1566617928 Francisco Rivera

Narraciones ocurridas bajo sospecha de ser extrañamente ciertas...


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#quédateencasa
Kurzgeschichte
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Actos Propios.

Actos Propios.


Hasta aquí llego con la mínima intención de explicar el motivo de mi visita.

Me permito entregar las cajas conteniendo los libros que prometo regalar a la familia.

No hay excusas para molestar tu silencio.


Comprendo que deseas estar en completa tranquilidad y en derecho propio de revisar el contenido de la carga.

No objeto en contra, respecto de la decisión tomada de tu parte para seleccionar, a tu criterio, lo que se destina a cada miembro de la familia, incluidos los familiares extensos.

Me quedo con la duda de montar esa distribución en anaqueles mandados a hacer a tu gusto y manías.


Sé acatar la distribución de los ejemplares que colocas en cada habitación e incluso, en esa extraña decisión de tener a mano, en un estrecho librero, donde los interesados pueden tomar el libro de bolsillo de su propio interés, previo al ingreso al área de baño.


Y adoptar la posición de deposición a efectuar mientras inician la lectura que, me ofende el hecho:

¡Hacerlo en tal disposición fisiológica, para no verse...!

Sé de antemano que en tus reglas personales las discusiones se traban ante el letrero que colocas dentro del baño:


"No leer mientras se duchan", so pena de sentir tupido y duro el lenguaje florido que inflama a las más ligeras conciencias, si tal desistimiento te contraviene.

He aquí, a la vez, la primera historia conocida desde que recién ingreso a tu casa...

Ayer, por ejemplo, mientras extraigo libro sobre libro de su respectiva caja, reviso la lista del contenido colocada a su vez, justo antes de sellar ésta y pienso, mientras ejecuto esa tarea rutinaria, la cara que, imagino, pones si tan sólo intercambio el orden de empaque que me entregas antes de tomar el vuelo a la ciudad de México.


Más de cien libros colocados en el interior de cada caja, evitando cálculo humano con distracción que no debe corregirse en el acto, representa, a mansalva, lo siguiente:

Colocar en sobres lacrados las relaciones en riguroso orden alfabético.

Proceder a establecer un registro no temático.


Dar cuenta del contenido parcial y la revelación de preferencias generales e inmediatas del destinatario principal: tú.

Confirmar la salida de destino de las cajas al destino establecido.

Cotejar que los veinte empaques no presenten daños físicos que eviten irritar al receptor escrupuloso que, de manera personal, los revisa una y otra vez hasta el delirio: tú.


Regodearse en medio de la tarde a partir de las quince horas, y verse rodeado de toda la literatura diversa, que demanda acuerdo tácito personal respecto a preferencias añejas ante excentricidades bibliográficas descendentes por línea paterna: tú.

En esa rápida mirada a la Caja 1, algún lector avezado establece, a las volandas, como dice en mi recuerdo del abuelo, la preferencia de literaturas del tipo siguiente, y que te gana acometer: universal, nacional y local.

A su vez, algunos ejemplares del llamado boom latinoamericano junto a ejemplares sueltos de la revista El Viejo Topo y parte de la colección de Antologías Universitarias editadas por la Universidad Nacional Autónoma de México.


Entre los espacios de las pilas interiores de libros de diversos contenidos, colocas reproducciones del tamaño de un cuarto de hoja, con imágenes de filósofos, escritores, poetas y, científicos sociales, tanto del pasado inmediato como del presente de entonces.

He aquí, a la vez, la segunda historia conocida desde que recién ingreso al vasto recibidor de la casa de tus padres...

Como bien sabes, en el gusto a la lectura, las infaltables hojas de papel bond.


Las de papel revolución.

Las de papel estraza e incluso, hojas de reúso con espacios en blanco.

Como también las infaltables plumas: fuente o atómica.


Bolígrafos, estilísticas y lápices del "2 1/2", como parte de evocaciones o manías de escritura hecha sobre superficies de papel diversas que recupera en mi mente aquellos años en que se suele redactar en escritura mecánica.

Luego, en medio de horas de vino, y de cualquier alcohol, cerveza, pulque o mezcal que se recibe de manera generosa por nuestras damas de acá, como lo canta Oscar Chávez en ese lamento poético de la Niña de Guatemala, moza hermosa, pero de mirada un tanto lánguida en inspiración Martiana, con honda caladura y recurrente sustento para proseguir escriturando en medio de la noche hasta alcanzar el fino sesgo del devenir del día siguiente.

