Hay un brillo que me encantó, eran su sonrisa y sus ojos de amor. Pero... ¿Como detienes el tiempo para evitar el sufrimiento? Dicen que donde fuiste feliz querrás regresar más no podrás. Ahora que lloro en silencio lo comprendo. Grito de agonía, pero no soy yo, es el dolor que me recuerda a tu adiós. Tu cálido cuerpo que el frío envolvió y consigo tu alma se llevo.

Nos queremos a ciegas Por la llama viva de nuestra herida Soplando velas negras Que aún siguen encendidas Cómo conquisto tu corazón, si no me valen las palabras Y de servirme, mi amor ¿Qué hacemos con la distancia? Cobardes, con las alas amarradas, tres años que nos separan, dos aviones, dos miradas, soñando que algún día se cruzaran Por ti se vuelve fría mi poesía, se secan los mares en mi mente, melancolía por agonía Dime, ¿Cuándo volveré a verte?

La noche cayó, una lámina de metal me separa de la lluvia y el próximo bus pasará dentro de una hora. La carretera se tiñe de oro, las luces cálidas de los faroles parecen flotar sobre el camino encharcado. Cierro los ojos y doy un paso al frente, me hallo entonces en medio del camino. A pocos pasos aparece una silueta, la memoria de un viejo amor. Es el único lugar donde puedo volverme a encontrar contigo... Me resfrié al llegar a casa esa noche, está bien, extrañe sentir ese calor en mi pecho.

Mientras recorría aquel camino no podía dejar de mirar hacia atrás por eso tropezaba, de tanto observar lo que dejaba se perdía lo nuevo que encontraba. Cuando volteaba para avanzar la melancolía abrazaba su corazón y volvía a parar, dando la espalda a lo nuevo que le esperaba, enfrascandose en las cosas del paisaje que ya había visto, negándose de esta manera la oportunidad de descubrir lo nuevo y maravillarse en ello.

Hay cosas que dejaron atrás su brillo, a él se le fue el de los ojos al mirarme.

Creyeron que atrasado era, trataron de cambiarlo y su mente empeoraron. Frente a todos un cincel se volvió y en la oscuridad un caos se creó. Un día, cuando ya no pueda controlarse el calor amable e ingenuo se convertirá en el aliento de un dragón hambriento.

¿Cuando fue la primera vez que besaste? ¿Cuando fue la primera vez que viste esos ojos? ¿Cuando fue la primera vez que te enamoraste? Todas esas preguntas me joden tanto hoy en día. Solo cumplí la 3era pregunta y las otras dos nunca pasaron y dudo que vayan a pasar.

Me pregunto que sucedería si un día dejo de existir en su vida. Me pregunto si me buscará o simplemente seguirá viviendo como siempre lo hizo. Él se identifica con la nada... Dice ser la nada misma, que de la nada venimos y hacia la nada vamos. Pero... ¿Podrá vivir sin nada? Sin mí. No puedo verlo a los ojos porque me entristece y siento la necesidad de saber cuánto tiempo lo han rechazado, o cuánto tiempo le costó encontrarme para que lo ame. Quiero convertirme en nada

Me pregunto que sucedería si un día dejo de existir en su vida. Me pregunto si me buscará o simplemente seguirá viviendo como siempre lo hizo. Él se identifica con la nada... Dice ser la nada misma, que de la nada venimos y hacia la nada vamos. Pero... ¿Podrá vivir sin nada? Sin mí. No puedo verlo a los ojos porque me entristece y siento la necesidad de saber cuánto tiempo lo han rechazado, o cuánto tiempo le costó encontrarme para que lo ame. Quiero convertirme en nada

Tengo el mismo triste hábito que el «Fantasma de Canterville»... Pintar una y otra vez la mancha de sangre, para que nadie la ignore, o para que yo no la olvide. —Ah, sr. Wilde. Nos habríamos amado y odiado a muerte.

El niño que le brillaban los ojos ahora ve todo en blanco y negro. Esperar el próximo día fue dejado en el pasado, y ahora temía el mañana, la próxima hora, el próximo año. Que el tiempo se detuviese quería, pero solo con la muerte este se detendría.

Hace ya un tiempo no puedo distinguir bien la realidad de mis sueños, parecen ser lo mismo en un intrincado hilo que sutura ambas en su paralelismo. Ahora, luego de esta distancia estoy segura que estoy de pie en la vida real, y sigue siendo peor que cualquiera de mis pesadillas.

