ncvg Nelson Giovanni Cruz Viricochea

Una historia paralela al hijo del invierno. En los bosques de Rusia yacen bestias destinadas a romper la cordura de aquellos quienes pisan su territorio, solo muerte y dolor bañan estas tierras. Esta es la historia de Hedeon un humilde granjero que sospecha que su hija perdida se encuentra en estos indómitos lugares, adentrado en estos territorios solo los susurros de la locura lo acompañan ¿Encontrara a su hija? ¿O algo mas?


Fantasy Nicht für Kinder unter 13 Jahren.

#Monstruos-antiguos #Bosques-sombrios #locura #misterio #rusia
Kurzgeschichte
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La niña en el bosque

"¿Los encontraste?" —los susurros entraron en su mente, como todos los días en aquel lugar maldito.

Sus ojos se perdieron en la oscuridad que parecía no tener fin, hace tiempo que se había quedado sin ninguna arma.

"Búscalas, sabes que fue tu culpa" —una vez más el dolor de cabeza empezaba.

—Cállate, cállate, cállate —susurraba al aire mientras yacía hecho un ovillo dentro de una apertura de una roca.

— ¿Papa? —miro una niña fuera de la abertura.

Las voces se detuvieron ¿era ella? ¿Podía serlo? Su hija ya hace tiempo desaparecida, estaba frente a él.

— ¿Inna? —su voz apenas se escuchó.

La niña miró a un costado y comenzó a correr.

— ¡No! Vuelve — Su cuerpo luchó contra el cansancio y se levantó contra todo pronóstico.

Salió del lugar y ya no la encontró, su pelo morado se encontraba todo sucio y descuidado, la noche y la nieve bañaban aquellos malditos bosques, apenas podía ver algo ¿Quizá las bestias? No, no podía pensar en eso, su hija estaba allá afuera y debía buscarla, llevaba una semana desde que había entrado a los bosques por voluntad propia.

"Los hijos pagan el error de los padres" —los susurros continuaron.

— ¿Quién eres? —Gritó, aquellas voces resonaban de rato en rato en su cabeza.

Comenzó a azotar sus brazos contra el aire, intentando golpear a lo que sea que estuviera ahí sin éxito, sus ojos miraron a su alrededor y sin previo aviso apareció un hombre a pocos pasos de él.

— ¿Qué hace un Dvoryanstvo en el bosque? —preguntó un hombre de pelo rojo.

— ¿Un Krasnyy aquí?... No estoy loco —Afirmó mientras balbuceaba— Mi hija, ella está aquí, las voces, no puedo.

Comenzó a enterrarse la uñas que le quedaban en la cabeza mientras las lagrimas le salían de los ojos.

—Cálmate un poco —le intentó calmar sin llegar a tocarlo para que se dejara de hacer daño— mi nombre es Arman, ¿Cómo sobreviviste todo este tiempo aquí? no creo que rezando.

Esa última oración iba dirigida para romper el hielo, claramente no era la mejor elección de palabras.

—A veces —respondió sin titubear, casi como si se hubiera calmado de un momento para otro.

— ¿A veces? —pregunto intrigado.

—A veces, rezo por paciencia. Otras, por un lugar en donde cobijarme.

La llegada de aquel hombre le tranquilizaba un poco era algo que no había tenido desde hace días.

— ¿Por qué no me matas? —le preguntó el andrajoso al recién llegado.

Un aullido sobrenatural se oyó a la distancia y ambos se sobresaltaron.

— ¿Por qué soy un krasnyy? —le dijo casi ofendido— Creo que en el bosque tú serías el último de mis problemas.

—Perdóname, es verdad, mi nombre es Hedeon —Volvió a fijarse en la oscuridad— debo buscar a mi hija.

—Te acompañaré, si eso no te molesta —le dijo con una voz calmada— es mejor que andemos juntos que separados.

—Gracias —le dijo con toda sinceridad.

Había llegado hace una semana, pero lucia como un vagabundo, en cambio miraba al krasnyy y parecía no haber sufrido ningún daño en sus prendas, unas botas limpias y varias prendas de cuero unas sobre otras.

— ¿Por qué estás aquí? —Le preguntó Hedeon al recién llegado.

—Hace una semana mi esposa desapareció en una misión que le habían dado, fue entonces que ella para huir del enemigo se adentró en los bosques, eso me dijo su equipo, no supe más de ella.

