V
Verum-M M.A


Esto no es ficción, es mi historia, me presento en crudo y desnuda. Te toca a ti decidir si mi historia merece la pena ser contada, y si él es lo peor o lo mejor que me ha podido pasar.


Romantik Zeitgenössisch Alles öffentlich.

#258 #locura #amor-odio #condena
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121 ABRUFE
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Capítulo 1

Todo empezó como empiezan todas las absurdas novelas de amor, en verano, porque todo ocurre en verano.

Tan solo tenía 12 años cuando le conocí, Hugo, un chico bastante feúcho a mi parecer, un chico de 13 años serio, con los ojos mas oscuros que jamas había visto, no era el color al que me refiero ya que tenían un color verde, sino su mirada, tenía la típica mirada de alguien que se esconde, como de un niño pequeño cuando le riñen por hacer algo malo.

Ellos estaban sentados en los escalones de mi instituto, el cual daba por finalizado el año y con lo cual yo había aprobado con nota raspada, el siguiente año sería el segundo de cinco que me esperaban en aquel instituto porque repetí con una cantidad increíble de suspensos tercero, ellos eran mis amigos de aquellos años de institutos y a el nunca antes lo había visto, iba si no recuerdo mal con una camiseta negra de letras blancas que ponía “puma” y el puma correspondiente a la marca, unos pantalones de chándal anchos y unas deportivas que no recuerdo el color, los acompañantes eran mi amigo de la infancia Lucas y Steven un también reciente amigo el cual hacía un par de meses que conocíamos, yo iba con entonces mi mejor amiga “Hache” odiaba su nombre así que todo el mundo la llamábamos así y a mi me gustaba nos daba glamour en el grupo. Y bueno yo no me he presentado, yo soy Hera, un nombre que solo dos enamorados de la mitología griega podrían a su hija, Hera es la reina de los dioses y esposa de Zeus, aunque me voy del tema, Hugo, él es el verdadero rey de los dioses de las novelas románticas y sabréis porque.

-Yo soy Hugo.-La voz tierna, calmada y vergonzosa no me caló en ningún lado, no podía parar de mirare a los ojos, como si el fuese Medusa y al mirarlo a los ojos en parte me quedase de piedra, sin exagerar sus ojos oscuros y fríos me llamaban mucho la atención, con voz pausada y una sonrisa liguera le contesté:

-Hola, yo soy Hera.-Su mirada cambió, se hizo más suave, y sus ojos se tiñeron de un toque burlón.

Y esas fueron las primeras palabras y miradas que compartimos y ahí, justo en ese momento cambió todo.

Aquella tarde junto con Hache, y los tres chicos, donde no recuerdo más que unas simples risas y algún golpe sordo, porque nosotros éramos así, éramos de pegarnos y reírnos. Volví a casa, a mi hora, fui la primera en irme, ya que mis padres eran bastante estrictos con el horario de vueltas a casa aunque en verano se iban relajando poco a poco pero, así a las 8:30 de la tarde yo volvía a casa, recuerdo que mis amigos comenzaron a burlarse como siempre, y yo les contestaba burlona con bromas y empujones, Hugo no entró en ningún momento en ninguna broma ni ningún empujón, se mantenía serio y distante, estaba claro que era por vergüenza, él era el nuevo y ser el nuevo nunca es fácil, recuerdo pensarlo mientras me acompañaban a casa y por el rabillo del ojo mientras Luis me empujaba y me hacía bromas lo veía mirando hacía nosotros y agachando la cabeza, pensé que no iba a juzgarlo por su comportamiento extraño de aquel día, le daría una oportunidad y ahí con esa reflexión empezó una cadena de oportunidades trágicas.

Recuerdo llegar a casa aquella noche, el olor a cerveza y mi padre en el sofá serio, mi madre no estaba en casa, estaba trabajando en la casa de una mujer mayor limpiando, me metí en mi habitación saludando de forma distante a mi padre el cual no respondió, me duche y me puse el pijama no sin antes marcar desde le fijo a Hache la cual me respondió con un:

-Holiiiii.-Yo me reí, acabábamos de estar juntas pero aún así siempre nos llamábamos para repasar la tarde y contarnos alguna gilipollez que los chicos no nos habían dejado contarnos, recuerdo que aquella llamada se centró en el chico nuevo, simplemente estuvimos hablando un par de minutos, nos despedimos y colgamos, volvía a la realidad de mi casa, salí de la habitación y el seguía ahí, recuerdo como la boca del estomago me quemaba, hacía un par de horas mis padres se habían peleado, mi padre después de pelearse con mi madre estaba peor que de costumbre, esperamos a mi madre así en silencio viendo la tele, hasta que llegó, me saludo y se metió en la habitación, ya no salió en toda la noche, así que me levante y me puse ha hacer la cena para los tres, carne y puré de patatas, salí a decirle a mi padre que la cena ya estaba que si quería cenar, pero ya no estaba, había salido de casa, me acerqué a la puerta a preguntarle a mi madre si quería cenar, ella simplemente dijo “No”. Así que me prepare mi plato y me senté en la mesa, cambié de canal y puse “la que se avecina” una serie de televisión que siempre veía Hache y al final le pille la gracia también a verla.

