whxba- willa jung

❝if you don't feel it too don't leave me loving you❞ Donde Min YoonGi vende su cuerpo para criar a su cachorro de seis meses y Park JiMin lo contrata todas las noches para tratarlo como se lo merece. ↪Advertencia: a los omegas hombres les van a llamar "madre"; con esto NO busco ofender a los personajes hombres, TAMPOCO los estoy feminizando, simplemente les puse así porque son capaces de dar vida. Si no te gusta, por favor no leas/hagas malos comentarios. ↪Mención de violencia física y sexual. Se recomienda leer con discreción. ↪Queda prohibida cualquier tipo de copia o adaptación de esta obra.


Fan-Fiction Bands/Sänger Nur für über 18-Jährige.

#jimin #yoongi #jimsu #omega #alfa #omegaverse #jungkook #angst
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[baby, there's no drug quite like denial]

—¡Piérdete, imbécil! —YoonGi gruñó, enseñando sus dientes al estúpido alfa que tenía frente a él.

Atrajo a su cachorro más cerca de su pecho para asegurarlo mejor y miró al alfa con seriedad, advirtiéndole que el acercarse a su bebé estaba prohibido, mas el otro lobo ni siquiera se inmutó.

—Anda, Omega. Ambos sabemos que no eres ningún santo. Ven conmigo en este instante —le ordenó, gruñéndole, y YoonGi apretó la mandíbula.

—Si das un paso más, te cortaré el cuello —el omega advirtió, haciendo caso omiso a esa parte animal que le exigía cumplir la orden del alfa.

Primero muerto que cumpliendo con la orden de un alfa.

El alfa se acercó un poco más, riendo burlón pues creía que el omega sólo estaba intentando asustarlo, y YoonGi volvió a gruñir, dejando a la vista sus colmillos bien afilados ni bien oyó el llanto asustado de su cachorro.

Oh, ese alfa estaba muerto.

La puerta detrás de YoonGi se abrió de forma a abrupta, las feromonas de alfa fuerte, imponente y muy enojado provocando una gran sonrisa en Min YoonGi. En tanto, el otro alfa tragó en seco, haciéndose para atrás.

—S-Señor —balbuceó torpemente en un susurro atemorizado.

HoSeok no dijo nada, sólo le observó mientras se acercaba a YoonGi para coger al cachorrito entre sus brazos, dejando que el omega se encargara de ese alfa.

—La próxima vez que hagas llorar a mi cachorro, HoSeok no estará aquí para salvarte. La próxima, te corto el cuello con mis propias uñas —YoonGi le gruñó, sonriendo burlón cuando el alfa le hizo una gran reverencia.

—Sí, s-señor. Sepa disculparme.

YoonGi infló el pecho, fingiendo que no le asustó el fuerte y ronco gruñido que HoSeok soltó cuando el otro alfa elevó la mirada.

—Tienes prohibido mirarlo, JinYoung.

El nombrado asintió, bajando la vista a sus pies mientras se alejaba de allí lo más rápido que sus pies le permitían. Y cuando se aseguró de que JinYoung no volvería, HoSeok rodeó a YoonGi con un brazo, cubriéndole la pancita mientras le gruñía suave en la oreja.

—JinYoung ya no va a molestarte —le prometió, tirando de él hasta ingresar a su departamento.

YoonGi rió bajo, girándose para mirar a HoSeok, quien le hacía pucheros, y a JungKook, quien dormía muy cerquita de la fuente de aroma de el alfa que ya conocía y quería a pesar de tener sólo seis meses.

—Creí que ibas a regañarme por mi atuendo —el omega admitió, dándole suaves caricias en las mejillas, por lo que HoSeok relajó los hombros.

¿Cómo ese alfa podía ser tan fuerte e intimidante con los demás, pero con él, un omega, ser un alfa muy sumiso?

—¿Eso haría que cambiaras tu forma de vestir? —HoSeok le preguntó con un puchero, atrayéndolo cerca de su pecho pues podía sentirlo inquieto.

—Sabes que no.

—Entonces no diré nada al respecto — HoSeok suspiró, sintiéndose aún algo incómodo por dejar ir al omega con ese crop top negro y pantalones muy ajustados a sus piernas.

Y no, a HoSeok no le molestaba cómo se vestía YoonGi, sino el hecho de que fuera habían muchos alfas estúpidos como JinYoung y, aunque lo quisiera, HoSeok no podía salvar siempre a su mejor amigo.

YoonGi rodó los ojos, sonriendo.

—Debes dejarme ir, HoSeok.

—No quiero —el alfa hizo que su voz saliera chillona, haciendo reír al otro.

—Pues no me importa lo que quieras —YoonGi bromeó, arrugando la nariz con una sonrisa divertida cuando vio al alfa hacer una mueca indignada. — Anda —pidió —. Mi horario comienza en pocos minutos. Debes dejarme ir.

HoSeok le sostuvo con un poco más de fuerza y YoonGi fingió lloriquear aún si sabía que podía liberarse del alfa en menos de un segundo. Porque aunque fingiera que no, HoSeok siempre cogía la cintura de YoonGi con suavidad.

—Anda —volvió a pedir, acariciando la cabecita de su cachorro mientras le olisqueaba la nuca, impregnándose del suave aroma a vainilla que poseía.

