nireynireina Lue REYRA

«¿Que harías si un extraterrestre te secuestrara? Probablemente no levantarías el culo suplicándole para que te embarace. ¿Entonces por que yo si?» Oliver no era mas que un simple estudiante de programación hasta que Extraterrestres vinieron a la tierra a secuestrar hombres. ¡Auxilio, Saturno necesita pasivos!


Erotik Nur für über 18-Jährige.

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Un pasivo a la vista


Oliver salió de la facultad publica a eso de la 1 de la madrugada, la mayoría de sus compañeros se habían marchado a las 11 pero el quería la nota mas alta en su trabajo.

No le importaba llegar tarde a casa ya que vivía solo, tampoco le preocupaba que lo asaltaran, era tan pobre que ni celular tenía, algo muy indigno de un programador.

Era escuálido, pequeño y no superaba los 45 kilos a pesar de que ya tenia 23 años, aun así no se consideraba feo, las mujeres por otra parte eran una historia completamente diferente, el les resultaba repulsivo, de piel enfermizamente pálida y múltiples pecas, ojeroso y cargando siempre esos estorbosos lentes gigantes, ciego como un topo, su miopía había empeorado por su profesión pero aun conservaba esos brillantes ojos verdes que heredó de su madre.


Su familia lo ignoraba tanto como la sociedad, era el menor de 12 hermanos. Cada uno de ellos había sido deportista en la escuela menos el, además de ostentar carreras exitosas mientras que el estaba ahí, aun no había terminado la carrera, trabajaba en una fabrica de colchones como secretario para solventar sus gastos y apenas cubría los de la facultad. Mejor no hablemos de su horrible departamento o su terrible alimentación, en otras palabras la oveja negra de la familia, un fracasado sin un titulo, verdadero trabajo y lo peor aun era virgen y no parecía que iba a dejar de serlo jamás, pero ya que su porvenir amoroso era tan improbable, por lo menos podría hacer algo por su futuro económico esforzándose al 100% en su carrera.


Seriamente, oliver necesitaba terminar sus estudios y ganar dinero. Eso era todo lo que quería ¿que eran los sueños en el gran esquema del trabajo? Nada, su único sueño ahora era dormir durante 6 horas de corrido pero sabia perfectamente que debía levantarse hoy mismo a las 5 de la madrugada para ir a trabajar por un salario esclavo, deseaba tener una alacena atiborrada de comida y calefacción en su helado departamento miserable, su vida estaba llena de privaciones y soledad.


Caminó hasta la parada de autobuses, no debían tardarse tanto, extrañamente habían pasado 20 minutos y ningún autobús había pasado. El frío aumentaba y se cubrió aun mas con su desgastada bufanda, las luces de la calle titilaron, de un momento a otro el lugar era verdaderamente tétrico, sentía que en cualquier momento podría salir un asesino y matarlo, pensó seriamente en volver temprano la próxima.


del otro lado de la calle apareció un extraño resplandor, no supo exactamente que era pero sintió una repentina curiosidad, decidió caminar hacia la luz cual polilla, de todas forma el autobus tardaría mucho mas. La extraña luz parecía moverse muy rápido y ... ¿hacia el?


Intentó retroceder como si supiera que venia por el, la luz era una linterna extraña sujetada por un hombre uniformado, así que suspiró aliviado. Mientras el hombre corría, oliver se preguntaba a que institución podía pertenecerle ese uniforme en particular, parecía metálico y brillante, casi fluorescente como una armadura. Su atención estaba totalmente capturada por el hombre, que cuanto mas se acercaba mejor se lo apreciaba, era un gigante desde la perspectiva de oliver, medía al rededor de 1,80 m y era fornido, su cabello era extrañamente blanco ¿un ruso, quizás? O tal vez un extraterrestre. Rió disimuladamente, tentado por su extraña observación. El hombre paró de correr y señalo a oliver con su inusual linterna, este último se llevo las manos a los ojos para amortiguar la luz, el hombre se tensó, dio media vuelta y pegó un fuerte grito.


— ¡un pasivo a la vista!


