Historia Panameña for Dummies Follow story

“El poder ilimitado tiende a corromper la mente de quienes lo poseen; y esto lo sé, señores: que donde termina la ley comienza la tiranía”- William Pitt

La dependencia económica incorporada en Latinoamérica desde la potestad europea, constituyó uno de los legados más palpables de la conquista y emancipación colonial. Aunque Latinoamérica logró marcar su propia “independencia”, nuestro sistema económico, político y consigo el social continuó siendo tan deplorable como lo era en la época de los colonos. Esto implicó que nuestras pequeñas tierras, se vincularan al mercado mundial como un mero exportador de productos agrícolas y materia prima, a su vez también nos volvimos importadores de todo producto manufacturado producido en países altamente desarrollados (algo que sucede todavía en pleno siglo XXI). Mientras Norteamérica, en especial, Estados Unidos, era visto por los propios estadounidenses como la “tierra de las oportunidades”, ésta futura potencia crecía tanto en tamaño, como en desarrollo, logrando casi escapar de las causes de sus colonizadores ingleses.

La Doctrina Monroe es un resumen de ideales e intenciones (contrarias y enemigas a la de sus colonos). “América para los americanos”, fue el primer paso ideológico con el cual Estados Unidos se enfrentó a los británicos, con el fin de hacer a Latinoamérica como suya y desplazar a Gran Bretaña. Este pensamiento fue aumentando entre los estadounidenses, un pensamiento que fue alimentando el corazón de cada ciudadano. La batalla estadounidense – británica por las Américas comenzó con el sueño de conquista del Caribe, por lo tanto, de Cuba, puesto quien conquistara Cuba, conquistaría el Caribe, debido a su posición estratégica y la producción agrícola de esta. Gran Bretaña se veía en un escenario bastante complejo, casi estaba con la espalda contra la pared. Ya que, por un lado en Europa, los británicos temieron que Francia pudiera adueñarse de algunas tierra en América. La unión de Francia a la Santa Alianza, pintaba un escenario que rompió el equilibrio europeo en contra de Inglaterra, según Ramiro Guerra. Y por otro lado, estaba Gran Bretaña en América luchando contra Estados Unidos y su posible amenaza de conquista en América Latina. Frente a este escenario de guerra, Gran Bretaña ofrece un trato para los Estados Unidos, difícil de rechazar: un apoyo contra Rusia, en cambio los estadounidenses debían perder influencia sobre las tierras americanas. Trato que, por lo que sabemos de la historia, Estados Unidos rechazó y en cambio, pintó que Gran Bretaña y el poder de la Santa Alianza traería a América desgracias, por lo que nace el pensamiento en la ciudadanía “América para americanos”, línea tan útil y preciada por los Estados Unidos. Esto hizo que la futura potencia tuvieses más ventaja de adquisición sobre cualquier otro país europeo.

Este pensamiento, fue perfecto para una tierra que estaba envuelta en una especie de anarquía, con sistemas económicos, sociales y políticos débiles, donde se situaba continuamente guerras civiles y donde existía una sociedad elitista y clasista. Fue la combinación perfecta para lo que tenemos hoy en día. Se necesitaba un héroe de capa roja que velara por los intereses y representara todo lo “bueno” que había aún en América y Estados Unidos estaba cumpliendo su cometido. Dejando una pésima publicidad para los europeos, quiénes obviamente eran los responsables de la mayoría de las desgracias americanas. La futura potencia estaba muy segura que era más que imposible para la Santa Alianza volver a sus días de gloria del Imperio Español, pero tampoco querían dejar que existiera alguna duda en caso de que lo lograran.

El triunfo de Estados Unidos con la Doctrina Monroe, aseguró su expansión territorial. Hoy en día, la Doctrina Monroe se puede ver reflejada en las constantes intervenciones que tiene la potencia en territorios ajenos. Se puede ver evidenciada por sus numerosas intervenciones dentro de varios territorios a nivel global, con la bandera política de “combatir el comunismo donde sea y como sea”, anunciado por su ex presidente Truman. Por lo que el Congreso Norteamericano dictó una Resolución (11 de junio de 1947) para atacar el comunismo. Así comenzó la intervención en numerosos territorios estratégicos, entre ellos, quizás el más importante para sus intereses, el Medio Oriente. Dicha Resolución le dio a Estados Unidos el derecho de utilizar la fuerza donde ellos consideren sea necesario, incluso aunque se viole la Ley Moderna y las múltiples Resoluciones de las Naciones Unidas, de acuerdo con Khaled, (2005).

Por otro lado, el Destino Manifiesto, nace más bien como una influencia de la doctrina de la iglesia protestante. Que a su vez tenía muy arraigada las ideas de Calvino y Locke, las cuales siempre estuvieron presentes en los ciudadanos. A diferencia de la doctrina católica europea: “es más fácil que pase un camello por el ojo de una aguja que un rico gane el reino de los cielos”, el Destino Manifiesto proponía un cambio religioso, en donde los hombres que tenían mayor adquisiciones, mayores tierras, gozaban con la gracia de Dios, al contrario de ser pobres, en donde se creía que era gracias al castigo de el Señor. Estas ideas influenciaron enormemente en el desarrollo económico de los Estados Unidos, y por ende, a su expansión territorial. Ya que contaban, por decirlo de alguna manera, con la “bendición de Dios”. Estados Unidos contaba con una autoconfianza, y energía que ayudó a la expansión territorial gracias al sentimiento egocéntrico de una minoría que creía ser superior a los británicos o incluso a todo Europa o incluyendo a cualquiera que no compartiera sus creencias, es por ello que Estados Unidos, condescendientemente y arbitrariamente toma la idea de imponer “orden” y “civilizar” a todos aquellos que no compartan sus creencias, así es como se llega al colonialismo americano.

Basados en esta condición, Estados Unidos se vio en el derecho y deber de invadir a su vecino sureño, México, con el fin de reformarlo y llevarlo hacia la “luz”, convertirlo en ejemplo de lucha republicana, estándares puritanos y un ambiente lleno de democracia, además argumentaron que las tierras subutilizadas y desocupadas, podrían ser ocupadas por los Estados Unidos. Esto creó lo que hoy tenemos como una nación variopinta que se muestra aún como una potencia élite, con el deber y derecho de intervenir en asuntos exteriores no solicitados. Como ejemplo, Estados Unidos convertía el Caribe en su “lago de campo”, y Theodore Roosevelt en el mensaje del Congreso de 1904, conocido como “el corolario Roosevelt a la doctrina Monroe” anunciaba, el derecho a intervenir en Latinoamérica ante la debilidad de sus instituciones. Por otro lado, Panamá, en sus decisiones separatistas como república “independiente” siempre estuvieron de la mano de Estados Unidos. Incluso aún con la firma de los Tratados Torrijos-Carter, y el traspaso de las últimas responsabilidades del Canal a manos panameñas, dejó a los panameños, flotando sobre una incertidumbre tanto externa como interna, frente al posible rechazo manifiesto, del poder estadounidense sobre nuestro pueblo y con eso un miedo de convertirnos en la república que siempre hemos querido ser. Casi como sufrir del síndrome de Estocolmo.

- Ana Raquel M.