ilamarz just ilam

《A JungKook le parece horrenda la bufanda emplumada que TaeHyung lleva puesta, y decide darle un buen uso en la cama. A TaeHyung le parece ridículo el pantalón que aprieta esas musculosas piernas del chico, y le pide que se los quite.》 🍻 JungKook: top // TaeHyung: bottom 🍻 One-shot en dos partes 🍻 Contenido sexual y homosexual 🎊 Todos los derechos reservados 🎊 No copias ni adaptaciones 🎶 En caso de haber algún error o incoherencia, tener la libertad de comentarlo. --ɪʟᴀᴍ


Fan-Fiction Prominente Nur für über 18-Jährige.

#fiesta #alcohol #jungkook #seokjin #jimin #yoongi #taehyung #18 #smut
162
5.3k ABRUFE
Abgeschlossen
Lesezeit
AA Teilen

Primera Parte

Banana brains, you're the apple of my eye

Stay with me tonight

'Cause I'm having the best time of my life


—Banana brains - Die Antwoord


.


[ ♤ ]


Uso exagerado de palabras altisonantes.


No se ofenden los vestuarios.


[ ♤ ]


.


La música resonaba en lo alto, invadiendo cada rincón de la mansión. Era tan fuerte que incluso los que no habían sido invitados, se divertían fuera de la fiesta.


Cuando TaeHyung se enteró por medio del mayor de sus amigos que había sido cordialmente invitado a su fiesta de cumpleaños como era de todos los años, porque claramente no podía faltar a algo tan importante como la celebración de los 25 años de SeokJin, no dudó en llamar a su mejor amigo para hacer una pijamada en su casa y así vestirse apropiadamente antes de ir a casa de los Kim.


Recordaba la emoción que emanaba por cada poro del bello rostro de su amigo, quien había mencionado que había contratado al primo de un amigo para que le ayudara con la preparación de su gran, deslumbrante, épica, super gay, colorida, brillante y ridícula fiesta. Y estaba completamente seguro de que terminaría siendo la mejor del año o incluso de toda la existencia de la escuela. Pues escuchar a SeokJin diciéndole por teléfono ¡Y santa mierda! Lo que me va a a costar para que Jackson se encargue de todo. ¡Pero es solo una puta decoración! Y TaeHyung contestándole con un Sí, hyung. Pero piense como él. Eres un maldito rico y debe aprovecharse para sacarte el jodido dinero del bolsillo, sea como sea. Si te hará una fiesta, te hará una fiesta. Y el mayor contestó con un chillido de emoción, olvidando el dolor de cabeza que le había dado cuando supo el precio mínimo de su celebración.


Ambos chicos recibieron un correo, que había sido enviado por Kim mayor. Éste decía la hora, el lugar y -por supuesto y lo más importante- el tema de la fiesta.


—¿Que quiere qué? —Cuestionó Park, sacando la cuchara con chocolate de su boca.


—¿Ropa ridícula? —Continuó TaeHyung, alzando la mirada y dejándola sobre un punto fijo de su habitación, con la paleta de fresa resaltando en el interior de su mejilla.


—¿Y cómo rayos se supone que es eso?


El de oscuros cabellos, salió de su correo antes de ingresar a un chat privado con el mayor, preguntándole a qué se refería con aquel requisito obligatorio para entrar a la fiesta.


Jodido hyung

Sólo vete con lo primero que encuentres en tu armario, y con eso es suficiente

No necesitas buscar con exactitud, tu ropa ya es horrenda8)


JiMin carcajeó detrás del menor por meses, quien volvió a ver ese entretenido punto de su habitación, pero ahora con indignación.


Tarado-ah

Vete a la mierda:)

Gracias por tu aportación. Que tengas una noche de la cagada .I.


Jodido hyung

Gracias, TaeTae. Igualmente♡

Te quiero (patear las bolas) mucho -3-


El castaño dio un salto desde la cama hasta el peludo tapete gris de su amigo -casi creyéndose- antes de dirigirse al armario ajeno y buscar algo que sea ridículo-perfecto para la fiesta del día siguiente.


—La ropa que uso es lo suficientemente buena para un joven como yo. No le veo nada de malo en usarla.


—Sí, Tae. A un joven que le gusta usar ropa de abuelo. —Respondió desde el interior del pequeño cuarto, continuando con su búsqueda.


—Cállate. Tú usas ropa de mujer.


—Los colores no tienen género, imbécil. Así que el rosa y el morado no tienen nada qué ver con las mujeres. Es sólo una estúpida idea de la sociedad que debería ser cambiada.


—Cómo sea. —Extendió sus brazos, dejándose caer hacia atrás. —La ropa que compramos ya no servirá de nada, entonces.