Mamá no estaba segura... Fijó sus ojos en mí, pero no me dijo nada. Ni un susurro, ni un suspiro. Pero yo la había entendido; "Lo lamento", me dijo. No tenía nada por lo que disculparse, me sentía mal por ella... Porque sabía, por sobre todas las cosas, que también extrañaría el jardín. Sobre todo las rosas rojas, rosadas, amarillas y blancas que no pudimos llevarnos. El jardín era lo único que tenía. Pasaba primaveras enteras cuidando sus flores, y otoños protegiéndolas del frío.

Mamá no estaba segura... Fijó sus ojos en mí, pero no me dijo nada. Ni un susurro, ni un suspiro. Pero yo la había entendido; "Lo lamento", me dijo. No tenía nada por lo que disculparse, me sentía mal por ella... Porque sabía, por sobre todas las cosas, que también extrañaría el jardín. Sobre todo las rosas rojas, rosadas, amarillas y blancas que no pudimos llevarnos. El jardín era lo único que tenía. Pasaba primaveras enteras cuidando sus flores, y otoños protegiéndolas del frío.

Mamá no estaba segura... Fijó sus ojos en mí, pero no me dijo nada. Ni un susurro, ni un suspiro. Pero yo la había entendido; "Lo lamento", me dijo. No tenía nada por lo que disculparse, me sentía mal por ella... Porque sabía, por sobre todas las cosas, que también extrañaría el jardín. Sobre todo las rosas rojas, rosadas, amarillas y blancas que no pudimos llevarnos. El jardín era lo único que tenía. Pasaba primaveras enteras cuidando sus flores, y otoños protegiéndolas del frío.

Mamá no estaba segura... Fijó sus ojos en mí, pero no me dijo nada. Ni un susurro, ni un suspiro. Pero yo la había entendido; "Lo lamento", me dijo. No tenía nada por lo que disculparse, me sentía mal por ella... Porque sabía, por sobre todas las cosas, que también extrañaría el jardín. Sobre todo las rosas rojas, rosadas, amarillas y blancas que no pudimos llevarnos. El jardín era lo único que tenía. Pasaba primaveras enteras cuidando sus flores, y otoños protegiéndolas del frío.

Mamá no estaba segura... Fijó sus ojos en mí, pero no me dijo nada. Ni un susurro, ni un suspiro. Pero yo la había entendido; "Lo lamento", me dijo. No tenía nada por lo que disculparse, me sentía mal por ella... Porque sabía, por sobre todas las cosas, que también extrañaría el jardín. Sobre todo las rosas rojas, rosadas, amarillas y blancas que no pudimos llevarnos. El jardín era lo único que tenía. Pasaba primaveras enteras cuidando sus flores, y otoños protegiéndolas del frío.

Mamá no estaba segura... Fijó sus ojos en mí, pero no me dijo nada. Ni un susurro, ni un suspiro. Pero yo la había entendido; "Lo lamento", me dijo. No tenía nada por lo que disculparse, me sentía mal por ella... Porque sabía, por sobre todas las cosas, que también extrañaría el jardín. Sobre todo las rosas rojas, rosadas, amarillas y blancas que no pudimos llevarnos. El jardín era lo único que tenía. Pasaba primaveras enteras cuidando sus flores, y otoños protegiéndolas del frío.

Sumido en la tristeza y la desesperación Espero en calma Escuchar tus dulces palabras y que rompas mi corazón Sonreír, tomar un paño y secar mi sangre Exprimirla en un vaso y dártela a beber Para que tomes el precio que cuesta permitirse amar cuando sólo uno ve E. McCoy

Me asomé por mi ventana y vi pasar a dos chicas. Una miraba a la otra con tanto furor que parecía hipnotizada. Sin embargo, una unilateralidad capaz de partir al metal más resistente salía a relucir. Me imaginé sus elecciones futuras y el impacto que tendrían y en pocos segundos, se esfumaron de mi vista. Luego pasó un señor con un traje muy elegante invadido por una expresión melancólica y solo pude ensoñar qué decisiones reflejarían un peso tan grande. Y en pocos pasos, desapareció de mis ojos

Actualmente no siento nada; no tengo ningún dolor que pueda reconocer. Sin embargo, creo que mi alma está enferma. Mucha gente decide ignorar el hecho de que todos los humanos tenemos un alma para cuidar... Dejan de hacerlo cuándo el alma les duele lo suficiente. No sé reconocer ese tipo de dolor, pero hay señales en mi vida que lo demuestran. Comencé mordiendo mis uñas. Fué algo progresivo y se convirtió en rutina. Al poco tiempo, mis dedos comenzaron a sangrar.

