ben-sanchez1656783769 Ben Sanchez

Martha sabe todos los secretos desde los mas tontos como una mentira a tu madre sobre donde vas a salir hasta los mas oscuro como los de su familia el problema es que estos la devoran


Thriller Alles öffentlich.

#misterio #fantasia
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16 de agosto de 1916

16 de agosto de 1962

Querida familia como están espero que mejor— esas eran las palabras que escribía Marta con un color dorado brillante mucho más brillante que el oro más parecido a aquella flor de loto que ella vio cuando tenía 8 años, en un viaje de los pocos que tuvo con su familia, esta era la última cosa que ella escribió en su diario, el diario era de un color marrón parecido a los habanos que consumía su padre (ella siempre había odiado ese olor agrio como el del huevo podrido que desprendían los habanos cerrano que consumía su padre, el olor ya se había apoderado de su padre, su camisa, su cuerpo, todo estaba poseído por una especie de espíritu molesto­),este diario tenía una tapa tan dura como el los tubos que usan los fontaneros para la construcción, sin embargo la tapa estaba arrugada como si un tractor marca diésel parecido al que usaba el vecino ,(ese campesino amable pero entrometido que siempre vivía más presente de lo que comían ellos que lo de sus hijos) hubiera utilizado el diario como carretera, sin embargo las paginas estaban relucientes, y así le gustaba a ella, cuando Martha miraba el diario se trazaba una sonrisa en su rostro pues recordaba cuando su madre se lo había dado por primera vez y lo que dijo.— Esta arrugado en la chapa pero las paginas están más cuidadas y blancas que las sabanas de la reina Isabel, además recuerda lo más importante no es el exterior sino el interior y lo que escribes en el —eso dijo mientras le dio un pequeño beso en la frente que ella recordaba muy bien pues los besos de su madre solían ser cálidos y con una fragancia muy parecidas a las velas que algunas personas tenían por costumbre poner en esas cenas románticas, la idea del diario era algo que se pasaba de madres a hijas en la familia de su madre, incluso esta costumbre estaba más presente que aquella verruga que tenían por debajo de la nariz cerca de la comisura de los labios era pequeña y destacaba la belleza de las mujeres de la familia Montes.

Familia Montes incluso pensarlo tenía su gracia, esta familia era la familia de poder más grande del pueblo de Hersbruck, lo que tampoco significaba un gran mérito ya que en un pueblo tan pequeño ser el más poderoso tampoco era para tirar petardos al cielo, los Montes solían vivir en la parte más alejada del pueblo era su forma de decir somos diferentes y especiales por ende deberíamos estar a parsecs del bullicio, de la plebe, la clase baja de la sociedad y no se refería solamente al pequeño grupo de negros que había llegado hace más de 2 siglos al pueblo, sino a aquellos que hacían los zapatos, cosechaban el arroz con mucho esmero( ese arroz que tanto le encantaba a su familia de mercenarios), su madre se había alejado de su familia y de aquella mansión antigua, a su madre nunca le había gustado esa casa estaba hecha de madera de mármol caro pero que al pasar del tiempo( y con razón estaba ahí hace más de 500 años),Había perdido su vitalidad la madera crujía con el simple bailoteo del viento, las ventanas eran de un cristal de los que se usaban en las viejas cátedras y tenía incrustado en diferentes colores figuras de los santos pero estos se veían muy borrosos, opacos, el paso del tiempo les había disipado ese toque mágico, la puerta de entrada a la casa era gigante y doble, tenía plasmada el signo de una doble hélice el signo familiar el signo que rechazo su madre, la puerta tenía incrustada en oro las palabras latinas mundus est nostrum el mundo es nuestro nos pertenece era una frase que complementaba la apariencia de la familia Montes poderosos destructivos, los hombres con sus trajes negros hasta las rodillas a veces algunos usaban sombreros de ala plana como de vaqueros que solo complementaban ese aire de dioses, las mujeres vestían mejor que cualquier condesa francesa con vestidos largo y escotes las mujeres tenían el cuerpo más hermoso de todo el pueblo, bueno posiblemente más hermoso de toda Alemania. Las mujeres desde niñas eran educadas a convertirse en las mujeres más bellas educadas para ser refinadas, cosechadas, criadas como gallina para el matadero en este caso educadas para en su momento casarse con algún marques, juez, senador, gente con poder y así multiplicar el dinero de la familia.


