El cielo estaba despejado, los pájaros volaban libres como las estrellas al nacer.
Una brisa movía las hojas de los cerezos como si no pesaran nada, el sol iluminaba las flores como si fueran espejos de luz.
Tenkei es la ciudad de la magia más importante para los jóvenes, ya que acoge a muchas personas de todo tipo, dejándose apreciar por la cultura, la belleza en sus calles y es famosa por acoger a centenares de dragones que vuelan por la región de Taeron.
Esta ciudad tiene una particularidad, los habitantes suelen utilizar vehículos con apariencia antigua y con tecnología punta, mientras que los brujos y brujas utilizan escobas, ya que es más práctico para volar sobre calles más concurridas para llegar al sitio previsto sin molestar a la gente de su alrededor.
Cada calle tiene un estilo propio de casas, las que se encuentran más cerca del mar y de la estación Yado que es muy popular entre las personas de la región, tiene un estilo costero, mágico y con esencia marina, la mayor parte de las paredes son blancas para una total delicadeza. Las calles más alejadas de la estación, son de muchos estilos, por el este y el oeste son más tradicionales, con un aura modernista y las que se encuentran en el sur son más naturalistas con trepadoras en las paredes, con jardines llenos de todo tipo de flores y plantas.
En la esquina de la calle principal que lleva a Santa gloria un santuario que honra a la magia, y con un jardín de cerezos que guardaba el santuario, se encontraba una librería inmensa con estanterías de madera de roble que forman pasillos largos con la sensación de no haver final, el suelo era de madera color gris, al pasar la puerta de entrada en la parte izquierda se encontraban un par de ventanales con vistas al Santuario lleno de cerezos inmensos que se alzaban al cielo.
Triana es una bruja de veinticinco años de casi un metro setenta, delgada, con un pelo ondulado de color plata, sus ojos son un poco mas oscuros y es la propietaria de la libre.
Es una mujer destacable en su oficio pero con un oscuro pasado que le atormentaba todas las noches, consiguiendo no pegar una cabezada en la almohada.
La muerte de sus padres y el hecho de no tener amigos le hacían perder la alegría a las cosas.
Tenía que hacer un encargo para entregar en mano a una persona especial, que le hacía regalos hermosos por su trabajo duro en la tienda.
Empezó a recorrer los pasillos casi interminables en busca de un libro llamado “Historias clásicas de Taeron”, mientras lo buscaba con calma se sentía muy bien por el olor reconfortante a libros nuevos y antiguos. Cuando lo tenía en sus manos lo empezó a ojear metiendo la nariz en las páginas, el olor a libro antiguo le producía una gran sensación indescriptiblemente increible.
Salió de la tienda y con su magia bajo las persianas más importantes, dejando abiertos los ventanales con vistas al Santuario, de vez en cuando la gente echaba un vistazo a la tienda y volvía cuando ya se encontraba abierta.
Se acomodó el bolso de tela color magenta pastel y el libro adentro, luego empezó a caminar.
Mientras caminaba, se podía notar las escobar volar por la cabeza, los pelos se te movían por la brisa que causaban. Era algo curiosa la sensación pero no llegaba a ser desagradable. La calle principal estaba llena de cerezos y el suelo parecía un mar rosa de pequeñas hojas, algo peculiar es que los coches como tal no hacían mucho ruido y pasaban desapercibidos por las calles principales y secundarias.
La presencia de los dragones no era muy común que digamos, algunos les encantan la gente si fuera por ellos vivirían entre ellos, otros cariñosos y otros que no tanto que a la vez pasaban desapercibidos, lo normal es que se veían muy seguidos, pero cuando aparecían una gran belleza en el cielo deslumbrará a todos, verlos de cerca era algo increíble, llegar a tocarlos era mas que increible.
Seguía recorriendo las calles iluminadas por el sol y la belleza de ellas, las tiendas cada vez eran más llamativas sin hacer perder la esencia de las calles típicas de la ciudad.
Giro y entro por una calle más pequeña que la principal con trepadoras en las paredes de las casas y se paró al ver una niña pequeña feliz contemplando a Ankerth son animalitos parecidas a las salamandras que se camuflaban por el sol y sus nidos se encuentran en las copas de los cerezos, la niña hacía gestos para que los padres prestaran atención y no espantaran al animalito.
Triana empezó a llorar por dentro recordando lo que se sentía tener una familia hermosa como la que tenía enfrente.
-Mira-dijo la niña con mucha ilusión que se notaba en los ojos
Los padres se miraron felices y riendo, mientras que Triana solo quería irse de ahí rápido, las lágrimas recorrieron su rostro dejándose ver una linda transparencia.
En la mente de ella, empezó a visualizar con claridad el accidente en que murieron sus padres, luego de repente aquel día que noto que no tenía amigos y de lo sola que estaba mientras que la verdadera alegría se iba desvaneciendo cada segundo con rapidez. De repente sintió frío y miedo en la sangre.
Cerró los ojos por un y siguió caminando como si no hubiera pasado nada, aprovecho lo que sabe de magia para borrar de su mente aquél momento triste que acababa de vivir y así siguió como si no hubiera pasado nunca.
Aligero el paso para entregar el libro lo antes posible.
Un destello de luz le hizo una señal para que entrara a una floristería, entró y compró un hermoso ramo de flores y volvió a ponerse en rumbo.
El tiempo pasó mientras caminaba por las calles, los gritos de la gente, el sonido de las alas al batir de los pájaros marcaban la diferencia entre las estaciones.
Levantó la cabeza y entró en un portal, subió las escaleras, mientras las subía habían cuadros llenos de magia y por cada cinco escalones había un jarro con estampados diferentes de colores pasteles con rosas o lavanda con un conjuro para que no se marchitarán nunca.
Llegó a una puerta de madera de pino y tocó.
La puerta se abrió y entró.
La persona especial que le hizo pasar era una anciana bajita con pocas arrugas, cabello blanco, liso y corto, con una hermosa sonrisa y una alegría interminable. Esa mujer le dio de comer cuando no tenía a nadie después del accidente que tuvo, no tenía familiares, pero ella con todo el amor del mundo la cuido como si fuera su propia hija. Un amor inseparable se formó y no se desvanece ni por el espacio tiempo.
La Anciana le cogio mucho cariño y le llama Trini desde que la conoció, una forma sutil de decirle, que a las dos les acabó gustando
La casa era acogedora, llenas de flores y estanterías llenas de libros de todo tipo antiguos y nuevos recién comprados.
La chica le dio el ramo de flores con el libro y la anciana se puso un poco sentimental y se abrazaron juntas.
-Eres un encanto Trini-la anciana seguía pegada a ella
Ella sonrió y se sentó a tomar el café, mientras que la anciana lo preparaba se olvidó por completo que tenía ciento-cinco años, no lo notaba porque parecía una jovenzuela con ganas de marcha.
Se sentaron las dos a tomar café como viejas amigas que no se veían en años.
Mientras que le contaba a Triana que no es bueno hacer lo que normalmente hace con su memoria, porque le podría afectar a su cuerpo además, si lo hacía podría ser otra y olvidarse de lo que realmente le importa.
Se lo estaba diciendo con un tono alarmante para que tenga cuidado.
Empezó a contarle la vieja historia de cómo los dioses formaron la ciudad y el regalo que le obsequiaron era el Santuario. Como los grandes dioses levantaron una ciudad con gran rapidez y delicadeza, muchas personas adoraban a esos dioses como creadores del universo y el tiempo.
Las horas pasaban sin darse cuenta de ello
Triana se despidió y se fue con un aura distinta al que llegó.
Caminaba bajo la última luz del día, perdida en sus pensamientos.
Un krith es un animalito de unos quince centímetros, dependiendo de la genética era de una manera o de otra,este era delgado más de lo normal para esa raza, su estructura era parecida a los tallos de las flores y plantas, pero el que tenía enfrente era especial, de esos que no se ven tan fácil.
Se estaba notando que el Krith quería amor o jugar y Triana se agacho y el se acerco muy feliz.