—No. Pero esta sí. —Salió finalmente, mostrando las prendas que ambos usarían. Sí, ambos, porque no importa cuánto berrinche iba a hacer TaeHyung por usar su ropa de abuelo, se verá a obligado con tal de asistir a esa fiesta.


Después de haber terminado de probarse distintas camisas y pantalones para lograr decidirse, ambos se acostaron en la gran cama del de cabellos negros, mirando un drama tailandés sobre dos jóvenes alumnos de la facultad de ingeniería, donde el chico novato de primer año terminaba enamorándose del temeroso, mandón, gruñón y adorable líder del grupo de bienvenida de la categoría superior; donde el menor se enfrentaba ante sus mayores, estando en contra de sus abusos. Bueno. Ellos miraban la segunda temporada.


—¡Maldición, Arthit! Ya era hora de que dejaras de hacer sufrir a mi bebé. —Lloró TaeHyung, estampando su almohada contra su rostro al ver al actor correr hasta el centro de atención del resto de sus compañeros de trabajo, entrelazando la mano con su menor para decir al micrófono Kongpob y yo, estamos en una relación.


JiMin estaba en las mismas que su amigo, entre riendo y llorando por el dramatismo del ambiente, escuchando después el timbre de su teléfono que daba aviso de un mensaje nuevo.


J0dido hyung x2

ADIVINA QUIÉN VENDRÁ A LA FIESTA, JIMIIIIIN

No le digas nada a TaeHyung, primer aviso


Pvt♡ Enano

Eh... Quién?


J0dido hyung x2

Dije: adivina

Baboso


Pvt♡ Enano

.l.

Alguien irá a la fiesta, y por eso no quieres que le diga a TaeHyung cuando yo sepa de quién se trata?


J0dido hyung x2

Así mismo, melocotón

Escuché que había regresado hace unos días de Busan, de parte de... Mark

Creo

Porque su hermano (YuGyeom) le dijo...

Ahg! No me acuerdo. Algo así

EL PUNTO ES QUE ESTÁ AQUÍ Y PODRÁ IR A LA FIESTA

WUUUUUUUH


Miró de reojo a su amigo, quien seguía embobado en la gran pantalla frente a ellos, con su puño contra sus labios y sus emociones a flor de piel.


Pvt♡ Enano

Estás hablando de la persona que creo que es?


J0dido hyung x2

Si estás pensando en JungKookie. Acertaste

Ding ding!


Y definitivamente no podía creerlo.


J0dido hyung x2

Pobre de ti que TaeHyung llegue buscándolo, porque ya le dije que iba a ser sorpresa

Entendiste, idiota?:)))


Pvt♡ Enano

Sisi a la mierda

No diré nada

Palabra de enano


J0dido hyung x2

Va!

Descansen. Besos en el ano -3-

Ah! Y pobre de ustedes que lleguen tarde, hdsptm

Chao~♡


Sonrió, con su labio inferior entre sus dientes. Y dejando a SeokJin como menos le gustaba -en visto-, apagó su teléfono y lo volvió a dejar a su lado con la pantalla contra el colchón, preguntándole a TaeHyung qué había pasado mientras estaba en su mundo, a lo que el menor contestó que le regresara si gustaba porque de todas formas pensaba echarse la serie completa por quinta vez.


Y así es como volvemos al primer párrafo.


Ahí estaban ellos, con los regalos en mano mientras se dirigían a pie a casa del mayor al estar cerca. Definitivamente no iban a llevar un presente por el hecho de que su presencia ya lo era, pero el mayor los amenazó con su típica frase de "golpear sus bolas" si no lo hacían. Sólo a ellos dos, claro.


Estaban ya casi a una casa cuando comenzaron a correr hasta la entrada, disfrutando de la música que golpeaba en sus oídos, alterando su sistema con los olores típicos en un entorno así. Tocaron el timbre, siendo la puerta abierta casi de inmediato, mostrando a un hombre alto y fornido de traje negro elegante y un auricular colgando de su oreja. Pidió sus invitaciones y fueron aceptados con gusto.


—Hasta que llegan, idiotas. —Reprochó SeokJin desde el segundo piso, quien dejaba su teléfono en el bolsillo de su chaleco amarillo limón y comenzaba a acercarse a la orilla de las escaleras, viendo cómo JiMin se tropezaba y casi se iba de boca mientras ambos menores carcajeaban subiendo las escaleras hasta llegar al de cabellos grises. —¡A eso me refería! Buena elección, JiMinnie. —Felicitó, sabiendo que el castaño había sido el responsable de ambos atuendos.


