1566617928 Francisco Rivera

Naturaleza del silencio en brillos y destellos ante fenómenos desconocidos o lo que suele creese como espacio interestelar conocido.


Science Fiction Weltraumoper Nur für über 18-Jährige.

#LaOperaEspacial
Kurzgeschichte
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#LaÓperaEspacial en Uno

Uno...

El capitán Orbis Tertius advierte a la Estación Interregnos del riesgo de incendio y descarga eléctrica que puede provocar lesiones físicas y/o la muerte a cualquier elemento de esa Estación Extra-Espacios, pese a que en el Tablero de Índices Generales sólo aparece la señal convencional de siempre: Úselo según las instrucciones.


En tanto, Técnico Pomelos Z., trata de restablecer la señal, sin lograr avanzar un ápice y su angustia personal empieza a ser notoria para esa fracción de la tripulación que sólo mira y respira con agitados corazones a que todo vuelva a ser normal, como antes marchaba desde ese par de horas de un recorrido que remonta más allá de los límites conocidos del espacio interior.


Tertius, algo obeso y con calvicie acentuada, suda como un cerdo. Sus manitas regordetas estrujan un ejemplar icónico de impresión en off del Manual Digital de Operaciones Riesgosas que hasta ese momento conservara en gaveta estrictamente personal, colocada en algún área de la nave nodriza que lo lleva por distancias inimaginables dentro de lo que él, empero, considera espacio ultra-interior.


Una discusión agria taja los ánimos y los encona en voz de cada elemento que se presta a toma y daca, lo que muestra una lindura florida del lenguaje arcaico y en esencia terrestre:

— ¡Cómo te dije, retoma las Directrices de Uso para casos de Extra-Seguridad...! —, exclama con acritud el comandante Zhapiros ante la impericia que muestra el nervioso Xtilos 2 (replicante) desde dicha Estación Interregnos, su par, quien revira de igual modo ante aquél:

— ¡Calmado, cabrón! ¡No sea que te vaya a mandar, ya sabes dónde...! —, contesta el maniobrista de grado 3, un experto para uso y seguridad de la nave y del personal bajo su resguardo, mas no así de los productos contenidos y distribuidos en toda esa gran construcción hecha de metales ligeros, aleaciones de última generación y novedades pasmosas de la ingeniería aeroespacial del casi moribundo tercer milenio.


Orbis Tertius los manda callar y solicita espacio, aire y silencio para enviar mensajes en compresión de agujero negro hasta la Estación Extra-Espacios:

— ¡Aquí! ¡Orbis Tertius, cambio! En Protocolo de Directrices de Uso y Seguridad para los Productos de Vuelo Misional. ¡Cambio! —, dice así, mientras sus manos sudan como pequeños surtidores de adrenalina e imagina peores cosas a las que ha vivido en tantos años de guía exploradora del vasto e infinito espacio interior.


Una secuencia de treinta segundos muere en silencio absoluto e intenta por tercera vez hacer contacto; y espera de nueva cuenta y en efecto, surge de súbito una voz androide, de mujer Serie: 30-60-90, quien responde con esa entonación y deseo, como el estar en pos de un estado conveniente para afiebrar las hormonas de sus consultores misionales:

— ¡Adelante! ¡Cambio! Repaso con usted las Directrices de Uso para hacernos acompañamiento del Programa de Seguridad para los Productos de su nave, capitán Orbis Tertius, ¡Cambio! —, concluye en esa respuesta dejando escuchar su respiración efectista que, de inmediato capta el monitor Cara a Cara, para establecer la visualización entre rostros y conferir, de alguna manera cierta humanidad a tal coloquio inmediato.

El capitán enfoca en modo vertical, de cuerpo entero, para visualizar la mejor recepción del puesto de control donde se encuentra ese androide, casi a punto de ser mujer, como si se tratara de bebida tradicional mesoamericana: pulque, en alusión a que esas tecnologías de género se encuentran a un grado de volverse carne y no, el material que casi las confunden con mujeres reales.