Mientras cenaba me vibró el móvil, seguí cenando hasta que termine, recogí y fregué la cena, guarde en un recipiente lo que había sobrado de carne y al sentarme en el sofá miré quien era, era un numero desconocido, sin foto y sin mas pistas, en el mensaje enviado ponía:

-Hola, ¿que tal?.-Yo no estaba acostumbrada a este tipo de cosas jamás había hablando antes con alguien que no fuesen mis amigos y mis padres.

-¿Quien eres?.-Le respondí.

-Soy el violador de Heras.-Aquel juego de palabras, no me gustó, me puse nerviosa y con mi inocencia y mi infantil imaginación me puse a recordar casi todos los capítulos de crímenes de series que había visto y empezaban con algo así. -No en serio, ¿quien eres?

-Ya te lo he dicho.

-No me gustan este tipo de bromas.

-Vale vale, soy Hugo.-Me sorprendió, jamás me hubieses imaginado que sería el, el chico vergonzoso y callado que hacía no mas de dos horas había conocido por primera vez. No recuerdo mucho mas de aquella conversación. Me fui a dormir y apagué el movil.

Las clases pasaban lentas, menos cuando el se asomaba por la pequeña ventana de la puerta, nos comunicábamos por señas y leyéndonos los labios, la mayoría de los profesores se pensaban que hablaba sola o que era imbecil, otros le pillaban y lo mandaban a su clase o a la sala de guardia con algún parte, era divertido, yo iba a clase con Hache y a ella le impactaba la situación ya que por los pasillos hacíamos como si casi no nos conociéramos pero luego nos tirábamos horas hablando por teléfono y me buscaba por la ventana para hacer ese tipo de tonterías, era nuestro juego de niños, unos niños que no sabíamos que estábamos jugando con fuego.

Con el tiempo me di cuenta que este juego solo me haría daño, así que intenté alejarme de él, y esto nos remonta al día de hoy, tengo 16 años y tras muchos intentos de alejarme y unirme, estoy aquí.

De nuevo verano esta vez de madrugada en una discoteca que huele a humo, alcohol y sudor, mis amigas una panda de locas, Hache y Elena; a Hache ya la conocéis, Elena es mi amiga de la infancia llevo con ella desde que tengo uso de razón, con Elena y Hache hemos creado nuestro grupo de inseparables, los demás eran chicas y chicos que habíamos conocido con el tiempo y el salir de fiesta.

-Esta noche va a ser in-cre-í-ble.-Hache dice eufórica con un cubata en la mano y un porro en la otra.

-Eso dices siempre, pesada.-Elena le corta quitándole el porro y mintiéndoselo en la boca.

-Y nunca me equivoco.

-Amén.-Digo riéndome y cambiando la música del móvil.

Estamos sentadas en las escaleras principales de una antigua discoteca abandonada, que queda a un par de minutos de donde vamos, estamos las tres solas porque las demás se han ido a cenar y las estamos esperando.

-¿Donde mierda quieres ir tío?.-Una voz imposible de no reconocer al instante aparece delante de nosotras.

-Ya te lo he dicho a mear.

-Hey hey, aquí a mear no vengáis tíos guarros.- Contesto simple y sin mirarle, pongo en marcha mi mecanismo de defensa haciendo como si no me importase lo más mínimo, pero por dentro soy una bomba a punto de explotar.

-¿Que hacéis aquí tan solas las tres mosqueteras?.-Dice en tono burlón Steven, ¿os acordáis de el? Uno de los chicos que iba con Hugo cuando le conocí por primera vez. Después de aquel día, los tres siempre iban juntos; Hugo, Steven y Lucas.

Hache sonríe al instante y lo mira con ojos brillantes.

-¿Os queréis quedar?.-Dice Elena leyéndole la mente a Hache.

Hache lleva enamorada de Steven desde que lo conoció.