Llevaba puesto una camisa blanca de manga corta y más grande que las que suele usar, unos pantalones marrones manchados de pintura roja y amarilla, con una cangurera amarilla y tirante verde que no sabe de dónde mierda lo había conseguido TaeHyung, pero ahí lo traía puesto; unos calcetines negros y chanclas del mismo color. Mientras que el de cabellos negros vestía una camisa negra bajo un suéter color beige, unos pantalones algo grandes a cuadros grises que habían sido cocidos con varios trozos de tela a combinación, y lo que más destacaba era su corona y bufanda roja emplumada.


—Oh, mira. ¡Sí trajeron regalos! Qué buenos amigos son. —Acunó su propio rostro.


SeokJin traía encima una camisa blanca igual con manga corta y algo holgada, con una tira con los colores verde y negro alrededor de ésta, bajo un chaleco -anteriormente mencionado- con diferentes ilustraciones hechas a mano de diferentes colores; unos pantalones fáciles de arrugar color gris con los cordones blancos colgando y sus pies descalzos cubiertos únicamente con calcetines blancos.


—¡Sí! —Asintió el menor de los tres, acercando su bolsita. —Te traje un dildo.


—Y yo una muñeca inflable, —Realizó las misma acciones que su mejor amigo, sonriendo en grande de la misma forma. —por si nadie quiere acostarse con usted hoy, hyung.


No faltó mucho de una mirada furiosa para que sus presentes fueran arrebatados y usados para ser golpeados. —¡Váyanse a la mierda los dos! ¡Son unos malditos cabrones! —Continuó golpeando mientras sus amigos seguían llorando por los ataques de risa.


La gente en la primera y misma planta los miraban con diversión e incluso rareza, pues comenzaron a corretear y abandonando los regalos por ahí, bajando las escaleras con cuidado de no caerse.


Llegaron a la cocina, y como si fueran unos pequeños retoños, tomaron lo primero a su alcance y se lo lanzaban a su oponente, que en su caso eran dos contra uno hasta volverse uno contra todos. Y de no ser por que el mayor se había cansado, no se hubiesen detenido nunca.


—Ya estás viejo, hyung. Deberías ir a un asilo. —Comentó TaeHyung, sirviéndose un vaso con ponche artificial con alcohol del recipiente transparente sobre la barra, entregándole uno a JiMin y otro al peli gris.


—Cierra la boca. No hago tanto ejercicio. Esa es la cosa. —Le dio un gran trago a su bebida.


—¡No, imbécil! —Se quejó el castaño en dirección a su amigo, quien le había escupido el jugo encima tras haberse atragantado. —¡La camisa era blanca, uhg!


TaeHyung, tras recuperar su respiración, podía sentir como el sonido a su alrededor cesaba. La música, los lamentos de JiMin y los limpia vidrios de SeokJin. Todo lo que lo rodeaba se había esfumado al ver a aquel joven. Y no sabía si se había puesto tan quieto por lo realmente ridículo que se veía o por la persona de la que se trataba.


Park logró percibir aquello, girando su cabeza hacia donde su menor observaba con la boca ligeramente abierta y su corazón a punto de explotar. Estallando en risas al ver el atuendo del peli marrón.


Chaleco rojo vomitado en brillantina sobre una camisa de colores azules, durazno y blanco; un pantalón floreado en verde, blanco y azul cielo, sus pantorrillas eran rodeadas por una tela dorada brillante, un sombrero azul marino decorado con una enorme pluma verde, y su rostro portaba unos lentes decorativos.


JiMin casi no podía respirar, su rostro estaba cada vez más colorado y su estómago y garganta dolían terrible al igual que su rostro por el estiramiento de su sonrisa. Y SeokJin no quedaba atrás.


—A-Alto ahí... N-No puedo con esto. Basta. —Se inclinó hacia la barra, tapando su rostro con su antebrazo para no ver al que empezaba a reír por las reacciones de sus amigos. —Mierda. Moriré hoy.


—Hola. Un gusto verlos de nuevo, para ustedes también. —Saludó con ironía JungKook, quitando su sombrero para acomodar su cabello.


—Te tomaste en serio la ridiculez, JungKookie. —Dijo jadeante el mayor, sosteniéndose del hombro del mencionado para no caer desmayado por falta de aire.


—Tú dijiste vente con lo más ridículo que halles, y eso hice. —Se encogió de hombros, quitándole de las manos el vaso rojo, mirando sobre este al aún atónito chico junto a JiMin.


—Me duele mi panza, ayuda. —Lloriqueó el castaño, arrodillándose contra la barra.


—Ganaste el concurso, y eso que no ha iniciado. —Tomó aire, viendo a JiMin levantarse y recargarse en TaeHyung.


—¿¡Por qué no te ríes!? —Inhaló y exhaló, y al notar que no respondería, le hizo una seña a SeokJin para que ambos se largaran y dejaran solos a los chicos.