—Lo lamento —dijo con algo de pena en su voz— Jamás pensé que sentiría pena por un Krasnyy mucho menos hablar tan plácidamente con uno ¿Qué es lo que te hace pensar que sigue viva?

— Hace unos días pude verla, ella estaba ahí en el bosque, me arrojó un amuleto que yo le había dado la primera vez que nos conocimos —Arman mostró el amuleto en su cuello— decidí venir a buscarla desde entonces.

De repente el tipo corrió detrás de un árbol y le indicó con el brazo que hiciera lo mismo, sin pensárlo dos veces se escondió detrás de otro árbol cercano.

"Fallaste, la forzaste a hacerlo, estás loco"— De nuevo oía las voces, le torturaban la mente, miró hacia ambos lados y ya no podía ver a su acompañante.

"¿Dónde estás? ¿Dónde te fuiste?" — Pensó Hedeon desesperadamente, su mente se encontraba ofuscada.

Decidió correr pero un sonido lo detuvo, gruñidos cercanos, el miedo pudo más que su voluntad y rápidamente se arrojó detrás de un árbol. Algo lanzo una especie de rumeo que nunca había escuchado y de pronto pudo verlo por un momento paseando por delante del árbol. Una bestia de al menos dos metros, tenía el cuerpo de un humanoide pero la cabeza de un cráneo de cabra y en sus cuencas yacían tres ojos apretados de pupilas rojas y la esclerótica así como el iris eran totalmente negros. La mandíbula parecía casi suelta dando lugar a una larga lengua colgante. La criatura se movía de cuatro patas, los puños por delante y las patas traseras detrás aunque para examinar los arboles podía caminar de forma bípeda.

"No me encuentres, no me lastimes, no quiero" — su mente se repetía a sí misma.

Los gruñidos no cesaban y sus piernas no paraban de temblar. Con un fuerte aullido la bestia se alejó rápidamente de aquel lugar. El peso se quitó de sus pulmones por un momento y empezó a llorar.

—Hey —escuchó a la distancia.

Rápidamente se puso en forma fetal.

—No te preocupes soy yo —le dijo el Krasnyy.

— ¿Dónde te fuiste? ¿Por qué me dejaste solo? —le reclamó mientras intentaba pararse, miró al suelo y vió como producto del terror intenso había orinado sus pantalones rotos.

— ¿De qué hablas, siempre estuve aquí? —Le dijo su compañero— debemos salir de aquí, si esas son las bestias de las que hablaban nuestros padres por nuestro bien es que jamás nos atrapen.

Mentía... ¿o no lo hacía? su mente se encontraba cansada, quizá eso había impedido que lo vea, no podía ver el momento de encontrar a su hija y no volver jamás a ese lugar maldito.

— ¿En Krasnoyarsk cuentan historias sobre estas bestias?

—No soy de la capital, pero si me contaron ciertas historias —le dijo con una sonrisa melancólica— se dice que la guerra que termino asolando el mundo hace tiempo y terminó bañando su superficie en nubes amarillas con excepción de Rusia, termino enojando a Dios, el al ver como habíamos mancillado su obra mandó a los Pozhirateli razuma a castigarnos.

—Es una historia algo diferente a la que había escuchado de los míos —lo seguía muy de cerca.

—Se dice que viven en el bosque porque es lo más puro que creó Dios —se fijó en las ramas— y que algún día el bosque lo cubrirá todo y cuando los humanos desaparezcamos el mundo volverá a ser puro, siguiendo su rumbo.

—Una filosofía algo escalofriante Arman—se tocó su cabeza que parecía derretirse en sudor a pesar del frío— ¿La amas demasiado no?

— ¿A quién? —preguntó mientras miraba a ambos lados.

—A tu mujer —afirmó— no cualquiera se aventuraría por voluntad propia a los bosques.

—Ella nunca quiso algo conmigo, sin embargo me esforcé —una vez más llevó la mano hacia el amuleto en su cuello— con el tiempo llegué a gustarle y finalmente decidió que yo era el hombre con el que quería casarse y ahora estoy aquí.

Hizo un momento de silencio y pidió que se detuvieran.

— ¿Cómo sabes que tu hija está aquí Hedeon? ¿Qué sucedió? —preguntó curioso el pelirrojo.

Un dolor punzante invadió su cabeza, esa pregunta le confundía de sobremanera por alguna razón.

—Si es una pregunta muy personal, no la contestes si eso te hace sentir más cómodo — continuó su acompañante.