Actualmente no siento nada; no tengo ningún dolor que pueda reconocer. Sin embargo, creo que mi alma está enferma. Mucha gente decide ignorar el hecho de que todos los humanos tenemos un alma para cuidar... Dejan de hacerlo cuándo el alma les duele lo suficiente. No sé reconocer ese tipo de dolor, pero hay señales en mi vida que lo demuestran. Comencé mordiendo mis uñas. Fué algo progresivo y se convirtió en rutina. Al poco tiempo, mis dedos comenzaron a sangrar.

Vio las mismas flores que ha estado encontrando en cada una de sus vidas. El mismo campo. Repleto de flores blancas. A salvo de los horrores del exterior. Pero no podía apreciar su belleza. Ya no. La eternidad nos pesa a todos, y a ella, siendo la única en un mundo sin nada, le pesa más que a nadie.

Estoy aquí, en el mismo lugar de siempre. Me juré a mí mismo que partiría, que iniciaría una nueva vida, pero el miedo me paraliza. Sigo aquí, excluido del mundo, solo entre tanta gente. Nadie me saluda, ni siquiera me miran. Tal vez he desaparecido y estoy soñando otra vida. Ecos de risas lejanas, sumido en mi dolor. Escucho sus planes, pero no estoy invitado. Estoy pagando mi condena sin pecado. Encerrado en mi solitaria mente, nadie escucha mis gritos. No hay nada, solo existe el abismo.

Me cuestioné: ¿Te cansas de escuchar? No, me respondí rápidamente, pero esa voz me repicó ¿Por qué te mientes? En dicho momento no supe que responder y enmudeció mi corazón al ver la razón eterna que en su pregunta residía.

Felices fiestas... Hoy solo son fiestas, la felicidad quedó atrás. Quedó enterrada en lo más profundo de la humanidad y le lloramos al pasado. Fiestas. Felicidad era la que sentía cuando estaba a tu lado. ¿Podemos traer a tu yo del pasado? Con esa persona si me entiendo. Esa persona si me entiende. Esa persona es el significado de la felicidad, de mi felicidad. Felicidad. Felices fiestas.

Esperaba junto a ella esperando que se levantara, estaba viva, seguro estaba. Mas el carro funerario llegó antes, igual las flores y la caja. No pudo acompañarla al sepulcro porque verla en la oscuridad el corazón no le dejaba. Y empezó a temer al fin tras la muerte de la abuela que tanto amaba.

No tengo tiempo, simplemente no tengo tiempo, no quiero pensar en mi propósito, no quiero inundar mi mente con dilemas filosóficos, no los entiendo y no me importan, vivo mi vida libre de complejos, voy día a día como un alma libre, así viviré aunque en el fondo y sin saberlo sea un prisionero.

Las noches se han vuelto frías, incluso aquellas tardes soleadas no logran darle calidez a mí corazón. Mis cuatro estaciones se han vuelto una, ahora vivo en inviernos interminables. Te llevaste todo y ahora soy yo quien tiene que sobrevivir sin tener energía o calor. Te llevaste la luz que tenía. Te llevaste mis sonrisas, así como el viento se lleva las hojas de los árboles. Me quitaste el brillo de mis ojos, tornado a estos oscuros y opacos. Regresa lo que no te pertenece...

Cuando eres niño tu corazón es fuerte pero tu mente es vulnerable, cuando eres adulto tu mente es fuerte pero tu corazón es suave. Por eso a los adultos nos da miedo seguir los sueños que una vez el niño amo vigorosamente.

Entonces vi a mi gato parado junto a la cornisa, bajo la Luna. Sostenía mi corazón en su boca. Nos miramos un instante, se dio la vuelta, y se lanzó al vacío. Y ahí quedé paralizado, como un fantasma, pues nunca lo volví a ver.

Cuando el sol comienza a despedirse dándole la bienvenida a la noche tu ausencia de hace más intensa. La quietud y el silencio me envuelven en una profunda melancolía. La tristeza parece hacerse más fuerte y tu recuerdo surge inevitablemente. Mi corazón roto ya no puede seguir latiendo. Tal vez ha llegado el momento de dejar esta melancolía para volver a estar juntos. Llegará el día en que partiré para que estemos juntos en el azul y paradisíaco cielo.