—Bueno, JungKookie. Me alegra que hayas venido. Procederemos a irnos a la mierda. —Pellizcó la mejilla de su contrario antes de quitarle el vaso y abrazar a JiMin, desapareciendo entre la multitud.


—Hey. —Rompió el incómodo silencio entre ambos, haciendo que Tae sacudiese su cabeza de forma adorable, causando que su corona casi cayese. —Te ves bien.


—Tú te ves muy ridículo. —El mayor sonrió, causándole un cosquilleo.


—Sí. Bueno. ¿No era esa la temática? —Inquirió, tomando una de las botellas con agua en la hielera. —Gané algo, además. Estoy emocionado por eso. —Bromeó, bebiendo del plástico. —Mh. Habla. No te voy a morder.


—L-Lo siento. Es que- Hace años que no te veía. —Rascó su nuca, un tanto nervioso.


—Sí... Bastante tiempo a decir verdad. Qué cruel.


—¿Y... qué haces aquí? —Acarició su brazo, viéndose tierno ante los ojos del peli marrón.


—Resulta que ahora mis abuelos fueron los que se mudaron acá. Así que vinimos a visitarles. —Volvió a darle un sorbo a su bebida.


—¡Oh! Eso es genial. —Sus ojos brillaron, alegre por la noticia. —¿Significa que vendrás a visitarlos cada semana?


—No creo. Llegamos el jueves en la noche porque hubo puente en la escuela. Y quisimos aprovecharlo.


—Ya veo... —Acercó su vaso a su propia boca. —¿Cuándo te vas, entonces?


—¿Ya quieres que me vaya? —Abultó su labio, fingiendo tristeza.


—¡N-No! —Negó con sus manos, olvidando que en su diestra llevaba aún el vaso y causando que las prendas de JungKook casi se mojaran, de no ser por que éste reaccionó a tiempo y dio un paso atrás, casi golpeando a una chica. —M-Maldición. Lo siento tanto... Uhg. —Dejó el vaso sobre la barra tapando su rostro con ambas manos.


—No pasa nada. —Lo tomó de los hombros atrayendolo en un abrazo. —Tranquilo, TaeTae. JungKookie está aquí. —Acariciaba los oscuros cabellos de su menor -por meses-, olfateando juguetonamente su cabeza. Y al sentir cómo los brazos de Kim rodeaban su torso en busca de protección, sonrió ante la calidez. —Qué lindo eres, TaeHyunggie. ¿Me extrañaste? ¿Eh? —Colocó su oreja más cerca a la boca del de piel bronceada, recibiendo un adorable ruidito y un asentimiento. —Aw~ Yo también te extrañé mucho, hermoso.


Era una jodida tortura lo que estaba pasando en sus adentros. Tanto tiempo sin sentirle entre sus brazos. Había sido una pesadilla desde que su amigo de la infancia se había mudado a su ciudad de nacimiento. Y le había deseado lo mejor, definitivamente, pero no quería demostrar que realmente lo destrozaba por dentro su futura ausencia. Y fue aún más doloroso cuando dejaron de comunicarse por razones que Kim desconocía.


Y ahora que se encontraba contra él, se sentía tan magnífico que deseaba no separarse nunca más.


Con su manga retiraba las lágrimas de las que no se había dado cuenta, haciendo reír al chico mientras ayudaba a limpiarle. —No. No llores, TaeHyung. —Sonrió con dulzura, volviendo a abrazarle.


—¡Abrazo grupal! —Tarareó el castaño, acercándose a sus amigos para rodearlos con sus brazos, con su pecho contra la espalda de TaeHyung.


—¡Sí! —Se unió SeokJin, abrazando desde atrás del peli marrón. —TaeHyung. ¿Estás llorando?


—¡No es verdad! —Rió JiMin, picoteando con sus dedos a su mejor amigo, causando que éste se quejara y se ocultara aún más en los brazos de su protector.


—Ay, sí. Ay, sí. —Se burló, tratando de tocar al menor de todos, quien lo manoteaba como respuesta. —Como ya está tu príncipe aquí, ya vas a comportarte como niño inocente y educado.


—Déjenlo en paz, hyung. —Reclamó JungKook entre risas, cuidando del joven de las molestias de sus amigos.


—¿Por qué no te habías comunicado con nosotros, mocoso? —El mayor de los presentes, le dio un ligero golpe en su hombro.


—No sabía cómo. —Respondió, continuando con los mimos hacia su menor. —Además, tenía una agenda muy apretada.


—¡Mira, el ocupado! Pues ni que fueras qué o qué. —Habló Park.


