hsuarez972 Hernan Suarez

Una pequeña tiene un giro radical en su vida cuando un hecho tragico involucra a su familia.


Kurzgeschichten Nur für über 18-Jährige.

#terror #tension #crimen
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Fragilidad

Al atardecer ,sentada en la terraza de una noble casa de madera, del pueblo de Legreña, se encontraba la pequeña Marlene. Estaba preocupada por que sus hermanos no aparecían desde las dos de la tarde y eran entrada las siete y aun no había rastro alguno de su presencia. Movía rápidamente los pies, desorientada en su mirada, imaginando en su mente situaciones en donde de alguna forma u otra sus hermanos aparecían muertos. Destellos de imágenes, un bombardeo sin fin escenarios horrorosos agobiaban su bella mente.

Desde lo mas profundo de sus entrañas, surge un grito incontrolable. Una parte de ella presentia que algo andaba mal.

Corriendo desde el patio trasero de la casa se aproxima su madre, tan frenética como siempre, la abraza e intenta consolarla.

–Mami por que Tomas y Luca no vienen? Deberían estar aquí.

­-Ay mi niña tranquila-la rodea con sus brazos- seguramente este merendando con la señora Morra, no te preocupes.

Su cara no decía lo mismo, parpados caídos , pupilas dilatadas y piel palida ornamentaban su rostro

-Enserio mami?-

Por un segundo dudo en la respuesta, pero decidió evitarla.

-Ven, vamos a esperarlos dentro, hace frió ya y se esta haciendo de noche.

Sentadas en el living la impaciencia inundaba el ambiente, las horas pasaban y pasaban y no aparecían. La noche parecía estar expectante, y el ruido de un motor en mal estado se acerca lentamente estacionándose en la entrada del garaje. Un portazo interrumpe al silencio, pasos firmes hacen crujir la madera de la escalera de la entrada. La manija de la puerta se gira.

–Papi!- Marlene corre emocionada hacia los brazos de su padre, Antonio.

­Tomas y luca no aparecen-en tono desesperado.

­­-Que? ¿Cómo que no aparecen? – Dirige una mirada furtiva hacia su esposa, Graciela, intentado encontrar la respuesta en sus ojos.

-Fueron a jugar a la casa de la Señora Morra , con sus hijos Martin y Sebastian , -Hace un pausa- y no volvieron jamás. – hincándose de hombros.

Atónito ante la situación, coge rápidamente el teléfono, marca el numero de la casa de la señora y antes de que pudiera comenzar a sonar, su esposa corta la llamada.

-Ya llame , no hay caso- moviendo la cabeza de lado a lado.

La tensión aumentaba poco a poco en Antonio

-¿Cómo que no hay caso Graciela?¿ Llamaste a la policía?

-No hace falta –dejando escapar una sonrisita fuera de lugar- creo que deberías de buscar en el patio – señalando con el dedo hacia la parte trasera de la casa.

Poco a poco, su rostro se quebraba y al inclinar la cabeza hacia el pasillo que daba a la puerta de atrás, rasguños en el suelo y manchas de sangre adornaban las paredes. –Papi, Papi!- escuchaba una voz lejana en su mente que poco a poco se acerca. El grito desahogante y las lagrimas en las mejillas de su hija lo decían todo. Nada bueno le esperaba.

Corriendo desesperado con su hija en brazos sale al patio trasero, donde yacían frente a sus ojos, los cuerpos de sus hijos colgados de la rama mas alta del árbol. Sus rostros estaban cubiertos con sacos de arpillera manchados de sangre, atados con una cuerda alrededor del cuello.

Arrodillándose ante ellos , apoya sus manos sobre los pies de sus hijos, dejando escapar un llanto afónico, mudo sin sonido alguno. Con mirada en el cielo oscuro, los destellos lunares son opacados por las nubes, siendo protagonista nada mas que la intensa oscuridad.

-Eso pasa cuando no me obedecen- una voz desalineada sale de su boca,

Antonio y Marlene se dan la vuelta, y la silueta de Graciela resaltaba a la luz amarilla del interior de la casa, sosteniendo en su mano derecha un gran mazo.

-¿Me obedecerán? – soltando una risa frenética acercándose a ellos con el mazo en alza.

Gritos y suplicas se apropiaban de la noche. Golpea los tobillos de su padre , para que no pueda escapar, luego una de sus muñecas , soltando a Marlene y el ultimo y tercer golpe en el rostro, salpicando de sangre el rostro de su hija.

En un instante de lucidez, Marlene atisba un camino de tierra para salir corriendo. Con lagrimas mientras corria, voltea la cabeza viendo lo que iba a ser la ultima imagen que iba a tener de su familia. Su madre matando a mazazos a su padre y a sus hermanos colgados de un árbol.

Fragilidad, florece en su interior , abarcando cada fragmento de su ser, tironeando y desmoronando poco a poco su alma, volviéndola sensible hasta el punto que un simple viento pudiera romperla.


14. Oktober 2019 03:51 0 Bericht Einbetten Follow einer Story
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Das Ende

Über den Autor

Hernan Suarez Novato en la escritura. Me gusta probar cosas nuevas y esta es una de ellas, escribir. Estoy abierto a sugerencias, opiniones , criticas sobre el contenido que publique. Si estas leyendo esto, que tengas un lindo dia :)

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