La casa en el interior tenía un sabor agrio y la madre de Martha le tenía un miedo terrible el pasillo delantero estaba siempre oscuro y las tablas del suelo rechinaban como una trinchera de ratones, las escaleras que indicaban los cuartos de arriba eran altas constituían una decena de tablas dispuestas que parecían las hélices de un abanico las escaleras tenían una forma espiral hechizante no de la clase de magia que te enamora si no el contrario el que te ata, te apresa, aunque solo indicaban el camino a las verdaderas jaulas, las habitaciones tanto las de arriba como las de abajo tenían una puerta 203 cm de alto y 78 de ancho afuera tenían una campana que sonaba cada vez que alguien de la familia salía esto hacia saber a los guardias y a la dama yin yang( la señora que gobernaba en toda la casa se podía decir que tenía incluso más control que caballero mayor de negro ya que casi nunca estaba en casa su cuarto estaba al final del ultimo pasillo en el salón de arriba, el más grande tenía en la puerta una cruz de plata dispuesta en el medio de esta, el patio de la casa era lo único que desprendía color estaba llano de pasto y hierbas de un color verde luciérnaga que era incluso capaz de cegarte estaba lleno de violetas, rosas y claveles. La entrada exterior tenía una puerta en forma de arco que estaba llena de cayenas de un tono tan rojizo como el magma, este era el único lugar que su mama extrañaría ya que en este lugar ella se escapaba, en esas madrugadas en las que los ruidos familiares se disipaban, se quedaba jugando con su mula llamada typhan era una pequeña mula que su padre le trajo como regalo de uno de sus viajes, tenía colores fraccionados de blanco y negro lo que le daba una apariencia de cebra, varias veces la descubrieron y aun así seguía repitiendo el habito de llegar con la pijama sucia de lodo y polvorienta, y los pies más parecidos al de la hija de un campesino que de la familia Montes.


Cuál era la necesidad de un diario, Martha no lo sabía tal vez las mujeres de la familia Montes tenían secretos esa clase de secretos que te devoran como una legión de parásitos adheridas al cerebro, que escondería su madre, debido a su rebeldía ella era la menos querida de los Montes, y cuando se enteraron que se casó con alguien de ascendencia negra, de familia humilde, el rechazo se intensifico.

Conoció a su papa en un viaje a la ciudad en un comercio su papa tocaba la laúd (ese instrumento medieval parecido a una guitarra pero de forma ovalada) para conseguir dinero, su madre lo vio tocando ese instrumento y quedo encantada.

Empezaron una relación y en ese momento preciso fue que decidió que era hora de marcharse de la casa Montes, huyo de casa, se casó con France paulle, tuvo 3 hijos Martha Paulle Montes y las mellizas Jyan, Zaira y el pequeño Dean.


Es una lástima que no estemos juntos, espero tener la gracia de verlos— seguía escribiendo Martha aunque si los veía, no de la misma forma de antes, los miraba durmiendo en el suelo los miraba con vino rojo en sus bocas, en sus pechos……


13 de agosto de 1958

Querida madre, no sé qué hice mal para que me trataras como lo hiciste, yo solo quería jugar y divertirme con mis amigos pero tú no lo ves bien que acaso nunca fuiste una niña pequeña, papa y tú se la pasan discutiendo a diario ya parece que solo saben hacer eso—.

Ya no pasan tiempo en casa es como si no les importáramos y al parecer no.