—No. Espera. —Rió JungKook, tratando de darles sus razones bajo las miradas burlonas de sus amigos. —Mis padres me han estado metiendo en muchas cosas. Quieren que haga de todo. Me fastidian.


—¿Como qué?


—Natación, baloncesto, boxeo, música, idiomas, ¡clases de religión!


—Iuhg. —Soltó TaeHyung contra el cuello ajeno, causándole un cosquilleo al mayor en aquella zona.


—Exacto. Entonces, ni siquiera tengo tiempo para mí. Salgo de casa, voy a la escuela, luego a alguna clase que me toque ese día, llego a casa, me baño, ceno, hago mi tarea y a dormir. ¡No hay tiempo! Y los únicos contactos que tengo son de familia y maestros, tengo muy pocos amigos allá.


—Tus padres son una pesadilla. —SeokJin arrugó su ceño en señal de asco, viendo a su menor asentir.


—Bueno, bueno. Eso ya no importa ahora. —JiMin separó a los chicos antes de tirar del brazo del peli marrón. —¿Qué te parece si te presento a los demás, Kookie? ¡Es hora de divertirnos!


TaeHyung se quedó en su lugar, observando cómo sus mayores se alejaban y lo dejaban junto al cumpleañero.


Ahora se sentía vacío.


—Hey. Tranquilo. —Animó el peli gris, dándole un pequeño empujón. —Sólo deja que se mezcle y que se divierta un rato.


—¿Crees que no se divertirá conmigo?


—No es eso, TaeHyunggie. Tienes toda la noche para estar con él. No te preocupes. —Rodeó sus hombros con un brazo, llevándolo hasta el otro par.


—De acuerdo, de acuerdo. —JungKook analizó su alrededor, buscando a alguien bueno para empezar a socializar. —¿Qué te parece... —Encontró a un par de chicas, quienes platicaban con tanta alegría. —ella?


JiMin miró en aquella dirección, asintiendo al estar de acuerdo con su elección. —¡Bien~!


Cuando ambos Kim llegaron hasta ellos, TaeHyung se puso alerta al saber de qué hablaban y hacia dónde miraban.


—Su nombre es JiEun, último grado.


JiMin, no.


—Una de las chicas más guapas de toda la escuela. Y aunque esté vestida de esa forma, sigue viéndose ¡bella, maldición! —JungKook veía al castaño de repente para hacerle saber que le prestaba su atención, volviendo con aquella chica de cabellos negros que colgaba en su espalda un par de alas de mariposa y una diadema de año nuevo, junto a una castaña con tutú y unas calcetas largas y blancas con puntos de colores. —Nadie obtiene su número tan fácil.


—¿Qué mierda haces? —TaeHyung susurró al oído de Park con aquella voz que logró erizar su piel.


—Bien. Iré. —Decidió Jeon. Preparándose para lo que sea que viniese al ir con aquellas chicas.


Mierda.


—¡E-Ese es mi muchacho! —Le abrazó, tratando de alejarse de su amigo. —Tú puedes, campeón. —Tras darle un par de golpes en su trasero lo vio alejarse, con tanto orgullo. —¡Auch! —Sin embargo, su propio trasero recibió un pellizco de parte de TaeHyung.


—¿Por qué demonios hiciste eso? —Gruñó el menor, sintiéndose realmente traicionado.


—Relájate. No va a pasar nada. Sólo le dije que conociera gente. Es todo. Tampoco irá a tirarse a JiEun o a JinRi noona.


—¡Ahí está el cumpleañero! —Exclamó por sobre la música una masculina voz cerca de la entrada principal, llamando la atención de todos y especialmente la de nuestros tres chicos.


—Ese es-


—Sí lo es. —Respondió SeokJin, casi ahogándose con el chillido en su garganta.


—¡Un grito para Kim SeokJin, señores! —Y como el rubio ordenó, todos a su alrededor silvaron y gritaron para el cumpleañero, causándole un leve sonrojo y una timidez por aquel suceso. —¡Siga así, hombre! —Último ánimo antes de darse la vuelta y ser abrazado por un chico moreno de camisa rosada.


—¿Quién era ese? —JungKook llegó por atrás de TaeHyung, sobresaltandolo cuando lo abrazó por la cintura, dejando su mentón sobre el hombro ajeno.


—Min YoonGi. —Contestó JiMin, rascando su mejilla, un tanto inquieto. —Líder del equipo de baloncesto, excelente promedio académico aunque el hijo de puta no haga una mierda.


—E-Esa boca. —Rió el chico, colocando sus manos en la cintura de su menor.


—¡Y no has escuchado a TaeHyung!


—¡C-Cállate! No es cierto. —Se encogió en su lugar, recibiendo reproches de sus amigos por estar mintiendo mientras su oído era bendecido por las carcajadas de JungKook.


