blood-letters Julián Galeano

Es el 2026. El cielo ha desatado su furia sobre la tierra y la ha plagado de incontables bestias que escapan mas allá de la comprensión humana. La humanidad, ahora en el escalón mas bajo de la cadena alimenticia, lucha por evitar su inminente extinción. En medio de este panorama dos solitarios supervivientes cuidaran sus espaldas luchando un día a día en un mundo que ya no les pertenece, atormentados por un pasado que los persigue y abandonados por un futuro que los quiere reducir a recuerdos. Blood-Letters "Mas que historias un universo"


#12 in Post-apocalyptic Not for children under 13. © Todos los derechos de autor reservados

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Capitulo I "El nuevo mundo"

Episodio 1

“Mi compañera y yo”

A la tierra le han sentado bien los años en que el hombre no ha estado consumiéndola a pasos agigantados. Como un parasito, esto se ve claramente reflejado en la superficie del planeta. El cielo ha vuelto a ser azul, la brisa ha vuelto a danzar con el silencio en su afán de llegar a ningún lado, la capa de ozono está cicatrizando el agujero y la huella del ser humano ha empezado a borrarse, e incluso en las zonas menos esperadas la vida ha prosperado, Poco a poco el planeta se recupera, aunque, como era de esperar la mayoría de la fauna que conocíamos a perecido, siendo remplazada en la nueva cadena alimenticia por una aberración de procedencia desconocida.

La extensa porción de tierra está cubierta por un hermoso campo de flores y hierba, es un día soleado y los grandes algodones blancos del cielo proporcionan sombra a la fértil tierra; camina en contra del viento que surca sus cabellos y la tierna paz lo cobija en sus brazos, los pajarillos cantan al mundo enriqueciéndolo con su folclore. Por un instante, ¡es feliz!

La nube más cercana oculta a la radiante estrella y baña con sombra y gotas la tierra. De pronto las aves alzan el vuelo y escapan cuando el silencio y la brisa son cortados de un tajo por un gutural rugido; antes de que su cerebro lo advierta del peligro la brisa se lleva el sonido y la calma retorna, el apresurado trote da paso a la carrera y el ente cuadrúpedo corre en dirección de él, los recuerdos acuden y la figura de la criatura toma forma en su mente. El peligro que supone dicha aberración le hace estallar en cólera y terror mientras la adrenalina, ya en su sangre, lo hace girar de manera violenta en dirección de las pisadas, el albino ser humanoide carente de visión, corría hacia él, y debido a la reducida distancia escapar, ya no era una opción; algo no estaba bien. Se había asegurado de no hacer ruido por lo que no había forma de supiera que estaba allí, aunque ya no importaba; bajó sus manos para des abrochar las hachuelas que sujetaba en los laterales de sus piernas y la sorpresa le acudió al ver que ninguna del par de armas estaban en su lugar, sin escape ni forma de defenderse el trabajo sería fácil para el Mucrofago y esta historia solo tendría un final. Negándose a lo inevitable con la convicción de quien se aferra a la esperanza corrió en dirección de la bestia sin saber bien el que hacer, solo corrió, la criatura que se desviaba corrigió el curso al escuchar las pisadas del superviviente que se aproximaba, el tiempo para el choque se dobló sobre si y, Daniel, con una piedra en la mano que recogió por el camino, plantó cara a su inevitable muerte mientras gritaba con impotente furia, la criatura recreo su entorno en base al potente sonido y una vez localizada con precisión milimétrica a su presa saltó con sus largos y delgados brazos extendidos y su grotesca boca de tres mandíbulas abierta.

La oscuridad se extiende en kilómetros y Daniel flota en un vacío sin fin, de pronto, un destello de luz lo ilumina todo y lo arroja de vuelta a la realidad, los rayos de sol que entran por el boquete en el techo se reflejan en la carpa naranja y lastiman sus desacostumbrados ojos. Su mente, aun somnolienta, acierta al interpretar el tibio calor bajo las mantas y el fresco ambiente de la mañana, todo ha sido un sueño. Los músculos le arden debido el esfuerzo que ha hecho en los últimos días y el cansancio ya le ha pasado factura a su cuerpo que, aunque es un joven adulto y ha descansado más de lo usual, ya no puede exigirle tanto como cuando tenía 15, a pesar de apenas doblar esta edad.

