bittergguk_ Haku (on hiatus)

Disimular indiferencia era difícil cuando la tensión persistía desde la primera noche. Pero para Taehyung, era más fácil guardar las apariencias y Jungkook, a él le gustaba jugar de forma secreta. Sin saber que ambos colisionarían cuando el juego no sea divertido.


Fan-Fiction Bands/Sänger Nur für über 18-Jährige.

#kookv #jungkook #taehyung #kooktae
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743 ABRUFE
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Capítulo 1 ☽

Podría estar sin problemas de rodillas raspando su piel rogando por piedad o, tal vez por un poco de aquel frenesí que le tenía envuelto en la demencia del día que probó el sabor de sus labios. Algo tan adictivo como una frutilla fundida dentro del chocolate, simplemente quería morder, succionar y besar aquellos belfos otra vez, imploraría por una segunda vez.

¿El problema? Era el maldito odio irracional que le tenía a su persona, le observaba como si fuera una simple hormiga, a la cual podía aplastar sin misericordia, sin compasión, porque así era Kim Taehyung. Si no le interesabas o no eras parte de su círculo social, te miraba como el ser más insignificante del mundo.

No eras nadie para él si estabas por debajo de sus zapatos.

Aunque ese día su vida dio un giro de trescientos sesenta grados y sin explicación o respuestas que saciaran sus dudas, se transformó en el blanco favorito de Kim e irremediablemente era difícil estar lejos de sus ojos, era como si estuviera espiando cada paso que daba en medio del campus, le acechaba como una bestia salvaje sedienta de su cordura. Quizá después de esa noche se habría encaprichado con él y al ver que era una presa fácil, quiso jugar con su raciocinio.

—Por favor acompáñame esta noche, no te pido nada más —suplicó su mejor amigo, Yoongi, mientras caminaban por los pasillos del campus.

Tenían una gran ventana de descanso antes de la siguiente clase, así que decidieron perder el tiempo caminando antes de ir a clavarle el diente a algo en el casino de la universidad.

—No lo sé, no me llama la atención ir a la casa de Myungdae y juntarme con varios alumnos que ni conozco a beber alcohol y quizás qué más —habló con cierto desinterés el azabache—. Además, se acercan los exámenes finales y debo ponerme al día con las clases perdidas, no tengo ni idea de lo que entra en la siguiente entrega.

Yoongi puso sus ojos en blanco ante el poco drama dentro de su exageración.

—Tan solo faltaste un día a clases.

—Sabes que pierdo fácilmente el hilo de la clase si no estoy atento, aunque sea un segundo.

—Jungkook es solo esta noche, es viernes, podemos por fin liberarnos de las clases y tienes un mes entero para pensar en tu maldito examen. —le observó con un puchero marcado en sus labios.

Al azabache le hizo gracia.

—Está bien, pero solo será por un par de horas.

—Arruinas la diversión, aguafiestas. —riendo suavemente, empuja a su mejor amigo provocando que él chocara con alguien más.

—Fíjate por donde pisas, cuatro ojos. —el pequeño ápice de desprecio manifestado en su voz y la fulminante mirada del peligris, hicieron acto de presencia atacando a Jungkook.

Ahí estaba Kim Taehyung.

Siguió su camino junto a sus secuaces, ambos mejores amigos les apodaban los perritos falderos, siempre andaban detrás del cabello cenizas como si fueran caracoles dejando su baba por cualquier lugar al que fueran.

—Prácticamente él puso su narizota en nuestro camino. —reclamó el rubio.

—Ya sabes cómo es de pesado. —ambos observaron la espalda de Kim.

—Me pregunto cómo es que Myungdae lo soporta, de seguro puede hacer algo mejor además de soltar basura por esa boca.

Jungkook rio mientras negaba con su cabeza y procedió a continuar con su camino.