Haciendo un esfuerzo sobrehumano, finalmente HoSeok le soltó, gruñendo cuando YoonGi le sonrió leve, como si quisiese asegurarle sólo con eso que todo iría bien, que nadie le golpearía esa noche y que no se vería forzado a tener relaciones con más de un alfa a cambio de dinero si él no aparecía.

—Estaré bien, Ho —le prometió.

Y HoSeok no le creyó, mas le dejó ir.

—Lo sé —el alfa mintió, sintiendo que su parte animal le arañaba el interior del cuerpo pues el omega se iría y ya no podría protegerlo.

Pero... ¿qué podía hacer él? YoonGi ya había rechazado su ayuda y su marca más veces de las que podía contar con todos los dedos de casi diez personas. No había mucho que HoSeok pudiera hacer por su amigo, excepto cuidar de Kook por un par de horas mientras el omega iba a ganar dinero.

YoonGi se detuvo justo antes de abrir la puerta principal, teniendo un mal sabor en la boca por irse así, sin más.

—HoSeok —le llamó en un susurro.

—¿Sí, Hyung?

«Cuida de mi cachorro como a tu vida, y háblale de mí si esta noche no regreso a casa. Háblale de mami, por favor», le rogó sin siquiera decirlo en voz alta, temiendo que la vida fuese malvada con él si confesaba su miedo.

—Vuelvo en unas horas —le prometió.

El alfa sólo asintió, intentando darle al menos una pequeña sonrisa mientras acurrucaba al cachorro en su pecho, y YoonGi finalmente se fue, tragando el nudo en su garganta y limpiando sus ojos con rapidez al tiempo en que se apresuraba a ir a su lugar de trabajo, esa esquina putrefacta donde SeokJin y NamJoon le esperaban ansiosos.

Dios, cada despedida se sentía como...

—¡Por tu puta madre, Min YoonGi! —Exclamó SeokJin, abrazándolo con el corazón latiéndole a mil. — Creímos que no vendrías esta noche. Ninguno te vio regresar —medio le regañó, no conteniendo las lágrimas al ver que el omega contrario sonreía débilmente.

—Me contrataron para toda la noche —explicó sin querer dar detalles, por lo que NamJoon le abrazó con fuerza, besándole la coronilla.

—¿Estás bien? —Le preguntó.

—Por ahora —asintió con tristeza.

NamJoon suspiró, haciéndose para atrás para que SeokJin abrazara otra vez a YoonGi, siendo el mayor quien más preocupado estuvo por no volver a verlo.

—¿Cómo está tu bebé? —Jin preguntó.

—Muy bien. Está con HoSeok.

SeokJin suspiró, encontrando alivio en las palabras de YoonGi aún si sabía que Jung HoSeok era quien vendía las drogas que se consumían en esa zona de la ciudad. Era un buen alfa, a pesar de todo, y ellos confiaban en él.

—¿Cuándo vas a dejar que sea tu Alfa?

YoonGi miró confundido a NamJoon.

—Nunca. Yo no me someto a los alfas.

—Creo que es tarde para decir eso —NamJoon observó a su alrededor, no dejando que le afectasen los gritos de horror de un omega al que cinco alfas estaban golpeando a lo lejos. Después de todo, eso era algo... normal en un trabajo como ése.

—Esto es distinto —balbuceó YoonGi, sintiendo los ojos aguados por la gran humillación que sentía por venderse a cambio de un par de billetes —. Esto lo hago por mi cachorro, NamJoon.

—Enlazarte a HoSeok también tendría que ser por tu cachorro, Hyung —Kim NamJoon replicó. — Con Hoseok como tu Alfa, nada les faltará y nadie querrá meterse contigo. Acaso... ¿quieres más razones por las que enlazarte a Hyung es magnífico?

YoonGi le gruñó, enseñándole sus dientes ante la ofensa hacia cómo él cuidaba de su cachorro, y SeokJin le tuvo que poner una mano en el pecho, alejándolo suavemente de NamJoon.

—Tranquilo, YoonGi.

El nombrado le ignoró.

—¿Estás insinuando que lo hago mal? ¿Que no haberle rogado por su marca ni bien quedé preñado fue lo peor que pude haber hecho?

—NamJoon, no respondas —SeokJin le ordenó, mirado al omega menor como si quisiese asesinarlo pues conocía la respuesta a las preguntas anteriores. — No peleen de nuevo por esto —le rogó.

Pero NamJoon también le ignoró.

—Sí, YoonGi Hyung —respondió.

Y omega peliazul explotó, lanzándose sobre NamJoon para darle una gran bofetada que hizo chillar a Jin. YoonGi no era agreviso. No así. No con ellos.

—¡Limpiate la boca antes de hablar de mi forma de crianza! Absolutamente nada le falta a mi cachorro, nada, y es todo gracias a mí —YoonGi bramó, sus ojos aguados mientras se alejaba para recuperar la compostura.

¿Cómo NamJoon podía decirle algo así cuando claramente sabía que YoonGi quedó preñado por un alfa idiota que le forzó durante horas?

Por Dios, YoonGi quería asesin...

'No, YoonGi', se dijo, frenando todos sus pensamientos aterradores y muy llenos de rabia. 'Tranquilízate', siguió.