—¿Cómo te fue, Kookie? —Volvió al tema anterior.


—Oh, sí. Son muy lindas. —Soltó a su menor, acercándose a JiMin para mostrarle la pantalla de su teléfono. —Tengo sus números.


—¡No me jodas! —SeokJin exclamó, revisando con asombro los números de aquellas damiselas, junto a JiMin. —¿Tienes idea de cuánta gente desea estos números, niño?


—Fue muy fácil tenerlos. —Se encogió de hombros, sonriendo tímidamente, y al girarse a TaeHyung y notar su semblante serio, aclaró su garganta y quitó su teléfono bajo el poder de Park, quien reclamó por no dejar que se aprendiera los números de manera correcta. —Sí. Bueno. No creo hablarles mucho de todas formas.


—¿Cómo mierda no les vas a hablar, idiota? ¡Estamos hablando del dueto Ji! —El castaño lo tomó de los hombros, sacudiéndolo un poco.


—No necesito más amigos. Los tengo a ustedes. —Abrazó los hombros del peli negro, mostrando aquella tierna sonrisa que simulaba un conejito inocente.


TaeHyung estaba teniendo una crisis de nuevo.


—¿Y si necesitas una novia?


Kim menor patió su pantorrilla con disimulo. JungKook le preguntó al castaño si se encontraba bien por el quejido soltado y estremecimiento que había tenido, y de no ser por la filosa mirada del menor, lo hubiese delatado.


No volvería a contarle sobre otro amorío suyo a su mejor amigo. Jamás.


—Seguimos sin hacer algo divertido. —Habló el mayor de los cuatro, cambiando de tema a uno más entretenido. —¡Vamos a bailar! —Y así tomó la muñeca de JiMin y tiró de él hasta estar en el centro del mar de personas.


—¿Quisieras bailar conmigo?


—Lo que quiero es un trago. —Replicó el menor, zafándose del abrazo para caminar de regreso entre la gente hasta la barra de bebidas y bocadillos.


Extrañado, se giró hacia JiEun y JinRi, quienes lo animaban desde lejos para que fuese con el chico. Regalándoles una sonrisa y un asentimiento, se dirigió hasta la cocina, viendo a TaeHyung que ya se hallaba bebiendo de un nuevo vaso. —H-Hey. Tranquilo. No es agua. —Retiró el recipiente de sus manos, teniendo a cambio un pequeño berrinche mientras trataba de tener el vaso de vuelta. —T-Tae. —Dijo entre risitas. —Cálmate. —Dejó el vaso en la barra, tomando las muñecas ajenas para atraerlo a su cuerpo. —Mírame. Hey. —El peli negro arrebató sus extremidades, volviendo a beber del vaso tras volver a servirse. Y JungKook lo miraba con una mueca, pues no le había pasado por la cabeza cuidar a alguien en esa noche. Sin tolerar que continuara de esa manera, le quitó el vaso de nuevo.


—¡JungKook, basta!


—Basta tú. Estabamos muy bien. —Sostuvo su brazo, apretando sus mejillas con una mano. —¿Por qué de repente te pones así?


Mantuvo sus ojos sobre los de Kook, liberando aire por su nariz. —Lo siento... —Bajó la mirada. Comenzaba a comportarse como idiota, y lo sabía. De esa manera no tenía que llamar su atención. —Vienes desde Busan para vernos y divertirte, y lo único que hago es arruinarte la noche.


—¿Hice algo que no te agradara? —Pensó en algo que había hecho desde que había llegado. Piensa, JungKook. Piensa. Enseñaste tu invitación, saludaste a un par de personas que habían halagado tu vestuario, agradeciste las burlas que otros te habían hecho por lo genial que te veías, preguntaste por SeokJin y al verlo, notaste a TaeHyung a su lado, riendo y bebiendo; casi lloras porque hace años lo habías visto como un pequeño muchacho de facciones adorables, y ahora parecía todo un hombre; te acercaste y saludaste, estuviste con ellos, luego JiMin te llevó hasta la sala de estar, hablaste con las chicas, volviste con tus amigos... Oh, espera. —¿Es porque hablé con ellas? ¿Te caen mal?


—¿Que? ¡N-No, no, no! —Se separó, negando nuevamente con sus manos y cabeza, causando un pequeño mareo por la bebida haciendo efecto en su cuerpo. —N-No me caen mal. Son muy lindas. Es sólo que... No lo sé.


—Kim TaeHyung, ¿estás celoso?


—¿¡Qué dices!?


—¡Estás celoso!


. —¡No!


—Entiendo, entiendo. —Volvió a abrazarle de la cintura, besando tiernamente su sien. —¿Qué tal si el resto de la noche me quedo contigo?