No era un secreto que Taehyung se divertía con Myungdae y hacían quién sabe qué. Bueno sabía exactamente, no era un santo, pero a él no le interesaba. De todos modos, él no era nadie para juzgar y el peligris podía hacer lo que quisiera con su vida de soltero.

Sorprendentemente la tarde avanzó rápido, no estaba convencido de ir a esa pequeña reunión, pequeña entre comillas, pero algo en su interior le decía que estaba bien despejar la mente, aunque sea un par de horas. Después podía seguir con sus responsabilidades.

Se vistió con prendas de tonos oscuros, no era la gran cosa, pero se sentía a gusto consigo mismo. Además, quién sabía si con esas pintas podía conseguir a alguien esa noche, por lo menos para conversar mientras Yoongi se perdía de su vista porque sabía que en algún momento se iría detrás de alguien.

Deja de hacer eso, me da nervios. —su cara de asco lo dijo todo mientras ingresaba al baño de su habitación.

—Debo ponerme los lentes de contacto, no quiero perder mis anteojos ni mucho menos que se quiebren. —dijo al terminar y parpadeó asegurándose que estuvieran en su lugar.

Peinando la parte derecha de su cabello hacia atrás, se miró por última vez al espejo dándose el visto bueno. Nada mal. Jungkook era simple para arreglarse, pero siempre esperaba verse decente y cómodo con lo que usaba.

Aunque pareciera poco creíble, la reunión estaba totalmente tranquila. La casa de Myungdae, mas bien la fraternidad donde vivía, no estaba tan repleta de personas, el volumen de la música era moderado y todos adentro estaban disfrutando de una sana diversión, a excepción del alcohol.

Eso era lo de menos.

Relajó sus hombros apenas cruzó la puerta con Yoongi, podría ser una buena noche y quizá consideraría quedarse un poco más de tiempo en aquel lugar antes de salir corriendo a la medianoche como si fuera la cenicienta. Una chica pasó con una bandeja llena de vasos y le ofreció alguna bebida antes de que empezaran a disfrutar esa velada.

—¡Yoongi! Estaba buscándote para que te unieras y... ¿Jungkook? —el chico de cabello rosa frunció el ceño y le examinó de pies a cabeza—. ¡Guau! Te ves tan apetecible así, hasta me olvidaría de Yoongi por ti, pero ya sabes que no podría corresponderte esta noche.

—¿Gracias? —dijo totalmente avergonzado, él estaba vestido como cualquier día normal solo que no llevaba sus lentes, no era para tanto—. Tú tampoco estás mal y me encantaría coquetearte, pero Yoongi es celoso y temo morir en el intento. —bromeó y el mencionado golpeó los brazos de ambos provocando que estallen en risas..

—¿Quieren unirse al juego? Ando buscando a personas porque sería muy aburrido si somos apenas cinco, así animamos un poco el ambiente. —comenta el pelirosa.

El rubio miró a su mejor amigo y Jungkook solo se encogió de hombros restándole importancia, no había nada de malo con un poco de diversión alocada.

Llegaron a la sala y había varias personas sentadas en círculo sobre el suelo con una botella en el centro. Ya sabía por cual camino iba esto, lamió sus labios mirando a su alrededor y se topó con la mirada fija de Taehyung entretanto Jimin le hablaba, al parecer aceptó unirse y caminó hacia el círculo para sentarse frente a él. Myungdae estaba a la izquierda del peligris junto a toda su manada de idiotas y Yoongi junto a Jimin y varios conocidos más del pelirosa, estaban a la derecha de Jungkook.

Y el juego comenzó sin problemas, hubo varios que cayeron en un reto absurdo y si no lo cumplían tendrían que pagar con una penitencia o simplemente ofrecer alguna prenda. Jungkook ya había dado su chaqueta porque no quería beber a fondo una botella de ron, en el reto anterior pagó penitencia bebiendo un shot de tequila y no quería emborracharse en apenas unas rondas del juego.