Cogió algo de aire y desvió la mirada cuando un carro conocido estacionó cerca de NamJoon, quien se despidió de SeokJin con una sonrisa leve antes de subirse. Poco después, Jin también se fue en un coche muy conocido por YoonGi, y sólo ahí pudo sollozar sin miedo a ser oído por sus amigos. Él en verdad entendía todas las razones, las preocupaciones y los consejos de Kim NamJoon, pero la sola idea de dejarse someter todos los días ante un alfa le parecía más humillante que tener que vender su cuerpo todas las noches.

Quería creer que había más dignidad en él vendiéndose sólo por la noche y siendo libre en el día, que en él siendo sometido por un alfa las veinticuatro horas del día. Lo último sonaba como la muerte para Min YoonGi.

Ugh.

'Concéntrate', se regañó.

YoonGi sacudió la cabeza, repitiendo mentalmente las placas de los coches que recogieron a sus amigos, aunque ya se las sabía de memoria. Esos alfas eran personas muy importantes a las que YoonGi ya se había vendido antes de conocerlo a él.

'Que ellos vuelvan a casa', rogó hacia la luna, cerrando sus ojos con fuerza mientras cruzaba sus dedos, dejando ir un suspiro aliviado cuando abrió los ojos y divisó ese coche. 'Viniste', YoonGi pensó contento.

La ventanilla del acompañante bajó lentamente, dejando ver al alfa rubio sonriendo de forma radiante hacia el omega antes de bajar del coche para apresurarse a abrirle la puerta, riendo divertido cuando YoonGi le gruñó.

—No tienes que hacer eso —le regañó, relajando todo el cuerpo cuando sintió el fuerte aroma del alfa en el interior del coche.

—Yo pongo las condiciones, Hyung.

YoonGi gruñó fingiendo desagrado mientras JiMin reía, besándole en la mejilla ni bien se sentó a su lado en el asiento del conductor. Ante el saludo, YoonGi no pudo hacer más que rodar los ojos, haciéndose chiquito en su asiento. Quería que el fuerte olor a almizcle y musgo del alfa se mezclara con el suyo.

—¿KooKoo está con HoSeok-ssi? —Le preguntó JiMin, conduciendo ni bien vio a YoonGi asentir. — ¿Cómo estás?

El omega se alzó de hombros.

—Discutí con NamJoon, pero nada de lo que debas preocuparte —aseguró.

—Mhm —JiMin frunció el ceño, pero no presionó al omega pues sabía que éste no le contaría ni un detalle de lo sucedido. En cambio, JiMin se dedicó a liberar feromonas tranquilas para hacerlo sentir bien, seguro.

—¿Tú cómo estás? —YoonGi cambió de tema, no cediendo a pesar de que su Omega le arañaba las entrañas por inclinar la cabeza y enseñarle cuello a ese alfa.

—No me puedo quejar.

JiMin se alzó de hombros, dejando ir una risita débil antes de negar con la cabeza.

Detuvo el coche en frente del apartamento de Jung HoSeok y tomó la mano de YoonGi cuando éste quiso bajar.

—¿Puedo ir yo, Hyung? —Preguntó con voz ilusionada, no permitiendo que la duda en el rostro de YoonGi hiciera que su ánimo se derrumbara —. HoSeok-ssi ya me conoce, así que no tendrá problema con que yo vaya.

YoonGi frunció el ceño, no estando muy seguro de eso. HoSeok podía ser realmente territorial y agresivo si un alfa se acercaba a JungKook o a él. Sin embargo, YoonGi no podía negarle eso a JiMin. No si le miraba con sus ojitos de cachorrito mojado.

Era su debilidad.

—Bien —cedió —, pero antes...

Sintiendo sus mejillas enrojecer, Min YoonGi cogió la camisa de JiMin para tirar de él, atrayéndolo a su pecho con lentitud y timidez. Una vez lo tuvo así de cerca, lo impregnó con su aroma a leche y galletas, teniendo que morder el interior de sus mejillas para que su Omega interior no soltara un chillido o algo que los delatase ante JiMin, el cual se dejaba hacer con la boca llena de saliva porque el omega olía... bien.

Realmente bien.

Por Dios.

JiMin se hizo para atrás, tragando el exceso de saliva antes de carraspear.

—¿Ya? —Preguntó, sonriendo burlón ante las mejillas rojitas del omega.

—Púdrete —YoonGi le gruñó bajito —. Sólo intento salvarte de una muerte lenta y dolorosa. No es más que eso.

JiMin le sacó la lengua, bajando del coche con emoción para ir a recoger a su bebé preferido. En tanto, YoonGi se hizo una bolita en su lugar, teniendo que cubrirse el rostro para evitar que alguien notase lo rojo que estaba. ¡Oh, por Dios! ¿Por qué lo había hecho? Su cuello era... realmente sagrado para él y ningún alfa además de HoSeok pudo olerle directo desde allí, ¿cómo es que ahora había hecho algo tan estúpido?

Literalmente, se entregó a JiMin.

Oh, por Dios. Estaba tan jodido.

—Volvimos —JiMin dijo con alegría al ingresar al auto, cargando al cachorro con una sola mano mientras que con la otra sostenía el bolso que HoSeok le había dado luego de gruñirle y advertirle que le destrozaría si lastimaba a YoonGi. — HoSeok-ssi no me golpeó esta vez.

YoonGi suspiró aliviado, utilizando aquél logro para excusarse por haber dejado que Park JiMin se acercara así su cuello.

—Y todo es gracias a mí —alardeó con una sonrisa, recibiendo a su cachorro con emoción. — Jamás debes burlarte de los métodos de Hyung, JiMinnie.

