El cambio constante Follow einer Story

Se encontraba en una de las situaciones críticas de la vida, en las ocasiones que dependía de un hilo para algo bueno o malo, en este caso específico, entre morir y vivir. Había viajado de manera progresiva por un camino conocido y desconocido a la vez; conocido porque era un lugar frecuente en el que se conocía que todas las personas del país pasaban para ir de vacaciones a lugares considerablemente bellos en los que se puede estar apaciguarte, mientras que en el caso de que es desconocido porque es la primera y posiblemente única vez que transciendo en tal ruta sombría de una felicidad pausada. ¿Es hora adecuada de recordar un momento no tan apreciado de mi vida? ¿este puedo ser mi último pensamiento?, o ¿acaso, las personas se hacen las mismas preguntas antes de su muerte?, un pensamiento tal errante, tan inexpresivo, un momento de túnica vital. Este preciso momento que nadie conocerá, una de las pocas e insignificantes cosas que nadie recordará por no darle el nivel de importancia necesario. ¿Qué pasaría si...?, un posible cambio de esta ruta filosófica.

Se encuentra camino hacia los asientos para esperar su siguiente vuelo funesto. ¿Conocía la forma de su deceso?, una tranquilidad impávida corría su cuerpo en descanso. Al estar esperando en aquel asiento del aeropuerto NAVES, veía por la ventana el descenso y aterrizaje de varios aviones tripulados. Su mente divagaba entre pensamientos, e ideas llenas del fruto de la duda, como: ¿Estar así de tranquilo mientras las probabilidades de morir en vuelo son de 15%?, a pesar de ser mínimo el porcentaje, existe el riesgo ya que se desconoce de un hecho del futuro. Aunque, cuál es la diferencia entre morir y vivir el mismo día. Bueno, las personas normalmente corresponden a este pensamiento meramente como ideal para saber que, si un 85% de las personas que han viajado en avión por todo el mundo, sigue con vida, es porque es seguro en su mayoría. Como arriesgarse a comprar un boleto de lotería, gastar en un pequeño papel solamente porque existe la posibilidad de ganar una gran cantidad de dinero. Sin embargo, lo asumen el factor "suerte" para eso, muy parecido a la Ley de Morphy. Nuestro personaje sigue entrelazado entre idea profunda de dudas más allá de lo social. Queriendo excusarse para evitar el miedo a la muerte, un miedo impregnado a la naturaleza humana y de la vida misma para sobrevivir.

Se encuentra en un estado paciente, serio, nervioso y por supuesto, de insomnio. Mientras más piense más se cansa de pensar en lo mismo. ¿Creer que, pensando en una situación específica, encontrará por arte del azar una solución para su vida? o, en este caso, ¿su muerte? -El vuelo 1329 está por salir- dijo la azafata, mientras el personaje se ve envuelto en la angustia porque se entera de que ya han pasado 2 horas de espera. Sus ideas vagas ocuparon todo su tiempo así de veloz, -no, no-, se repetía en su mente mientras corría sin que se le caiga el equipaje de las manos hacia el avión.