Te vas de mi vida como un ave de paso. Cómo la luz en una noche sin llanto. Te vas de mi lado dejando mi mundo hecho pedazos y un corazón vacío, en espera de ser olvidado. Te vas de mi vida y te llevas mi alma, mi alma pura y limpia qué tanto tu anhelaba. Te vas de mi lado dibujando margaritas , dejando la piel y el cuerpo , llevandote contigo una parte de mi. Que triste melancolía la que tiene mi mirada y es que te marchas sin decir palabras. Melancolía

- Cuando pienso que no debería pensar, me pregunto por qué siempre acabo con mas de una idea equivocada asomandose por la ventana de mis aspiraciones.

—¿Qué haces? —me pregunta mí interior. —No lo sé —respondo con desorientación, haciendo nada mientras descanso la quijada en la palma, rodeada de mí propia energía. —Deja de pensar tanto y sólo haz algo —mi consciencia casi me grita. —Déjame tranquila, sólo quiero pasar el día de esta forma —emito con desgano. De súbito, siento como una energía explota en mí interior y me empuja a ponerme de pie. —No te dejaré en este estado. Levántate y sal a correr.

De manera automática, reacciono con obediencia y abro la puerta y... salgo. Alcanzo el corredor aeróbico que tengo cerca y comienzo a... correr. Los minutos se suceden y el aire ingresa a mis pulmones, transmitiéndome su frescor. En respuesta, sonrío y acelero la marcha, deseando sentir más vigor. Avanzo a toda vapor, expulsando afuera todos mis pesares. Las piernas están que arden, pero eso no me detendrá. Termino el tramo final y me inclino hacia delante para recuperar el aliento.

Después de recuperarme, alzo el mirar hacia el cielo y vuelvo a sonreír de forma inevitable. Bajo los párpados instantes después e inspiro revitalizada, en paz conmigo misma. Me quedo en el sitio y repito la corrida hasta agotarme por completo. Pasan horas y decido volver a casa. En el camino me topo con un cachorro y me agacho. Le cojo la carita y le hablo. —Nunca te quedes quieto, amiguito. Cuando te sientas triste, muévete. Haz algo para sentirte mejor. Le digo a él y a mí misma.

La niña quería ser como todos, divertirse, pero las chicas la miraron mal por jugar con los chicos, y los chicos se rieron por jugar como una chica. Nunca aprendió a jugar a la pelota ni a pararse de manos, ni sabe cómo imitar la voz de una muñeca ni tirarse loma abajo con una chivichana. Ahora solo lee y estudia pero al ver niñas peloteras y niños con muñecas quiere regresar en el tiempo y volver a su yo de ensueño.

¿Qué tendrá de diferente la noche? Que lograba sin esfuerzo que me abrazaras, ¿Habrá sido el frío? Tal vez la lluvia, solo el deseo... O realmente el amor.

Hoy es sábado y la gente dice que está haciendo mucho calor pero yo no siento calor, yo siento frío no sé si es tu ausencia o es el calentamiento global espero que puedas aclararme mi duda porque es verano y tengo frío.

Nostalgia en el ocaso de la vida, triste melancolía. Los años han pasado y he quedado estancada en el pasado. Mi piel se ha marchitado, mis cabellos se han teñido de blanco, sin bastón no puedo dar ni un paso. Extraño los días dorados de juventud. Espero siempre a mi hija, pero me ha olvidado. Ahora se encuentra en la casa que he construido con mis propias manos... Aquí en el geriátrico, sigo esperando su llamada, que sé que nunca llegará. Tal vez esta noche se acuerde de que su madre está acá.

Bailábamos al ritmo de la música, dejábamos que nuestros cuerpos se sintonizarán juntos y nuestros corazones demostrarán la felicidad que había. Practicando día tras día la canción que bailaríamos en nuestra boda y sin pensarlo se volvió nuestra canción. Finalmente el día llegó, pero no pudimos bailarla, así que cada vez que te visito en el cementerio, colocó la canción y bailó al ritmo imaginando que estás aquí conmigo, bailando nuestra canción especial.

Y montó en cólera y le gritó a su madre. Dijo que odiaba los adolescentes emos y pesimistas, las chicas idol que sufrían por verse bien, los chismes criticones de facebook, las historias compartidas falsas, la inclusión ostentosa, los puros hipócritas, las historias tristes, los quejones, los avariciosos, los que no saben vestir bien, los que publican cosas estúpidas y los niños que les gritan a sus madres.