El alfa sonrió.

—Ahora lo sé.

JiMin vio al omega inflar el pecho de orgullo, con fingida actitud altanera, y no pudo evitar reír, sintiéndose muy enternecido por el radical cambio que tuvo YoonGi ni bien JungKook le tomó uno de los dedos con su manito.

—Hola, cariño —YoonGi le susurró —. ¿Extrañaste mucho a mami a pesar de que sólo pasamos media hora lejos del otro? ¿Mhm? —Le preguntó contento, observando al cachorro dormir —. Yo también te extrañé mucho, cielo.

Oh.

Min YoonGi era tan jodidamente lindo.

—A mí también me extrañó —JiMin le comentó, queriendo pelear al omega y sacarle algún que otro gruñido pues le encantaba ver a YoonGi siendo celoso del bebé —. Me lo dijo ni bien me vio.

—Eso es mentira —YoonGi le gruñó ligeramente, enseñándole los dientes, y JiMin no pudo evitar reír, sintiendo cálido el corazón —. Mi cachorro sólo extraña a mami, ¿cierto, cielo?

El pequeño cachorro se acurrucó en el regazo de YoonGi, afianzando el débil agarre que los unía, sintiéndose seguro y cómodo rodeado de la mezcla muy extraña de aromas; y YoonGi tomó eso como un «Sí, mami» que le hizo inflar el pecho de orgullo.

—Te lo dije —YoonGi se burló.

Y JiMin no intentó contradecirlo ni en lo más mínimo, pues el suave aroma a leche y galletas que el hermoso omega poseía comenzó a endulzarse cuando YoonGi oyó los ruidos muy bajitos que JungKook hacía mientras dormía.

Jodidamente tierno.

—Llegamos —JiMin susurró al apagar el auto una vez estacionó en el garage. — ¿Puedo cargar a JungKook, Omega?

YoonGi no encontró cómo negarse.

—Claro.

El alfa sonrió emocionado, tomando al pequeño cachorro con delicadeza antes de atraerlo hacia su pecho para que no sintiera frío, le besó la cabeza con delicadeza y luego tomó la mano de YoonGi para guiarlo al interior de su hogar, el cual estaba fuertemente impregnado de su aroma. A YoonGi le encantaba.

—Ponte cómodo —le dijo, señalando el cómodo sofá negro de la pequeña sala —. Le daré un baño a este lindo cachorrito y luego haré de cenar, ¿sí?

YoonGi asintió lentamente, con una débil sonrisa que JiMin se encargó de besar con suavidad, acariciándole las caderas con ayuda de su dedo pulgar.

—Ponte cómodo —JiMin le repitió en un débil murmullo. — No me tardo.

El omega volvió a asentir, relajando los hombros al estar en un lugar que ya conocía, uno que era seguro tanto para él como para su bebé, uno que estaba impregnado del fuerte aroma a musgo y almizcle.

Estaban a salvo.

Sin pensarlo, YoonGi se sentó en el sofá, permitiendo que la comodidad y suavidad de los cojines le llenara por completo, eliminando poco a poco sus preocupaciones y sus miedos.

Estaban a salvo.

—Hyung —el lejano llamado del alfa hizo que YoonGi comenzara a salir de la inconsciencia, no entendiendo aún cuándo fue que se quedó dormido. — YoonGi Hyung, despierta —le susurró, acariciándole los cabellos —. KooKoo, dile a mami que despierte, que tienes hambre y debemos cenar.

YoonGi oyó los ligeros balbuceos de su cachorro, por lo que abrió lentamente los ojos y sonrió en grande al notar la gran sonrisa que JiMin le dedicaba.

—Hola, dormilón —le susurró.

—Hola, JiMinnie.

—¿Descansaste?

—Algo —YoonGi admitió, aceptando la mano que el alfa le extendía para ayudarlo a incorporarse —. ¿Cuánto dormí? —Le preguntó, dejando que JiMin le abrazara por la cintura y le marcase suavemente con su aroma.

Para YoonGi, recostar su mejilla en el pecho de JiMin, dejando su naricita de botón muuuy cerquita de la fuente de aroma del alfa, era lo más hermoso de el mundo. Para JiMin, tener a YoonGi y a JungKook así de cerca, abrazando a ambos en señal de protección, hacía que su Alfa se sintiese mucho mejor y recuperado.

—Una hora y media —le comentó —. La cena ya está lista, por cierto, y este bello principito se muere de hambre.

JungKook balbuceó, estirando ambos bracitos hacia YoonGi, quien no dudó en cargarlo, marcándolo con su suave aroma a leche y galletas, y luego hizo una pequeña mueca ante el extraño ruido que emitió su estómago.

—Parece que el príncipe mayor tiene mucha hambre también —bromeó el alfa, riendo bajito cuando el omega le gruñó en advertencia, gruñón como siempre.

—Alimenta a tu Hyung —le ordenó con voz suave, sus mejillas rojitas al oír la débil carcajada que JiMin soltó.

Oh, Dios. YoonGi estaba tan...

JiMin colocó una mano en la espalda baja de Min YoonGi, guiándolo hacia el comedor, donde la comida caliente y deliciosa les esperaba. Se sentaron en sus lugares habituales y cenaron tranquilos, manteniendo una amena conversación acerca de sus largos días mientras muy de vez en cuando Kook interrumpía la conversación con sus ligeros balbuceos o pequeños besitos hacia YoonGi y hacia el lindo alfa que le alimentaba con un biberón de leche y le mimaba con los ojos brillando de amor.