Cuando Martha tenía 13 años empezó a crecer, esa clase de crecimiento que te causa a veces molestia, Martha empezaba a desarrollar el busto lo que antes era pelotitas de ping pon ahora se habían inflado, su cintura estaba empezando a adquirir curvas muy parecidas a la vuelta en u de las carreteras, su rostro empezaba a desarrollar pecas y espinillas su cara estaba más rellenita, sus piernas antes de gallina ahora eran elegantes como las de una gacela, cuerpo de atleta, sus hormonas estaban a flor de piel, se volvía loca cuando escuchaba Elvis Presley ya varios chicos le habían dedicado poemas y canciones pero no estaba muy interesada en eso.


Al Martha ir creciendo sus padres habían cambiado su trato con ella para ellos, esa chica a la que llamaban hija no tenía 13 años sino unos 20 años la trataban como alguien mayor por eso no soportaban cuando ella jugaba en el lodo, su madre varias veces la jalo de las orejas y le pegaba. Bueno la corregían cuando si tenían tiempo, Martha y sus hermanos se pasaban el día entero solos, con la única compañía de la vieja televisión Zentih tenía forma de armario viejo una especie de cajón de 30 cm de largo y 23 de ancho, tenía 2 botones del tamaño de una tapa de coca cola, en el centro había un botón con forma de x que servía para encender, la pantalla era la parte más cara, estaba hecho de un vidrio caro grueso (esta era la clase de televisión que funcionaba través de tubos fluorescentes, por lo que tenías que espera , ganaba hacia un giro circular de las manos a la cintura que cada vez irritaba más Marta),las cartas este era el favorito de todos cuando papá y mamá no estaban en casa lo jugaban antes de acostarse quien ganaba al día siguiente los les preparaban un homelet con salsa de soya tomates y ajíes, el mejor jugador de todos por sorpresa era Dean aun con su temprana edad vencía a todos sin dificultad (y cada vez que ganaba hacia un movimiento de cadera que irritaba cada vez mas Martha). Cuando un hermano se sentía alguno de los hermanos iba y le cantaban una canción hasta hacerlo sentir mejor las gemelas no cantaban nada mal pero el genio de esto también era Dean al ser tan pequeño su voz no se había desarrollado por lo que su voz era la más bella era como una suave briza del viento suave, delicada con la inocencia de un pequeño.


Los padres de los Paulle Montes cuando llegaban era una alarma, era tiempo de esconderse, cuando estos llegaban, el ruido de felicidad risas desaparecía, Ginette Montes y France Paulle ya no eran ese matrimonio soñador de hacía 15 años ahora cuando llegaban a casa se disparaban insultos como si fueran balas, es extraño porque se habían convertido en lo que odiaban de sus padres.

France Paulle nació en new Orleans, su padre fue un soldado en la primera guerra mundial, británico reconocido por sus logros en batalla, conoció a una mujer de ascendencia negra de la que ese enamoro en su regreso después la guerra, tuvo un hijo y lo abandono si no es la gran historia en resumen su padre ni siquiera se atrevió a darle su apellido más tarde cuando France cumpliera 8 años el regresaría excepto que ahora era un señor borracho abusivo y con un carácter duro. France a diferencia de su padre odiaba la violencia, nació en la ciudad del jazz por lo que su amor por la música fue enorme, iba a clubes clandestinos desde la edad de los 10 años ya a los doce sabia tocar el piano (todo a escondidas para que su padre no lo descubriera), cuando su padre se enteró de sus gustos por la música lo maltrato de diferentes formas, cada vez que lo veía salir de baño le decía con esa mirada perdida y el aliento a vodka de su boca — por fin terminaste de masturbarte con las fotos de Armstrong puto marica —. Su madre nunca fue capaz de hacer nada, era esa clase de mujer sumisa que permite que la maltraten, aunque todo llego a un punto de quiebre cuando empezó a golpearlos.