Ella empezó a jugar con su magia, formando un hilo frío a su alrededor de muchos tipos de azules, el se puso feliz e intentaba sonreír pero no podía, pero ella sonreía el doble, en la mirada del animalito no quería irse de ella, él notaba algo en especial en ella.
Seguía jugando con él, la gente pasaba y los miraba sonriendo, otros niños se acercaban pero los padres les hacían señales para irse y dejarlos solos.
Ella disfrutaba mucho, volvió a sonreír haciendo que sus ojos se llenaran de estrellas brillantes.
-Una cosa simple puede hacerte super feliz-susurro mientras seguía jugando con el animalito.
El animalito seguía saltando super feliz, intentando sonreír pero sus rasgos faciales no le dejaban, seguía intentando coger el hilo azul pero Triana no le dejaba crear un juego para los dos, después de cierto tiempo ella dejo que lo tocase y se puso más feliz de lo que era.
De tanto jugar el animalito se cansó y ella se acercó lentamente, lo rodeó con la mano para que durmiese con tranquilidad.
Empezó a caminar a un banco para disfrutar de la noche, mientras él seguía durmiendo relajado
-No te vayas-el animalito le susurro mientras caía rendido en su mano
Ella sonrió mirando a las miles de estrellas que iluminaban por sí solas en la claridad de la noche.
Se despertó de golpe, tapada con una linda manta con cuadros de diferentes colores con el fondo de colores pasteles.
No sabía porqué estaba ahí la manta, pero lo que sabía y notaba que era la mejor noche que pasó, respiraba con tranquilidad viendo si seguía ahí.
-Buenos días-susurró el animalito mientras se estiraba completamente
-Buenos días, me alegro que hayas dormido bien, yo también- hablaba entre dormida pero con alegría.
Al darse cuenta que no había nadie a su alrededor para darle las gracias por la linda manta.
Los dos se encontraban mirándose y sonriendo con buen humor.
La brisa gélida de buena mañana despertaba a cualquiera, daba igual de las condiciones que se encuentre la persona o animal porque lo hacía igual.
El animalito le hizo una señal para que lo siguiera y ella recogió las cosas para seguirlo.
El paso se aligero y ella sonreía locamente recorriendo las calles entre la gente, algo curioso era que la gente lo dejaba pasar y no molestara en absoluto.
Corrían como si algo se les escapara y felices por estar haciéndolo.
La brisa del aire fresco se siente bastante bien cuando vas a mucha velocidad.
El animalito se paró en frente de una tienda y Triana se percató que lo había llevado al mar sin darse cuenta, la miraba con una cara de desear algo con muchas ganas. Empezó a ponerse muy nervioso, por el hecho que era su primera vez para pedir algo, pero no sabia ni como empezar, la respiración aumentaba como su deseo, señalaba algo del lindo cartel con temática marina de helados y granizados, un granizado tipo helado en concreto de sabor fresa.
-Ven que te lo compro y lo compartimos- le decía mientras se acercaba a una señorita joven para pedirselo
Todo fluía rápido sin muchas esperas
- Hace una linda mañana para tomar helado granizado- comentó la joven con tono un poco sarcástico
Las dos se empezaron a reír de la gran verdad que dijo, haciendo que el ambiente sea alegre y cómodo.
Luego de una cómoda espera entre risas, el pedido ya fue entregado y los dos fueron a un banco en un pequeño acantilado donde la brisa del mar llegaba perfecta con unas vistas hermosas al mar.
El agua se encontraba limpia y clara, los peces se notaban perfectamente de muchos tipos, pequeños y grandes con colores claros con una tonalidad de colores pasteles de todo tipo, otros llamativos con colores que deslumbran con la luz. De vez en cuando los peces formaban un espacio de grupo y luego se repartían por el mar como si jugaran, nadie sabe cual es el pensamiento para llevar a cabo esa acción tan curiosa en la clara agua del mar.
Había momentos en que la magia hacía cosas sorprendentes en el mar como por ejemplo olas al lado de mini olas como si fueran cordilleras alineadas, formando colores que cuando se mezclan con el agua parecen auroras boleras pero más claras. Es un fenómeno muy encantador y famoso, cuando duran más son a finales y el comienzo de las estaciones.
El animalito feliz por el granizo helado y con unas vistas hermosas, se veía como un niño feliz con su piruleta recién comprada.
-¿Lo que se siente es la felicidad?-pensó mientras que sus ojos parecían ríos
Algo curioso era de no sentir nada de nada, a hacerlo en tan solo poco tiempo.
Pero aun así no llegaba a comprender cómo se sentía verdaderamente.
Era algo repetitivo sentir de nuevo como la gente te hacía sentir que no existías, perderlo todo y no darse cuenta, como las horas te destruyen sin que te des cuenta.
Triana tenía la mirada en el infinito y los pensamientos del pasado llegaron como una tormenta de rayos en alta mar que no avisa a nadie.
-Me encantaría abrazarte pero soy muy pequeño-le dijo mientras le ofrecía helado.
Volvió a la vida real y sonrió plácidamente mientras se secaba las lágrimas con la ropa.
Los dos se terminaron y las risas volvieron.
Las miradas se juntaban como una sola.
-Quieres hacer algo en especial?- Triana le preguntó
El sin dudar se puso de pie y se instaló en su hombro y los dos miraron el cielo.
Luego de llevar un rato pensando, se le ocurrió una idea brillante.
Ella se levantó tranquilamente para no molestarlo ya que se había quedado dormido.
Tiro el helado granizado en un sitio y al lado había unas escaleras que daban a la calle donde bajaron hacia la tienda con una sonrisa, las estaba subiendo tranquilamente para no hacer movimientos bruscos.
Caminaba por la calle tranquila, las calles se llenaban por la noche y casi no había coches, pero por el dia el contrario los brujos se movían mucho por las escobas para no molestar a la gente que estaban conduciendo y dejándoles las calles por amabilidad.
Los susurros de la gente se escuchan claramente, comentar cómo caminaba la chica con un Krith especial. Hablando de cómo una chica como ella pudo hacerse amiga de algo tan excepcional como él.
Triana ya no escuchaba a la gente decir eso, lo único que escuchaba era la respiración relajada de él en su hombro.
La brisa movía los cerezos, las hojas caen haciendo un lindo espectáculo, las flores se alzaban buscando desesperadas la luz de un sol naciente.
Las escobas volaban lento, las personas saludaban a quien se cruzaban y otros se detenían a hablar del día tan maravilloso que hacía.
Todos se fijaban en cómo caminaban ese lindo cuadro.
Los pasos dejan huella, las miradas hacen caminar, la respiración forma aire puro y la sonrisa ilusión.
Se paró y entró en una hermosa tienda de magia, súper conocida que tenían cosas de todo tipo para gente mágica y no, teniendo cosas muy curiosas como frascos de luciérnagas que brillan de diferente colores y un ambiente colorido, unas servían para la relajación del ambiente, otras para que la persona durmiera mejor, cosas muy básicas como ropa, varitas para que la magia saliera mejor sin utilizar mucha magia, muchos brujo lo usan cuando su magia no puede salir por sí sola, una manera de hacer que fuera más sencillo.
En el momento que entró era la atención de la gente.
Un mini dragon azul con escamas plateadas le voló cerca de cabeza que la asustó
-Disculpa, se me ha escapado-vino una voz de la sección de cuidado de criaturas mágicas.
Triana buscaba algo en concreto, una poción para dejar de eliminar los momentos tristes, que cada vez que usaba la magia por eso le pasaban cosas inexplicables en el cuerpo que a veces no lo sentía ni lo notaba. Además lo que ella hacía era muy peligroso que si se usaba seguido podría causar un derrame en el cerebro o la eliminación total de los recuerdos y cosas que se le dan bien, como la magia.
Algo peculiar que a toda la gente va destacar son las estanterías de madera, bajas que tienen candelabros pero con vida, es decir la vela mágica se encendía por si sola ya que tenía vida y utilizaba la magia para hacer sus trastadas como velas, la base hay de diferentes tipos y diseños. Una vela que le daba vidilla a las otras era blanca super tierra, olía a vainilla fresca, la base con una forma floral, encendía la llama y la apagaba constantemente para llamar la atención de las demás velas, las otras le siguen en juego.