-¿Tenéis vasos y hielo de sobra?.-Pregunta Steven, al momento mirando a Hache y sonriéndola.

-Claro, somos las tres mosqueteras estamos preparadas para cualquier tipo de problema.-Digo mientras tiro el humo del porro que Elena me había pasado. Steven sonríe, pero Hugo no dice nada solo coge el vaso que Lucas le pasa y se echa hielo, vodka y fanta.

-Oye ¿Y Lucas?-Pregunto a los chicos.

-Lucas se ha quedado con unos amigos en el parque, ya sabes que no le gusta mucho este tipo de cosas.-Steven me dice levantando los hombros.-Yo asiento, Lucas me ha apoyado mucho estos meses con mi padre.

Elena la que siempre se siente más tranquila con estos dos es la que inicia conversaciones y bromas internas, gracias a ella tanto yo como Hache nos relajamos, bueno el alcohol también tiene su mérito, cuando nos queremos dar cuenta estamos los cinco riéndonos, bailando, pegándonos y Hugo también tras el segundo cubata más alguna calada de nuestros porros, no se cuanto tiempo a pasado pero calculo por cubatas y porros que al rededor de dos horas, y entonces decidimos ir hacía la fiesta, por el camino había que cruzar una carretera enorme y con la pre-fiesta aún era mas grande.

Ya dentro las tres vamos directas como siempre a “nuestro” sitio de aquella discoteca, perdimos a los chicos nada más entrar por la puerta. Y nos ponemos en todo el centro de la pista, arrastramos una mesas y unas sillas de taburete para dejar los bolsos y con toda la cara nos ponemos a bailar como descocadas, el alcohol había echo efecto en las tres, aparece el grupo de chicas y chicos con los que teníamos la idea de pasar la pre-fiesta y aumenta el grupo de personas sudando, bailando y riéndonos.

Esos momentos son los que me gusta hacer una foto mental pero no de lo que veo sino de lo que siento.

-Voy al baño.-Le chillo al oido a Elena.

-¿Te acompaño?.-Me pregunta echando un vistazo al camino lleno de gente.

-Si, porfa.-Contesto y miro a Hache para preguntarle también pero su boca esta ocupada con uno de nuestro grupo, miro a Elena y nos empezamos a reír, me coge de la mano y vamos directas al baño, por el camino veo a la lejanía a Hugo, junto una chica, pelirroja, alta y extremadamente delgada, hablando muy cerca el uno del otro, en ese momento juro que explotaría y dañaría a todo lo que me rodea, pero mi caparazón es más fuerte que mis ganas de quedarme en ridiculo chillándole a un chico que con los años lo único que me ha demostrado es que solo sabe jugar con los sentimientos de todo lo que le rodea y allí pasando al lado de ellos solo puedo tener algo de pena por su siguiente víctima, pongo mi mayor sonrisa y saludo a su dirección también a los chicos que le acompañan los cuales también conozco, Elena aprieta fuerte mi mano, me conoce desde pequeña y sabe mi forma de afrontar situaciones difíciles. Hugo me ve y en su mirada no hay nada, el también sabe jugar a ese juego.

Ya esta casi acabando la noche, pero a nosotras aun nos queda cuerda y ganas de seguir, como nosotras la mayoría de gente que hay aquí, empieza una canción, qué inevitablemente todas empezamos a cantar y bailar como locas, mientras bailo una mano me toca la cadera y me echa hacia atrás, sube la manos hasta mi obligo el cual estaba a la vista ya que llevaba un top amarillo clarito, me intento girar pero la mano no me deja y empiezo a enfadarme un poco, pero el perfume mezclado con sudor y su olor real, me relaja de inmediato y cojo su mano reconociendo su piel áspera, entrecierro los ojos y me dejo guiar por él , os sonará una locura pero se que es él, todo a mi alrededor desaparece, no hay nadie solo yo y sus brazos, consigo por fin girarme y mirarle a los ojos, esos ojos que después de tantos años no han cambiado, oscuros, verdes y profundos, me deja de piedra, él sonríe con los ojos muy levemente, yo no sonrío solo le miro, siento como me agarra otra vez de la cadera acercándome a él aún mas y noto su respiración por encima de mí y así seguimos bailando ya sin compás sin sentido, nuestra propia música, nuestro propio baile, callados y mirándonos, hasta que noto como para, agacha la cabeza y se va, haciendo el mismo ruido con el que había venido, pero dejándolo todo roto.

7. März 2021 15:00 0 Bericht Einbetten Follow einer Story
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Fortsetzung folgt… Neues Kapitel Every week.

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