Bajo las miradas expectantes de los presentes, dicha botella vacía se detuvo por segunda vez esa noche en Taehyung, quién lamió sus labios cuando Jimin tomó el objeto de vidrio entre sus dedos.

—Muy bien Kim ¿Reto o prenda? Te recuerdo que ya botaste prenda.

—Reto. —dijo sin ningún ápice de duda.

—Entonces, te reto a pasar siete minutos en el paraíso con... —volvió a girar la botella y terminó apuntando a la persona menos pensada—. Jeon.

—¿Qué? —alarmado, enderezó su espalda dispuesto a atacar si así lo requería.

—Lo que escuchaste, son solo siete minutos, no creo que terminen matándose.

—Elijo shot. —cambió su respuesta con la esperanza de evitar al azabache.

—Ya escogiste reto y no puedes cambiar, así son las reglas.

—No estaré en una habitación encerrado con ese maldito nerd. —soltó su afilada lengua sin importarle la presencia del pelinegro.

Jungkook casi suelta un fuerte bufido.

Ya estaba acostumbrado a esto, él solo intentaba procesar lo que acababa de escuchar mientras pasaba su mirada del peligris hasta el de cabello rosa ¿Tendría que pasar siete minutos a solas junto a Taehyung? ¿Qué clase de tortura era aquella? Si tenía que morir que fuera en ese instante porque no quería pasar siete malditos minutos en una habitación con una persona que probablemente se le lance encima para despedazarlo con sus garras y dientes, y le agarre de los pelos.

Era como cavar su propia tumba.

—Por favor, no pasará nada malo si son solo siete minutos, ni que te obligara a vivir una vida entera con Jeon. —replicó Jimin.

—Vamos Taehyung, no seas aburrido. —exclamó un chico.

El mencionado bufó pesadamente y se levantó de su lugar mirando a Jungkook.

—No tengo toda la puta noche, apresúrate. —comenta de malas ganas mientras camina hasta las escaleras y dirigirse a una de las habitaciones del segundo piso.

Con un susurro, Jimin alentó a Jungkook y agregó un sugerente diviértanse.

¿Divertirse? Já, seguro, mas bien, iba directo al martirio.

Apenas llegaron a la habitación, el pelinegro se aproximó a una esquina a un costado de la ventana observando en silencio a Taehyung, quien miraba la puerta y escuchaba como alguien le echaba llaves desde afuera antes de dirigirle la mirada.

Tragó saliva, para colmo iba a estar encerrado con ese chico y no iba a tener escapatoria. Genial.

—¿Qué me ves? —pronunció el peligris.

Jungkook solo se encogió de hombros y ladeó un poco su torso para mirar a través de la ventana. No estaba tan alto y había un árbol cerca, podría ayudarse con ello para escapar. Taehyung aún seguía con sus ojos sobre el contrario, mirando como sus bíceps se veían tan voluminosos debido a que estaba cruzado de brazos, esa playera negra tan ajustada a su cuerpo marcando una perfecta cintura y espalda, chasqueó la lengua con rabia.

¿Qué pasaba con él esa noche? ¿Dónde estaban sus estúpidos lentes de nerd? ¿Por qué se había quitado la chaqueta en esa ronda? Había visto y oído como distintas chicas cuchicheaban acerca de su figura y que no era el mismo Jeon que siempre hacía acto de presencia, aludiendo al chico que siempre vestía de una forma desaliñada y mágicamente se volvió un dios griego.

¿Por qué estaba recibiendo tanta atención? ¿Por qué estaba siendo el centro de atención? No le gustaba, no quería ¿Por qué no le gustaba? Tragó saliva y se quitó su abrigo.

—Escucha, no voy hacer nada contigo, puedes morirte de aburrimiento mientras esperas. —estaba dispuesto a sentarse en un mini sofá, mas la voz de Jungkook le detuvo.