La gente que pasaba por su lado, se morían de ternura y hacían comentarios super tiernos y las velas les responden con más ternura.
-Perdone, tiene una poción contra la borrada de memoria cuando usas magia- Triana le pregunto a un chico de camisa de cuadros que trabajaba ahí
Le explico para que lo usaba, en los momentos de trauma venían y esa sensación de inutilidad, pero el chico le resultaba inevitable dejar de mirarlo como dormía plácidamente en su hombro.
Él le llevó a una sala que tenía una puerta en el fondo para que los que quisieran entrar directamente a la tienda, la tienda tenía muchas entradas, entradas cuidadas que daban a calles diferentes. Dándose a conocer las dimensiones increíbles que tenían, pero nadie sabía los metros que podía tener.
Miro por los lados, se notaba lo cuidado que estaban y las miles de pociones con su nombre y utilidad, pero la que ella quería estaba entre cristales, mejor dicho en un armario con otras más.
Las vendían a gente que su aura era pura, porque la poción era perfecta para ella, y no para cualquier otra persona, por el potencial que tenía y la fuerza contenida.
La poción brillaba, un líquido transparente que si la miras desde cualquier otro punto era de un color brillante.
Triana la cogió delicadamente y la poción empezó a emitir colores formando mini estrellas y colores formando un universo entero ahí.
El chico le comentó que las pociones responden así de brillantes, cuando la persona tenía un cierto nivel de magia que le decían “Magia celestial”, muy pocas personas tienen ese tipo, pero lo más curioso es que no se hereda ni se puede entrenar para llegar ese nivel. Era algo muy investigado entre investigadores de magia de muchos lugares.
Los dos se fueron a la caja, para que ella pagara y se tomara la poción .
-Es la primera vez que una pociòn de ese tipo respondiera así-el chico le decía con una voz entre parada, lleno de nervios
-Siempre hay una primera vez-le dijo con una sonrisa.
Ella se despidió muy formal de aquel amable chico que le quedaba mirando como se iba.
En la cara de aquel chico se le notaban las ganas inmensas de volver a ver a esa chica tan encantadora.
En la lejanía de la calle se veía a un Shart, es una raza de animal del mismo tamaño de un lobo y la cola parecida a la de un zorro y con cuernos tipo dragón pero un poco más finos y puntiagudos. Este animal macho era de un pelaje azul con muchos tipos de azules, cuando la brisa le tocaba el pelaje y este se movía se podía distinguir los miles de tonos azules que tenía repartidos por todos los sitios.
En la antigüedad eran símbolo de respeto y de confianza.
Toda la gente que lo veía y se cruzaba con él se apartaba y le hacían señales de respeto.
Se parò y la gente no sabía que hacer lo unico que hacian era mostrar respeto hacia el. Era la primera vez en largos años que pasaba por la ciudad, normalmente se cree que están en los altos bosques llenos de ríos de plata, cuando la luz era de una claridad inimaginable.
Muchos le dicen el “Santuario de criaturas mágicas”, un nombre muy escuchado y leído en libros importantes de Tenkei, poca gente pisó esa tierra.
Mientras que la gente se apartaba iba formando un espacio en el medio dejando pasar el Shart
Triana se fijó que sus ojos era un tono más oscuros a su pelaje y unas chispas de color plata, parecían estrellas perdidas en sus ojos.
El Shart se paró enfrente de ella y se sentó mirándola tiernamente.
Después de varios minutos mirándola le da la pata, y ella se agacha, le da la mano y el Shart movía la cola feliz.
El animalillo tipo planta se despertó y se asustó un poco al ver de repente a un gran animal, corrió y se escondió detrás de el cuello para que no lo vea.
El Shart le hizo una señal para que lo siguiera y ella sin dudarlo lo siguió
Los susurros de la gente y los comentarios aumentaron.
Algunos comentarios eran normales otros se preguntaban por una belleza y un gran símbolo iba con una chica como esa.
La gente ya decía lo que pensaba sin limites alguno.
Las huellas que dejaba el animal eran puras y saltaban chispas de magia llenas de colores vivos pero con tonos azules.
Llegaron a un sitio inesperado, detrás de ellos se veía un portal que daba a la calle que dejaron atrás, la gente no lo veía ni lo notaba. El portal se iba desvaneciendo dejando chispas de colores y un poco de humo color pastel.
El terreno ya no era el mismo, fue un momento repentino de pasar a la calzada de la calle a pasar a tierra y hojas de árboles distintos, un olor a humedad entró de repente, pero no era de esos que te ahogan, este era suave con una leve brisa que se podía apreciar.
Un bosque lleno de árboles, cada uno era distinto unos eran verdes otros turquesa eran los más brillantes, en la copa de los árboles habían muchas razas de animales voladores con grandes alas inmensas para ganarle al viento y ser veloces contra la carrera del viento.
Era destacable ver que los árboles eran más claros de unos colores rojizos, anaranjados tipo colores amberes por el lado desértico, por el otro lado más cerrado para la luz y llena de árboles los colores de las copas de los árboles eran más oscuros y colores pasteles verdes, los que se encuentran por el lado marino son colores más azulados y turquesas pasteles.
Triana no se podía creer lo que veía, muchos animales correteando como niños y jugando libres sin que nadie los molestara.
Una chica joven de ojos azules y cabello corto de color negro por la parte de las raíces y por las puntas de azu claro .Se le veía relajada, simpática y carismática.
-Veo que el Shart te ha traído en el momento justo-comentó sonriendo mientras lo acariciaba
Las dos se miraron con ganas de comenzar una conversación pero se quedaron de pie quietas.
La chica de ojos azules se percató de que el animalito tipo planta estaba con ella. No era muy común que animales como ellos se comuniquen con personas o que se dejaran cuidar, la verdad era un total misterio con muchas preguntas y pocas respuestas a obtener.
-Si me permite preguntar, qué hace un Krith especial con usted?-la chica preguntó con mucho respeto para que no sonara insultante.
-La verdad yo misma me pregunto lo mismo, el solo quería jugar y amor, yo se lo di sin esperar nada a cambio
Las dos se miraron con mucha simpatía, la chica de ojos azules empezó a caminar y Triana la empezó a seguir planteando muchas preguntas que hacer.
El Shart seguía a Triana a su lado sin despegarse mucho.
Pasaban entre medio de árboles que se alzaban al cielo, los animales hacían espacio para que pasaran sin molestar
Llegaron a un camino de tierra que parecía arena por su color, lleno de castaños, árboles de colores rojizos y robles la madera que más abundaba en las edificaciones tradicionales de la época antigua con estilos únicos que se veían a la lejanía.
En la parte izquierda del camino se podían ver el comienzo de cascadas altas con agua cristalina con cerezos que lo aguardaban.
El silencio entre las dos chicas seguía.
Acabaron el camino y se adentraron a un pueblo concurrido de gente de diferentes vestimentas y un santuario en lo alto rodeado con árboles anaranjados
En las afueras del pueblo se encontraba a una casita muy acogedora con trepadoras de colores rojizos, después de pasar la entrada se encontraba una pequeña sala que hacía la función de recibidor con grandes puertas que daban a un patio con un cerezo en el medio y alrededor de ello había un lago cristalino lleno de peces naranjas con ojos amarillos, en el fondo de el lago estaba repleto de piedras diferentes de colores grises.
-Este será tu refugio por estos dias que estes, en la mañana cuando salga los primeros rayos de luz, una persona vendrá a recogerte para llevarte a la Bruja mayor de la magia-la chica de ojos azules hizo una reverencia mientras cerraba la puerta con mucha delicadeza y se fue sonriendo.
Triana se quedó de piedra sin saber que hacer o qué decir, se percató que en un banco cerca del cerezo había una túnica o algo parecida ancha con colores pasteles, daba la sensación de ser muy cómodo, mirándolo llegó a la conclusión que cuando la vengan a recoger lo tenía que tener puesto.
El Shart la miró atentamente y se estiró en el sol, Triana le fue hacer compañía.
El sol era distinto porque calentaba pero no pegaba como en otros sitios.