Oliver quedó totalmente confundido, ¿acaso se refería a el? El hombre volvió a correr en su dirección, pero esta vez seguido por un séquito de clones idénticos. Sin plantearselo dos veces, oliver comenzó a correr, acosado por gigantes albinos. ¿Serían una secta? ¿quizá una patrulla especial y extremista? En el mejor de los casos una horda de universitarios haciendo una novatada, pero hace casi 5 años que estaba en la misma universidad, además no pertenecía a ninguna fraternidad ¿por que le harían una novatada? Su terrible condición física no le permitía seguir corriendo, sus pulmones se estrujaban, los pies le dolían, las piernas le flaqueaba y aquellos hombres estaban en una condición inigualable.

Una piedra fue suficiente para derribarlo, nadie la lanzó el solo se tropezó, cayó dolorosamente al suelo y su cuerpo adolorido no le respondió. los hombres apuraron su paso y en un abrir y cerrar de ojos lo rodearon estáticos. Oliver se hizo bolita, se despidió mentalmente del mundo en un intento de sentirse mejor.


— ¿esta bien?

oliver abrió los ojos y se encontró con la mano de uno de los gigantes, uno que parecía ser su líder, se había arrodillado y le brindo su ayuda, sus ojos así como los del resto parecían genuinamente preocupados. Dudando un poco, oliver tomo su mano y se incorporó.


— si, estoy bien, es solo que me dieron un gran susto.

se limpió el polvo de los pantalones y levantó su morral, mañana tenía clases.


— que alivio, realmente creí que se había lastimado, no podría perdonarmelo nunca.

El hombre parecía verdaderamente aliviado, otros de sus subalternos comenzaron a hacerle preguntas pero con el mayor respeto.


— ¿esta seguro de que esta bien?


— ¿no se a quebrado nada?


— ¿de verdad esta bien?


— ¿Quiere que le lleve eso?

señaló el morral desgastado y atiborrado de cosas que con gran esfuerzo, oliver apenas podía cargar.


— no, gracias, yo puedo solo.

Oliver tapó un poco el morral con su mano, aun desconfiaba en aquellos titanes. Si aquello era un robo, entonces estos eran los ladrones mas amables del mundo.


— pero se ve pesado, déjeme cargarlo, por favor.

el hombre prácticamente le arrancó el morral de las manos, parecía no entender el alcance de su monstruosa fuerza de gigante.


Oliver estaba verdaderamente extrañado, los hombres estaban siguiendolo de camino a la parada, incluido el que llevaba el morral. Otra luz cegadora se acercaba, era un vehículo extraño, parecido a una camioneta con acoplado, la "camioneta" estaciono a un lado y las puertas se abrieron, oliver retrocedió a la defensiva, uno de los gigantes lo tomó del brazo con demasiada fuerza, tanta que oliver dejó escapar un quejido de dolor.


— lo lamento, no quería lastimarlo, es que usted es tan frágil...

El hombre se sonrojó y apartó las manos del brazo, esta vez cubrió los hombros de oliver empujándolo al interior del vehículo, el impulso de correr seguía.


— ¡espera! ¿ donde me llevan? ¡Auxilio, esto es un secuestro, auxilio! — el gigante levantó a oliver como una princesa y lo introdujo en la camioneta, por el movimiento los lentes de oliver cayeron, otro de los gigantes los levantó, cerraron las puertas y el vehículo avanzó. En el interior había mas hombres como el, pequeños, menudos, algunos con ropas de marca pero todos esposados a una parte especial de la camioneta, además de estar dormidos. Intentó rescatar mas detalles pero tenía la vista borrosa sin sus lentes, solo distinguía formas, necesitaba sus lentes, uno de los gigantes se los colocó de vuelta y al contemplar su alrededor se aterró — ¿quienes son? ¿a done me llevan?


Los hombres estaban en silencio, uno de ellos trajo unas esposas extrañas y se las coloco para que no hiciera ninguna locura.


— disculpeme, pero si no se las pongo usted podría escapar — volteó a ver al resto, todos dormidos, temía por su vida, antes de poder preguntar algo mas, una aguja afilada se abrió paso en la piel de su brazo, el liquido fluía en su interior, la cabeza le dolió y perdió la conciencia.