—Tampoco es como si quisiera hacer algo contigo por siete minutos dentro de esta habitación. —comenta despreocupadamente y mira de soslayo al contrario—. No eres la gran cosa ¿Sabes? No te creas tan importante, Kim.

Taehyung exhaló una carcajada y le miró incrédulo, así que el pequeño gato tenía garras. Con una fingida ofensa, decidió tantear el terreno e intentar que esa pequeña bestia le mostrara los dientes.

—¿Y me lo dices tú? —le recorrió de pies a cabeza mientras se acercaba lentamente— ¿Qué? ¿Acaso recibir tanta atención te hizo subir los humos a tu estúpida cabeza? —toqueteó su cien con el dedo índice reiteradas veces, estaba probando su paciencia y por el pequeño suspiro, comprobó que iba por buen camino—. No eres más que un mojigato, una rata de biblioteca que solo ruega por atención porque eres tan miserable.

Sonrió ampliamente cuando Jungkook tomó su muñeca con fuerza contenida, alejando su dedo de él y conectó su mirada con la propia sin dejarse intimidar.

—Te equivocas Taehyung, yo no quiero ser como tú —habló con calma—, puedo vivir feliz siendo una persona miserable o como tú me consideres que sea ¿Tanto te afecta que por una noche nadie te haya adulado y no seas lo que la gente quiere para pasarlo bien?

—Así es. —se zafó de su agarre y procedió a tomar el cuello de la playera negra de Jungkook acercándose peligrosamente, estaba invadiendo lo poco que quedaba de espacio personal—. Me gusta saber lo que provoco en las personas, me llena el ego y me hace querer pisotear a quien sea que esté por debajo de mí, Jungkook. Amo provocar porque sé que me quieren y no hay nadie que se resista, tienes toda la puta razón, eres todo un puto sabelotodo.

El pelinegro no supo si lo decía sarcásticamente o en serio, el olor de su perfume mezclado con el dulce olor del trago que había bebido estaba invadiendo sus fosas nasales y le hacían sentir mareado, más, cada vez estaba tan cerca que podía sentir su respiración sobre la suya y su pecho rozar el suyo.

¿Por qué estaba tan cerca?

—Al menos te equivocas conmigo.

—¿Es así? Entonces, ¿Por qué estás tan tenso? ¿Quieres un masaje? Puedo ayudarte a relajar los músculos de tu espalda. —su voz destilaba diversión, mientras que Jungkook solo quería que los malditos siete minutos terminaran de una buena vez. Parecía que estaban una hora ahí encerrados.

—¿Por qué eres tan insistente? Se supone que te desagrado, deja de ser un grano en el culo. —dio un paso a la derecha, pero el peligris se interpuso— ¿Y ahora qué? ¿Necesitas atención para estar tranquilo?

—No tienes nada que ofrecerme, Jeon. Eres tan solo un bueno para nada. —dijo en un susurro, la poca distancia cada vez se estaba transformando en un arma de doble filo.

—Te sorprenderías ver lo bueno que soy en varias cosas y no, no necesito tu aprobación para comprobarlo.

Taehyung estaba retando peligrosamente la mínima distancia que los separaba, provocando sus límites y con burla alzó una ceja mientras soltaba una risita. ¿Qué le causaba tanta risa?

—¿Por qué no me enseñas? —observó los labios entreabiertos del menor, por alguna razón la tensión que se había formado en esa habitación le estaba impulsando hacia él como si fuera un imán y como si se tratara de un gato, necesitaba saciar su curiosidad.

—Ya te dije que no necesi-

Los labios de Kim callaron sus quejas y fue atacado salvajemente por una necesitada lujuria encarnada en persona que ahora lo había empujado a la cama y se sentaba a horcajadas sobre él, estaba llevando todo de él en un apasionado y acalorado beso que cada vez subía de tono como si realmente quisiera succionar el alma. Cuando Taehyung llevó ambas manos a su cabello negro, se sintió preso de sus acciones, el control lo manejaba él y nadie más, tan solo se estaba dejando llevar.