Al otro lado del portal se veía como el chico de la tienda de magia buscaba a la chica por la calle haber si la veía para acercarse y poder entablar una conversación con ella.
Todo se volvía difícil para él, por la ilusión de volver a hablar con ella y una gran esperanza de volver a verla sonreír, en el fondo se sentía perdido.
Pero sus esperanzas volvían cuando pensaba en ella.
En la casita se encontraba Triana pensando en todo y a la vez en nada.
La luz entraba por los ojos de plata, iluminaba las lágrimas que salían por sí solas, para ella era muy confuso todo, el cambio de su vida. Era la primera vez en mucho tiempo que sonreía, que disfrutaba jugando con magia, estaba tranquila por el cambio que estaba haciendo la vida por sí sola.
Era distinto cuando te das cuenta de lo que la vida hace y tu solo sigues porque no queda otra.
El Shart se levantó y fue directo a dormir al lado de Triana que estaba sentada con las piernas cruzadas en suelo viendo el cielo, pensando que hizo mal en su vida para perderlo todo y para que de la nada vuelva como estrellas fugaces con mucha energía.
-Disculpa, he traído la comida- decía una señora de avanzada edad
La señora pasó con la comida, la dejó en una mesa de roble situada en la mitad de la sala, sin decir nada más se retiró y todo volvió a quedar en silencio.
El silencio volvió a reinar
El lobo se acercó y la olió para ver si no estaba envenenada, algo peculiar en esa raza que podían detectar las cosas en mal estado o un próximo ataque fantasma. Lo que hacía el instinto en una de las razas mágicas más respetadas de todos los tiempos.
Triana vio que había dejado unos espaguetis finos con huevo y un caldo de verduras, en un plato aparte arroz con pollo y té.
El Shart de acerco lentamente para coger un poco de arroz con pollo, pero Triana lo puso en lugar más alto molestando, pero se le escapaba que el animalito era un poco más listo que fue a por el arroz se escondió en el plato y aprovechó que Triana estaba distraída y comenzó a comer.
Cuando ella se enteró que había en el plato de arroz se empezó a reír y lo dejó en el suelo, pero con condición de compartirlo y así fue.
Las risas llenaron la casita de algo distinto y único.
La tarde cayó y las ideas de explorar llegaron con ansias
Los tres salieron por la puerta con mucha energía.
El paso se aligero y a lo lejos vieron como un antiguo templo que se adentraba en el bosque de árboles azules y verdes entre azulados y fueron hacia allá, Triana sentía algo ahí, una fuerza que le hacía entrar y que le atraía como un imán, una fuerza mágica.
Mientras caminaban, empezaron a llegar fuegos fatuos azules que mostraban mejor el camino, como si fueran mini soles de la luz que daban, entre los árboles habían como cajas de madera de pino que encima habían velas mágicas con vida, algunas de olor a vainilla, canela, a flores recién cortadas así muchos géneros que hablaban entre sí.
Cada paso que daban un espíritu se acercaba momentáneamente para verlos más de cerca.
Llegaron al antiguo templo, el aire corría un poco fuerte pero de repente paró, se volvía frío y solitario. Los fuegos se fueron igual que los espíritus.
-Tu madre te quería-dijo una voz con un tono antiguo
El Shart se quedó en una posición de reverencia
Triana no sabía de dónde vino eso.
-Tus padres te querían- dijo la voz pero esta vez en un acento que hacía muchos años no se volvía a escuchar.
Triana esta vez no quería llorar solo se quería mover pero su cuerpo no le respondía, en su interior quería gritar.
El animalito se puso en su hombro de pie sin miedo a nada, viendo como el Shart seguía en la misma posición de respeto.
El viento le obligó a moverse y la llevó a un cementerio cerca del santuario, solo la movió unos pocos metros, la dejó delante de una placa que decía ;
“Dejate llevar como las hojas al caer”
Su frase favorita de cuando era niña, la frase favorita de sus padres.
Triana se arrodilló y empezó a llorar.
El Shart se acercó a ella y se dejó acariciar por ella, a él le relajaba y a ella le desestresa, el animalito le abrazaba el cuello y su aroma la tranquilizaba.
Los gritos agonizantes de la chica dejaban de piedra a cualquiera.
Ella se sentía de nuevo perdida en un mundo que le resultaba difícil acoplarse por como era, cosas que tenía por el hecho de ser diferente, en el fondo tenía suficiente valor para dejar de lado el trauma que tenía de sus padres y la dejadez de sus amigos.
-Es la hora de comenzar de nuevo y dejar a todo-Triana dijo en medio de la desesperación, se secó los ojos con la ropa.
La brisa secó las lágrimas, la luz iluminaba la tumba y flores de cerezo se posaron en ahí como si fuera una manta.
Unos espíritus le hicieron una señal para que pasara al Templo antiguo, cuando ella pasó la puerta y vio con claridad que el techo era de madera de roble con tinte naranja las paredes con siluetas talladas a mano, había un aguero en el techo donde entraba la poca luz, al final del pasillo había una estatua de una mujer.
Triana notó que el Shart no entraba,pero ella le hizo una señal para que pasara y el paso temeroso.
-Es la única criatura que después de tanto tiempo sigue mostrando respeto a sus superiores o amos.
Al girarse por donde el viento la indicó vio que esa misma raza de Shart era destacable por su rareza y por sus comportamientos durante muchos siglos . Unos dibujos explican la evolución de esa raza, pero la demostraban como una raza destacable e imperial, pocos podían apreciar su eterna compañía.
La voz comenzó hablar, le comento que esas razas eran magistrales y el suyo era muy especial ya que no se veían muchos de color azul pero el suyo aún era más raro por contener tipos de azules pasteles y llamativos en el pelaje, que era la primera vez que había visto algo como eso en mucho tiempo, había visto el mismo que el con los colores pero en naranja y era espectacular ese tipo de árboles vivía en pleno desierto y a sus afueras, acostumbrados al sol.
Una mujer pelo negro recogido por una gran trenza espiral alta con túnica tradicional, sus ojos eran de color negro.
Las primeras impresiones que tuvo Triana sobre ella es que la mujer era sabia con mucho conocimiento antiguo, simpática y confiable. Al parecer Triana tenía razón, los movimientos eran relajados y muy marcados.
-Me llamo Sklain, diosa de los espíritus y del tiempo-dirigiéndose lentamente para acercarme a ella para que no se asustara.
El Shart se acercó para que le diera caricias y mimos, como no es de esperar siempre lo consigue.
-Veo que te llevas bien con el Krith especial-dijo entre risas
-Solo quería jugar y yo le cumpli el deseo -Triana le dijo sonreindo
Se acercó a ella y le dio un abrazo muy placentero para que no se sienta más sola y para que no esté tan incómoda.
El olor a canela y un poco a vainilla que desprendía la mujer era muy relajante.
-Tu madre tenía razón eres muy especial y muy querida-le dijo mientra las abrazaba más fuerte pero sin hacerle daño
La mujer la soltó, la cogió del brazo y la llevó hacia una pared que se estaba abriendo. Entraron en una sala llena de estrellas y nebulosas cuyo suelo era de cristal que reflejaban el cielo de diferentes colores.
De repente se veía a las personas y sus auras, también el pasado y los sentimientos.
La brisa de esa sala era diferente a los demás, era gélida pero no como en los lugares más fríos que se puede notar las venas enfriar-se.
-Aquí es donde veo todo-Sklain dijo mientras apoyaba la cabeza en el hombro de Triana
Triana le resultó familiar, pero no podía decir de donde la había conocido, pero un recuerdo le vino. En unas navidades pasadas ella estaba ahí con sus padres sonriendo y hablando de magia, pero ella era pequeña y no podía recordar las palabras en concretas, solo fragmentos referidos a ella.
Sklain se había vuelto parte de los recuerdos más bonitos de su vida y en los tristes la veía a través de la ventana.
-Tus padres querían que te salvarás, pero había una mínima posibilidad de que vivieras y superaste los limites por tu magia y tu personalidad tan increíble-le decía mientras seguía apoyada en su hombro.