De pronto sus piernas sienten una ligera presión y el furor aun en sus venas lo disparo hacia adelante. El Mucrofago lo ha seguido al mundo real, y ahora yacía frente a él; tanteó las sabanas en busca de algo con lo que defenderse y bajo la almohada encontró la 9mm con un muy oportuno silenciador para eliminar a la criatura sin arriesgarse a llamar la atención de alguna otra que se encontrase en la zona; el malnacido aun no lo ha escuchado, y aquella oportunidad no se repetirá, decidido a no perderla, levantó la pierna oculta bajo la frazada y pateó el hombro del engendro quien retrocedió obsequiándole unos segundos de ventaja. Tomó el arma bajo la almohada y tiró del gatillo tres veces, pero el arma no escupió las balas y el clac del gatillo desvaneció sus esperanzas. Entre sutiles quejidos el rostro de la bestia se deformó en una borrosa mancha que adquiría otra apariencia; una vez los ojos de Daniel se adaptaron a la luz, frente a él una atractiva chica de cabello rojizo, corto y enredado se quejó mientras acariciaba su hombro.

—Buenos días a ti también— se quejó Amelia mientras acariciaba su hombro derecho e inclinaba la boca del arma hacia abajo.

—Perdón, actué sin pensarlo— dijo al arrodillarse para inspeccionar el golpe, por suerte parecía ser solamente un moretón.

— ¡Vaya forma de empezar el día he! Tuve suerte de que tuviera puesto el seguro—

—No lo tiene…— corrigió al reparar en el arma —Pude tirar del gatillo, no disparó porque esta descargada—.

— ¡Ja! otro día más en el paraíso, ¿no? — tomó una cantimplora y salió de la tienda con una irónica sonrisa en su rostro.

El aire irónico y despreocupado de Amelia lo preocupaba, una actitud relajada es peligrosa en constantes situaciones donde sus vidas se ven comprometidas; Al repasar lo sucedido la posible tragedia tomo peso y se autoproclamó como Señor de la imprudencia, error que no cometería de nuevo, la próxima vez dispararía.

El reloj marcaba poco más de las nueve horas, había perdido casi toda la mañana, un tiempo valioso y un lujo que no podía permitirse así que sin dar espera se vistió con el pantalón negro que había usado la última semana, una camisa (x), chaqueta negra y botas; Quiso refrescar su seca garganta pero el agua se lo acababan de llevar, gruñó, el día había empezado mal pero aún era temprano para ponerle etiqueta y con ambas hachuelas sujetas a los costados de sus piernas, emergió de la carpa listo para afrontarlo.

Mientras Amelia preparaba algo de desayunar, Daniel subió hasta el último piso del centro comercial <<o lo que quedara de él>>en el que se habían atrincherado desde la tarde anterior, se sentó al borde de la terraza y contemplo la inundación que engullía dos plantas a sus pies, el sol naciente iluminaba a los abandonados edificios carcomidos por el tiempo, exhibían catastróficos daños en sus estructuras y el hecho de que siguieran en pie era no menos que un milagro, estos eran la fiel exposición del estado tan deplorable en la capital, pero fuera de todos estos detalles, lo más aterrador de todo era aquel silencio que lo consumía todo; el paraje era escalofriante y poco alentador… Al fin los escenarios en todas aquellas películas, novelas y series post apocalípticas que vio en su infancia se había hecho realidad, solo que no contentos con monstruos incomprensibles, también hubo una guerra nuclear y un apocalipsis zombi… solo que mucho peor.

Tomó un largo y profundo suspiro nutriendo su sangre con el aire puro de la ciudad… irónico, y de uno de los bolsillos internos de la chaqueta sacó un pequeño diario y una pluma; Este no le pertenecía a él, en realidad, había tenido 5 propietarios anteriores quienes perecieron ante la crueldad y desprecio que tenía el nuevo mundo a todo y todos. Al final, tan solo era un diario que pertenecería a todos y contaría la historia de muertos para muertos, hasta que las hojas se terminaran o fuese destruido.