Un día France llego a su casa temprano y vio a su madre con una rocha reciente en su cara tan grande con el tamaño del gran cañón de colorado, cuando le pregunto por él dijo que fue un accidente con los huevos, pero France era lo suficientemente capaz de saber que esa marca roja no lo hacía el aceite caliente, aunque con su joven edad decidió no hacerse conjeturas por el momento. Excepto que una de esas madrugadas de octubre, con la presencia del primer viento frio del invierno, escucho un martilleo al principio pensó que era que Leos el gato de la familia que tenía un solo ojo había tropezado con algo, pero al tiempo después vio a su padre bajar de las escaleras, y los sollozos de su madre en su habitación.


Esa tarde France decidió quedarse en casa para enfrentar a su padre, su madre se fue a visitar a su hermana por lo que el aprovecharía la ocasión, otra vez su papa llegaba con ese olor a cerdo, el whisky, el vodka, el ron todo tipo de bebida había hecho que el padre de France perdiera la cordura, (la poca que le quedaba después de los traumas de la guerra). — Hoy también llegas borracho no padre se escuchan tus quejidos por la casa — (y era cierto la madera crujía con el andar de su padre su obesidad mórbida hacía temblar toda la casa de madera, era como un muerto viviente ya olía putrefacto por ese consumo excesivo). —Oye maricón, ¿Dónde está la cena?— lo dijo sin poder articular bien los movimientos de su boca sus labios expulsaban además de saliva que otra clase de asquerosidades tendría esa boca. —No te cansas de revolcarte en tu lodo padre— rara vez France insulta pero ya su paciencia se había colmado —Quae tae ches que ere— se oyó como un pequeño balbuceo difícil de entender lleno de ira y de confusión.


Cuando el viejo borracho termino de hablar alzo el puño con intención de pegarle, en situaciones normales debido a la fuerza del papa y sus 150 kg de peso, la contienda estaría de un solo lado sin embargo el alcohol era el que pensaba por él, por lo que cuando France atrapo el puño de su padre y le dio un empujón, este se tambaleo y estampo contra el suelo, se oyó un fuerte sonido un eco que se propagó por toda la casa como la estampida de elefantes.

— ¡Como te atreves a pegarle a tu padre! —Grito con un poco más de claridad al hablar, al parecer el golpe hizo que su sobriedad apareciera, cuando estaba incorporándose del suelo France deslizo sus pies por el suelo y le dio un golpe en la rodilla izquierda que con lo obeso que estaba su padre incluso el viento lo tumbaba, a esas piernas flácidas les costaba sostener tanto peso era como pedirle a un hilo que sostuviera una ballena. Mientras estaban en la pugna se oyó un fuerte chirrido en la sala la puerta rechinaba, la madre de France había llegado cuando entro en la cocina y vio lo que pasaba dijo — ¡que carajos pasa aquí! —lo dijo con las manos y el cuerpo frio se estaba congelando del miedo, observaba a su esposo tirado en el suelo y su hijo de pie colocando un pie sobre el pecho de padre. Sé que te pega— dijo con una voz suave y tranquila pero que también señalaba el temor que sentía, el papa con su mano gruesa y mugrienta agarro el pie del hijo y con un movimiento lo mando directo al suelo la cabeza del muchacho impacto contra la cerámica del lavabo, causándole un brote de sangre en la frente, por suerte se dio con la parte chata sino ya estaría perdido se quedó tendido en el suelo pegado al lava manos.


El papá de France se levantó y agarro el cuello de la mujer que alguna vez amo antes de que el alcohol alimentara sus traumas de guerra, antes de que la locura fuera su forma de vivir —así que esto es tu culpa Francine debí suponerlo— lo decía con las salivas lloviendo de su boca mientras le seguía apretando el cuello con mucha fuerza la mujer está obteniendo un color uva y el aire poco a poco se escapaba de su garganta, la oscuridad estaba llegando a sus ojos y sus labios se estaban llenando de un color blanco, cuando de repente callo sangre al suelo, el papa de France Arthur soltó el cuello de su esposa y se dio la vuelta, sentía algo punzante en su grasosa espalda, Cuando con el mismo objeto (un cuchillo de 20 cm, uno de esos cuchillos gigantes usados para cortar carne de res) le rebanó el cuello, la cabeza y el cuerpo de Arthur se cayeron con un breve tropiezo en el suelo. Hubo un silencio sepulcral por unos cinco minutos en lo que la madre abrió los ojos todavía con el cuello morado y grito al ver la escena de su marido y su cabeza tendido en el suelo —¡acabas de matar a tu padre!— en ese momento a France solo le llegaba una canción a la cabeza una que había oído es un viaje que hizo a la catedra el lamento della ninfa excepto que en ese momento no sentía fascinación como la primera vez que la oyó, sino la saboreaba muy dulce como un pastel de chocolate la melodía le llenaba la mente de diferentes formas, como si el amargo del momento hubiera desaparecido.


