Kurzgeschichte
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Floreciendo un hermoso amor

Theo Blue miró la última vez que Tom Rawson le había mandado un texto.

Realmente se estaba encaprichando por los lindos mensajes diarios que un extraño chico lindo le mandaba.

Y no, no era extraño por no conocerlo personalmente, porque en realidad sí que lo hacía. Era extraño porque él en sí era una persona extraña.

Al menos para Theo, y es por esa razón que al chico de cabellos castaños le comenzó a llamar la atención ese chico de mirada seria.

Cuando Theodoro llegó a estudiar en Lancaster University* para su primer año en canto, al entrar lo primero que llamó su atención fue aquél chico de cabellos rojos, desinteresado y serio. Pantalones ajustados y sudaderas de colores llamativos. Para Theo era el chico más hermoso y misterioso que había visto a lo largo de sus diecinueve años de vida.

En cuanto las semanas pasaban, para este, ese chico se le hacía cada vez más misterioso y... extraño.

No era muy sociable, siempre trataba de entablar la menos conversación posible con los demás y para la mala suerte de Theo, nunca había tenido la dicha de verlo sonreír.

Un día, Blue había tenido que ir a hablar con el director del establecimiento, y cuando iba a tocar la puerta, esta se abrió dejando a la vista del peli-castaño los ojos algo sorprendidos de aquél chico al que había estado mirando desde que llegó a aquél lugar.

—L-Lo siento. —hizo una pequeña reverencia. El peli-rojo lo miró por unos segundos sin decir nada al respecto y salió del lugar dejando la puerta abierta.

Para Theo había sido lo mejor del mundo. El chico le parecía mucho más hermoso de cerca.

Al entrar, y mientras hablaba con el director, vio un papel a su lado con un número, dirección de correo electrónico, dirección de casa y un nombre.


Tomas Rawson.


Y para estar más seguro, se atrevió a hacer una pregunta al director.

—Disculpe director Zhang... ¿Era Tomas Rawson el chico que salió hace un rato?

El señor de avanzada edad lo miró y asintió no dándole mucha importancia al interés del muchacho con el otro chico.

Theodoro con todo el cuidado que pudo anotó el número que ahí había escrito y lo guardó en sus contactos.

Desde ese día en la tarde, el chico decidió hablarle a aquél muchacho del que se sentía tan atraído.


"Hola!:)"

Y se había sorprendido al recibir un texto de inmediato.

"¿Quién demonios eres?"

Vaya, que hostilidad...

"Vamos en la misma Universidad, y realmente me pareces una persona muy interesante... Tom R.

A propósito, puedes llamarme T:D jaja ¿viste que nuestras iniciales coinciden?"


Theo se había arrepentido al instante cuando mandó el mensaje y lo releyó.

¿Por qué diablos le dijo que eran de la misma Universidad?

El de cabellos rojos le contestó a los segundos.


"Me importan mil hectáreas de pepinillos si te parezco interesante o si vas en la misma universidad que yo. No me jodas, que molesto."


Y Theodoro comenzaba a entender la razón del por qué Tom Rawson no tenía muchos amigos en la Universidad aparte de aquél lindo chico Coreano de último año en Interpretación llamado JunSeok

.

"Pero que malhumorado~
Realmente estaba emocionado al encontrar tu número :("

"Eres muy molesto, chiquillo."


Y desde ahí habían comenzado a hablar, y a pesar de que en un principio Tom era muy frío y mal hablado, comenzaba a cambiar...

Y Theodoro lo supo cuando le llegó aquel mensaje que le había alegrado el día.


"Sabes T, me caes muy bien. Hasta te tomé cariño. Realmente me encantaría saber quién eres en persona."


Y desde aquella vez sus mensajes fueron más... personales para ambos.

Theo volvió a mirar su teléfono.


0 mensajes.


Tampoco lo había visto en los patios de la universidad.

—Hey, Theo ¿Qué tal?

El chico de cabellos castaños miró al mayor que estaba tomando asiento a su lado.


— Hola, JunSeok.

—¿Qué tanto miras en tu teléfono? Parece como si estuvieras esperando algo muy ansioso.

Theo se sonrojó al notar la voz picarona en su mayor.

Sobre todo porque este sabe de su pequeño secretito. Además de ser el mejor amigo del chico que le gusta.

—O-oye...

El mayor rio y sacudió el cabello del más joven.

—¿Tommy aún no responde?— el menor negó —que raro... nunca suele dejarte esperar tanto tiempo por un texto.

Theodoro volvió a mirar su teléfono.

Nada.


^^^^


Theo estaba recostado en su cama cuando su teléfono comienza a vibrar.

Un texto.

Al verlo, una sonrisa adornó su rostro de inmediato.


"Siento mucho no haberte podido responder antes, T!!!:( pero mi Moni se enfermó y lo llevé al veterinario. Está mejor, así que no te preocupes. ¿Qué tal estás tú, mi T?"


Theodoro sonrió.

Su T. Que lindo.

}

"Espero que Moni se recupere, y no esté grave<3 Por otro lado, hoy no te vi Tom R., así que excelente no estoy... :("

"Que lindo~

Oye, T, ¿Cuándo nos vamos a ver?:\
Realmente quiero ver a mi lindo bebé."