<<Prologo>>

Entrada de diario 15 de Febrero del 2034 Colombia / Bogotá DC S-B 019

“Mis apellidos ya no importan por lo que solo diré que me llamo Daniel, son las nueve horas con treinta y seis minutos y es el día… cuatro mil ochenta después del primer contacto, ya han pasado poco más de once años … creo. Es un poco confuso, la humanidad perdió la guerra contra los O.M.N.I, acrónimo de Organismo Masivo No Identificado y desde que se canceló la operación “Gancho”, solo nos hemos limitado a resistir y aplazar lo inevitable; Pero supongo que debo empezar por el inicio…

El 22 de noviembre del 2022 fue avistado en los bosques de Canadá el primer O.M.N.I; Se trataba de una criatura cuadrúpeda titánica, de casi tres pisos de altura y la longitud de un autobús escolar, piel pálida y cuerpo grumoso, sin cabeza o al menos no visible… en realidad parecía ser un abultamiento de tumores como si de un cáncer con patas se tratase, por más estúpido que suene.

Apareció primero en un video subido a las redes sociales por un usuario desconocido, donde se veía a la criatura avanzar a paso perezoso por el bosque cubierto de nieve, por lógica hubo quienes trataron de desmentir este video, pero para sorpresa de todos, el ingreso civil al bosque se restringió por completo y las fuerzas armadas custodiaron el perímetro.

No fue hasta dos semanas después que tuvimos otra noticia de la criatura, la cual fue capturada y confinada a un lugar inexistente para la historia… lo digo así porque jamás se reveló a donde la llevaron.

El gobierno admitió que no tenían idea demonios era esa cosa, de dónde provenía o si había más de estos, pero su rayo de esperanza a la población fue que poseía una naturaleza dócil y pacífica. Aunque por mucho que escritores, periodistas y demás entes “informativos” buscaron respuesta aquí murió la noticia que marcó el inicio de una nueva era y le dio la vuelta al mundo.

Se creyó que lo ocurrido en Canadá fue un evento aislado, endémico de este país. Pero solo fue el inicio de todo. En Rio de Janeiro, Brasil, un par de embarcaciones zarparon para nunca más ser vistas, salvo por algunos pedazos de sus cascos, y una gran mancha de combustible; pocos días después de esto <<no puedo expresar con exactitud cuánto tiempo transcurrió entre estos dos eventos ni su relación>> el 30 de junio del 23, siete meces después de lo acontecido en Canadá, un cefalópodo de 15 metros tocó tierra en la playa de Brasil.

Su comportamiento era el de un gato en una ratonera, pues atacaba de forma indiscriminada a todo lo que se atravesara en su camino ya fuese una persona, un animal o algún vehículo. Los primeros en hacerle frente fue la policía local que arremetió contra la criatura, pero de sien policías que plantaron cara, 150 murieron; esto incluyendo a los civiles que pretendían proteger.

La milicia no tardó en hacer presencia movilizando sus M35, los míticos camiones pesados de transporte 6x6 con su emblemático camuflado, y de ellos soldados armados hasta los dientes saltaron, con valentía enfrentaron a la criatura y con honor cayeron… algunos quedaron irreconocibles y fueron entregados sus correspondientes familias solo por la prueba de ADN que se les hicieron a sus restos…algunas veces llegaban en cofres pequeños. La cólera de la bestia consumió las vidas de más de dos mil personas y no fue hasta 32 horas después del origen de la tragedia, que un escuadrón de blindados “Leopard 1-A5” junto con docenas de unidades de infantería pesada dieron a la nueva amenaza una prueba del poderío humano. (Puedo escribir este pasaje con propiedad gracias a que fue mi padre quien me instruyo la teoría del mundo militar que tanto le apasionaba… lo que daría por volverlo a ver sentado frente a la tv molesto por los recortes al presupuesto militar y las malas decisiones del payaso de turno en el poder)

El área fue cercada y el flujo civil en un kilómetro a la redonda prohibido, lo ocurrido con el cadáver es un misterio y quienes conocían la naturaleza de este de seguro ya murieron…

La población costera empezaba a inquietarse, y no solo ellos, todos querían respuestas… todos teníamos miedo, y no fue para menos. El tercer encuentro también azotó a Sudamérica, pues este ocurrió tres meces después a puertas de mi casa, no literalmente por suerte para mí. Dos ejemplares de la misma “especie” que ataco Rio de Janeiro emergieron en la playa de la ciudad de Cartagena, pero esta vez, estábamos preparados; Las víctimas del atentado se limitaron a bajas en la milicia colombiana y daños por varios cientos de millones a la estructura de la ciudad, la cual ya había sido evacuada, el pánico empezaba a consumir el mundo entero pues ya se temía lo peor, y lo peor terminó por suceder”.