Alemania durante mucho tiempo amada, esta era una tierra hermosa, la música que se desarrolló aquí fue la más aclamada, Johann Sebastián Bach, Georg Friedrich Händel, Ludwig van Beethoven, eran nombres reconocidos, los edificios de Alemania parecían de otra época, los antiguos edificios en arte grecorromana llenaban toda Alemania el Palacio de Schwerin, sus colores tipo sol, la cementación de los árboles, como cada torre que componía el castillo hacia juego con las lámparas a su alrededor, como en el patio destacaba un color verde lleno de vida, aquella fuente con un azul más claro que el rio Danubio, edificios así de mágicos le daban un toque mágico al nuevo país nazi, las artes no se quedaban atrás. El cine alemán aunque joven había explotado por su creatividad la metrópolis fue exageradamente aclamada por ese ambiente futurista ese antojo de luces, robots, un mundo más paradisiaco, es extraño que justo cuando el mundo temblaba por la ascensión de la esvástica al poder, esta clase de arte esperanzador renaciera.


—Pum pum pum— alguien golpeaba la puerta del edificio 25 de la calle san Petersburgo, este edificio fue construido a finales del siglo XVIII, originalmente era un orfanato para niños pero después de la primera guerra mundial, las dueñas originales dos monjas judías que llegaron Alemania en una misión se vieron obligadas a salir de ahí (o mejor dicho las obligaron un terrateniente se vio interesado en la tierra y las expulso), ahora ese lugar que acogía niños ahora servía como lugar de vida para drogadictos, borrachos, prostitutas, vagabundos, personas que no agradecían por la luz del sol como una vez dijo un predicador en una de las iglesias que estaba a varias cuadras de allí, algunos de los que Vivian allí antes eran funcionarios, personas que vestían con esmoquin, tenían familias e hijos, eran trabajadores, cristianos que rezar en un tiempo rezar era su única adicción pero la azúcar como el viento atrae a la lluvia, el sabor dulce de la azúcar los atrajo, las mujeres de aquel lugar eran conocidas como las avispas de la calle 25 estas mujeres se dirigían a donde sea que encontraran azúcar y si era necesario tenían sexo con cualquiera que le diera el veneno que necesitaban. No solo había drogadictos en el interior sino en el patio, pegados en la ventana, los que estaban en los pisos eran los drogadictos principales, es extraño decir eso ya que cuando piensas en grupo de personas con adiciones no piensas en orden sino en caos, pero la señorita Peach Du se había encargado de establecer un orden según el cual lo que más problemas de adicción tenían se debían quedar con el piso de arriba, las prostitutas como ella con el segundo y los borrachos con el primero.