Theo miró aquél mensaje con miedo. Tal como lo había hecho con los muchos más textos anteriores que Tomas le había mandado.

No era que no le gustara la idea. En realidad, de sólo pensarlo le daban mil sensaciones diferentes en el centro del estómago, comenzando por la emoción. Pero... ¿y si Tom se decepcionaba de él? ¿Y si no era la persona a la cual el bello Tomas Rawson esperaba que fuera?

Temía ser rechazado por el chico que le gustaba.


"¿T?

T, estás ahí?"


"Sí, lo siento.

"¿Realmente tienes tantas ganas de que nos veamos?"

"¿Cómo siquiera puedes hacer semejante pregunta? ¡Desde hace siete meses que nos mensajeamos! ¿Por qué no querría ver el rostro de la persona que me gusta? Ya bastante idiota me siento al no saber tu nombre real."

"Tomas... "

"T, necesito verte."

Necesito besarte.

Necesito abrazarte.

Necesito ver que eres real y que no he estado fantaseando estos últimos meses.

Realmente quiero tenerte entre mis brazos y poder darte todo el cariño y amor que tengo para ti.

¿A qué le temes? Siempre que hablo sobre esto esquivas el tema."

"Tommy, tengo miedo."

"¿Miedo a qué?"

"Miedo a que...

Te decepciones de mí.

De quién soy."


Listo, lo dijo.


"¿Cómo puedes decepcionarme?

"¡Por favor! ¿Cómo puedes pensar eso?

¡Mierda!

¡Yo debería ser el que tiene miedo de no ser lo suficiente para tí!

Mierda, T, enserio ¿Por qué piensas eso?"

"¿Y si me dejas de querer al conocerme
en persona?"

"No te podría dejar de querer ni aunque tuvieras tentáculos en lugar de brazos."

"¿Qué pasaría si me ves en persona?"

"Lo primero que haría, sería abrazarte.

Segundo, besarte. Mierda, como lo deseo.

Tercero, decirte lo mucho que te quiero.

"Y cuarto, pedirte que seas mi novio mientras te miro a los ojos."

"Podemos ser novios virtuales."

"Eso es como
virtualmente nada."

"Tomas, por favor..."

"No.

T, por favor.

Si realmente me quieres tal cual me lo dices diariamente, me dejarás verte.

Mañana, antes de la primera clase te estaré esperando en la banca que me siento siempre en los recesos.

Si me quieres, vas a ir.

Te estaré esperando.

Ahora me iré a dormir, ya es muy tarde, y deberías
hacer lo mismo.

Buenas noches, mi T.

Te quiero<3"


Theo no sabía que hacer al respecto.

¿Qué iba a pasar si no iba?

Seguramente Tomas no le hablaría nunca más. Y él dudaba poder con el dolor de ser ignorado por el chico del cual estaba enamorado.

A pesar de que el peli-rojo no supiera sobre su real identidad.


++++


Theo suspiró. Y sentía que si lo seguía haciendo se iba a quedar sin aire en los pulmones.

Sus manos sudaban y las sentía temblar.

Aún podía retroceder... pero no lo haría.

La noche anterior hizo un gran debate por horas en su cabeza sobre si debía ir o no. Y, finalmente, llegó a la conclusión de que no perdía nada al ir e intentarlo. Además de demostrarle que de verdad lo quería.

En realidad, era más que eso.

Theodoro Blue estaba total e irremediablemente enamorado de Tomas Rawson. Y eso no iba a cambiar. El chico estaba seguro de ello.

Cuando el chico estuvo a las afueras de la universidad, pudo ver fácilmente al chico sentado en la banca que le había pedido verlo. Su mirada estaba perdida en su celular, al cual miraba como si este fuera lo más interesante del mundo.

Estaba nervioso.

Comenzaba a sentir náuseas.

Quería llorar.

Y golpearse por lo patético que estaba siendo.

Tomó una gran bocanada de aire para votarla lentamente.

Se acercó a su chico.

Estaba a sólo unos pasos. Pero ya no podía arrepentirse.

Tomas veía su sombra frente a él.

El peli-rojo comenzó a levantar la cabeza lentamente, repasando con cuidado cada detalle de el chico parado frente a él. Desde los pies hasta que llegó a su castaña cabellera.

Tomas no tenía expresión alguna en su rostro, cuando miró a Theo a la cara no hizo ni un comentario ni tampoco una mueca en señal de... algo, cualquier cosa.

Eso hizo que el menor, T, quisiera llorar aún más que antes. El menor bajó la mirada cuando sintió sus ojos cristalizar.

—¿T?

Theodoro volvió a subir la mirada cuando Tomas se puso de pie y se colocó al frente del menor.

—¿Tú... eres T?

Este no supo descifrar el tono del mayor.

¿Estaba molesto?

Theo miró al frente, quedando con la vista fija al cuello de Tom.

—L-Lo siento. T-Te dije que te i-ibas a decepcionar.

Su voz se estaba quebrando.

Definitivamente iba a llorar.

