--Una lástima que tengas que retirar esa prenda cariño-- Murmura el hombre que se encontraba apoyado en el marco de la puerta del vestidor.
¿Qué demonios? ¿La había visto? Por supuesto que lo hizo, por esa razón se encontraba donde se estaba cambiando, casualmente en el momento que se quitaba el vestido. instintivamente se cubre con su izquierda ya que estaba únicamente en bragas, sostén y medias hasta la rodilla
--¡Fuera! ¿Qué estás-- . Se congela cuando el cerrojo de la puerta resuena y una inocente sonrisa se pinta en el rostro del castaño quien avanza hasta atrapar sus manos y comenzar a reparar su cuerpo. La rizada no puede evitar maldecir por lo bajo, sintiendo su piel erizarse y seguramente teniendo sus mejillas rosadas.
--Eres tan bonita--. es casi patético como las lagrimas de nerviosismo pican repentinamente sus ojos, puede sentir sus labios presionar sobre su clavícula mientras una de sus manos reposa en su brazo y la otra en su cintura.
--Tan, tan bonita--. Su cuerpo tiembla ¿por qué esta tan débil? ¿por que no se mueve? ¿corre? ¿grita? No hay forma de luchar contra el gemido que se escapa de sus labios cuando su jefe se mueve de repente hacia abajo para besar sus pechos, la vergüenza apoderándose de sus ser cuando las manos ajenas viajan al cierre de su sostén y nota su creciente erección.
--Siempre luces muy hermosa--. Una vez retira esa prenda, da una lamida a una de sus aureolas rosadas, mirada cual depredador a su presa mientras disfruta de sus expresiones. Paso un tiempo antes de pasar al siguiente pezón, para entonces ya se encontraba tumbada sobre el vestido de mucama con el hombre en cima.
--Muestra que tan bien te desarrollas en otros campos--
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