Y qué decir al enternecer el aire enturbiado por los olores del tabaco, cuando, en medio de una nada escriturada (alguien, tú, otro, yo o alguno más) deja escuchar a Zitarroza, a la Piaf, a la Sosa o a Guevara, quienes provocan que las mujeres de nadie, pero de quienes ellas prefieren conservar su enamorada condición femenina, cantan y escriben versificaciones respecto de lo que se escribe en esas noches de veladas literarias abruptas.


Y, por supuesto, sin faltar bocadillos y botanas exiguas e insuficientes para alimentar a los gorrones que sólo beben, fuman y cantan con más desalmadas voces que desentonan las coplas y lo que se copla.

He aquí, a la vez, la tercera historia conocida desde que recién ingreso a la memoria extensa de lo que experimento, cuando aún no padeces más manías que las que demuestras ahora...

En ese recuento de entregas, tampoco faltan los textos de historia y política.


De religión y filosofía.

De ética y moral.

De derecho y ecología que, con sorpresa, creo atisbar títulos por accidente tuyo, o acaso, descuido celoso de tu parte, al no querer demostrar que también osas colocar ejemplares determinados por un mero capricho de selecta, intencionada e incierta introducción que no salva tal confusión de tu parte e incriminas a segundos y a terceros informando a tus presentes circunspectos, respecto de quién coloca la leyenda del: oikos tau y esa asociación que plantea que el planeta es nuestra casa y no una simple cáscara conteniendo agua y porciones de tierra, distribuida de manera aparente y natural e incesante... que no entendemos y sospechamos, acaso, que tú tampoco lo entiendes.


En fin, puro jaleo innecesario o mera vaina que no dan para maldita la cosa...

¿Recuerdas también el aromático vino en su bota, que pasando de garganta en garganta de cada integrante de las estudiantinas convocadas en el extenso patio de la casa, saludan al amor, las mujeres, el vino y las correrías en coplas ingeniosas, maliciosas o de tuneros trashumantes, donde ser joven, rebelde, insumiso y enamoradizo intermitente es y no es, algazara de mujeres, con las cuales crecemos y ambos nos hacemos hombres, como ellas, mujeres fervientes pero amorosas del dictado de Jaime Sabines en: Los Amorosos".



He aquí, la cuarta historia conocida desde que recién ingreso a la memoria extensa de lo que experimento, cuando aún no concluye la novela social que te deja una prueba contra el tiempo.

Que fija el término de un año calendario, justo antes de concluir el pasado milenio y deja ese otro hueco de creaciones al iniciar la marcha del milenio donde ahora nos encontramos bajo circunstancias dispares e irreales, como lo que sucede entre el año anterior y este, cuya primera mitad se torna incierta con lo que corre en los cintillos electrónicos y en la información On Streaming... donde pandemia, endemia o sindemia son la tónica de la existencia amurallada que nos determina a cuánto ya sabes...

Ahora, bien: ¿Qué más puedo argumentar que no has escuchado antes, desde esa etapa adolescente en que se elabora un poema en serie de líneas alternas, generalmente surgido en medio de disgustos o diferencias extremas?


¿Recuerdas, por ejemplo, cuán ocurrente significado es ese círculo de ocho, doce o hasta veinte de nosotros formando ese redondel de la palabra, para dirigir el odio y la venganza por medio de construcciones sintácticas donde se prefigura el mundo y se reinventa la realidad, la expresión de ideas, las sonoridades ritmadas de lo que se piensa hasta que, poco después, se reproduce en esténcil para intentar estructurar esa liturgia de poesía, cuento o los primeros haikus acometidos?

He aquí, la quinta historia conocida desde que recién ingresa a la memoria colectiva la sola experiencia de estar dentro del espacio de un lustro; justo cuando dejamos la adolescencia y cumplimos el servicio militar, percibiendo el acontecer con ojos generacionales y una incipiente tendencia a hacer adultez del criterio propio, refrenado poco a poco, sujetando nuestro locuaz comportamiento adolescente, sin ton ni son... ¿Y, para qué...? ¿De todo esto, recuerdas lo que recién confesamos ante la familia, las amistades cercanas y quienes nos conocen en este andar por el mundo de la escritura y la creación propia?


¿Qué agregar a lo descrito? ¿Qué acotar a esta historia?

¿Podemos y debemos narrar lo que expresamos de manera diferente?


Lector, Lectora:


¿Cuáles son tus argumentos y tus historias que, quizá, con un poco de confianza, nos cuentas con más certeza de lo aquí te he dicho...?


CONTINUACIÓN

ACTOS AJENOS

5. Mai 2020 21:41 1 Bericht Einbetten Follow einer Story
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Francisco Rivera Francisco Rivera
Narración tomada de aconteceres y expectativas de historias ocurridas, a como, probablemente también a ustedes les haya sucedido...
May 05, 2020, 21:39
~

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