Un hilo de colores arcoiris se acercó con una bandeja con dos bebidas frías, donde se podía ver claramente las estrellas y los recuerdos de las personas atreves de el liquido tranparente
Las dos lo probaron y sus caras eran de gran sorpresa
-Esta muy dulze, lo mejor que he probado-Triana dijo con gran entusiasmo
En diferentes tragos el sabor iba cambiando, un sorbo le sabía a melocotón dulce otro a dulces,cosas inesperadas pero con sabores de temporada en la bebida.
A Triana le parece raro ver a las personas y ver que sus vidas pasadas fueron más felices que la suya, era una sensación extraña, pero a la vez se alegraba por esas personas.
Salieron de la sala por una pared que se abrió de golpe, había una cascada de agua con un lago cristalino en el fondo, las paredes llenas de rocas y plantas que solo se alimentaban por magia de la cascada y por su agua. Se sentaron en la tierra que había antes de llegar a la cascada y empezaron a recordar los momentos juntas que tuvieron.
Nunca había tenido momentos a solas con Triana, siempre estaban en medio los padres.
-Eres un encanto Triana-Sklain le dijo mientras miraba como el Shart se acercaba para pedir amor de nuevo.
Habían gotas que llegaron donde estaban ellas por la fuerza del aire, cuando les rozaba la piel notaban que el agua estaba a una temperatura templada.
-El Shart te ha cogido mucho cariño. ¿Qué nombre le vas a poner?-dijo mientras le miraba a los ojos
Triana se quedó pensando y un poco, en su mente buscaba un nombre con poder.
-Kriv-dijo con total nerviosismo
-Ah, por el maestro de las artes-dijo la mujer asombrada por la contestación, que no la esperaba en absoluto
Kriv el Shart al escuchar el nombre se abalanzó sobre Triana feliz por ser su dueña, nunca se había puesto tan feliz que hasta mostró respeto por el animalito que tenía en el hombro. Los dos se pusieron felices por tener dueña, la dueña que querían.
Al ver el panorama de felicidad que habían montado, les daba risa y mucha ternura, se morían por la ternura de ellos dos.
En poco tiempo habían hablado de muchas cosas de la vida, lo bueno y lo malo, sentimientos reencontrados, las dos no se esperan reencontrarse en los años aquí donde las criaturas son lo importe y lo increíble, sus sonrisas eran más verdaderas que la propia verdad.
Los sentimientos más puros que tenían la una de la otra, la magia que se formó por los sentimientos se juntaron y formaron mariposas blancas con tonos plateados, brillantes y transparentes que volaban por encima de sus cabezas, como símbolo de delicadeza pura.
Dos mariposas se volvieron metálicas con un color más puro, una de ellas se posa en el cabello de Triana y la otra en Sklain, volviéndose un adorno súper bonito y formal.
La tarde abarcó todo el cielo, el sol iluminaba el horizonte, los pájaros cantaban y volaban libres.
Sin darse cuenta ella cayó rendida por la magia y por el cansancio que se durmió.
Sklain la llevó a su dormitorio a una linda cama cómoda que parecía una nube, tenía un escritorio detrás un gran ventanal con unas vistas increíbles que a lo lejos se veía el pueblo, la tapo con una manta de seda pero calentita, le dejó la túnica en una silla y la mariposa de metal para que no se clavara mientras dormía, sus dos acompañantes dormían con ella.
Sklain sentía mucha ternura de verla de nuevo y ver que todo ha mejorado en tan solo un par de horas. Era algo que de veras echaba de menos y se pone melancólica al verla, sentía de nuevo amor y cariño al darse cuenta de eso ya sabía el significados de los cerezos.
Ella como diosa de el tiempo, lo veía todo de todo y más la vida de las persona, siempre tenía encima un reloj de arena, pero no era arena como tal, en la parte superior era un amanecer con estrellas y con color, la parte de abajo era lo mismo pero de noche con una luna llena de estrellas. Tenía la costumbre de verlo de vez en cuando para no olvidar su deber de vigilancia.
Los últimos rayos del sol iluminaron ese cuadro tan hermoso que formaban.
Se levantó y la tapó bien y fue como de costumbre hacer vigilancia.
Unas medusas estelares le fueron a hacer compañía mientras vigilaba para que no se le escapara nada de nada y así por mucho tiempo.
Antes de que salieran los primeros rayos del sol, Triana se tenía que vestir para verla a la Diosa de la magia ancestral y de todas las magias de los mundos.
Sklain le fue a despertar con un desayuno que ella no se lo esperaba, en un lado de la bandeja tenía un café para reforzar la magia, un trozo de pan de arroz con fresas y nata. Era super especial, en otra bandeja le trajo arroz y suplementos para la salud de los animales para kriv y su mini compañero
Triana abrió los ojos y vio cómo el animalito le ponía la mariposa de plata en el pelo ya arreglado por él.
Le hizo una trenza para que le quedara cómoda y elegante, y para finalizar le puso la mariposa en un lugar estratégico.
-Buenos días pequeña mariposa-le dijo a Triana regalándole la mejor sonrisa mañanera
-Buenos días-le respondía aun recién bostezando
Era todo lo que había soñado ella, que alguien le diera los mejores buenos días.
Empezó a comer y a disfrutar de lo bueno y dulce que estaba, no había probado algo mejor en la vida, al primer bocado se notaba lo fresco que era, en ningún bocado no había nada industrial ni nada de eso
-Aquí en el pueblo hay una panadería donde hacen los mejores desayunos y nunca cierra-le dijo dejando la túnica en los pies de la cama.
Triana se volvía loca por cada bocado que le
daba, parecía que se iba a comer el mundo.
Cuando al fin se acabó el desayuno y sentía una sensación de tristeza pero a la vez felicidad.
La túnica parecía un poco larga, se la puso y ya no parecía tan larga. Triana se sentía muy cómoda por los tonos pasteles que tenía y la suavidad de la tela, Sklain le dijo que se veía muy bien pero no escucho muy bien lo que dijo porque estaba anonadada con la túnica.
Triana estaba lista para ir donde la requieren pero estaba nerviosa pero sabía que sus compañeros estaban con ella sin importar que.
Sklain la cogió del brazo, abrió un portal y entraron.
Lo primero que vieron era una mujer alta con cabello plateado fino, llevaba un vestido de un color arena claro, sus ojos turquesa penetrantes.
Detrás de la mujer se encontraba un gran ventanal que daba un lago cristalino se veían un centenar de animales acuáticos, peces, mantas, medusas con los mismos colores que el espacio y muchas especies más.
Las paredes eran de madera pero de un color amarillento claro.
La mujer tocaba el violín, la melodía que tocaba se convertía en mariposas azules pastel chillón.
-Buenos días-dijo la mujer tocando una melodía aún más suave y melancólica.
Sklain le hizo una reverencia y se fue lentamente para hacer de vigía entre los mundos.
Kriv mostró una reverencia y se sentó mostrando respeto hacia la Diosa de la Magia.
-Veo que la vigia te cuida bien-dijo la mujer
Triana asintió con la cabeza sin saber cómo dirigirse a ella sin molestarle su forma formal que tenía.
Seguía sin poder mirarle a los ojos, ni ella misma sabía porque no podía.
-Muchos dicen que la magia hace a la persona-comentó mientras tocaba otra melodía diferente a la inicial.
Refiriéndose indirectamente ella, sabía que su magia era una de las pocas personas que tenían magia celestial elevada, pero en fondo sabía que ella era diferente en todos los sentidos.
Una magia capaz de regenerarse por miles de años, y poder llegar a superar a la muerte, convirtiendo a la persona en inmortal.
Había que destacar que ese tipo de magia era incapaz de cambiar de persona, la magia tenía el potencial de tener la posibilidad de cambiar el rumbo de las personas no todos tenían el mismo final, otros en cambio eran distintos, el uso de la magia podría hacer que tu final fuera el que quieras o uno un poco mejor que las personas que no podían tener magia.