Oh, Dios. JiMin estaba tan...

JungKook eructó, haciendo reír a los adultos, y mientras JiMin le mecía de aquí para allá tarareando una suave canción de cuna, YoonGi se encargó de limpiar los trastes aún si el alfa le había prohibido en más de una visita que hiciera mínimos esfuerzos. Para JiMin, la comodidad de YoonGi era lo más importante, así que por nada del mundo le dejaría hacer quehaceres.

Aunque claro, YoonGi era cabeza dura.

—¿Terminaste? —JiMin le gruñó bajo, sin intención de asustarlo, y rió al oír el gruñido de YoonGi.

—No me gruñas, alfa de cuarta —se quejó, alejando a JiMin cuando éste quiso abrazarlo por la cintura.

—Dejaré de gruñirte cuando me hagas caso.

—Entonces vamos a intercambiar gruñidos por mucho tiempo más —YoonGi sentenció, cruzando ambos brazos sobre su pecho e ignorando el gran sonrojo que le tiñó las mejillas y las orejas cuando JiMin le mordió con suavidad el hombro.

—¿Qué te parece si en vez de actuar todo gruñón con tu lindo Dongsaeng, no vas a tomar un baño? ¿Mhm? —JiMin susurró en su oído, rozando la nariz cerca del cuello del omega que se estremecía ante su dulce tacto —. Prepararé la tina como tanto te gusta.

YoonGi se relamió los labios, bajando la mirada al suelo mientras sentía la mano cálida del alfa adentrarse bajo su crop top para acariciarle la panza con suavidad, acercándolo a su pecho de manera inconsciente.

JiMin era casi hipnótico.

—Está bien, pero... —el omega dejó de hablar, demasiado avergonzado por lo que quería pedirle por primera vez. Y es que YoonGi nunca le pidió nada a pesar de la gran confianza que existía entre ambos.

—¿Pero...? —JiMin le animó, besando su mejilla derecha con suavidad.

'Bien, YoonGi. Sólo dilo. ¿Qué podría salir mal, además de ser rechazado?'

—¿Podrías...? ¿Podríamos ducharnos juntos? —YoonGi le preguntó, tímido, estando a punto de arrepentirse pues sabía que aquello era demasia...

JiMin frunció ligeramente el ceño, no esperando una petición como esa mas en definitiva no sintiéndose ofendido.

—Está bien —accedió, abrazando al omega con firmeza cuando le sintió temblar asustado. — Está bien, Gi.

Oh.

—¿Lo está? —YoonGi dudó.

—Sí. Está bien. Podemos hacerlo.

Y ante eso, YoonGi suspiró aliviado, haciéndose chiquito en el pecho del alfa para impregnarse de su aroma. Mientras tanto, JiMin apoyó su mejilla en la cabeza del omega, acariciándole la espalda con suavidad.

—Dejaré a JungKook en su cuarto —el alfa le susurró luego de unos minutos. — Espérame en el baño, ¿sí?

—Sí —YoonGi asintió, dócil.

Confiaba plenamente en JiMin, así que no le avergonzaba o le provocaba temor el mostrarse tan sumiso y dócil.

—Bien —JiMin le sonrió dulcemente, animándolo a ir al baño mientras se encargaba de dejar a JungKook en su cuna. Acarició el cabello del cachorro y rió enternecido cuando vio cómo el pequeño arrugaba la naricita antes de acurrucarse en la mantita lila que él le había comprado —. Dulces sueños, cariño —le susurró —. Iré a cuidar de tu mami.

JiMin encendió la pequeña luz color verde del cuarto, se aseguró de que el monitor de audio estuviese encendido y luego salió de allí dejando la puerta entreabierta, listo para dirigirse hacia el baño, donde YoonGi le esperaba en silencio, sentado en la tapa del retrete mientras se pellizcaba los costados de sus dedos, arrancando la piel luego.

—No hagas eso, Hyung —JiMin pidió, apresurándose a arrodillarse delante de YoonGi para tomarle de las manos y luego besarlas con suavidad. — Tus manos son muy hermosas, Omega. No las maltrates de esa forma.

YoonGi le gruñó, pero su suave aroma se hizo ligeramente más dulce ante la suavidad con la que JiMin le trataba, y eso fue más que suficiente para hacer sonreír al risueño alfa.

—Tomaré eso como un «Mi hermoso Dongsaeng, te prometo que no lo haré más» —bromeó ligeramente antes de inclinarse para robarle un débil beso —, y espero que lo cumplas esta vez.

—Lo intentaré —YoonGi cedió, dócil.

—Así me gusta.

El omega rodó los ojos, mas no dijo nada. Mientras, al alfa abrió el grifo del agua caliente, sabiendo que a su Hyung le gustaba sentir el agua muy caliente a la hora del baño. Y para él, era gratificante saber que Park JiMin le conocía tanto como para actuar tal y como le gustaba.

—Anda, quítate la ropa —JiMin miró al omega luego de unos minutos, no pudiendo evitar reír ante el enorme sonrojo que éste tenía en las mejillas.

Dios.

—Púdrete —YoonGi le gruñó.

—Oh, lo haré, cariño, pero antes debo ducharme contigo. Es la única forma en que podré comprobar si te duchas o sólo ocultas tu hedor con perfume.