Despertó pero el lugar había cambiado, estaba en una camilla especial, como en un ataúd de cristal ornamentado y con olor a flores. Se sentó y descubrió que sus manos estaban unidas a aquella camilla, cada dedo conectado a una aguja especial y en ella un liquido extraño que fluía hasta su cuerpo. Pronto se dio cuenta de que su ropa había desaparecido y llevaba una túnica blanca, delgada y ceñida, además de que no era el único en esa condición, había mas camillas en el mismo lugar, parecía un hospital futurista. Pudo reconocer a algunos de los hombres de la camioneta, varios también estaban conscientes y con la misma vestimenta, planeaba preguntarles si tenían alguna información pero la puerta principal se abrió atrayendo la atención de todos, incluido el mismo oliver.


Un hombre vestido de rojo entro en la habitación, el cabello negro, largo hasta la cintura y atado en una pulcra cola de costado, era extremadamente delgado y tenía un rostro alargado y pálido. El hombre avanzó camilla por camilla, revisaba pantallas a los pies de los "pacientes", oliver supuso que en aquellas pantallas había información confidencial de cada uno, se preguntaba que decía la suya. De pronto el hombre hablo con un extraño asentó que oliver no logró identificar aun que para el se parecía al ruso con algunas características de Gales.


— Tal parece que la cosecha de este año fue mucho mas fructífera que la del año pasado. Bien hecho, capitán.

El hombre que estaba en la "camioneta" había aparecido en la sala desde otra puerta e hizo una reverencia formal.


— le agradezco el elogió, doctor.

el doctor siguió leyendo las pantallas tranquilamente.


— si, capitán, realmente a tomado decisiones acertadas, los espécimenes han llegado en óptimas condiciones, para nada como el capitán anterior, había veces en las que me los entregaba en un terrible estado y me veía obligado a remplazar extremidades u órganos en pleno viaje... Excepto por eso — señalo a oliver con su esquelético dedo — fue su única falla y por unos pocos raspones, además de un leve caso de desnutrición y miopía, aunque no puedo culparlo de eso a usted.


El capitán le dio una mirada a oliver, se encogió de hombros y respondió con suma tranquilidad.


— pudo ver claramente la luz, así que imagine que era suficiente para ser tratable durante el viaje.

el doctor volvió a ver la pantalla y sonrió.


— es verdad, es visión suficiente, además nuestra tecnología puede corregir el protocolo arcaico de los terrícolas.

En ese momento fue cuando una alarma sonó dentro de oliver, estos debían ser unos locos, una verdadera secta de locos que se creían extraterrestres, secuestraban personas y las usaban para sus experimentos científicos. creyó que era el momento de hablar, antes de que la cosa se pusiera aun mas extraña, mientras todos los demás temblaban de miedo y esperaban lo peor, oliver levantó la voz, atrayendo la atención de los lunáticos.


— ¡un momento! ¿Que es esto? ¿Quienes son ustedes? ¿Por que nos trajeron acá? ¡Hablen!


Oliver había pasado muchas injusticias en su vida, tantas que no se permitía a si mismo estar callado ante un excéntrico secuestro, se podría decir que era inmune a el miedo que infundaban las circunstancias o las personas.

Tanto el doctor como el capitán, compartieron miradas y se rieron un poco, pero fue el capitán quien se adelanto a explicar.


— nosotros somos parte de "La real Flota Fahre Blanca" , el es el doctor Arkkos Hanaleø y yo soy el capitán Wheren Attaglean, nosotros los llevaremos a nuestra nación, Crieghthem. El doctor esta a cargo de su salud — oliver no entendió nada de lo que dijo y su cara de desconcierto fue muy evidente, pero el capitán lo ignoró para prosiguir con las explicaciones — se que es mucho para procesar pero en términos simples nosotros somos extraterrestres y hemos venido a llevarlos a nuestro planeta, de hecho están en nuestra nave ahora.


oliver estaba convencido... De que ellos dos estaban locos de remate, intentó despegarse de la camilla y no fue el único, el capitán se acercó para frenarle, eso lo desesperó aun mas.


— ¡sacame de acá, psicópata de mierda!


