I
En un pueblo perdido de esta vasta región
Una misteriosa leyenda cuenta que allí aconteció.
Pedro el sembrador, cuenta con tristeza,
Que una tarde después de la jornada,
Se posó en el sembradío de maíz un ave con mucha rareza;
Haciendo caso omiso continúo con sus labores
Sin despegar los ojos de aquella ave
Que sin moverse de aquel lugar despertó sus temores.
A la mañana siguiente sin cansancio o demora
Despertó don pedro al trabajo con una energía arrolladora.
Y al mirar sus sembradíos quedó sin palabras
Todo estaba quemado en una escena macabra.
Que desastre, que tragedia a don pedro le acontecía
Pues un día antes el crédito bancario expiraría,
Dejando al pobre don Pedro absuelto de aquella deuda,
El banco no tuvo más remedio que saldar la Querella.
La policía hizo su reporte con gran algarabía,
La paloma quema maíz, la cosecha arruinaría.
Todos comentaban, todos lo sabían
Aquella ave sombría muchos estragos ocasionaba
Pues de allí en adelante muchas historias ya se contaban.
II
Don Toribio el alcalde también conto su historia,
Una noche al lado de su contador las horas eran transitorias
Vio claramente como la paloma se posó en su ventana
Y recodando la leyenda creyó que solo era una fábula vana
Continuase entonces con sus cuentas,
Que de aquella ave no temiese en tormentas.
Pero al quedarse dormidos y un profundo sueño
Aquella paloma de todo aquello se volvió su dueño y
Al comenzar el alba de la siguiente mañana
Toda la oficina parecía una gran maraña,
Papeles quemados en un gran desorden,
Llamaron a la policía para que el problema aborde.
Determinando sin categoría que todo estaba acabado
Y la rendición de cuenta que en unos días tenían pautado
Quedo suspendida lamentablemente para el siguiente año.
Todos comentaban, todos se asustaban ante este misterio
Pues había incertidumbre y un solo criterio
La paloma quema maíz, se había vuelto un asunto serio.
III
Doña Rita a los días comentó asustada,
Que sin saberlo de aquella paloma quedo preñada,
Todos los vecinos fueron sin demora
Para escuchar el triste argumento de aquella pobre señora.
Una tarde cuando Jacinto su esposo al trabajo ya se iba
Pues era vigilante en una gran compañía,
La mujer descansaba sola en su habitación
Cuando de pronto miró con atención
Que un ave extraña se posaba en su ventana,
Sin temor alguno no creyó en aquella leyenda
Y continúo descansando tranquila en su vivienda;
Sin embargo cayó en un profundo letargo
Y la paloma astuta logró su encargo,
Siendo la pobre Rita inocente de aquella acción
Terminó cansada y con mucha conmoción.
Don Jacinto que escuchaba muy atento
Espero que finalizara para dar su argumento,
Dejando saber que ya estaba resignado
Criaremos a un niño que seguro seria blanco;
Por hacer mención al color del plumaje de la paloma
Don Jacinto dijo su mensaje sin rencor que lo carcoma.
Rápidamente doña Rita salto al encuentro
Y con voz muy clara dijo lo que llevaba dentro:
Recordando muy bien lo que sucedió aquel día infernal
Hago Memoria muy bien el color del animal,
No era blanco como mi querido esposo decía
Más bien era más obscuro el tono de aquella bravía
Con el pico muy grande y negras las plumas tenía.
Será entonces de tez morena el color de la cría.
IV
Otro terrible misterio pasó en el patio del convento
Unas monjas con vergüenza contaron su triste cuento.
Una tarde mientras charlaban alegremente
Percibieron una brisa que les llamo la atención de repente,
Entonces observaron con mucha premura
Que eran cuatro las palomas que venían en la altura,
Llegaron ligeramente y se posaron en el muro
Sin embargo ellas continuaron sin ningún apuro.
Al pasar los minutos vieron con atención
Que las cuatro aves las atacaron sin ninguna precaución
Quedando muy agotadas y con un extraño olor a licor
Contaron las monjitas su historia con mucho dolor.
El padre del convento que escuchaba el argumento
Salto muy rápido para contar también su cuento,
Relatando que esa misma noche mientras
oraba con la madre superiora
Vio cómo se posaba un ave en su ventana sin demora,
Sin darle importancia continuaron con su faena
Pensaron que solo eran mitos de la gente ajena.
Pero lanzó un fuerte viento aquella ave harpía
Dejándolos sin ropas y con todo aquello arrasaría.
Terminaron desnudos y confundidos de aquel calvario
Despertando sudorosos dentro del confesionario.
En todos lados se multiplicaban historias
Que contaban las personas con mucha euforia,
Y por todas partes del pueblo entero
los relatos se contaban con mucho esmero,
Y haciendo de las suyas en todo el país
Así quedaría la paloma quema maíz.
Vielen Dank für das Lesen!
Wir können Inkspired kostenlos behalten, indem wir unseren Besuchern Werbung anzeigen. Bitte unterstützen Sie uns, indem Sie den AdBlocker auf die Whitelist setzen oder deaktivieren.
Laden Sie danach die Website neu, um Inkspired weiterhin normal zu verwenden.