u15926422521592642252 J. C. H. Tomé

En este relato de una manera torpe quiere decir al lector que viva y no sueñe, que la vida esta para vivirla y no para soñarla. espero que os guste


Memoir & Life Stories All public.
Short tale
1
3.2k VIEWS
Completed
reading time
AA Share

QUIEN SOY

QUIEN SOY

Se levantó súbitamente de un mal sueño, casi diría que una pesadilla. No podría recordarlo todo, pero sí no fuese por el cansancio que reinaba hasta en su último músculo, juraría que el partido de anoche fue hace medio siglo; Adrián en incontables noches se tiene adentrado en sueños estrambóticos y de increíble realismo, pero ninguno como hoy. Tiene imaginándose con novias preciosas, en los lugares más aclamados del mundo, siendo millonario o delincuente, o ambas conjuntamente, pero nunca en lo que sería el devenir de su propia vida. Era una mierda esa vivencia, el solo hecho de pensar que la tiraría de ese modo le producía pavor; trabajando de recepcionista en una estación de tren en lugar de ser el futbolista que promete ser (aunque ahora solo fuese un recogedor de pelotas), un transeúnte de la noche en busca de un poco de amor; una familia numerosa indeseada por el capricho de una mujer que no ama ni siente tan siquiera afecto por ella… un viejo verde solitario que acude a los partidos de su equipo, con el mismo tesón de un adolescente para ahogar sus penas descalificando a los rivales y el árbitro; un alcohólico que únicamente soporta su copa los improperios que esboza por verse en una vida no correspondida. Nada era parecido a sus pretensiones, jugar buen fútbol y vivir de ello, tener una buena pareja y tan solo dos niños bien educados; una gran casa con un buen césped y frutales, un turismo descapotable de color rojo Ferrari y todas esas cosas que captan la atención de la mayoría que muestra un interés superficial.

Se irguió de su catre cansado por la agitación que desenvolvió como hincha en el estadio; <<estoy reventado>>;, pensaba mientras se colocaba las zapatillas; suponía un gran esfuerzo levantar el trasero del colchón y se quedó un tiempo aguantando el orine, pensando en la vida que le gustaría vivir sin olvidar la que desde luego rehusaría; aprovechar que tiene la oportunidad de retomar los estudios y ser el día de mañana biólogo marino, con suerte después de colgar las botas; no temer el próximo domingo de sacar a la pista de baile a Carmen, la chica de la que está enamorado desde que compartieron aula en el primer curso. Que paradigma, su anheló por recorrer algún día el mundo y lo más cerca de hacerlo fue vendiéndole billetes a gente yendo o regresando a aquellos parajes que copaban la primera carilla de su agenda; <<maldito sueño, no me sacó de este maldito pueblo en una vida entera>>;, aquel Adrián del sueño, lejos de verse en él, se resignaba con los pasajeros que regresaban preguntándoles como era aquello para poder imaginarlo y si llegaban con alguna fotografía revelada poder fantasearlo; los pudientes del pueblo que viajaban con regularidad, dos o tres veces cada año le conocían y cuando visitaban algún lugar no sé olvidaban de él, le regalaban algún paisaje que inmortalizaba en la pared de su garita; la misma que llegó a estar colmada de diversos pasajes.

<<era un voyeur>> se lamenta tapándose la cara con las dos manos, deseando sacarse de la cabeza las mañanas solitarias de octubre, en las que se quedaba pasmado viendo otras partes del mundo de la singular manera que podía, en retratos. Que sueño suponía poder ver con sus ojos el peculiar paisaje natural formado por innumerables pilares de arenisca, cuevas, lagos y profundos barrancos rodeados de vegetación que reúne el área escénica de Wulingyuan, o poder sentarse en la lengua de troll con la vista puesta en el lago Ringedal; poder oír el crujir de la madera y las hojas del bosque de bambú de Arashiyama. Transitar por la surrealista avenida de los Baobads o perderse entre en los hermosos valles verdes, playas de en sueño ante la atenta mirada de los acantilados escarpados de las Azores.

