Son las tres de la mañana, Lena na sigue dando vueltas en la cama, sin poder dormir. En la casa totalmente vacía, se oían ruidos y pisadas. En la cocina, parecía haber alguien abriendo los armarios. Con los ojos cerrados, Lena de repetía una y otra vez que era una pesadilla, debía serlo. De vez en cuando notaba cómo alguien le acariciaba el brazo. Otras veces, unas voces hacían que se sobresaltara. Ella nunca había creído en los fantasmas, ni en las almas o los espíritus. Cuando veía películas de fantasmas, solía reírse. Todas esas historias y leyendas, esas series y películas de fantasmas, eran tontería pura para ella.
Lena se había abrazado a sus rodillas, con la cabeza hundida en ellas. Tambaleándose hacia delante y hacia atrás, negando desesperadamente con la cabeza mientras no dejaba de llorar en silencio. Esas voces estaban cada vez más y más cerca, cada vez eran más entendibles. Podía notar el alienado en su oreja, cómo le respiraban tan cerca, cómo una fría mano se paseaba por su espalda.
La caída de un cuadro la sobresaltó, haciendo que abriera sus ojos. Y ahí estaba,delante de ella, quieto, sin inmutarse.
Lena pegó un grito desgarrador lleno de horror, y salió corriendo por la puerta de casa, dejando todo atrás lo más rápido que pudo y su cuerpo le permitía.
A las3:45:00llegó a una parada de bus abandonada, donde se sentó a llorar agotada por haber corrido. Al poco, un autobús de un verde oscuro apareció parado frente a ella. Sin pensarlo dos veces, se levantó, y sin limpiarse la cara, subió a ese vacío y frío autobús. A las3:47:07,el autobús desapareció en medio de una niebla densa.
Y así, otra alma inocente fue recolectada...
Vielen Dank für das Lesen!
Wir können Inkspired kostenlos behalten, indem wir unseren Besuchern Werbung anzeigen. Bitte unterstützen Sie uns, indem Sie den AdBlocker auf die Whitelist setzen oder deaktivieren.
Laden Sie danach die Website neu, um Inkspired weiterhin normal zu verwenden.