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-¿En qué estás pensando?- Preguntó su mejor amiga.

-¿Eh, U-uraraka-san?- Exclamó el peliverde un tanto sonrojado por la falta de
distancia entre él y su amiga.

-És una falta de respeto no prestar atención a las clases Midoriya-kun- Decía su
amigo haciendo unos gestos como si fuera un robot.

-¿Eh, y los demás dónde están?- Preguntó un tanto confundido el peliverde
queriendo saber dónde estaban sus otros compañeros ya que estaba seguro de
que hacía solo cinco minutos que había empezado su clase de Inglés con el
profesor Mic.

-La clase terminó hace diez minutos y desde entonces que hemos intentado
despertarte pero parecías estar en tu propio mundo, hay algo en qué podemos
ayudarte Deku?- Pregunto un tanto preocupada su amiga por el peliverde.

-Si Midoryia-kun sabes que somos tus amigos y que si necesitas ayuda solo
tienes que pedirnosla y te ayudaremos.-Decía haciendo sus típicos
movimientos robóticos.

-Gracias chicos pero estoy bien de verdad, siento haberos preocupado, es solo
que se acerca el cumpleaños de mi madre y no se que regalarle-Comentó un
tanto sonrojado por tal confesión.

-Si ese es el problema puedes regalarle una colonia, o alguna joya o…-antes de
poder seguir un peliazul la corto.

- Podrías regalarle un libro de cocina ya que aprender es lo más importante.-
Decía el peliazul siguiendo con sus movimientos robóticos.

- Gracias chicos quizá lo haga, bueno creo que será mejor irnos o se nos hará
tarde para ir a nuestra casa.

-Cierto, bueno chicos nos vemos, y iros rápidamente y en calles llenas de gente
para que no os roben o os asalten y tened mucho cuidado. -Advertía el peliazul
sabiendo que el peliverde siempre se metia en problemas.

-Esta bien Ida-kun, ten cuidado tú también- dijeron el peliverde y la chica a la
vez.

Cuando el peliazul se fue la chica divisó a sus padres y se despidió de su amigo
para así reunirse con su familia

El peliverde al despedirse de su amiga vio la hora en su celular y casi le da un
paro cardíaco faltaban diez minutos para que el tren que tenía que coger se
fuera y de la escuela UA hasta la estación estaba a veinte minutos.

Así que como un ratón escapando de su depredador fue corriendo esperando
llegar a tiempo, y que si no fuera por un policía que estaba vigilando si todo
estaba bien dentro del tren, él no hubiera podido llegar a tiempo ya que las
puertas todavía estaban abiertas por la inspección.