Cuando subimos las maletas al tren y buscamos nuestros asientos entendí que ya no iba a haber vuelta atrás. Nos íbamos del pueblo para mudarnos a la ciudad en búsqueda de una vida mejor y mejores oportunidades. Mi madre y mis hermanos pequeños parecían felices y yo me asomé por la ventanilla para despedirme por última vez de mis amigos a los que seguramente no volvería a ver en años. Aquel tren nos llevó hacia el norte, adonde yo con el tiempo me convertiría en un hombre de éxito a cambio de renunciar a mis raíces.
Vielen Dank für das Lesen!
Wir können Inkspired kostenlos behalten, indem wir unseren Besuchern Werbung anzeigen. Bitte unterstützen Sie uns, indem Sie den AdBlocker auf die Whitelist setzen oder deaktivieren.
Laden Sie danach die Website neu, um Inkspired weiterhin normal zu verwenden.