dafran D. Fran

Esta es la historia de un joven cazador que enfrentará una prueba completamente diferente a las que acostumbraba. Deberá afrontar sus propios temores, en un mundo que se agita ante los seres sobrenaturales que combate. La joven, que conocerá será la clave para su propia batalla interna.


Fantasy Episch Nicht für Kinder unter 13 Jahren.

#amor #romance #vampiros #cazadores #adolescente #amistad
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Los Comienzos

Era una mañana como cualquiera. Kiota se había levantado más animado que de costumbre. Las calles estaban raramente tranquilas en la ciudad de Deetroit, pero al parecer los vampiros peligrosos ya no aparecían con la misma frecuencia y no había últimamente registros de jóvenes desaparecidas. Quizás por esas razones, se sentía aliviado.

Tomo su café de la pequeña cocina del bunker y se dirigió hacia el salón principal. Le extraño no encontrarse con ninguno de los miembros de su equipo y sintió como si se olvidara de algo, pero continuo su camino.

Al llegar a su destino, se encontró con mucha gente rondando, algunos muy jóvenes, otros no tanto y algún que otro entrado en años.

- ¿Qué demonios está pasando? - dijo en voz alta, sorprendido.

- ¿ya lo olvidaste? - June sonrió y contestó su duda – Hoy es el día de las pruebas para los nuevos integrantes del escuadrón.

Solían llamarse “escuadrón central”. Eran una especia de patrulla especial que se ocupaba de mantener el “orden” entre humanos y vampiros. Los considerados peligrosos para la humanidad eran los llamados clase C. No respetaban los pactos consagrados por sus antepasados y generaban grandes disturbios. Estos “chupa sangre” despiadados no obedecían las normas establecidas y atacaban sin piedad cegados por su sed de sangre.

El escuadrón mantenía estrictas conductas de supervivencia que habían logrado a través de los años y gracias a los pactos con uno de los jefes de los clanes vampiros, Iván Van Dort. Se había establecido una tregua en donde ambas especies podían convivir en armonía.  Su identidad era un secreto para la mayoría de los clanes vampiros, aunque existían excepciones.

-Hoy era el día? Vaya se pasó el tiempo muy rápido. ¿Hay alguien que capte tu atención? - replico Kiota.

- Mmmm, déjame pensar. Max está entrevistando a unos cuantos. Creo que él se encargara de desechar a la gran mayoría.

Entre todas las personas que ocupaban el espacio del salón, sobresalían dos: uno era un joven de unos 25 años, alto y esbelto, su cabellera corta color blanco-ceniza llamaba la atención, tenía tatuajes orientales en los brazos y una actitud del demonio.

-¡¡Soy demasiado bueno para estar aquí con toda esta gente mediocre!! ¿Cuándo empezaran las pruebas! - se dirigió con tono amenazante hacia Kiota. Por supuesto que la respuesta no se hizo esperar.

June, con una reacción casi a la velocidad de un animal, aplicó una técnica de barrido sobre las piernas fuertes del joven haciéndolo desaparecer entre la multitud.

El estruendo de la caída provocó que los que estaban a su alrededor voltearan a observar. Lo que incitó algunas risas por ahí. June se agachó cerca del rostro del joven caído y con un tono irónico le disparó

-Se ve que eres “demasiado bueno para estar aquí” …

-No es justo! ¡No estaba listo!!- se defendió el joven mientras se levantaba rápidamente.

-En este trabajo siempre debes estar listo…o en guardia por lo menos

El joven no solo se sintió abatido por el golpe sorpresa, sino también por la arrogancia y belleza que demostraba su contrincante.

Ella era una mujer bella, firme y agradable. Su tono de voz era gracioso pero tierno, de mirada perspicaz y fatal. Su musculatura y habilidad física demostraban su dedicación a ese estilo de vida de supervivencia y lucha. Ella era June Palotta, la segunda al mando del escuadrón. Por supuesto que él no tardaría en averiguar quién era. Se había jurado a sí mismo, llegar a superarla ya que lo había derribado dejándolo en ridículo.