Siempre era lo mismo, familia minimizando mis logros, personas tratando de opacar mi trabajo. Miro al cielo, directamente al sol siendo tapado por un par de nubes tratando de opacar su brillo. Entonces lo comprendo, yo era como el sol siendo opacado por nubes, pero que a pesar de eso no dejaba de brillar. Tú eres un sol, no lo olvides lector.

Bajo tu párpado magullante bailaba una lágrima de cristal deslizándose por tu pálida mejilla como ríos de melancolía. En esa gota de verdad vi reflejada mi mirada, y tras de ella tus ojos, que eran azules. y en el medio, la pupila y tras ella, un susurro. ¿Por qué? recitan tus labios, a lo que respondo con una caricia. No apartas mi mano, y me besas en el acto. Nunca importó el porqué

Aun cuando tu distante recuerdo me parece cercano, no te resiento en mi corazón, por que contigo aprendí a vivir, contigo las canciones de amor tomaron sentido. El destino no nos dio un final feliz pero me permitió tenerte como un hermoso recuerdo.

Intento que mi mente no divague entre aquellos recuerdos que nos unen porque es doloroso siempre volver allí. No puedo borrar todo eso pero tal vez borrar los recuerdos multimedia donde nos vemos, imágenes frente a las que mi corazón se vuelve a acelerar hasta romperse, puedan desaparecer. Que ironía que alguna vez quisimos congelar esos momentos para verlos una y otra vez, y hoy, verlos me congela y pesa tener tantos. La sonrisa se volvió lágrima melancólica.

Cada vez que comenzamos hacer un cambio y cometemos un equivocación nos damos cuanta que no debió hacer ese tipo de cambio porque perdemos todo por un simple error en nuestra vida

—No se que habré echo en mi pasado—dice un pobre diablo desconcertado—muy probablemente hice el mal, y también muy probable arruine vidas en masa, pero tal vez pueda vivir en el presente por primera vez y dejar de pensar en un pasado incierto. "El Angel de Alas Oscuras"

Intentó quejarse de lo mal que se sentía, intentó gritar por el dolor de su pasado, intentó hablar para cambiar su mañana. Aún así la sombra de su espalda le arañó la espalda, luego apretó su cuello con sus afiladas uñas y un delgado dedo se posó en sus labios. Sin atreverse a desobedecer ni a mirar atrás por la fea criatura que había creado se limitó a decir: nada.

Amo mis soliloquios, están tan llenos de Shakespeare y tan vacíos de mí...

Y allá va, con su característico fervor contagioso, una sonrisa purificadora y una mirada atrapante que solo he podido observar desde mi lejana ventana. Mis ojos anhelan más, pero el destino es cruel y ya no tendré motivos para volver a ese rincón en el que pasé tanto tiempo arrimado al frío cristal ahora agrietado. Afuera una melancólica lluvia llora la partida de aquel sol en miniatura del cuál me gustaría haber sentido su calidez, solo que tuve miedo de quemarme...

No es mi sombra, ni la de ningún otro ser que pueble esta casa. Es una entidad con forma propia, con vida propia, lleva consigo un nombre propio.  "Elena" Un nombre que resuena en la penumbra de la existencia, como un susurro que acaricia los límites de lo tangible y lo etéreo.

Entonces nos apagamos, cómo se apagan todas las miradas. Pensar que si te volvía a ver te desvanecerías. Tendría la verdad: siempre fuiste un sueño, y nada más. Cómo todos nosotros, en un mundo que duerme.

Una habitación, una cama, un enfermo en ella con fatiga. Sus manos temblaban, su garganta ardía y el cuerpo siquiera podía levantarse. No podía escribir así de ninguna manera pero su mente de crear historias no paraba. Así le pasaba siempre, su mente era más rápida que sus dedos, por ello algunos le llamaron talento pero su dueño le llamó maldición porque sabía que la vida no le alcanzaría para escribir el final de todas esas historias.

Lamento mucho no haberte amado cuando estabas a mi lado...

Un día desperté sin ganas de llorar, te ibas un día más, una vida más, las mantas no cubrían mis pies, las estrellas no escuchaban mis plegarias, te vas, te vas y qué solo puedo extrañarte..., amarte... ¿qué digo? ¡odiarte! te vas, te vas y qué un día solo dormiré aunque las mantas no cubren mis pies, dormiré aunque las estrellas se hagan las sordas, dormiré una noche más, una vida más, un día despertaré sin ganas de llorar

He visto como sonríen a mi alrededor, la decadencia inunda mi espíritu y no me permite detener el daño irreal que mueve los pensamientos a un mar sin profundidad.