Oh.

YoonGi le observó indignado, riendo bajito mientras le daba un manotazo en el hombro. Ese alfa tan tonto..., ¿cómo se atrevía a decirle que hedía?

Sin pensarlo dos veces, el bello omega comenzó a quitarse la ropa con toda la lentitud posible, fingiendo que no le avergonzaba la situación y la manera en que Park JiMin se mordía el labio inferior mientras miraba cada parte de su cuerpo.

Oh, Dios.

Con la piel más palida y cremosa que JiMin alguna vez había visto, algunos lunares esparcidos en todo su cuerpo formando extrañas figuras, hombros anchos, caderas pequeñas, casi toscas, y una cintura a penas notoria que en definitiva no cumplía con el 'estándar de omega' que la sociedad les impuso, el omega, a ojos de JiMin, era tan...

Wow.

—Eres realmente hermoso, Hyung —el alfa le confesó con total sinceridad.

Ow.

YoonGi se sintió enrojecer.

—Me lo dicen a menudo —respondió de inmediato no queriendo demostrar cuánto le encantaban los halagos, por lo que el alfa negó con una sonrisa. En el fondo, esperaba una respuesta así.

—Ya lo creo —murmuró.

El omega suspiró, cruzando ambas manos delante de su cuerpo, y luego se mordió el interior de las mejillas, dudando en si debía o no mirar a el hermoso alfa mientras éste se quitaba lentamente la camisa celeste que tenía puesta.

—Está bien —JiMin concedió con un susurro cálido —. Yo te miré, así que, si quieres, puedes hacerlo también.

Oh.

YoonGi asintió, dócil, antes de elevar la mirada, sintiendo sus mejillas muy rojas cuando vio el abdomen plano y marcado del alfa, seguido de muslos firmes y una cintura que... Dios.

JiMin definitivamente era...

—Hermoso —el omega susurró.

Ow.

¿Había dicho eso en voz alta?

El alfa sonrió sin enseñar los dientes antes de extender su mano para que YoonGi la tomara. Luego, lo guió a la tina, permitiendo que ingresara antes, y sonrió más tranquilo cuando notó la tranquilidad que invadía a YoonGi a medida que se sentaba y dejaba que el agua relajara sus músculos.

—¿Bien?

—Bien —YoonGi asintió, satisfecho.

Luego, JiMin se adentró en la tina, sentándose detrás de YoonGi antes de abrir sus piernas para que el omega se acomodara entre ellas, admirando por un momento lo jodidamente bien que sus cuerpos se complementaban. Y es que JiMin nunca se había detenido a pensar en eso.

Era simplemente...

—Recuéstate en mi pecho —le indicó, rodeándole la cintura con suavidad.

YoonGi obedeció, jadeando de forma inevitable cuando el alfa le abrazó y le impregnó con su fuerte aroma, nunca tocándolo indebidamente, sólo siendo suave, tratándolo como se lo merecía.

Para YoonGi, era imposible no amar la personalidad tan sensible del alfa.

—Cierra los ojos —JiMin le pidió en un susurro, rozando suavemente su nariz en la oreja del omega, quien se mordió el labio inferior con nervios antes de obedecer —. Deja que haga todo yo, ¿okay? Confía en mí, Hyung.

De más estaba decir que Min YoonGi confiaba plenamente en ese bello alfa.

—Okay. Confío —YoonGi le susurró.

Por eso, cuando sintió agua cayendo en su cabeza y luego las manos suaves de JiMin masajeándole lento el cabello con lo que él suponía era shampoo, el omega ni siquiera atinó a chillar. Sólo se dejó hacer con paciencia, tratando de atrapar cada una de las emociones y sensaciones que JiMin le trasmitía a través de algo tan simple como lavar su cabello.

Vaya que YoonGi amaba eso.

JiMin sonrió ante el dulce aroma que el hermoso omega liberaba de forma inconsciente, mezclándose con el suyo para crear una combinación que... en definitiva, contrastaba perfectamente.

Igual que ellos.

—No abras los ojos —JiMin advirtió, vertiendo agua en la cabellera de el omega para eliminar el shampoo —. Listo, pero aún no los abras —pidió.

Y cuando YoonGi menos lo esperaba, sintió una áspera esponja recorriendo todo su cuerpo con parsimonia, desde sus hombros hasta sus pies, borrando cada beso indebido, cada golpe y cada recuerdo malo que el omega tenía.

Oh.

JiMin le estaba limpiando de la forma más hermosamente lenta y para Min YoonGi aquello era parecido al cielo.

¿Cómo un alfa podía ser tan dulce?

—Terminé —JiMin le informó antes de besarle con cautela en el cuello, no queriendo incomodar al bello omega.

—Gracias —YoonGi le susurró, tímido.

—¿Harías lo mismo por mí? —El alfa le preguntó, acariciando sus hombros con suavidad.

Oh.

YoonGi se sintió desfallecer.

—C-Claro —balbuceó, asintiendo casi de forma robótica —, pero ¿cómo...?

JiMin le tomó por las caderas sin decir ni una palabra, dándole la vuelta para que le mirase a los ojos, para sentarlo sobre su regazo, y YoonGi bajó la vista inmediatamente, obligándose a actuar como si nada pasara, como si aquella posición no le hiciese sentir aún más amor por su hermoso Dongsaeng.

