—No, no... no, YoonGi, no. — aferró el cuerpo por los costados, tirando de él hacia un callejón alejado entre dos edificios. Observó con pánico como la gran mancha carmesí se extendía cada vez más en la superficie blanca bajo la casaca de cuero. Sentó al pálido, reclinando su espalda contra una de las paredes, se inclinó sobre él, sus manos acunaron su rostro buscando sus ojos — escucha, estarás bien, lo prometo, NamJoon ya viene.
—Nam... — asintió una única vez, sus parpados revolotearon y sus cejas se crisparon cuando una de sus manos se posó un segundo sobre su abdomen, percibiendo el cálido fluido rojo brotar de el —¿Me... me dispararon? — parecía no entender que había ocurrido. Hasta hace un momento ellos solo corrían y de pronto...— ... No salió bien... perd-... perdona, dulzura...
JiMin negó con la cabeza una y otra vez.
—No pienses en eso ahora. — Apoyó sus rodillas sobre el asfalto. Sus manos jamás soltaron el rostro contrario. — Escucha, escucha... canta conmigo Yoon... I've been kicked around since I was born, and now it's al right. It's OK. And you may look the oher way —le miró fijamente, una sonrisa quebró los labios de su hombre mientras JiMin cantaba en un seco susurro — Whether you're a brother or whether you're a mother, you're staying alive, staying alive... Feel the city breaking and everybody shaking and we're staying alive, staying alive...
—Ah, ah, ah, ah... staying alive... — suspiró el pelinegro con suavidad. Aun con una bala en sus entrañas, seguía sonriendo. JiMin lo amaba más que a su vida, si YoonGi moría en ese mugriento callejón, jamás iba a perdonárselo. — JiMin... — llamó en un susurro grave. El ojiazul le miró con urgencia, a un palmo de su rostro. Podía distinguir gracias a la tenue iluminación ambarina que se colaba desde la acera, un matiz mucho más pálido en su piel, el sudor empapando su rostro — N-no voy...
—Cállate.
—T-ti...enes... que irte... — susurró. Su rostro se crispó cuando movió una de sus manos, rebuscó algo en sus bolsillos y se lo entregó al rubio — lo... gra-bé... dáselo...HoSeok, sabe...
—Cállate, maldita sea...— sus labios se presionaron sobre los del pálido. — Por favor, cállate. Vas a poder. Tú lo harás, solo... — ladeó el rostro hacia la entrada del callejón — ... pelea un poco más YoonGi, por favor, hazlo por mí.
—Por ti, sí... está bien...
—Bien.
Vamos NamJoon, date prisa.
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