Y el tiempo se pasó volando en la noche, igual que la noche y las horas libres. Se detuvo cuando se acercó el miedo, el estrés y el martirio. Eterno cuando tu madre te regaña, fugaz cuando te abraza. Odiamos el tiempo, hay que admitirlo pero al final de todo, cuando los párpados nos pesen, el cuerpo duela y lloren nuestros amigos, daremos gracias por todo lo que nos ha ofrecido.

La lluvia cae, mi pesar también, las nubes no aguantan cuando es mucho su peso, igual que mis hombros que están deshechos, cuando no aguanta más el corazón, cuando caigo en el sinrazón y de grises pasan a negros mis sesos, lágrimas ruedan, sueños perdidos. Intentar borrar todos ellos, tarea absurda que no queda, ilusiones como petardos se van deslizando, caen como fugaces estrellas, destellos que bajando van clamando... ¡Gritando su dolor! Olvido que irónicamente perdió el rumbo y todo color.

Ella es como un faro en medio de la tormenta para el, un alma atormentada por sus propios demonios. Su peliroja cabellera y su sonrisa radiante son como un bálsamo que alivia el dolor en el corazón de Marcus, llenándolo de una felicidad efímera pero tan necesaria.

Triste ausencia que espera la muerte Y en su soledad busca amante Y en su partida recobra la calma, Triste vida mas que amapolas Sin caer por sus mejillas líquida melodía Solo el granizo cortante de una mirada ciega Sin vida ni odio... Solo triste ausencia.

Tu partida ha consumido mi vida. Sueño con un reencuentro que jamás ocurrirá, una charla que nunca tendremos, una tarde en el campo que no compartiremos... Frente a los otros, finjo que te he olvidado... Para el mundo entero, nuestra relación ha muerto, pero en lo profundo de mi mente, el reloj quedó detenido en el tiempo, eternamente atrapado en un pasado que no volverá. Lamentablemente, no he sido feliz desde que te has ido, te has llevado mi corazón y nunca se ha reconstruido.

Siento tu voz en el silencio, como espuma de mar recorriendo todo mi cuerpo y como una caricia sutil del viento. Veo tu luz anidada en mis recuerdos, cómo brillo que penetra en la oscuridad de mis pensamientos, lentamente me invento un universo y voy moldeando con mis manos tú figura entre mis dedos, viajo al cielo recordando tú mirada, tu apariencia apacible, tú amor, tu esperanza...

Desde entonces, ya no te interesa nadie. Ya no te interesa nada. Ya no te interesa vivir. Solo te interesa morir. Morir para olvidar, para descansar, para reencontrarte con ella. ¿Acaso en la muerte encontrarás la paz que tanto anhelas? ¿O solo será el final de tu dolor?

Desde entonces, ya no te interesa nadie. Ya no te interesa nada. Ya no te interesa vivir. Solo te interesa morir. Morir para olvidar, para descansar, para reencontrarte con ella. ¿Acaso en la muerte encontrarás la paz que tanto anhelas? ¿O solo será el final de tu dolor?

¿Por qué, Noah, ella cruzó tu camino? ¿Acaso el destino se burlaba de ti? Su luz, intensa, apenas soportable, te atrajo como un naufrago a la deriva. ¿Curiosidad? ¿Desesperación? ¿0 simplemente un deseo fugaz de sentir algo más que el vacío que te consumía en silencio? Así comenzó un juego peligroso, te sumergiste en su mundo de colores, risas contagiosas y emociones desconocidas. ¿Estabas perdiendo la razón o encontrándola?

Se peca de ingenuo al creer que por evitar que ese vidrio rompa mis venas y que mi cuerpo permanezca con mi corazón aún latiendo, yo no perdí la vida. ¿A salvo de qué? Si la muerte se me presentó igual y me habita. Yo ya perdí la vida aunque aún respire. Perdí la vida que quería, la que me daban ganas vivir. En la que encontraba motivación, en la que ser feliz era una posibilidad. La que estaba llena de anhelos y batallas que podía dar aunque costara. Yo ya perdí la vida aunque aún esté acá.

Todo sigue igual, cuándo las voces oran… Voces que lloran Voces que suplican, Voces que hablan y hablan, Voces que ni ellas se entienden, Voces que le dan mil vueltas a un mismo asunto… Voces que en círculos andan. Música y auriculares para no escuchar más. Volúmen… canción tras canción, ni la mente ni las voces saben cuándo callar. Dilema sin pretensión, Difícil cuestión.