Porque a los alfas no les gustaba que los omegas estuvieran arriba de ellos, pero JiMin fácilmente le dio eso y el omega...

—¿Esta posición está bien? —JiMin le preguntó con cautela, no atreviéndose a tocarlo hasta tener su aprobación.

YoonGi sólo quería abrazarlo.

—S-Sí —el omega balbuceó aturdido.

—Okay —JiMin le sonrió, pidiéndole permiso con la mirada antes de posar ambas manos en la cintura del omega, quien tembló ligeramente.

YoonGi no estaba acostumbrado a esa clase de cercanía e intimidad con él.

—Cuando estés listo —JiMin le incitó en un susurro —. Soy todo tuyo, Gi —le susurró al cerrar los ojos, teniendo gran confianza en YoonGi.

Oh.

El omega se tragó un puchero, pues no quería echarse a llorar frente a JiMin por algo tan absurdo, y luego cogió el cuenco para verter agua en la cabeza del alfa, teniendo extremo cuidado y cautela al acunarle la mejilla. JiMin tenía la piel muy suave y YoonGi no quería correr el riesgo de arruinarlo.

JiMin confiaba plenamente en él.

—Ow —el alfa susurró, encantado.

—¡¿Te lastimé?! —YoonGi se alarmó, queriendo alejarse del alfa, pero éste sólo negó con una sonrisa, abriendo uno de sus ojitos.

—Tranquilo —JiMin le acarició con parsimonia, liberando más su aroma. — No hiciste nada, Hyung. Sólo... Tus manos y caricias son tan suaves —le dijo en un débil susurro, tomando las manos de YoonGi para llevarlas a sus mejillas —. Quiero más mimos, Hyung.

Oh.

YoonGi obedeció, rojo hasta el cuello, y se obligó a sí mismo a recuperar la compostura antes de subir las manos al cabello de JiMin para masajear toda su cabeza con suavidad, encantado al hacer algo tan simple como lavarle el pelo a un alfa. Y que JiMin sonriera y cerrara los ojos, queriendo disfrutar al máximo el íntimo momento, sólo hacía que YoonGi enrojeciera más.

Casi que parecía un tomate.

Luego de unos cortos minutos, YoonGi masajeó la nuca de JiMin, riendo bajo ante las ligeras cosquillas que el pelo del alfa le causaba en las puntas de los dedos, por lo que JiMin sonrió.

—¿Te gusta esto, Omega? —Preguntó, inclinando la cabeza hacia adelante para darle mayor acceso.

—S-Sí, JiMinnie —YoonGi susurró.

—Qué bueno —con suavidad, el alfa le besó el hombro izquierdo, sonriendo al sentir cómo el omega temblaba —. A mí también me gusta. ¿Deberíamos repetirlo mañana, Hyung?

—S-Sólo si tú q-quieres, JiMinnie —le respondió, sintiéndose avergonzado al no poder hablar sin tartamudear, mas no podía evitarlo.

Estar sobre JiMin era algo.

—Yo quiero, Omega, pero ¿qué hay de ti? No haré algo que no quieras, ya lo sabes —el alfa le recordó, arrastrando sus colmillos por el delicado hombro de YoonGi.

El omega se estremeció, apartando ligeramente a JiMin para verter agua sobre su cabeza y así eliminar el resto de shampoo. YoonGi no podía pensar si tenía al alfa tan cerca y en verdad le estaba avergonzando no poder hablar sin tartamudear.

—Tú sabes que quiero, JiMinnie —le dijo con un doble sentido que hizo al alfa sonreír débilmente.

—Entonces está hecho: de ahora en más, sólo nos ducharemos así —dijo, contento, y luego atrajo a YoonGi más cerca de su cuerpo, no importándole realmente el que el omega aún tenía que limpiar su cuerpo.

—O-Okay —YoonGi se sonrojó.

JiMin apretó suavemente la piel del omega, oyéndolo jadear bajo antes de inclinarse para besarlo en los labios con la mínima insinuación de lengua, YoonGi sintiéndose estremecer ante eso.

Dios.

Al-JiMinnie —YoonGi se corrigió de inmediato, apretando los hombros del hermoso alfa mientras éste le besaba los labios con dulzura y le acariciaba la espalda baja.

YoonGi no podía llamarle así aún cuando JiMin le llamaba «Omega».

—¿Sí, Omega? —JiMin le preguntó, mordiéndole el labio inferior.

—Cama —susurró YoonGi —. Vamos a la cama, por favor —le pidió, tirando la cabeza para atrás para que JiMin le besara el cuello.

Poco le importaba ya.

JiMin podía estar cerca de su cuello.

El alfa obedeció, cargándolo por los muslos como si no pesara nada, y le mordió ligeramente la piel del cuello antes de volver a sus labios, teniendo cuidado de no tropezar con la ropa en el suelo mientras se dirigía al cuarto. Una vez allí, JiMin recostó a su Hyung en la cama y luego se ubicó entre sus piernas, no dejando de besarlo.

Y eso fue lo que hicieron por horas: besarse y acariciarse mutuamente.

Para YoonGi, aquello era el cielo.

—Duerme un poco, Omega —JiMin le dijo mientras lo arullaba en su pecho segundos después de haber dejado un último beso en los labios del omega — Duerme. Yo los cuido —le susurró.

YoonGi asintió, dejándose abrazar, y posó la nariz en la fuente de aroma de JiMin, inhalando débilmente antes de dejarse llevar por el cansancio, por el revuelo de emociones en su corazón y por la seguridad que el alfa le daba.

