Noches tristes, Noches infames... Follow einer Story

En las noches, cuando el amor calla y el miedo se expresa en llanto, parece que es imposible saltar y ser valientes para darse la oportunidad de la mejor decisión de nuestras vidas, enlazar nuestras manos. Solo el miedo imposibilita todo aquello que anhelamos, pues en mis sueños aparecés como el mayor anhelo, pero sigue siendo una utopía, es fácil abrazarse a una fantasía, recostarse en nubes celestes de algodón, y tan difícil de levantarse del suelo áspero donde solo existen pedazos rotos de nuestros corazones, es más fácil resguardarse en los sueños y no afrontar la realidad. Desamparado, sin esperanza y lleno de dolor es hora de comenzar de nuevo un camino largo de catarsis, muy distinto, donde la soledad es buscada, y el auto sabotaje aparece como fantasma nocturno.

El silencio ya no es un desierto, sino se ha convertido en un cuarto vacío lleno de letras tristes, donde el piano aparece constantemente cada vez que me quito una espina. Cada herida es una danza donde se entrecruzan mis miedos, mis frustraciones y mis dolores. Cada hoja con tinta la escribo con mi alma, creyendo que la curará, creyendo que la escritura me ayudara a salir del dolor, del vacío, del abismo, de tus besos, de tus caricias, de tus cantos, de tus sueños… La lista sigue infinitamente, porque existen tantas razones para amarte y aun así no encuentra alguna que me convenza de seguir.

Sigo avanzando por el camino del ferri, recordando que las luces son las únicas que me acompañan, que en algún momento llegará el tren a golpearme, ya sea para despertarme o pasar a la siguiente vida, me da ansiedad saber que las últimas luces que veré están llenas de tristeza, de letras crudas, de poemas vacíos, de literatura inservible, de canciones dedicadas y nunca escuchadas, de cartas que ya no se entregaron, de sueños frustrados, de amores perdidos.

La llovizna de sus ojos me recuerda que todo está perdido, que las risas faltarán, que el silencio cambiará, que las luces se apagarán temprano, y que las madrugadas viendo la ventana con su reflejo no regresarán. Las almas a veces se distancian, parece que las estrellas fugaces se persiguen y la única forma de que estén juntas es destruyéndose mutuamente. La velocidad de perseguir el amor daña colateralmente, porque aunque exista amor, el miedo se apodera de la mente.

Como aquella guitarra de media noche, como aquel grito del alma que se desgarra, como aquel pequeño trago que es un analgésico, porque es imposible creer que aquello posible ya no lo sea. Porque así somos, dos amantes que se conforman con verse a lo lejos, que se esconden en un mirada que se entrecruza constantemente esperando que el otro diga por fin un “te amo”, un “te extraño” o un “te quiero”, porque siempre, siempre, siempre nos hace falta el dolor que nos hace sentir vivo.

Noches tristes, Noches infames. Diciembre 2021