Cuando el sol se empezaba a ocultar, todas las personas iban casi corriendo hacía sus casas. No querían estar fuera cuando por fin estuviera todo oscuro.
En la noche se podían escuchar las carcajadas de las brujas. Los niños y los adultos al oír sentían miedo en sus camas. La risa se escuchaba con eco. Era espeluznante!
Esa noche mi curiosidad fue lo que hizo que me levantará de la cama y me acercara a la ventana, en un acto de valentía insana. Mire hacia el cielo, y la bruja estaba volando en una escoba.
Pensé que era mi imaginación. Frote mis ojos y cuando los volví a abrir.
La bruja que se había dado cuenta que la vi, había llegado hasta mi ventana.
Tenia la piel llena de arrugas y su nariz era sobresaliente.
Me miraba agrandando sus ojos.
Mientras tocaba por fuera la ventana con sus largas uñas, se lamía los labios dejando ver sus afilados dientes.
Sentí alivio cuando vi acercarse a alguien que no le temía a las brujas ni a la noche. El hombre se aproximo y cuando la bruja se dio cuenta, era tarde. El hacha ya venía en el aire. Su cabeza cayó al suelo, pero ella seguía dando vueltas tratando de agarrar al culpable.
Finalmente su cuerpo se derrumbó ya muerto.
Ahora cuando miro al cielo. Ya no pienso en brujas.
Echo de menos a mi abuelo y sus historias.
Vielen Dank für das Lesen!
Wir können Inkspired kostenlos behalten, indem wir unseren Besuchern Werbung anzeigen. Bitte unterstützen Sie uns, indem Sie den AdBlocker auf die Whitelist setzen oder deaktivieren.
Laden Sie danach die Website neu, um Inkspired weiterhin normal zu verwenden.