El firme agarre detrás en su nuca mientras mordía su labio inferior antes de introducir la lengua en su cavidad bucal y jugar con la propia, le hizo temblar y suspirar. Posó con timidez sus manos en la cintura del peligris y se sintió tan malditamente bien la forma en la que todo su ser se moldeaba a la perfección cuando sus cuerpos se tocaban, se preguntó de qué manera acabaría aquello que apenas estaba empezando.

Siete minutos no bastaba, considerando que habían desperdiciado unos dos. Un jadeo escapó de sus labios al momento que el mayor comenzó a mecer sus caderas sobre su pronunciada erección y besaba con devoción su cuello, dejando un largo camino de saliva hasta su mandíbula y succionando la zona cerca de su oreja.

Taehyung sonrió ante el resultado, la piel de Jungkook era sensible y reaccionaba de buena manera a sus pequeños estímulos, le gustaba eso. Se preguntaba si podía llegar más allá, así que, sin dudas empujó al azabache contra el colchón, dejándolo preso bajo él.

Siguió guiándose por la pasión que desbordaban sus labios y lo que provocaba en su interior cada vez que tenía contacto con aquellos belfos, era algo tan adictivo que los siete minutos en el paraíso no le hacían justicia ¿Por qué no lo había probado antes? Era un delicioso manjar que se había encargado de repeler cada vez que lo tenía cerca.

Jungkook tuvo que abandonar la boca de Taehyung para gemir sin pudor en el momento que el contrario, con una gran habilidad, desabrochó sus jeans y coló una de sus manos adentro, acariciando con plena confianza su miembro por sobre la tela de su ropa interior. Se sentía tan malditamente bien, pero terminó por alarmarse cuando quiso acariciar sin tela de por medio y habían golpeado la puerta.

—Los siete minutos ya terminaron, deben salir. —oyeron una voz detrás de la puerta y el sonido de la cerradura siendo abierta, indicando que ya podían salir.

Ambos se miraron a los ojos, jadeantes con una erección que necesitaba atención urgente, sus cabellos revueltos y la ropa a medio salir. Eran un desastre cargado de tensión.

—Saldré yo primero. —susurró sobre sus labios antes de besarlo castamente y levantarse de la cama—. Dos puertas más a la derecha está el baño, creo que lo necesitas.

Dijo con una engreída sonrisa marcada en su rostro mientras arreglaba su aspecto frente a un espejo, estaba orgulloso de lo que había logrado en Jungkook, también de lo nuevo que descubrió y que el contrario se lo tenía bien guardado. Miró por última vez al azabache que aún se encontraba sentado en la cama, llevó su dedo índice hasta sus labios indicando que guardara silencio.

Jungkook le respondió con el gesto de haber cerrado su boca con una cremallera, Taehyung agradeció en silencio su complicidad y salió de la habitación con una expresión seria. El menor terminó por recostarse otra vez sobre la cama mientras, con un suspiro, pasaba ambas manos por su cara.

¿Qué había sido eso?

Cuando entró al baño, reparó en su erección y riendo como un estúpido mojó su rostro para bajar la temperatura, además de esperar que la erección no fuera tan notoria al momento de ir con los demás. Debía hacer como que nada pasó en esa habitación por siete minutos.

Al bajar las escaleras varios pares de ojos curiosos se posaron sobre él indagando profundamente en su aspecto e intentando encontrar algo fuera de lugar, Jungkook solo se dirigió en silencio y algo cohibido hasta el lado de Yoongi, quien sostenía su chaqueta entre manos.

—¿Ya terminó el juego? —pasó sus brazos por la chaqueta y miró disimuladamente al peligris, él estaba recogiendo su bufanda que había botado antes en el juego.