Peach Du era la jefa nadie la contradecía era la mujer más bella con esa falda hasta las rodillas esa cintura curva como una silla de montar, esos pechos levantados y rígidos del tamaño de 2 sandias era rellenita, con unos labios carnosos tono fuego, ese trasero sujeto, fuerte, esa mirada seductora hacia que cualquier hombre quisiera meterse en su vagina marcada de 7 cm, pero ella solo tenía ojos para un drogadicto, uno que había llegado hace poco de ascendencia americana y un poco de negra, un joven mestizo de cabello rizado que le llegaba hasta la nuca, ojos más negros que la noche misma, musculatura marcada, pecho con una marca divisoria, piernas de futbolista, nariz pequeña y tentativa. De repente la puerta se abrió haciendo un ruido parecido al macareo de una ardilla, —Hola amor como estas vine a hacerte compañía— dijo Peach mientras se sujetaba de la puerta con esa mano suave y blanca como las nubes, France hizo silencio la sujeto por el brazo y la arrebato con un beso sujetándola por la cintura, la cargo con sus fuertes brazos poniéndola en la cama, le quito la falda más rápido que el disparo de una metralleta, le quito esa ropa interior rosada que llevaba, mientras llovía en ella nieve granizada el llevo su boca a la entrepierna de ella y tuvieron sexo una y otra vez 3 para ser exactos pero sin mucho cariño ni nada por el estilo solo lo hicieron como lo hacen los perros en recelo, solo fusionaron sus cuerpos.


Cuando terminaron de todo ambos yacían desnudos en el cuarto habían terminado todo en el suelo, un suelo lleno d polvo y manchas en el que a menudo habían cucarachas, serpientes, ciempiés sin embargo para 2 personas, una adicta a la nicotina, carente de propósito vagando en una tierra antigua, asesino de su propio padre que importaba eso y para una mujer que estaba conocido al primer hombre al que de verdad deseaba, una mujer maltratada y golpeada por muchos, un piso sucio era lo menos importante. Tú crees que podríamos tener algo más serio— esta era la cosa más extraña que había dicho Peach en ese momento France pensó que le pasa, al final y al cabo ellos no podrían ser novios o algo así y viniendo de una mujer cuarentona la propuesta era más ridícula, France pensó en contestar pero cerro la boca, a lo que Peach puso una mirada pensativa — ¡¿Qué carajos no me vengas con que tu aho… no te diferencias en nada de esos pendejos solo quieres mi cuerpo?! — Peach pronuncio esas palabras un poco extrañas teniendo en cuenta que ella buscaba lo mismo que él, hubo un olor a silencio hasta que Peach dejo el sucio pis, se levantó y se puso la ropa con tal rapidez y furia que parecía que iba a chirriar tal tetera, y se fue dándole un portazo a la puerta que hizo temblar todo el viejo cuarto y que cayera escarcha de las paredes.


El peluche dorado


Aunque Peach estaba sobre exaltada ella sabía que volvería, ella deseaba algo, un consuelo, cuando era niña su sueño era un oso de peluche para apretar y abrazar y ahora que lo tenía no quería dejarlo ir. Mientras bajaba las escaleras de piedra ya rotas y fracturadas por el pasar del tiempo escucho a alguien gritar Peach! — era una voz tintineante con unos agudos bien marcados, a Peach le pareció la voz de su creadora, de su madre pero esto era absurdo su madre ya no estaba aun así esto no pudo evitar que a su cabeza vinieran recuerdos, colores, olores y sabores del pasado.

Esta mujer cuarentona hubo una época en la que era una niña soñadora, quería ser doctora desde que falleció su padre de un ataque al corazón sintió la necesidad de ayudar siempre iba con un bolso de cuero en el que llevaba gasa, curitas dobles que ella misma fabricaba, inyecciones (aprendió a usarlas con las enseñanzas de la señorita james, la enfermera escolar),llevaba pastillas para el dolor de cabeza, de estómago, un termómetro se había convertido en la asistente de enfermería, nada mal para tener 13 años, la madre de Peach llevaba el control de todo, al morir su esposo ella en lugar de buscarse un marido que lleve todo a la casa decidió que quería trabajar y ahí estaba trabajando en el flanes cup como camarera un trabajo que le ocupaba todo el día todo para recibir 10 dólares de paga y la propina que recibía era a veces mayor que la paga, ya que los hombres y las mujeres la adoraban, una mujer de 35 años joven rubia, que la maternidad no le había quitado lo robusto, sino que la había puesto más seductoramente bella, ya no pasaba tiempo con su hija cuando llegaba a casa Peach ya estaba paseando con Alicia y el conejo, pero lo importante era que había logrado sacar a su hija adelante. Este año escolar era diferente ella comenzaba en la secundaria, sus notas estaban casi perfectas, los maestros la tenían por la estudiante perfecta, era la más codiciada, por su belleza, inteligencia y dulzura.