Estaba más cansado de lo que acostumbra, los pasos pesaban como si llevase una arropea atadas a cada pierna; se sentó en el excusado para evacuar, se estuvo conteniendo un tiempo y el meado fue tan largo que le alcanzó para prometerse que en cuanto acabase sus estudios que ni la pelota, ni nada o nadie le impediría ver el reflejo de las montañas nevadas en el lago Moraine. Lavo las manos con los resquicios de una pastilla de jabón que le quedaba en la cavidad del lavabo y después se mojó abundantemente la cara para despejarse de lo ocurrido, coloco las manos como un recipiente, como los niños hacen cuando esperan unos caramelos y las lleno de agua para tirársela bruscamente varias veces; sin levantarse se quedó con la vista puesta en el sumidero buscando la toalla que tenía a un lado a mano para no encharcar el suelo, se secó y se levantó para mirarse al espejo.

- ¡Pero que cojones está sucediendo! Dice en voz alta.

Estaba asustado, se sentó en el retrete con la mano en el corazón deseando que se calmase, la respiración silbaba como una tetera y coloco la nariz entre el pulgar e índice de la otra palma, tapándose a su vez la boca. ¡era un vejestorio con pie y medio en el otro barrio! Calvo con unos pelos desalineados que parecía un nido escarbado; en la cresta, en el sitio donde estarían los huevos, estaban unas verrugas seniles que poblaba la ausencia de cabello, aunque el cuello tampoco se libraba de estos. El pliegue inferior de los ojos parecía burbujas de aire de embalaje, los cachetes estaban derrotados y con surcos que trazaban desde la mandíbula inferior hasta el malar. Las manos ahora vistas con más detalle eran conmovedoras, siempre admiró las manos de la vejez porque eran auténticas cajas negras que en cada hendedura estaba grabada la felicidad y tristura de su existencia, ni eso podía admirar de sí mismo si lo que estaba viviendo no era solo una terrible pesadilla.

Marchó del baño hacía la sala de estar, lejos de cualquier espejo; al sentarse en su diván vio un papel doblado por la mitad en la mesilla, haciendo como el tejado de la casa dos aguas; solo una palabra: hijo.

Padre, le dejo este escrito por si se levanta de madrugada; recientemente lo has cogido con que eres un voyeur porque te has redimido viendo como otras personas hicieron lo que a ti te gustaría hacer, pero has tenido una esposa que te ha querido y cuidado, unos hijos que nunca te van a faltar, amigos con los que salías a tomar los domingos o con los que mirar un partido. Es cierto que nunca has podido viajar porque somos pobres, como tantos… pero tú no tienes la culpa de eso, has trabajado una vida para sacarnos adelante y fuiste injustamente mal remunerado siempre.

Peor son tus nietos, que tienen lo que no te podrías imaginar soñar en tus tiempos; cierto que no andan viendo fotografías reveladas, o que no se resignan en el baile a no sacar a una chica, lo tienen todo en el teléfono y desde él, sin salir de su habitación, cumplen todas las resignaciones que ahora detractas desde unas plataformas llamadas “redes sociales”. No cambiamos nada, solo la silueta. Continuaremos mucho más soñando lo que podría ser vivido.

Descansa, al amanecer estaré contigo.

June 27, 2020, 2:49 p.m. 1 Report Embed Follow story
2
The End

Meet the author

Comment something

Post!
Uxío Fervenza Uxío Fervenza
A veces sucede lo contrario, has conseguido tu cochazo, tu moto, viajas por el mundo y por tu cama pasa lo más exquisito de cada sitio en el que has estado, coches, novias, barcos, dinero, nada, al final no tienes nada, te pones enfermo de coronavirus (por ejemplo) y es ahí donde te das cuenta de lo que has sembrado.
June 28, 2020, 22:36
~