La otra persona que había llamado la atención era un hombre ya entrado en años. Vestía un traje color negro, al parecer bastante costoso, muy prolijo, con zapatos que relucían ante su caminar sereno. De actuar educado y buenos modales. Kiota se acercó a él extrañado.

-Disculpe señor, pero ¿qué hace usted aquí? ¿acaso pretende participar en la elección de nuevos integrantes?

-No señor… ¿cómo debo dirigirme a usted? – le contestó.

-Soy Kiota Serakagui, ¿usted quién es?

-Bernardo Stamateas señor. Soy… o mejor dicho era el mayordomo de una conocida suya. Estoy aquí para entregarle esto- extendió la mano y le entregó un sobre cerrado que parecía contener una carta.

Intrigado, Kiota la abrió de inmediato. Cuando leyó quien la firmaba, sintió que su corazón de un salto subió a su garganta y no pudo evitar mirar de manera extraña a quien se la había entregado.

Ante las primeras líneas, se dio cuenta que no era ninguna broma:

Queridos Kiota y June: Si están leyendo esto, es porque no regresé de mi última cacería. Sé que es extraño que acuda a ustedes después de tantos años, luego de haberme marchado sin decirles nada. Pero créanme que no lo hubiese hecho así de no ser completamente necesario.

La razón por la cual los dejé fue Emily. En cuanto me enteré de que crecía en mi interior, decidí alejarme sin pensarlo dos veces. Quise darle la vida que ninguno de nosotros tuvo. Una vida normal, sin que sepa lo que hay allá afuera ni lo que yo hacía. Por ese motivo me mantuve retirada de la cacería y me alejé a un lugar ajeno a nuestra realidad. Lamentablemente siempre algo encontraba nuestra casa, por lo que debíamos mantenernos en movimiento.

No podía reaccionar ante lo que leía. Sus ojos se llenaban de lágrimas, tomaba aire profundamente y continuaba.

Cuando Emily cumplió sus 7 años, comencé a cazar de nuevo sola. Quería asegurarme que mi hija estuviera a salvo. Prepare esta carta en ese momento porque nuestra realidad es cruel y dura, la victoria es de quien dispara primero. Bernardo es de mi total confianza, él les contara en detalle todas sus dudas y se encargará de todo lo que Emily necesite.

Aquí va lo que les pido desde el fondo de mi corazón, cuiden de mi niña, enséñenle todo lo que yo les enseñé, prepárenla para la vida y para enfrentar lo que hay afuera. No la dejen sola en este mundo que se sacude. Además, Kiota; tengan cuidado, hay movimientos extraños entre los clanes de vampiros, están planeando algo, pero aún no pude descubrir que es.

P/D: Con el paso de los días recibirán mi diario, ahí tendrán más detalles de lo que venía investigando.

Desde ya les mando mi más fuerte cariño. No dejen sola a mi pequeña, ustedes son los únicos que pueden protegerla. Los quiero.

Clarisse.

Reconoció cada letra, su firma y al leer la carta, le pareció sentir su voz suplicando que cuiden de su hija, a quien había querido proteger. Kiota seguía mirando la hoja inmóvil.

- ¿Qué sucede? - la voz de June rompió su hipnotismo. Ella observó que su líder sostenía un papel en sus manos y notó un dejo pálido en su cara.

-Tienes que leer esto- dijo él entregándole el papel.

June comenzó a llorar ni bien leyó las primeras líneas.

-Voy por ella, está esperando en el auto.

Bernardo se dirigió hacia la salida.

Kiota y June se miraron sin pronunciar palabra mientras el resto de los aspirantes eran llamados para ser entrevistados. El mundo a su alrededor parecía haberse detenido en ese instante. Se había removido mucho del pasado con esa carta y también, reabierto una vieja herida.


1. Dezember 2018 18:54 0 Bericht Einbetten Follow einer Story
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