Las dos empezaron a caminar mientras la nieve caía, la Diosa caminaba por delante mostrándole el camino hasta llegar a unos pasillos en el exterior, con barandillas blancas, como si hubieran atravesado un portal que conectaba con las grandes montañas heladas. Se veían animales que parecían cristales azules correteando libres, hombres y mujeres con túnicas blancas formando un círculo en medio de un cristal con formas distintas que giraba que producía luz azul
-Aquí es donde empezó la magia- le dijo
En el fondo sabía que su magia no se había forjado aquí, sabía que había sido en otro sitio que ella misma desconocía.
Mientras Triana observaba de panorámica lo que estaban haciendo, se dio cuenta que solo estaban ellos y la nieve, no había caminos ni nada, lo único que servía era nieve y más nieve.
La Diosa de la magia le hizo entrar y volver a la sala principal donde se conocieron y comenzó a tocar pero esta vez una melodía más animada.
Le contaba que la magia se acoplaba al carácter de la persona, para que así pueda controlar la magia con más detenimientos y cuidado. Uno de los motivos es que muy pocas personas no tenían la magia celestial y llegar a tener una gran capacidad de razonar para saber cuándo y dónde utilizarlo bien.
Resaltó fuertemente que la magia como tal no se hereda.
Triana al escuchar esas palabras empezó a reflexionar sobre ese tema, le parecía curioso y difícil de explicar.
Entraron en una sala color café lleno de retratos de personas y cosas referentes a ellas iluminadas por una luz propia.
-Esas personas, poseían la magia celestial, si no fuera por ellos la magia no seguiría su curso natural-le comento mientras se acababa a un cuadro de un nombre, que era el maestro de las artes mágicas.
Maestros y personas con gran valor aguardaban aquí, en esta sala color café, para ser recordados por la eternidad y más.
Muchos a lo largo de la vida demostraron lo que valían y enseñándoles a personas como controlarla y poder hacer un buen uso de ella.
-El tipo de magia podía elegir si vives eternamente o por un tiempo con final- le explico mientras le enseñaba las cosas más impactantes en la sala
Pero ella de haberla escuchado muchas veces, estaba en dudas. Cada mañana se podía llegar a plantear eso por mucho tiempo pero nunca llegaba a una conclusión convincente.
Cosas curiosas en la sala como un bastón mágico de un abuelo que significaba mucho para él, con una historia trágica en el tiempo final de su vida, ver como la vida que luchó fue destruida delante suyo.
Al darse cuenta que todo lo trágico tiene una parte bonita, que al final pudo ver a sus nietos crecer por un par de segundos.
-Todo lo malo tiene su parte buena-susurro
La Diosa asintió con la cabeza.
-Espero que te haya servido de algo mi ayuda-le dijo
-Si la vida quiere nos podemos volver a ver-agregó con tono de esperanza
Se despidieron con un gran abrazo y una gran sonrisa de lado a lado
Kriv le llevó hacia la puerta.
Triana se giró y la volvió a ver por última vez atravesando la puerta.
Empezó a bajar las escaleras para llegar a tiempo, la barandilla era de piedra caliza y en los descansos que había, se encontraba con una maceta con una plata a cada lado, todas eran diferentes alimentadas por la clara luz del día.
-¡Qué bonito es el amanecer!-exclamó con gran euforia
El cielo anaranjado con tonos rosados pero sin ninguna nube, los pájaros levantándose de una gran noche fría.
Los días en ese mundo eran cálidos podías ir en manga corta y no pasas calor, pero en cambio en las noches son frescas te tapas con una manta y duermes genial, así eran en todas las épocas del año.
Miro al animalito de reojo triste porque aun no le había puesto un nombre.
Ella quería que su nombre fuera especial y fue pensando mientras bajaba las escaleras, pensó y pensó.
-Arpi-exclamo con audacia.
El animalito estaba muy feliz de tener un nombre.
Un nombre para un animal como ellos significaba mucho porque ya tienen nombre de el amo que quieren con toda el alma y la sinceridad.
El se veía muy feliz que quiso compartir esa alegría con Kriv. Los dos se veían muy tiernos como juntos festejaban que tenían ama.
Triana se alegraba al ver como les abrieron el corazón sin saber quien era en realidad, era algo especial y único.
Los tres fueron directos al pueblo de abajo del enorme templo en el que salieron.
Las casas eran parecidas a una época antigua, en el centro de las casas había un lago que desembocaba en un río, el agua era cristalina con centener de peces de diferentes tonalidades y tamaños. En un extremo del lago había dos balsas, una de ella con un pescador.
En el camino se podían encontrar pequeños puentes de madera, con una finalidad de no alterar el terreno ni el río.
La zonas un poco más alejada del lago donde abundaban los cerezos, estaban repletas de tienda y comerciantes que comenzaban telas, muebles de alta calidad y productos frescos, era sorprendente ver tantas tiendas,cada una diferente.
La gente que pasaba iba por faena, porque llegaba la temida hora que todos llegaban a comprar, hacer intercambios y conocer viajeros nuevos.
Las sonrisas mañaneras nunca faltaban.
Los tres se metieron en una calle repleta de tiendas y algunos puestos de comida, guiados por un aroma dulce a nata y vainilla.
Llegaron a una tienda modernista, había un par de mesas afuera y un par dentro una gran vitrina llena de dulces recién hechos, detrás de ello, había una anciana haciendo café, encima de las cafeteras industriales había unos carteles que especificaba los cafés que podías pedir y grandes combinaciones que te podían sorprender.
-Buenos días. quieren algo -dijo alegremente la anciana detrás del mostrador preparando café mañanero
Los tres respondieron a la vez con la mirada puesta a un pastel fresa y nata.
Todo lo que se vendía era recién hecho todo de la forma tradicional. Algo especial es que sus productos tenían una poción que todos los animales mágicos lo podían comer, así lo han hecho por muchos años y a ganado a muchos por sus productos y calidad.
La anciana lo puso para llevar con una sonrisa de haber vendido el primer pastel antes de lo previsto.
Entró Sklain y la anciana le hizo una reverencia, luego preparaba el café que siempre pedía con aroma a canela y chocolate.
-Ponme el pastel en la cuenta-dijo mientras avanzaba para abrazar a Triana por la espalda.
La anciana asintió y se lo entregó.
-Que tengas un buen dia-todos dijeron a la vez
Todos reían por esa conciencia y los cuatro se fueron felices con la buena compra del día.
Triana pensaba en volver a la tienda, pero pensó que estaba de vacaciones por un tiempo corto indefinido pero los pedidos siempre llegan, pero como la gente sabía que cuando ella llegara a los pocos días los pedidos llegarían a su destino. Al cabo de un tiempo volvió a la realidad, y vio como Sklain volvía a formar parte de su vida
Arpi estaba en los cuernos de Kriv, manejando como si fuera un caballo y los dos se lo pasaban muy bien juntos así por todo el camino hasta parar en otra tienda de objetos míticos y mágicos
Todos se asombraron al ver que el interior de la tienda era muy acogedor.
Tenía de todo, amuletos, pociones que nunca había visto, luciérnagas mágicas para todo tipo, flores mágicas con larga duración, hasta ropa. Las estanterías eran preciosas con un retocado con flores talladas.
Un libro de encantamientos y brujeria avanzada de color morado empezó a brillar ilumiando una luz que era de color morado oscuro , la portada eran arboles tallados con hojas moradas.
El señor de la tienda y su joven ayudante se asombraron que cerraron las ventanas y todos se miraron con cara asombrada
-Porque el libro brilla y se eleva-dejo la ayudante paradas sin moverse
El hombre intentaba contestar pero no podía
SKlain se acercó a Kriv y a Aripi, les susurro que se quedaran quietos sin moverse. Ellos así lo hicieron.
Triana se acercó al libro, y pasaba de páginas hasta pararse en una, con un símbolo morado con un árbol dentro, abajo del símbolo árboles morados en las esquinas hojas cayendo de colores más claros pero morados. El libro se dejó caer con sutileza en sus manos.