Amelia nace de pronto en la puerta de la escalera que conduce a la terraza para avisa a Daniel de que el desayuno se encuentra listo. Devuelta al tercer piso; todo lo que ha hecho es calentar la lámina de los enlatados y abrir un par de barras energéticas, en sus reservas queda comida para cuatro días, poco, pero es todo lo que pudieron rescatar de un preciado cargamento de suministros perdido entre las aguas. Ambos se sentaron a comer en medio del pasillo que en su momento estaba plagado de locales comerciales, pero ahora en ruinas.

— ¿Hiciste reconocimiento? — preguntó el de pronto.

—Sí, es inusual pero el edificio está limpio por completo, no hay Mucrofagos ni avispones— dijo mientras habría el empaque de una “barra nutritiva”.

— ¿Qué hay de la luz?

—La que entra al edificio es la suficiente como para que un Tifary no pueda materializarse entre las sombras, además, parece que hoy será un día soleado por lo que siempre y cuando no entremos en lugares oscuros estaremos bien.

Comentó y señalo el pasillo al que aún le quedaban pedazos de techo considerables, pero la luz que entraba rebotaba contra las paredes y se podía ver a través de este sin problemas.

—Eso es bueno, no tendremos que preocuparnos por ellos hasta el atardecer, ¿alguna otra cosa?

—Hay un pulpo en las nubes

La tos le hizo escupir la comida.

Se golpeó un par de veces el pecho con el puño y bajó el alimento con agua — ¡Muy bien!... — volvió a toser.

—Estoy esperando el remate.

Ella lo miró y la expresión en su rostro le dijo que no era un chiste.

—No estoy segura si fue producto de mi imaginación, pero creo haber visto algo similar a...

Pausó mientras en su mente buscaba las palabras adecuadas

—Patas… o tentáculos, como los brazos de un pulpo, pero con articulaciones

Unas risillas se le escaparon y el clavo su mirada con disgusto en ella, ¿Cómo podía reírse con un avistamiento así?, sin embargo, reconoció el temor en sus ojos, y le daba la razón; llegado este punto no era descabellado pensar en un monstruo enorme que nadara entre las nubes, tan grande que lo pudieras distinguir con claridad desde el suelo… y fuese esta la razón del porque las aeronaves que liberaban suministros a posibles supervivientes, no hubiesen vuelto a surcar los cielos.

—No pensemos en ello— al fin obligándose a deshacerse de aquellos temores que le carcomían día y noche.

—Ahora debemos concentrarnos en nuestro objetivo y no perder más tiempo, no sabemos si la inundación subirá, y si cubre las cuerdas eléctricas por las que nos estamos moviendo tendremos problemas.

— ¿Crees que en verdad haya alguien esperándonos más allá del bosque?

El pauso un momento y selecciono su respuesta con cuidado.

—No lo sabremos hasta ir allí y averiguarlo. Además, ¿Qué podríamos perder con intentarlo?, ¿tienes algo mejor que hacer? —

Le esbozó una sonrisa y guardó la lata vacía dentro de un compartimento especial en la mochila que había recostado a su derecha. —No. contestó al fin y se encaminó hacia la tienda.

La vio alejarse y desvió la mirada al cielo, lo buscaba, pero no lo encontró, y dio gracias por ello; No quería perder la poca esperanza que le quedaba tras ver los horrores del nuevo mundo.

Aug. 3, 2020, 9:22 p.m. 4 Report Embed Follow story
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JA Javier Abalos
De "sien" policías murieron 150? Se reproducían sobre la marcha?
November 10, 2021, 08:03

  • Julián Galeano Julián Galeano
    Hace referencia a que fue una matanza, y no solo fueron los policías si no también los civiles a los que intentaban proteger. Disculpa la confusión. November 10, 2021, 15:35
  • Julián Galeano Julián Galeano
    Gracias por la corrección, puedo confundir ciertas palabras fácilmente. November 11, 2021, 03:36
Duvan Morales Duvan Morales
esta muy bueno y interesante quiero saber mas
October 17, 2020, 03:01
~

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