A mediados de ese año conoció a un chico unos 3 cursos por encima de ella, él era bajito de unos 1,62 m, su voz era aguda y por momentos lo confundían con una chica(esto se debía también a su poca apariencia masculina y a la extensión de su cabello castaño), siempre vivía solitario y alejado de los demás, a veces era molestado por su actitud de diva en ocasiones, esa forma educada y modesta de expresarse que muchas veces se decía que pertenecía más a una chica esa actitud política y sencilla. Este chico (Jay) al pasar del tiempo se convierto en su amigo, al pasar del tiempo Peach se había enamorado por primera vez en su vida, cuando estaba con él, ella no se sentía sola, su compañía le hacía sentir mejor, se hablaba mucho de su sexualidad, se rumoraba que era de esos chicos que se relacionaban íntimamente con otros de su mismo sexo (existían palabras normales para nombrar a este tipo de personas pero su mayoría eran ofensivas el termino doblado no era muy lindo y llamarles pecadores, era más propio de fanáticos religiosos, que de personas corrientes), aun con todos los rumores eso a ella no le importaba enserio lo quería.


La feria de colores era algo que se celebraba en el pueblo de Hertz desde su fundación hace 100 años, en esta feria todas las personas se vestían de colores con, niños, adultos, ancianos se dirigían al puente de jain, este puente estaba hecho de madera y colgaba desde el rio jain hasta el pueblo de hire, su construcción se basaba en pura madera de caoba lo que significa que su calidad era ineficiente, eso llevo a diversas remodelaciones desde su construcción, enserio a quien se le ocurriría construir un puente de madera tan débil en la que las carcomas conseguirían su alimento, varias personas se habían caído desde esa altura, hace 15 años una mujer caminaba con unos tacones rojo de plataforma, el tacón era puntiagudo aunque de poco sirvió ya que al poner el pie en una de las tablillas todo su cuerpo se hundió y cayó desde esos veinte metros, su cuerpo impacto con una roca gigante, quedando como una baya aplastada, recientemente unos niños (una gemela Gya Celeste),había caído del puente, pero esto fue mucho más extraño ya que el puente hace poco había sido reparado era como si un viento los hubiera empujado, como si una tormenta se hubiera desarrollado solamente en ese lugar, los cuerpos de ellos se encontraron flotando el rio Jain y fueron a parar al pueblo de hire, aunque este no era lo único raro, cada vez pasaban cosas más extrañas pasaban en el pueblo asesinatos colectivos en iglesias, secuestros de niños sin embargo todos parecían no darse cuenta, los niños jugaban como siempre, las mujeres seguían cocinando y lavando la ropa, los hombres cada uno ocupados, otros en el terreno, los perros eran los únicos al parecer que eran capaz de darse cuenta de que algo andaba mal eran los únicos que escuchaban esa melodía azul, triste que sonaba en el pueblo, esta melodía era una especie de sinfonía creada por flautas y mezcladas por los pensamientos, cuchicheos, risas, lagrimas incluso gemidos de las personas era como si todo los sentimientos del pueblo se filtraban por un colador, normalmente esta sensación se producía en altas horas de la madrugada por lo que los ladridos de los perros no despertaban sospechas, la mayoría solo suponían que era el típico actuar de los perros debido al calor (era el verano y aunque era de noche las temperaturas llegaban a los 36 grados), el aburrimiento y el estrés, por suerte esta sensación casi imperceptible de filtración técnicamente no existía en el día, todo parecía correcto había una sensación de felicidad por algunos y temor por otros debido a que se celebraría la feria, esto hacía sentir bien teniendo en cuenta los sucesos de hace 8 meses pero la sensación de peligro no se quitaba teniendo en cuenta que todo paso en el mismo lugar en donde se celebraría la feria.


