La emboscada.
La pesada armadura que embestía lo hacía ver más fuerte de lo que era, con su espada arrasaba a su paso al enemigo. El peleaba por Esparta, y se deleitaba en la lucha en el campo de batalla.
Cayó su escudo, una lanza atravesó su brazo él quedo tendido en el suelo y su escudo también, en ese instante que parecía sería el último, una espada se interpuso ante su muerte, batalló y venció, llevando al herido a un lugar seguro, una fosa de tierra con tapa de madera cubierta de pasto y tierra sería su salvación o su tumba.
Los guerreros del ejército enemigo, abandonaron el pueblo y Ragnar y su esposa guerrera lograron salvar sus vidas.
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