Por favor. —Pero... también viniste a verlos a ellos. Sería injusto que solo estuvieses conmigo.


—No pasa nada. Me dieron permiso de volver a la hora que quiera, mientras sea antes del anochecer de mañana.


—¿Estás seguro? —Giró su cabeza hacia a un lado, evitando la atenta mirada de su contrario.


—Claro. —Miró la piel expuesta frente a él, acercando su nariz para olfatear. —¿Entonces? —TaeHyung se removió entre sus brazos, cortando distancia entre su propia cabeza y hombro, tratando de quitar a JungKook de aquella sensible zona. —Vamos, ¿sí~? —Llevó su rostro hasta el mentón del chico, causándole por fin una sonrisa.


—E-Está bien. Basta. —Carcajeó, empujándolo.


—¡Okay! —Entrelazó su mano con la suya, tirando de él, reprochando después cuando TaeHyung se detuvo para tomar un vaso lleno otra vez.


Kim era guiado hasta el patio trasero de la casa donde había visto a sus amigos dirigirse con tanto entusiasmo, encontrándose con una gran piscina alumbrada por la luna y las tenues luces amarillas que decoraban precioso el lugar. Encontrándose con JiMin y SeokJin a la orilla de ésta mientras gritaban junto a los demás que el tal Matthew sería el que ganaría la carrera de cinco vueltas completas en el agua.


—¿Quién va perdiendo? —Interrumpió Tae, metiéndose entre los muchachos para quedar junto a ellos y con JungKook tras él. Muy juntos. Demasiado.


—Tu tocayo. —Contestó JiMin, celebrando después que Matthew le había ganado por unos segundos —¿¡Quién mierda apostó para que me dé el maldito dinero!? ¡Wuh!


—¡JiMin! Culo si no te echas una ronda contra JungKook. —Retó el peli gris, dándole un ligero empujón en su hombro.


—Culo. Ese tipo va a natación, yo no. Él terminará justo cuando yo empiece.


—Puta gallina. —Esta vez, el empujón fue fuerte, logrando tirarlo al agua con los gritos de los demás de fondo. —Oh, lo siento. —Fingió lástima, comenzando a carcajear después antes de chocar palmas con TaeHyung.


—Lo que vas a sentir ahora, será mi puño en tu puta cara, imbécil. —Logró apretar el tobillo del mayor, quien imploraba por piedad sin parar de reír.


Y aquí todos sabemos que la traición existe. Demostrado por Tae cuando vio distraído a su amigo, jalando de su camisa para después tirarlo sobre Park. Lamentablemente, Jin lo sintió en el momento exacto, sujetando también su brazo para que ambos cayeran.


Las risas de JungKook no faltaron, hasta que vio a TaeHyung salir con pánico del agua, tratando de mantenerse en la superficie mientras buscaba a ciegas la orilla de la piscina, perdiendo su corona en el impacto. Se arrodilló rápidamente para sujetar sus manos, y tirar de ellos para que lo abrazase.


—¡Tarado, me partiste la nariz!


—¡Tú estampaste tu horrenda cara con mi rodilla! —Contraatacó el mayor.


—¡Y tú sabes que yo no sé nadar! —Se quejó TaeHyung, terminando de toser contra el muslo de su amigo.


—Quién te manda a traicionarme. Además —Pasó su cabello hacia atrás. —no está hondo. Maricón.


—No me gusta que el agua pase de mi pecho. Gracias.


Las siguientes horas las pasaron adentro para secarse. SeokJin decidió arriesgarse y quitarse los calcetines por rehusarse a usarlos mojados, manteniéndose descalzo el resto de la fiesta. Y le dolía hasta el culo cuando alguien llegaba y lo pisaba por accidente, reaccionando con golpes fuertes cuando el par de amigos lo hacían a propósito.


Y no podía faltar el desastre que causaba el alcohol en aquel trío de amigos. No importaba cuántas veces JungKook intentara evitar que tomaran, ellos se las arreglarían para conseguir un poco de cerveza o incluso de aquel exquisito ponche.


Eran ya las doce cuando JungKook se rindió, no sólo se dejó llevar por los sensuales movimientos del peli negro contra su cuerpo, juntándose perfectamente como un rompecabezas; sino que también le daba risa las tonterías que llegaban a hacer JiMin y SeokJin. El castaño incluso llegó a coquetear con el mayor bajo los impulsos de aquel líquido en su cuerpo y la tensión que ambos causaban al bailar tan pegados. TaeHyung de igual forma quiso unirse, pero un par de manos sobre sus caderas lo sujetaron con firmeza, atrayendolo de nuevo contra su anatomía, y podía jurar que con solo eso se había encendido como cerillo a la primera.