—No, está bien —respondió mientras llevaba una mano a su cabeza— no recuerdo muy bien los detalles, quizá a causa del tiempo que llevo aquí, recuerdo que jugábamos con una pelota de cuero, ella no la atrapó así que le dije que vaya a traerla y aproveche para terminar el juego volviendo a casa... en ese momento mi esposa me dijo que Inna, mi hija, había entrado al bosque y sin más que debatir entré, eso fue hace una semana.

— ¿Y tu esposa? — preguntó.

—La dejé en casa, ella ama mucho a su hija no la dejaría sin... —algo interrumpió su historia.

Una gran mena de color rojo oscuro se alzaba entre ellos.

—Krasnyta, jamás había visto una veta tan enorme —se dijo a sí mismo.

—Ni yo, mi esposa era parte de la ofensiva de Orel cuando desapareció, las veces que volvía me dijo que apenas había visto unas veinte tazas hechas del material.

— ¿Tu esposa desapareció en la ofensiva a Moscú hecha por Orel? —el sudor recorrió su cuerpo.

"Te engañas a ti mismo"— Los susurros volvieron a su mente y cabeza comenzó a dolerle, la imagen de su amigo se desvanecía y volvía a aparecer.

"¡Arman!" — se oyó un grito a la lejanía.

— ¡Es mi esposa! —Oyó a su compañero que empezó a correr— ¿Galenka dónde estás?

No dudó un segundo y empezó a seguirlo nervioso intentando alcanzarlo.

—Arman, Arman, Arman —gritó cada vez con más potencia mientras veía como se alejaba— ¡Arman!

Ese último grito hizo que el hombre se diera la vuelta y lo mirara iracundo.

—No vayas... no tiene sentido —balbuceó— no vayas.

— ¿De qué hablas? —lo miró mientras sus piernas se encontraban a punto de partir en dirección hacia los gritos de la que decía ser su mujer.

— ¿Me dijiste que hace una semana te habías enterado que tu esposa había desaparecido? ¿En una misión relacionada a la invasión de Moscú por parte de Orel el rojo? —Volvió a gritar— ¿eso es cierto?

—La estoy perdiendo ¿Qué tiene que ver eso en este preciso momento? —le preguntó con más desesperación.

—Que... la invasión hacia Moscú fue hace 50 años —su sudor bajaba mientras veía a su amigo apunto de meterse ante aquella incesante oscuridad del bosque— Orel el rojo perdió la batalla ante el ejercito del Zar de los Dvoryanstvo y a su líder militar que manejaba el ejercito del invierno Oleg, es imposible que eso hubiera sido hace una semana.

Su amigo ahora parecía tener el mismo problema que él, comenzó a sudar y agarrar su pelo rojo con ambas manos, sus pensamientos parecían estar tan confusos como el de él, entonces pareció tranquilizarse y mirar hacia atrás.

—Galenka — volvió a decir y empezó a correr al bosque perdiéndolo de vista.

— ¡No! — habló rápidamente intentando alcanzarlo con una mano aunque la distancia era notablemente más grande.

Hedeon se movió rápidamente adentrándose en aquella oscuridad, los gruñidos de aquellas bestias se oían por todos lados, hasta el punto de tornarse insoportables, se llevó las manos a los oídos para intentar dejar de oírlos mientras miraba a sus costados sin hallar nada, hasta que de un momento a otro, termino con la cara en la nieve fruto de tropezarse con una rama.

Miró al suelo y su piel rápidamente se estremeció, no era una rama, era un esqueleto, el cual llevaba unas prendas extrañamente familiares. En contra de sus instintos se acercó al cadáver solo para quedar horrorizado.

— ¿Arman? —se dijo a si mismo mientras veía una pequeña nota escrita con sangre en su mano.

"Hace más de un mes que me interne en el bosque, ya no hay comida, ni agua, fue un error venir aquí, pero si mi vida hubiera sido el precio por salvar a mi amor, con gusto hubiera pagado el precio, siento que moriré en las próximas horas por las bestias que han tomado mi mente y la han vuelto en un escenario vomitivo, Galenka perdóname, si encuentras esta nota, quiero que sepas que di todo de mi hasta mi último aliento. Con amor Arman"

—Nunca fue real, Arman murió hace media década —hablo al aire mientras sus lágrimas seguían chorreando al suelo.

"Ve la verdad que te oculta el velo de la mente"— Escuchó los susurros una vez más y pudo acordarse de muchas cosas que había olvidado. Se vió a si mismo comiendo ratones crudos y uno que otro conejo.

