. Ahí había una radio y podía llamar al despacho por ayuda.


—Mi nombre es Logan y tu hermano me envió —dijo el extraño.


De nuevo Jacyn asintió, aunque sabía de seguro que el tipo estaba loco o lo confundía con alguien más. Era un huérfano, Jacyn no tenía familia. Estaba seguro como el infierno de que no tenía un hermano, menos que lo odiara lo suficiente como para mandar a un homicida corta cabezas detrás de él.


—De acuerdo, solo dime qué es todo esto. —Jacyn respondió pensado que iba a poner mucha distancia entre sí mismo y el aspirante a ‘la roca’ lo más pronto posible.


Entonces iba a hacer lo que fuera para que esos hijos de puta pagaran por haber matado a Buzzy.

Jan. 29, 2021, 12:43 a.m. 0 Report Embed Follow story
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