Se derretía entre los brazos de Jeon, quienes recorrían cada parte a su paso, sintiéndolo, probándolo, deseándolo. Y no duró mucho cuando sujetó unos cuantos jadeos en su garganta al sentir los labios del mayor en su cuello, tragando saliva, dejando salir aire disimuladamente para no llamar la atención, aunque su cara ya lo hacía. Miraba cómo SeokJin bailaba como payaso con una chica, mientras JiMin se encontraba comiéndose la boca de Min YoonGi.


No le interesaba en ese momento lo que pasaba. Estaba siendo controlado por las bebidas y ni siquiera le pasó por la cabeza por qué rayos estaba pasando todo eso. Además porque lo estaba disfrutando al máximo.


Aquella voz ronca diciendo su nombre contra su oreja le había hecho sentir a Tae tan necesitado.


Mierda, necesitaba otro trago.


Le dieron la vuelta para estar cara a cara con el peli marrón, siendo atado por las manos en su cintura, sus propias manos en el cuello de su contrario, sus frentes sin algún espacio que les separase. Y cómo estaba sintiéndose en el cielo.


Tal vez hayan durado unos años sin verse o hablarse, pero su relación nunca cambiaba, ni lo haría jamás.


Bajó sus manos hasta los bíceps del chico, a punto de gemir por lo bien que se sentían esos músculos tensarse bajo su tacto. La pierna de Jeon contra su entrepierna, causaba ligeros movimientos en el menor, deseando más contacto, más sensibilidad, más a probar de lo prohibido. Se estaba mareando, y no sabía si era por haber tomado o por lo excitado que estaba. Sus respiración eran anormales, mezclándose una con la otra. El sombrero de JungKook se encontraba ahora sobre la cabeza de Tae, quien lo sostenía para que no se cayera mientras los dedos de su otra mano jugaban con los cabellos del muchacho, sintiendo la suavidad y humedad por el sudor.


—¿Soy yo o te ves más ardiente ahora mismo?


TaeHyung rió extasiado, temblando al sentir el rozo de sus labios, carraspeando y alejándose un poco para no tener un accidente.


—TaeHyung... —Besó su cuello, mordiendo débilmente aquella área.


—¿Q-Qué haces, tonto? —Soltó una risita, tomando sus mejillas para alejarlo de ahí, juntando nuevamente sus frentes. —Detente... Me mareas.


—Puedo hacer más que eso. —Sin soportarlo un segundo más, bajó su cabeza, acercando su boca a la de TaeHyung.


Y santa mierda.


La corriente que había sentido desde su estómago hasta cualquier punto de sus extremidades, había sido tan glorioso. Quedándose quieto en su lugar, sus piernas temblaron, reteniendo su respiración, sin hacer ningún movimiento por el temor de hacer algo mal, su labio inferior siendo besado por el chico que se había apoderado de su corazón desde aquel instante en que lo conoció.


Con Youth de fondo, hacía que todo fuera más perfecto.


JungKook estuvo a punto de tomar distancia, de no ser por las manos en su rostro que lo detuvieron, manteniéndolo contra sus labios un rato más. Justo en el solo de música de la canción.


Fundiéndose dulcemente, tirando de la cintura de TaeHyung mientras lo empujaba ligeramente. Con un un toque de su lengua, fue como una mano golpeando la puerta para poder entrar, siendo invitado sin dudarlo. Y joder con lo que pasaba en sus bocas, más en la del menor. La cabeza de JungKook se llenaba de los ruiditos del chico cada vez que meneaba su lengua experta con la de él, cepillando un par de veces también, finalizando con el labio ajeno hinchado entre sus dientes.


—¿Qué fue eso? —Jadeó Kim, lamiendo sus propios labios, saboreando la mixtura de saliva que había quedado en ellos.


—Había mencionado que te extrañé tanto, ¿no? —Volvió a besarle. —¿Qué más puedo hacer para mostrarlo? —Descendiendo hasta su cuello, comenzaba a dejar no solo leves mordeduras o lindos besitos, sino húmedos y dolorosos que lo hacían trepidar gustoso.


—Me estás volviendo loco.


—No traje regalo para hyung. ¿Le dejamos uno en su habitación? —Dejó un chupeton cerca de su manzana, provocándole aquel lindo gemido.


—M-Mierda... Sí.

25. September 2020 02:29 0 Bericht Einbetten Follow einer Story
42
Lesen Sie das nächste Kapitel Ultima Parte

Kommentiere etwas

Post!
Bisher keine Kommentare. Sei der Erste, der etwas sagt!
~

Hast Du Spaß beim Lesen?

Hey! Es gibt noch 1 Übrige Kapitel dieser Story.
Um weiterzulesen, registriere dich bitte oder logge dich ein. Gratis!