━━━━━ ☆. ☪ .☆ ━━━━━

JiMin recostó al lindo cachorro junto a YoonGi, cubriéndolo con el cobertor y la camisa que había dejado llena de su aroma. Besó la mejilla de JungKook con cautela, permitiéndose pasar toda su nariz por los cabellos del pequeño, y luego besó la frente de YoonGi, todo su ser sintiéndose enternecido al ver que el omega buscaba más besos aún si se encontraba dormido.

—Shh —JiMin lo arrulló, peinándole el cabello con los dedos —. Descansa, Omega. Duerme tanto como quieras.

YoonGi hizo pucheros, por lo que el alfa le dio un besito en los labios y le impregnó aún más con su aroma, sus ojitos aguándose al ver que el omega poco a poco volvía a dormirse.

—Quédate en casa, si lo deseas. Es tu casa, tu lugar seguro —le susurró al oído, mordiéndose el labio inferior. — Deseo que se queden conmigo, Hyung. Por favor, ya no huyas —le suplicó.

Luego, JiMin se alejó, recuperando la compostura al ver a Kook buscando el calor, la dulzura y la seguridad de YoonGi, quien le rodeó en un abrazo y le besó la frente como primer instinto.

JiMin quería desesperadamente eso.

—Los veo luego, preciosos —susurró.

Y cuando estaba por irse, dejando un enorme fajo de billetes en la mesita de luz que había destinado a YoonGi, por fin vio la hermosa foto posada allí: él, su esposo y la pequeña barriguita que contenía a sus cachorros.

Dios.

JiMin puso el cuadro boca abajo con un sollozo queriendo escapar de su boca y luego salió de allí, intentando recuperar la compostura pues debía ir a trabajar.

Y en la habitación, llorando en silencio para que JiMin no se diera cuenta, Min YoonGi cogió el cuadro y observó detalladamente la foto que conocía de memoria pues llevaba casi cinco meses viéndola al despertar.

¿Por qué le sucedían estas cosas a él?

Sin pensarlo dos veces, YoonGi esperó a que JiMin saliera de la pequeña casa para incorporarse, decidido a vestirse e irse de allí cuanto antes, cogiendo el dinero muy a su pesar y abrazando al cachorro contra su pecho para que no sintiera frío.

¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?

—Ven por mí —le pidió a HoSeok al instante en que respondió la llamada, y no pasaron ni siquiera diez minutos para que el alfa estuviera frente a la puerta de la casa, eserándolo con los brazos abiertos y un pequeño beso en la frente.

—Hola, cariño —HoSeok le susurró.

YoonGi sollozó, abrazándolo.

Se sentía horrible consigo mismo por aceptar el dinero que Park JiMin le dio, pero él en verdad lo necesitaba y sabía que, de ser necesario, pasaría cada noche permitiendo que JiMin le usara sólo para poder criar a su cachorro como lo venía haciendo hasta ahora. Sin embargo, eso le dolía tanto.

—Lo ha vuelto a hacer —YoonGi lloró contra el cuello de HoSeok, quien besó su frente y le acarició la espalda con una mueca en los labios. — Ha usado todo el amor que le tengo para tratar de convencerme de que me quedara.

Y HoSeok nunca, jamás en su vida, le diría a YoonGi «Te dije que lo haría».

—Tranquilo, Hyung —dijo en cambio, limpiándole las mejillas —. Hablemos mejor en el auto. Compré el desayuno.

El omega asintió, dejándose llevar al interior del coche por HoSeok, y dejó a su cachorro en la sillita para autos antes de subirse al regazo del menor, haciéndose chiquito en el pecho de HoSeok mientras éste le acariciaba la espalda con suavidad, liberando más su aroma para calmarlo.

—Me ha dicho que es mi casa, mi lugar seguro, y realmente no puedo creer que haya tenido el descaro de decir eso cuando soy un reemplazo.

HoSeok suspiró, no sabiendo qué decir, y le abrazó, besándole la frente.

—Lo siento mucho, YoonGi Hyung.

El omega lloriqueó.

Porque YoonGi sabía, aunque nunca se lo hayan dicho, que Park JiMin sólo lo contrataba para llenar el vacío que le dejó la muerte de Kim TaeHyung, su antiguo Omega, y, en consecuencia, la de los gemelos que esperaban.

A JiMin no le importaba que YoonGi estuviese enamorado de él, sólo le importaba el poder llenar su gran vacío, y eso hacía a YoonGi un jodido reemplazo. Hacía a JiMin igual que los alfas que contrataban a YoonGi, y si bien Min YoonGi estaba acostumbrado a ser un objeto de satisfacción que los demás podían utilizar y desechar cuando ya no les servía, realmente le dolía estar enamorado de JiMin.

Eso sólo hacía todo jodidamente peor.

Sin embargo, YoonGi creía de forma estúpida que JiMin cambiaría, que le querría eventualmente, y que jamás tendría que volver a estar sentado en el regazo de Jung HoSeok mientras el corazón se le rompía en mil pedazos.

Lo creía porque, para Min YoonGi, no había mejor droga que la negación.

19. November 2021 18:36 0 Bericht Einbetten Follow einer Story
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Das Ende

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willa jung jung hoseok lo arruinó para todos los demás. wtpd: @|whxba- @|abduzhobi-

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