-Puedes quedártelo, eres la elegida-dijo temblando la voz
Todos se miraron con cara de espanto y el libro se cerro
-Nadie había visto que el libro morado de Yarth respondiera así-dijo Shart mientras miraba la mirada perdida de Triana
Fue un guerrero mágico aclamado por muchas personas, era perfecta su personalidad, luchador, nadie era capaz de luchar por sus ideales más que él. Lo único que quería era proteger un Santuario que acoge especies mágicas vulnerables. Pero al cabo del tiempo se extendió tanto que abarca toda la región de Taeron.
Todos tienen un destino,Yarth en cambio se volvió espíritu eso decían las leyendas, nadie sabía dónde estaba su tumba que descansa. Muchos decían que el libro morado lo diría, no se abría por nada del mundo, la gente lo intento abrir hasta la Diosa de la magia en su juventud lo intento pero nada, hasta ahora que se abrió.
Yarth un hombre misterioso pero con gran valentía.
Triana salió de la tienda y desapareció sin dejar rastro
Sklain la intento seguir con el poder de vigía, pero no podía detectarla, era su primera vez que no le funcionaba en todos los años de vigía
La Diosa de la magia salió del templo y le comentó a Skalin que la buscase
-No se donde esta-le dijo desesperada.
Nadie sabía dónde se fue y el porqué.
En otro lugar que se desconoce, un hombre alto de pelo negro ojos plateado con una túnica morda de pie flotando con las mano en la espalda observando la nada desde un acantildado.
Se sentía algo feliz porque el gran día había llegado.
-Hoy es el dia para dejarse llevar como las hojas al caer-dijo sonriendo
En la sala donde se veía todo de todo en el Antiguo templo, se encontraba a Sklain desesperada buscando respuestas de donde se había ido, que la había pasado. Acompañada con Kriv y Arpi, Arpi tenía un comportamiento raro y él se puso manos a la obra para seguirla pero la fuerza mágica era superior a la de él y no podía hacer nada de nada, mientras que kriv salió a cabalgar en buscas de respuestas por la ciudad y se encontró con el chico de camiseta a cuadros.
-¿Sabes dónde está Triana?-Le preguntó
-No, hace días que quiero volver a verla. ¿Qué le ha pasado?-preguntó de una manera que el Kriv se sorprendió.
El kriv seguía corriendo sin rumbo para buscar mas respuestas pero nada.
Las hojas de los cerezos volaban sin que nada les detendría.
-Mi pequeña mariposa. ¿Dónde estás?-preguntó desesperada antes que se pusiera a llorar a lamentos y gritos
La gente del pueblo se pusieron a buscar respuestas de donde estaba por órdenes de la Diosa de la magia.
Volviendo a lugar desconocido el hombre seguía flotando tranquilamente en el acantilado,sin haber cambiado la posición.
Otro hombre con alas negro azabache, vestido de color negro con color plata se acerco lentamente
-Señor todo está listo, falta usted-dijo haciéndole una reverencia
Triana estaba parada ahí sin hacer nada mientras se sentía perdida y en fondo quería reaccionar pero otra vez no reaccionaba.
El hombre de túnicas moradas se paró en frente de ella, le hizo una bola de fuego plateada y se la dio.
Se la daba con confianza porque sabía perfectamente que haría un buen uso y en el fondo sabía que él no podía quedarse tanto tiempo gobernado como líder, sabía que este día acabaría todo, lo que llevaba deseando mucho tiempo.
El feliz por ella y por el futuro de el mundo
-Yo no merecía esto desde un principio, pero tu si. Tienes cosas para luchar por ellas, no como yo que estoy perdido.
Una vez intente tener vida con alguien y esa persona me dijo de todo fríamente sin compasión y me dijo que me fuera lejos de ella, mientras sentía que me moría, solo escuchaban disparos si descanso y recordar cómo la vida se fue a peor-dijo mientras le daba su vida y recuerdos para que los usara con inteligencia y astucia
Luego de dárselo los dos hombres se miraron y se desvanecieron, dejando polvo morado
-Ve a la página trescientos-veinticuatro, cuando tengas ganas-le dijo el hombre con alas mientras se desvanecía
Cuando la bola de plata entró en su corazón un mechón morado le apareció en el pelo plateado.
Suspiro y volvió donde había desaparecido pero con poca fuerza, en el fondo sentía que se desmayaba.
-Han pasado horas, que a pasado-le dijo Sklain un poco más
tranquilizada que al principio
Ella la miró con temor y sin saber qué había pasado.
Sklain vio el mechón morado y la abrazó con fuerza, porque sabía lo que significaba.
La Diosa de la magia que estaba ahí se sentía aliviada y un poco frustrada.
Todos se miraron de el gran cambio iba a suceder en el mundo de la magia
-Si sólo tiene veinticinco años- dijo una mujer de el pueblo que le encantaba ser mala persona, tenía el poder de saber de la gente por eso mete la nariz donde no debe
-Eso dicen todos, pero es solo una reencarnación, en verdad tuvo dos vida-dijo una anciana viendo a Triana y dándole un vaso de un buen té
Todos la miraron, pero ella tenía la mirada en el suelo en las tablas de madera del suelo, perdida en las grietas que habían.
Arpi se subió en el hombro para que su aroma la tranquilizara y así fue.
Kriv le dio en la pierna con la cabeza para que caminara.
Los susurros de la gente, que decían muchas cosas distintas, no paraban, cada vez era más gente que decía su opinión.
Triana lo único que quería era irse a casa y meterse en la cama, solo quería llorar por lo que veían en la mente recuerdos dolorosos que le venían en la cabeza que no eran de ella y lo peor de ello es que lo tenía que ver, ella como estaba de devil no los podía controlar.
Sklain le secó las lágrimas y la acompañó a un lugar más cómodo para hablar.
-¿Has hablado con Yarth?- le preguntó
Triana no la miró a los ojos, se sentía diferente con ella misma.
En ese momento recordaba más o menos su vida pasada, pero igualmente se sentía distinta, en el fondo solo quería llorar pero no demostraba esos sentimientos a los que la miraban. Era difícil contenerse cuando se tenían sentimientos reencontrados, era algo complicado actuar sobre ellos.
Ella por lo débil que estaba solo quería rendirse, pero en el fondo quería luchas como lo hacían antes en su primera vida y ser la más temida por aquellos que no le conocían mucho.
Todo era distinto ahora, la vida cambió para ella mientras que para los demás seguía igual.
-Una persona deja la vida y otra nace,se apodera de esa vida y vuelve hacer una mejor vida-alguien susurro
Sklain intenta entrar en ella pero sus intentos son en vano porque la magia era más poderosa.
El tiempo pasó pero ella seguía mirando al suelo sin moverse.
-Triana ve a descansar-le dijo mientras le abría el portal
Triana quería pasar el tiempo a solas y meterse en la cama, se le notaba en los ojos
Entró en el portal que le llevó a su humilde hogar.
Arpi y Kriv se fueron a dormir en una sofá color turquesa en la sala conectada con su habitación .
Ella se puso algo cómodo y entró en la cama, los ojos se le cerraban pero los recuerdo venían como rayos, no los podía controlar y empezó a sentirse inquieta
En otro lugar se encontraba el imperio del guerrero Yarth
Un chico joven de pelo azul y con armadura plateada, en su espalda había dos grandes cuchillos afilados, tenía grandes alas plateadas y azules,y se encontraba sentado en una roca del río. Estaba sentado mientras apuntaba notas y consejos, ya que era el consejero de un imperio que reclamaba a Triana la verdadera heredera.
-Como le voy a explicar que no es un imperio, si no un mundo que la reclama -dijo mientras miraba a los peces del lago.
Se percató que había uno diferente, y le pareció muy lindo. Empezó a verse a sí mismo y sonrió de oreja a oreja pero por poco tiempo.
Un hombre de alas negras que parecía la verdadera muerte con una guadaña afilada de un tono gris y negro. Se estaba acercando al consejero de Triana
-Que ahun tienes dudas sobre eso-le dijo en tono irónico
Los dos se miraron pero seguían en silencio luego de lo que le dijo.
Una niña pequeña de pelo negro, ojos de color rosa palido, con una chaqueta larga de color lila rosado, hiba saltando dando botes mientras se acercaba a ellos.