En la feria siempre había puestos de comida, juegos y un lugar en la que las parejas se sentaban en las noches a acariciarse, a contemplar los fuegos artificiales también algunas veces se escondían a tener relaciones( había un dicho muy conocido por los jóvenes, quieres tener una juventud plena ten sexo en la feria), el día de la feria por ello Peach se puso un vestido blanco con adornos de flores, se puso unos aretes preciosos y se cuerpo emanaba un olor a jazmines, fue llegó al porche de la casa de Jay se acercó a la puerta rojiza de roble, toco el timbre, espero unos minutos, cuando ya estaba cansada de esperar y se dirigía de regreso a la carretera principal ( Jay vivía en uno de los lugares más caros del pueblo, su papá era dueño de las corporaciones celestes, la cual era dueña de supermercados y centros, por lo cual su familia era de las más pomposa del pueblo de hire) Jay salió y se le quedo observando por unos minutos, una mirada de esas que solo el sabia dar, eran una de esas miradas que eran capaces de saber todo de ti, analizaban lo mal que te sentías, veían más de ti que tú misma, y en ese momento lo que la mirada de Jay analizaba no era otra cosa más que la belleza que irradiaba esa chica joven, le volvía loco contemplar sus ojos negros y grandes lo extendido de sus pestañas, sus manos que desde lejos se veía su suavidad, esa cintura, su cabello largo tan negro como la piel de una pantera, todo de ella lo hacía perderse en sí, ella lo hacía imaginarse lo maravilloso que sería si durante toda la noche ellos se perdieran lejos, y se olvidaran de todo, de la muerte de su hermana de los extraños sucesos en el pueblo, de la sensación débil que comenzaba a sentir de que en algún momento todo se iría al carajo —¿soy un vampiro? —Preguntó Peach, lanzando una de esas risas pequeñas semejantes al canto de colibrí, esas risas tiernas que dejaban helado a cualquiera, —hola, es solo que…. No lo sé te ves hermosa —contesto Jay con los nervios a flor de piel, —gracias, vámonos —contestó Peach, bajando la cabeza para ocultar su rubor.


Mientras caminaban por la avenida principal, una avenida que parecía iluminada por miles de soles, por cada rincón y cada casa cara que se observaba estaba tan iluminada que parecía casi de día, aun existían lugares donde existían lámparas de gas, en esos lugares donde aún se usaban velas, los niños debían acostarse temprano, muchos tenían miedo de lo que asechaba en la oscuridad y lo que sea que fuera eso, había aparecido por unos segundos, todos esos soles se habían apagado pero no fue el típico apagón sino no fue como si las lámparas siguieran encendidas pero de alguna manera su brillo era tapado por algo o alguien hacia una noche calurosa pero en esos segundos de oscuridad la temperatura pareció descender hasta los grados bajo cero, en ese momento Peach apretó la mano de Jay con mucha fuerza provocándole algo de dolor,—sentiste eso fue como si una abeja zumbara —dijo Jay, Peach solo guardo silencio y le dio un fuerte apretón de manos, la mente de Peach se perdió por unos segundos, llego a su mente recuerdos de antes la muerte de su padre como en las noches heladas el hacia ese chocolate caliente con malvaviscos y como la familia se sentaban en la alfombras mientras el tocaba el Danubio azul de Johann Strauss, —oye ­todo va bien? —pregunto Jay con el ceño fruncido en ademán de preocupación, Peach siempre se sentía muy enloquecida cuando escuchaba esa voz llena de preocupación, — no te preocupes, se nos está haciendo tarde debemos irnos —contesto Peach mirando a Jay con mirada tímida, —vale —contesto Jay mientras sostenía su mano con firmeza, Caminaron sostenidos de la mano durante todo el camino, dedicándose pequeñas miradas llenas de risas, a medida que caminaban sus cuerpos se unían el deseo de estar juntos se apoderaba de hecho y rápidamente se olvidaron de todo lo ocurrido.



2. Juli 2022 18:05 0 Bericht Einbetten Follow einer Story
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