Cobertizo, ¡¿dónde está mi cobertizo?! Es como si esta maraña vegetación siguiera moviéndose, cambiando, jugando de trucos a mi mente. Los insectos se volvieron gigantescos y las plantas ahora son carnívoras.
De noche, se siente como si hubiera alguien más ahí, una especie de criatura observándome. O tal vez solo sea mi imaginación. De día busco comida, la mayor parte de las plantas aquí son venenosas. Y me obligan a sobrevivir con una dieta de larvas y lombrices, desde luego también son venenosas.
De noche, eso vuelve. La criatura parece que se vuelve más audaz. Temo que si no encuentro pronto ese cobertizo, este lugar será mi fin.
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