La hoja temblaba de miedo. No quería desprenderse de la rama del árbol aunque notaba que su final se acercaba. ¿Pero qué podía hacer ella? Tan sólo era una simple hoja que debía cumplir con la última fase del ciclo de la vida: la muerte.
Cuando llegó su hora, la hoja se desprendió de la rama y cayó al suelo. <<¡Ahora me descompondré!>> pensó con amargura. Sin embargo, no era la única que se lamentaba. Allí, sobre la tierra, había muchas hojas más que lloraban asustadas ante su inminente final. Aunque también había muchas otras que guardaban un silencio solemne porque sentían orgullo de transformarse en humus y alimentar así al árbol que les dio la vida.
De pronto, la hoja sintió que unas manos la elevaban del suelo. Eran las manos de una niña. La niña guardó a la hoja en el bolsillo de su abrigo y la hoja se sintió dichosa de su suerte. <<¡He sido rescatada de mi triste final!>> se dijo a sí misma emocionada.
Sin embargo cuando la niña llegó a su casa, sacó a la hoja de su abrigo y la puso entre las páginas de un libro que cerró al instante. La hoja se sintió prisionera, asfixiada. No veía nada más que oscuridad. <<Hubiera preferido convertirme en humus a estar aquí atrapada>> se lamentó.
Pasaron los años, y la niña se convirtió en una mujer. Un día tomó uno de los libros que tenía en su estantería y lo abrió. Vio que allí había una hoja seca y sorprendida la sostuvo con delicadeza en sus manos. Después la dejó sobre su mesa.
No sabía por qué pero aquella hoja le gustaba. A pesar de que la hoja se había secado, le parecía hermosa. Por eso, la tomó como modelo y la fotografió. Después decidió escribir esta historia.
<<Este sí que ha sido un final bonito>> se dijo la hoja a sí misma feliz.
+
Vielen Dank für das Lesen!
Wir können Inkspired kostenlos behalten, indem wir unseren Besuchern Werbung anzeigen. Bitte unterstützen Sie uns, indem Sie den AdBlocker auf die Whitelist setzen oder deaktivieren.
Laden Sie danach die Website neu, um Inkspired weiterhin normal zu verwenden.