Orbis Tertius:

— ¡Hola! ¡Serie 3-6-9! —, dice enfático, al contemplarla en ese asiento plegable que toma la forma de una guitarra de seis cuerdas, dignas de ser ejecutada en modo tradicional terrícola.

— ¡Hola, capitán Tertius! —, responde con coquetería manifiesta mientras maniobra controles de un tablero de expulsión de Directrices a Control Remoto, pasando a dar sus instrucciones protocolarias con intercambio de guía en modalidad de Paso y Réplica de Paso: Confirmación de Soluciones y Avance con el resto de ajuste convenientes.

Androide Serie: 30-60-90:

— ¡Por favor! Realice la reinstalación de acuerdo con las instrucciones de fábrica terrena, capitán... —, externa con una semi sonrisa que deja expuesta la dentadura perfecta en ella.

Responde Orbis, en el acto:

— ¡Bien! ¡Hecho! Y mantengo la distancia mínima de seis pulgadas, en este momento... —, pero en verdad, no, no lo hace, pues desea comprobar que ésta lo percibe desde su sensor que enciende, allá abajo, en la cabina de comunicaciones, una señal de falta de cumplimiento del protocolo, al no encontrarse en los reglamentarios quince centímetros requeridos...

— ¡Capitán...! ¿Le ocurre algo...? —, revira ella de inmediato. Entonces pulsa un botón de su tablero y envía un disparo de disuasión que llega en otro momento a la prominente barriga del malhumorado Terius, sintiendo ese efecto necesario para atenuar su ansiedad acumulada.

Una exclamación propia en él escapa de inmediato:

— ¡Ea! ¡Por la puta que te parió...! ¿Quién te crees 3-6-9...? —, responde malhumorado, pero reconociendo el efecto sedante de ese rayo.

Desde la cabina terráquea, el androide sólo emite una sonrisa pícara y envía su siguiente comunicado:

—No mantuvo su distancia convenida alrededor del dispositivo, capitán... pues no nos garantiza una buena ventilación... adecuada. ¡Eso es! —, dice así, y deja escuchar su sonrisa con enfoque de medio cuerpo, resaltando sus atributos para complacer la vista de Tertius, sin ignorar que la nueva función del sensor de Tierra, llamado Ojo de Horus, todo lo capta: por ejemplo, cada mirada de lascivia, deseo y posesión de la tripulación varonil que despierta ante la prolongada espera por llegar a la siguiente Estación Alfa Infinita donde no sólo se han de aprovisionar, descansar y relajarse en ese remedo de antiguo harem de la Alhambra, abundante en mujeres tanto terrícolas, como de Serie 3-6-9 y, sobre todo, de las réplicas de heroínas legendarias de toda la literatura universal terrestre...


Sin duda, un ansiado oasis intergaláctico, libre de prejuicios y de órdenes de inmediato cumplimiento para todo viajero dispuesto a surcar linealidades aparentes de tiempo y de caprichosa manifestación del espacio mismo.


Un desafío contundente y, a la vez, irremediable para cualquier mandón... como Tertius.


CONTINUACIÓN

LAÓPERAESPACIAL EN DOS

1. Februar 2023 16:02 1 Bericht Einbetten Follow einer Story
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Francisco Rivera Francisco Rivera
#LaÖperaEspacial: En el contexto de cinco personajes, tres humanos modificados y dos seres de tecnología replicante y androide, enfrentan una serie de circunstancias que alteran la normalidad del trayecto sideral hacia la Estación Alfa Infinita, perturbado por anomalías fractales que dan un giro inesperado a la primera avanzada misional con fines de colonización sobre planetas y estrellas enanas, abundantes en recursos incalculables para ese interés de explotación de excéntricos capitalistas terrestres, sobreviviente del moribundo tercer milenio que no se encuentra preparado para esa amenaza anómala pero natural como especie viva generada en algún punto del espacio sideral, no detectado hasta el momento... Invitamos a los lectores a acompañarnos en esta travesía del resto de los días de febrero del presente año. Comentarios, opiniones, sugerencias, se reciben durante el resto del período de dicho mes. Asó como "likes" y seguidores de esta odisea.
February 14, 2023, 02:36
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