-¿Porque no la buscáis y le comentáis vuestras dudas o le explicais todo esto?-preguntó en tono alegre
-Me encantan tus ideas-dijo una bruja que acababa de llegar
Era una niña más grande que ella en todos los sentidos, su pelo era una mezcla de azul claro con plateado, su magia era increíble podía convocar el poder de las almas a su antojo, pero como era una las más responsables no se metía en problemas ya que lo aprendió a controlar.
A ella le gustaban las ideas locas de la niña, siempre se lo pasaban en grande juntas, para ella siempre será su hermana pequeña y la niña la ve como la hermana mayor.
-Voy a pensar como le digo-dijo el consejero mientras se iba del lugar.
Todos al oír eso se fueron a poner manos a la obra para que esté todo listo y limpio
Triana se agobiaba en la cama hasta que se levantó y fue al tejado con una taza de café recién hecho.
Los recuerdos de la primera vida le llegaron de golpe, si todo lo que estaba sintiendo fuera realidad, es decir que lo estuviera pasando aquí y ahora.
Ver y sentir de golpe lo que fue de ella, era como sentir miles de chillidos afilados en la espalda,mientras sentía que era su deber como líder de gente que la reclamaba.Tenía dos opciones de como tomar las riendas de su vida.
Pero las dos eran diferentes tomar la tienda o seguir con la tienda mientras lideraba ese mundo.
En cierta forma si decía la primera opción dejaría su verdadera forma.
Se sentía perdida por eso, pero en el fondo no quería olvidar-se quien era de verdad
Se puso a ver la ciudad de noche tomando café, mientras observaba las estrellas que iluminaban a la gente, gente riendo y sonriendo llenando las calles de alegría, cosas que le parecía genial.
Hay magos que duermen poco, con dos horas ya están llenos de energía otros ni un minuto y estaban igual, lo que hacía el potencial de la magia en la persona y la mentalidad. Hay tiendas,centros comerciales, y restaurantes que nunca cierran solo cambian de personal, era algo que a mucha gente le gustaba.
Pensó que sería bonito ir ahí para aclararse la mente.
Bajo a su habitación se vistió y salió por la puerta.
Arpi y Kriv la seguían, eran incapaces de dejarla sola ir por ahí y menos lo que estaba pasando con ella. Arpi se subió a su hombro y Kriv no despegaba de ella caminando a su lado.
La gente miraba a Triana y Kriv por ser como era, de una raza destacada en la historia de la magia.
Ella caminaba con la mirada perdida en el cielo, pensando en que será de su vida. Si escogía otra opción le estaba fallando a sus gustos, potencial y carácter, entonces no podía hacerlo, sería una deshonra como maga celestial. Su respiración iba decayendo igual que sus ganas por luchar por algo que no era. Llegando a la conclusión que la “Vida” dependía de ella, la gente que le confiaba su amistad no les podía defraudar aquellos que confiaban en ella.
Seguía caminando sin rumbo, viendo pasar a la gente que le quedaban mirando haciendo comentarios absurdos, como era de esperar de esa gente, que solo mira y no hace nada de nada. Había de todo tipo, otra gente mostraba respeto y otra por desgracia no.
Nadie le preguntó qué es lo que quería.
El chico de la tienda que se encontró se le acercó a Triana y ella apoyó su cabeza en su pecho, él la comenzó a acariciar ordenando su cabello desordenado por la brisa.
Todo quedó en silencio lo único que se escuchaba era la brisa y el parloteo de la gente.
-No pasa nada, yo te ayudaré. Soy Zack por si no recuerdas-le dijo mientras los brazos la protegían
Triana rompió a llorar.
Un recuerdo le vino, sobre ese nombre.
La oscuridad que había en su vida y ese nombre volvió a parecer, después de la última vez que lo escuchó ella estaba perdiendo mucha sangre antes de pasar a la segunda vida.
Era el hombre que le ayudaba sin nada aparte, lo conocieron cuando eran niños pero siguen llevándose bien daba igual en cual era a parecian.
Kriv se le acercó, le olió y se sentó porque sabía que se quedarían por un largo tiempo y así fue .
Triana no decía nada solo sonreía sin que él lo supiera.
-Perdon por desaparecer-le dijo mientras le abrazaba más fuerte
Siglos atrás él desapareció y ella no podía hacerlo volver porque estaba débil, eran dos almas gemelas separadas por mar y tierra,por estrellas y espacio.
En esa época la ciudad de Tenkei no estaba planeada, lo único que habían eran batallas para marcar territorios, una idea bastante loca en su época.
Triana se puso bien y le miro a los ojos, siempre le han parecido lindos como su sonrisa y su encanto. Le parecía un chico encantador pero con buena madera.
Pasaron horas pero seguía pensando en abrir el libro por la página que le dijeron pero su cuerpo no hacía nada, pero en el fondo lo pedía a gritos
Estaba sola en su habitación mientras Zack jugaba en la sala con Arpi y Kriv, se escuchaban las risas de ellos y una gran diversión, los tres se llevaban muy bien, mientras que Triana se tiraba de los pelos para abrir el libro.
Ella respiró y el libro morado se abrió, fue directo a sus manos.
Lo cogió y miró, se encontraba por la página correcta que debería. La página era totalmente morada con letras negras azabache, que admitía la verdadera historia del imperio Yarth, que no se decía así hace miles de siglos, tenía otro nombre referido a ella, la líder de un gran mundo, que estaban dispuestos y dispuestas a luchar por ella.
En el libro estaba puesto un apodo que hacía referencia a las estrellas, al tiempo,y la lucha. Era curiosa que correspondía a ella, pero le faltaba decir que toda base tiene su improvisación.
Toda táctica no puede salir bien siempre hay una parte de improvisar, era inevitable y curiosa. Todo fundamento tiene su buena base, la de Triana era la improvisación.
Una par de números era la localización de su mundo.
Ella recordó y comparó las dos infancias. Una de ellas era feliz siendo una pequeña guerrera plateada, con aventuras que le llenaba de adrenalina, mientras que la otra era tener una vida normal, donde la gente no te valoraba y solo tenían como una más en el fracaso.
Sonreía como una psicópata,porque al final podía hacer las cosas a su manera.
Según el libro la Diosa de la magia y su pueblo tan querido, solo era un tapadera para mantener a ella y a su imperio en las sombras, lo cual les encantaba mantener el margen para saber cuando asaltar de nuevo, sin obedecer a nadie.
La vida ya le estaba sonriendo pero a la vez se ponía misteriosa.
Los meses volaron y los días pasaron
Triana tenía que liderar y así lo hizo pero ella lo hacía a distancia porque no quería dejar la librería a cualquiera. Era su pasión y no podía renunciar a ella tan fácilmente, no lo haría por nada del mundo, como si el mundo se acabara no lo dejará a cualquiera.
Ella seguía yendo a trabajar a la tienda, seguía dándole un sentido a la tienda y una motivación a la gente que venía perdida, cada día más gente entraba y ayudaba con lo que podía.
Zack volvió a enamorarse como lo hizo al principio de los tiempos, sin la importancia de que era líder de un gran imperio o mundo como lo decían otras personas. Se encariño mucho de Arpi y Kriv. Ellos poco a poco fueron llenando de amor la vida de Triana sin nada a cambio.
Era curioso que aunque Sklain la volvia a buscar con su magia y entrar dentro de ella, no podía. Los poderes de la gran vigía no le servían ni a a ella ni a su imperio.
Lo volvió a intentar pero nada, ya le dejo volar.
Al cabo del tiempo se volvieron a encontrar y quedaron, y ya entendió de él porque los poderes de los grandes Dioses no le servían a ella, ni la Diosa de la magia.
Que si lo mirabas por el potencial mágico estaba lejos de él de Triana y mira que el de la Diosa tenía lo suyo.
El consejero formó parte de la vida de Triana, volviendo un consejero de todo tipo, le aconsejaba de todo hasta el color de las paredes de la tienda.
Ella volvió a ser feliz de nuevo.
FIN :)
Historias fantásticas, para volar la imaginación y llegar a las copas de los árboles Erfahre mehr darüber Flores de cerezo .
Vielen Dank für das Lesen!
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