El capitán fue brevemente sorprendido por las duras palabras que salieron de alguien tan frágil y en una posición tan desventajosa. "Valiente" era la única palabra que surcaba su mente para definir a oliver. Pero sus favorecedores pensamientos se detuvieron al ver los tirones que el chico le daba a sus manos con el afán de escapar, podía terminar desgarrándose algún dedo. Claro que podrían curarlo con extrema eficacia pero el capitán no estaba seguro de poder soportar ver a una criatura tan delicada romper en llanto.


— tranquilo, si continua puede lastimarse, calma, no le haremos daño... a ninguno de ustedes, jamás nos atreveríamos a lastimarlos — el capitán se aproximo demasiado a oliver, estiró la mano y acaricio su mejilla — creame, jamás haríamos algo para lastimar a un terrícola — sus dedos descendieron hasta la boca de oliver y le frotó los labios con el pulgar, todo se estaba volviendo muy raro, oliver fruncio el ceño y el capitán retiró la mano — le ruego me disculpe, esto no es escusa, pero jamás había conocido a un terrícola como usted, lamento haber sido impertinente.


oliver sintió que era suficiente del circo de los extraterrestres, incluso si arriesgaba su vida, prefería morir peleando a quedarse callado y vivir quien sabe que horrores.


— ¡liberenos ahora! ¿Que es esto? Ustedes están loco, no son extraterrestres, dejenme ir, ¡esto es un secuestro! Van a ir a la carcel...


El capitán asintió y le dedico una mirada al doctor por el rabillo del ojo, de un momento a otro sus ojos cambiaron, fríos ojos similares a los de reptil, sonrieron mostrando hileras aterradoras de dientes descomunalmente largos y sus manos cambiaron en garras como afilados cuchillos. Los terrícolas gritaron por el pánico, no sabían que clase de monstruos los habían secuestrado, lo único seguro era que ellos no eran humanos. Oliver y el resto de los humanos intentaron despegarse de las camillas y huir, uno de ellos logró voltear su camilla y caer al suelo. El doctor se apuró en volver a la normalidad y dio vuelta la camilla del pobre chico caído, pero el capitán no volvió a la normalidas, se aseguró de mantener su monstruosa forma mientras se acercaba aterradoramente a oliver, buscaba su reacción ante tal cambio. Oliver moría de miedo, se sacudía tanto como podía, estuvo a punto de voltear su camilla pero el capitán la sostuvo con fuerza.


— da mucha impresión ¿cierto? te doy miedo ¿Verdad? — la voz de el capitán era mucho mas grave que antes, oliver no paraba de gritar y llorar — ahora me crees ¿verdad? somos extraterrestres reales, fuimos a tu mundo en paz, no buscamos una guerra y menos conquistar el planeta — oliver estaba a punto de desmayarse, cierta espina de culpa se implantó en el capitán, por lo que volvió a su aspecto normal, eso tranquilizo un poco a oliver pero aun así guardaba un profundo pavor, se sentía una simple presa desprotegida. El capitán se aclaró la garganta y esta vez habló para todos los terrícolas — escuchen con atención, nosotros somos la real flota, fuimos a la tierra en busca de hombres por que en nuestro planeta natal ya no hay hembras y necesitamos reproducirnos para repoblar.


Todo aquello había sido dicho en un tono neutral, una valiosa información que llenó de desconcierto a los oyentes. A pesar del miedo avasallante que albergaba, oliver seguía siendo un nerd y por ende cada parte de su alma le gritaba que indagara aun mas en aquella locura.


— ¿que? Pero... No entiendo ¿si necesitan reproducirse entonces por que secuestran hombre? ¿Ustedes no saben que nosotros no podemos concebir?


El silencio reinó en la habitación, el doctor parecía a punto de decir algo pero fue rápidamente acallado por el capitán quien se digno a contestar.


— esa es una buena pregunta y te lo explicaría pero no lo entenderías... les basta saber que a partir de hoy serán legalmente ciudadanos de mi planeta, lo que ustedes conocen como Saturno.


Un suspiro general inundó la sala, no se sabía exactamente por que se los había elegido pero aquello no era un sueño, el secuestro era real, oliver estaba en una nave rumbo a Saturno para ser usado como hembra por extraterrestres gigantes.

4. Mai 2022 07:28 0 Bericht Einbetten Follow einer Story
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