—No estoy una semana aquí, llevo meses en el bosque —habló casi susurrando y con impotencia.

"Inna, trae el balón"

"Nuestra hija Hedeon ¿Dónde está?"

"No podemos buscarla se fue, perdóname mi esposa"

Las palabras venían de golpe, recordaba cómo no todo había sucedido en un día, su hija había desaparecido durante meses, ellos vivían lejos de los bosques, ningún dvoryanstvo vivía cerca del bosque, su hija desapareció al buscar una pelota y después de perder las esperanzas y agotar todos los medios que tenía la familia había perdido toda esperanza, producto de la pérdida de su hija y la negativa de buscarla, su esposa había comenzado una espiral de decaimiento mental.

"Hedeon la vi, en el bosque, está sana y salva, hay que ir a buscarla"

"No lo hare, está muerta, son varios años es imposible que haya sobrevivido tanto tiempo sola en el bosque te lo niego"

"Búscala Hedeon, búscala, búscala"

Después de años, su enferma esposa había visto a su hija en dirección al bosque y había decidido ir a buscarla, sin embargo él se había negado profundamente y ante el miedo que cometa una locura y la pierda a ella también, él la había encerrado en una habitación y finalmente cuando había vuelto del trabajo, ella se había colgado del techo rompiéndose el cuello, su mujer había preferido la muerte ante una vida sin su hija.

"Tranquila si, sé que no quieres hablarme pero yo iré y la buscare, pronto traeré a nuestra niña y volverás a hablarme y todo será como antes ¿Si? Cuídate hasta entonces amor mío, no dejes entrar a nadie."

Y él había perdido la cabeza ante el suicidio de la madre de su hija, había fingido que se encontraba viva y charlaba con el cadáver de su esposa aun colgando, pensando que no quería hablarle fruto de que su hija no se encontraba ahí... y luego había venido al bosque donde pasaría rondando meses hasta quedar en ese estado.

—No, no, no, no —ahora en su lucidez no dejaba de gritar y golpear su cabeza negándose a creer lo que había ocurrido.

— ¿Papi?

Vio a su hija delante de él, mirándolo fijamente.

— ¿Inna? He sido un padre muy malo.

—Mmmm si —le dijo la niña sin cambiar de expresión.

—Mamá ya no está y papá no es el mismo ¿Tu ya estas muerta verdad?

La niña afirmo con la cabeza mientras el apretó los dientes y los ojos.

—Papi, deja de sufrir, no me gusta que llores, se de un lugar en que todos podemos estar juntos de nuevo.

Los impulsos de Hedeon no paraban y comenzó a golpear el suelo ante su fracaso.

—Será como si nada hubiera pasado ¿Si? —La voz de la niña parecía cada vez más difusa— abre tus ojos.

Hedeon se calmó y abrió los ojos lentamente, para mirar a una de las bestias que había visto antes, mirándolo fijamente y sentada con las dos patas delanteras apoyadas sobre la nieve, el cráneo de este era el de un ciervo, un cráneo totalmente blanco y el torso de un humano sin piel, su respiración venia acompañada de un humo que salía a través de su boca de donde emergía una enorme lengua. El de pelo morado se toco la cabeza y echó a reír mientras la bestia se arrojaba sobre él y de un mordisco acabó su dolor.

17. Dezember 2019 23:24 1 Bericht Einbetten Follow einer Story
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Das Ende

Über den Autor

Nelson Giovanni Cruz Viricochea Bienvenidos a mi perfil, mi nombre es Nelson Cruz, hace tiempo entre en litnet y tuve que retirar mi libro por algunos inconvenientes pero vuelvo a traerlo nuevamente de antemano decirles que gracias por su apoyo esto lo hago mas que todo para aquellos a los que les guste leer mis obras. Su apoyo me inspira a seguir sacando contenido.

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Galo A. Vargas Galo A. Vargas
Hola Nelson, ¿cómo estás?. Somos del equipo de verificación de historias de Inkspired, y queremos dar por verificada la tuya. Pero antes de eso, necesitamos que por favor corrijas ciertos errores gramaticales, de ortografía, falta de tildes y de puntuación. Por favor, revisa tu obra y has estas correcciones necesarias. Cuando las hayas corregido, por favor responde este comentario para volver a revisar tu historia. ¡Saludos y mucha suerte!
January 15, 2020, 02:04
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