—¿En serio no pasó nada durante estos siete minutos? Taehyung estuvo alegando todo este rato por qué lo encerraron con un nerd dentro de una habitación y Jimin le dijo que debía cumplir con las reglas, bla bla...

El pelinegro alzó una ceja y negó con la cabeza, pues claro que no iba a comentar lo que pasó en esa habitación, debía guardar las apariencias.

—No, nada. Solo se puso un poco pesado, pero supe defenderme. —murmuró mientras salían de la fraternidad, tuvieron mucho de esa noche— ¿Qué? ¿Acaso pensaste que nos íbamos a besar y manosear por siete minutos o algo así?

Yoongi se encogió de hombros. —No, claro que no, pero por último hubieran hecho las paces y se vuelven amigos de toda la vida.

El rubio rio a carcajadas cuando su mejor amigo chocó su hombro con el propio, sabía que eso jamás de los jamases iba a pasar, Taehyung no se volvería una persona amable de la nada y hablaría con ellos como su fueran amigos que comparten hasta los chismes.

Aunque le causó curiosidad saber cómo esa pequeña marca al costado de su cuello apareció de la nada.

[…]

A la mañana siguiente Jungkook se encontraba solo en la habitación, Yoongi tenía clases por la mañana mientras que él las tenía por la tarde, en ciertos momentos sus horarios no coincidían y odiaba eso porque le gustaba sentir la compañía de su mejor amigo, aunque se llevara bien con sus demás compañeros, pero el rubio era alguien de confianza y eso le hacía sentir cómodo.

Con su mirada fija sobre el techo recordó la noche anterior, se preguntó mil veces qué era lo había impulsado a Taehyung hacer lo que hizo y por qué él no lo detuvo, se suponía que no se aguantan y se besaban como si se tuvieran ganas desde el primer día que se vieron. No creía que una fuerza del más allá poseyó al mayor para que se lanzara sobre él como si fuera un depredador, la única respuesta que llegaba a su mente era que probablemente solo quería burlarse de él.

No había otra razón más lógica que eso.

Si tan solo dejara de pensar en su maldita boca y en sus labios besándole con un hambre.

Mientras se servía el desayuno, mientras se duchaba, leyendo los correos recibidos, no importa lo cuan ocupado se encontrara, la imagen se plasmaba en su mente tan vívida como si estuviera otra vez con él encima devorando su existencia. Se preguntó si sufrió una especie de hechizo o algo por el estilo.

O cuando recordaba la forma en la que él movía sus caderas sobre su pelvis y sus manos acariciaban su menuda cintura...

—Mierda.

Decidió salir de esa habitación para despejar su mente antes de clases o terminaría pensando en situaciones demasiado fantasiosas que nunca llegarían a su realidad. Era apenas el primer día después de haber recibido algo de ese demonio y no dimensionaba que después de todo, su pasaje al infierno ya había sido comprado e iba en primera fila.



¡Hola! ¿Cómo han estado?

Después de tanto tiempo he decidido publicar una nueva historia con capítulos, la verdad no sé qué tan buena decisión haya sido porque mi carga académica en la universidad se ha vuelto peor al ser de un curso más superior, pero aquí estoy otra vez:)

No me exigiré como antes en publicar capítulos seguidos, simplemente lo haré a mi tiempo y cuando crea que están listos para ser publicados. Si bien tengo muchas historias guardadas, pero solo quiero ir a mi ritmo para no volver a desaparecer otra vez.

Gracias a quiénes aún siguen esperando y a quiénes se suman, espero que les guste esta nueva historia♡


Cuídense y nos leemos pronto.

-Haku


8. April 2023 22:09 1 Bericht Einbetten Follow einer Story
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Fortsetzung folgt… Neues Kapitel Alle 30 Tage.

Über den Autor

Haku (on hiatus) Only Jktop 🔞 Actualizaciones lentas. ••• Todas mis historias están en inkspired, en wattpad solo subiré lo que encuentre conveniente.

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August 03, 2023, 20:34
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