¿Por qué carajo tenía que ser una persona tan débil emocionalmente?

—Yo... no...— Tomas sonaba algo confundido por las palabras de Theo.— ¿Por qué crees que me decepcionaste?

Theodoro apretó los labios.

—Dime, T, ¿no te había dicho yo que te seguiría queriendo seas como seas?

Theo abrió los ojos llorosos grandes al mirar a su Tommy.

—¿No lo estás?

Tomas negó. Y después de tanto tiempo, Theo pudo ver una sonrisa en los labios de su chico.

Era la sonrisa más hermosa que podría haber visto. No era para menos, el dueño era el chico más hermoso que pisaba el mundo.

Al menos, su mundo.

Tomas tomó las mejillas de Theo entre sus manos, haciendo notar lo perfecto y cálido que se sentía el tacto de su piel contra la del menor.

Lo miró con ternura.

—Yo... quedé sorprendido al verte. En realidad, no ahora, si no el primer día. Cuando entraste por esa gran entrada con una adorable sonrisa mirando todo nuevo a tu alrededor, yo quedé sorprendido al ver que alguien podía ser tan hermoso y siquiera real. Después, no podía dejar de verte cada vez que podía... aunque siempre con cuidado a que no me descubrieras. ¿Sabes? Algo dentro de mí me hacía pensar en tu rostro cada vez que leía un mensaje tuyo. No sé por qué, pero... Dios, algo me decía que eras tú el chico del cual estoy locamente enamorado.— Tomas acariciaba las mejillas sonrojadas de Theo con sus pulgares— Estoy tan feliz de poder al fin abrazarte.— Estrechó al chico entre sus brazos. Jamás un abrazo había sido tan cálido como ese, para ambos. — Decirte lo mucho que te quiero, y lo bien que me has hecho.

—Tom yo... — Theo miró hacia arriba, conectando la mirada con el mayor. —estoy tan feliz de saber que también me mirabas... en serio.

Tomas rió y se separó unos momentos del abrazo.

—¿Sabes que más estoy feliz de poder hacer ahora?

Theodoro se sonrojó, aún más.

Pues se lo había dicho por mensajes.

Tomas se inclinó unos cuantos centímetros para que pues, el menor pasara sus brazos por su cuello para finalmente juntar sus labios en ese tan esperado beso.

Ambos sintieron una explosión de emociones positivas en todo su cuerpo. Los labios del otro eran suaves y cálidos, ideales para el otro.

El beso no era desesperado, era más bien algo tranquilo y tierno.

Theo sonrió cuando Tomas de repente pasó su lengua por su labio superior para después morder el mismo de manera juguetona.

—¿No faltaba algo más de la lista para cuando nos viéramos? —Theo sonrió.

Tomas lo tomó por los hombros y lo giró para sentarlo en la banca que estaba a su espalda. Este lo miró algo confundido, pero cambió rápidamente de expresión a una de sorpresa al ver lo que hacía.

Este se arrodilló frente a él, mientras le tomaba de las manos, sin importarle que estaban en medio del patio de la universidad y muchos pares de ojos los miraban curiosos.

—Theodoro Blue,— el castaño se sorprendió al ver que Tom sabía su nombre— estoy total e incondicionalmente enamorado de ti desde hace ya unos, muchos meses, y dudo en demasía que eso vaya a cambiar en un futuro cercano, ni siquiera en uno lejano. Por lo tanto, quisiera saber si tú aceptarías ser mío, sólo mío y nada más que mío y yo poder mimarte, amarte como la persona más especial en mi vida y también yo ser tuyo en todos los sentidos existentes.— Tomas besó los nudillos del chico. Volvió su vista a los tiernos ojos de Theo —T, mi querido T, ¿me harías el hombre más feliz al aceptar ser mi novio?

Theo realmente sentía que ahora en definitiva iba a llorar.

Asintió como loco de la cabeza para después ponerse de pie y parar con él, su ahora, novio.

Se abalanzó al más alto y le besó en los labios como siempre lo había querido hacer.

Al romper el beso, el castaño volvió a sonreír.

—No quiero nada más en este mundo que hacerles saber a todos el que mi novio es Tomas Rawson.

Ambos se abrazaron y, fue entonces cuando Theodoro Blue, cayó en la cuenta que después de todo, quizá era destino el que estén juntos.

Pues Tomas se había fijado en él cuando entró por primera vez a la institución, al igual que él.

El que ellos se enamoraran era algo inevitable, pues ellos lo habían echo el primer día que se vieron el uno al otro sin que se dieran cuenta.



__

*Lancaster University; destaca por llevar más de tres décadas formando artistas de diversas disciplinas: literatura, interpretación, show business. Su campus está en el noroeste de Inglaterra, cerca de las ciudades de Manchester y Liverpool, lo que la convierte en la institución docente más importante de la región. (fuente, https://astonherencia.es)

Nota: Todos los detalles son ficticios a excepción de la Universidad.

14. April 2021 05:16 0 Bericht Einbetten Follow einer Story
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Das Ende

Über den Autor

Vale Galaz Necesito vaciar mi mente a través de la escritura, lectura y diversión.

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